A mediados de la década del año 1890, la época de oro de la cromolitografía estaba

llegando a su fin. El predominio de los pliegos sueltos, los impresos a un solo lado y de los
carteles tipográficos sufrió un reto a mediados del siglo XIX, a manos de un cartel mas
visual y pictórico.

La litografía era el medio gráfico que permitía una aproximación mas fluida al lenguaje de
la imagen en la comunicación pública.

Rouchon fue el pionero del impacto gráfico en la simplificación grafica, utilizo un

procedimiento de estarcido para imprimir superficies planas de color que se combinan para
producir una imagen representativa estilizada.

A mediados del siglo XIX, la litografía empezaba a sustituir a los impresores tipográficos.

Jules Chéret fue un importante diseñador en el desarrollo de los carteles litográficos en

Francia, perfilándose como uno de los innovadores del estilo Art Nouveau más importantes.

Durante la primera mitad del siglo XIX la escritura se hacia sobre las paredes para los
magníficos carteles de tipo de madera que convertían las paredes y vallas en montajes
tipográficos.

En la época victoriana se destacaban una actitud de amor hacia los niños en forma de libros
de juegos, Walter Crane fue uno de los primeros y mas influyentes diseñadores de libros
ilustrados para los niños, aceptó la influencia de los grabados de bloques japoneses, esta
cualidad del diseño abrió los pasos para diseñar tapicería, vitrales, papel tapiz para papeles
y tela.

En Nueva York, en el año de 1817 los hermanos James y John Harper establecieron una
imprenta que llegaría a hacer la empresa publicitaria e impresora más grande del mundo.
En la década de 1840 lanzó un proyecto destinado a convertirse un máximo logro del
diseño gráfico la Nueva Biblia Pictórica e Iluminada de Harper, contenía 1600 grabados en
madera de ilustraciones de Joseph A. Adams.