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peración espontánea de la vía corticoespinal [21-23]. Aun con Caso 2: paciente con ACV en el territorio de la ACMI
la falta de selectividad en dichos movimientos, la situación fun- cuyo sistema corticoespinal presenta una degeneración
cional del caso 1 pasa de una valoración de grave dependencia a walleriana desde el primer momento de la lesión
una valoración de dependencia moderada, según la escala de Después de la estabilización hemodinámica de la paciente, se
Barthel [24], ya que se inicia la deambulación, la independencia inicia una importante mejora rápida y espontánea asociada a la
total en el cuarto de baño, el vestido y el aseo personal. La di- reabsorción del edema y de la hemorragia.
sartria también evoluciona favorablemente. La flacidez del caso 2 es mayor de la apreciada en el caso 1,
Sin embargo, persiste un bajo tono postural [25] de ambas cin- sobre todo de cinturas escapular y pélvica, lo que puede coincidir
turas (escapular y pélvica), así como de la musculatura del tronco con la lesión de los núcleos de la base y la DW de la vía cortico-
[26,27]. Esto ocasiona una falta de estabilidad proximal que se espinal medial. La situación del caso 2 podría corresponderse con
evidencia en una disminución de las reacciones posturales de las conclusiones de los estudios de Ziemann et al [31], donde el
equilibrio, especialmente la reacción de enderezamiento contra la control ipsilateral del miembro superior se realiza a través de vías
gravedad. Todo ello apunta a una afectación mayor de estructuras como la corticorreticuloespinal o la corticopropioespinal, que en
relacionadas con las vías corticorubroespinal, vestibuloespinal y el caso 2 pueden encontrarse lesionadas a su paso por la cápsula
reticuloespinal, así como de algunas de las vías que se enlazan con interna, dada la extensión de la hemorragia en esta región.
Líneas de tratamiento comunes de ambas Estos movimientos causan un nuevo retraso en los logros
pacientes en una fase más avanzada de la lesión funcionales que ya se habían conseguido en ambas pacientes, ya
Las primeras líneas de tratamiento que se han descrito se trazan que interfieren en los movimientos normales principalmente del
por la valoración de la afectación de las vías tras la lesión. Si hemicuerpo no afecto, que el paciente manifiesta como ‘torpe-
bien, a medida que se evoluciona en el tiempo y la rehabilita- za’ en el miembro superior. También en el miembro inferior esta
ción sensitivomotora avanza, el proceso neuroplástico que se dominancia se manifiesta con un cierto empuje desde el hemi-
produce, también condicionará el planteamiento terapéutico, ya cuerpo sano hacia el afecto, causado por un desplazamiento de
que se desinhiben conexiones, y se priorizan vías alternativas del la línea media. Ambas pacientes percibieron una falta de equili-
SNC en orden a restablecer las funciones perdidas. Por eso, no brio e inestabilidad, especialmente en actividades que implican
siempre el tratamiento de ambas pacientes va a ser diferente, la disociación de las cinturas escapular y pélvica, como son los
sino que en fases más avanzadas de la lesión podemos encontrar- desplazamientos o giros.
nos etapas en que la línea de tratamiento tenga puntos comunes. Estas alteraciones en el hemicuerpo no afectado podrían
El último período del tratamiento motor se interrumpió en corresponderse con un segundo proceso de reorganización cere-
ambas pacientes, por la necesidad de la implantación de válvu- bral, donde se marca la diferencia entre la función de un hemi-
las cardíacas. En su reincorporación, tras un intervalo de 3-4 me- cuerpo y del otro. La estrategia de tratamiento en estos casos
ses, se observaron una serie de síntomas claros de hipersolicita- pasa por la recuperación de la línea media dentro de la mayor
ción del hemicuerpo no afecto, manifestados en grados diferen- normalidad, y lleva a las pacientes a normalizar las reacciones
tes en cada una de ellas. En este momento, se siguió la misma de equilibrio primeramente en el hemicuerpo sano, para des-
línea terapéutica para ambos casos, ya que las alteraciones en el pués conseguirlas en el afectado. Las propuestas rehabilitado-
movimiento del hemicuerpo no afecto al cabo del tiempo, que ras, como la restricción del miembro superior no afectado [34]
se pueden observar en este tipo de pacientes con una resolución y el consiguiente tratamiento forzado del afectado, entrarían
incompleta de los problemas motores ocasionados por el ACV, dentro de esta línea terapéutica.
y que interrumpen su actividad motora cotidiana, requieren tra- En conclusión, sabemos que la terapia física induce cambios en
tamientos específicos. la plasticidad cerebral [35,36], de la misma manera que el daño
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