Está en la página 1de 1

Del amor, al vacio:

Un día cualquiera la conocí y no de inmediato me enamoré como muchos otros podrían decir.
Mariana tuvo que obligarme que le viera a los ojos para encantarme de algún modo. Y sin
manejar este escrito a manera de mamonería, debo decir que no tuvo que esforzarse mucho
tiempo, el lío es que yo tenía miedo, me cagaba de miedo. quien creería que una de las
mujeres más cotizadas de la UAM quería saciar su curiosidad ante mi (Todo en esta pinche vida
pasa, neta pasa).

Por otra parte, hoy le vi de otra manera, no sé que pasó. Solo noté una mayor distancia. Esta
ya no fue la historia de Romeo o Julieta, fue simplemente todo lo contrario. Las familias
cordiales, saludando evitando diferencias y dolor; pero sobre todo rencor, no había distancia.
Pero note un espacio entre nosotras donde no cabía ni un puente.

También podría gustarte