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1 INTRODUCCIÓN: PRINCIPIOS DEL ANÁLISIS SINTÁCTICO DEPTO.

LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA

INTRODUCCIÓN: PRINCIPIOS DEL ANÁLISIS SINTÁCTICO

1. Las categorías sintácticas. Clases de palabras.

El término “palabra” sirve en la actualidad para designar un segmento de la cadena hablada que
se puede separar de su contexto pronunciándolo aisladamente (o escribiéndolo entre espacios en
blanco), al que se puede atribuir una función y un significado específico. Sin embargo, esta es una
definición de palabra que, como todas, se muestra incompleta y errónea, pues la palabra es un concepto
más cultural y mental que científico, por lo que una definición plenamente certera parece imposible dadas
las características propias de esta unidad lingüística.

Las palabras se forman por un monema o la unión de varios. Es ello lo que determina su forma,
es decir, qué tipo de lexemas y morfemas la constituyen, cómo se combinan, etc. Atendiendo a esto, en
castellano existen las siguientes clases de palabras:

SIGNIFICADO LÉXICO SIGNIFICADO GRAMATICAL


Sustantivo Determinante
Adjetivo Pronombre
Adverbio Preposición
Verbo Conjunción

1.1. Sustantivo. El sustantivo es una unidad léxica integrada por un lexema y morfemas constitutivos de
género y número. Es, además, la única categoría que puede recibir el morfema libre del artículo (o
determinante).
Una definición, por lo tanto, puramente formal sería la siguiente: una palabra es un sustantivo si
pertenece a un género, posee número y puede recibir un determinante. De hecho, si cualquier otra
categoría al ir aislada en el seno de una oración, se le antepone un determinante, se convierte
automáticamente en un sustantivo. Este proceso se denomina: metábasis.

1.2. Adjetivo. Al igual que el sustantivo, el adjetivo es una unidad léxica integrada por un lexema y
morfemas constitutivos de género y número. Sin embargo, no puede recibir el morfema libre del artículo,
ya que en ese caso se sustantiva y deja de ser un adjetivo. Además, posee un morfema específico, que
sólo comparte con ciertos adverbios: el morfema de grado.
Pero aparte de todo esto, hemos de señalar que la principal característica del adjetivo es que
acompaña siempre a un sustantivo al que completa o califica. Por tanto, los adjetivos no poseen ni género
ni número propios, sino en cada caso el del sustantivo al que acompañan.
Con respecto al adjetivo conviene que comentemos dos características más:
-Un gran número de adjetivos son, de hecho, participios usados como adjetivos.
-Con respecto al morfema de grado. Es un morfema específico del adjetivo, que sirve para cuantificar el
grado en que se posee la cualidad especificada por el adjetivo, y que éste sólo comparte con algunos
adverbios.

1.3. Verbo. Es la clase de palabra cuya función privativa es la de ser núcleo sintáctico del predicado.
Formalmente se caracteriza por determinadas variaciones que reciben el nombre de
conjugación. En ella se plasman mediante desinencias o morfemas específicos, las categorías propias del
verbo: persona (1ª, 2ª, 3ª); número (singular o plural); tiempo (presente, pretérito, futuro o condicional);
aspecto (imperfecto, perfecto o pluscuamperfecto); modo (indicativo, subjuntivo o imperativo); y,
eventualmente, voz (activa o pasiva).
Desde el punto de vista del significado, los verbos constituyen la clase de palabras mediante las
cuales pensamos la realidad concibiéndola como acción, proceso o estado atribuido al sujeto. Las
realidades pensadas mediante verbos no tienen, por tanto, independencia mental, pues expresan
acciones no pensadas en sí mismas, sino como realizadas por alguien o sucediéndole a alguien o a algo.

*Perífrasis verbales: una perífrasis verbal consiste en un único verbo formado por la unión de una forma
verbal personal más una forma verbal no personal (infinitivo, participio o gerundio), en ocasiones unidas
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mediante nexos o enlaces. Se considera una única forma verbal, pues en estos casos la carga
significativa recae sobre la forma verbal no personal, mientras que el verbo en forma personal pierde su
significado original.
Las perífrasis surgen en la lengua para compensar las posibles carencias de matices en la
conjugación verbal. Por ello, duelen afectar o bien al modo, o bien al aspecto:

Afectan al modo:
-Tener que / Deber + INF = obligación.
-Deber de + INF = suposición probable.
-Poder + INF = suposición o probabilidad.
-Venir a + INF = acción como resultado aproximado de un cálculo.

Afectan al aspecto:
-Ir a + INF = acción a punto de comenzar.
-Empezar a / Ponerse a + INF = acción en el mismo momento de iniciarse.
-Echarse a / Romper a + INF = acción en el momento de su inicio de modo repentino.
-Acabar de + INF = acción en el mismo momento de dejar de producirse.
-Estar / Andar / Seguir / Continuar + GER = acción imperfecta y reiterada.
-Llegar a + INF = acción acabada que alcanzó un límite alto en su desarrollo.
-Tener / Dejar / Llevar + PART = acción perfecta, insistente o reiterada.

1.4. Adverbio. La clase de palabras denominadas tradicionalmente como adverbios, constituye una
categoría heterogénea. El único rasgo que poseen en común es ser palabras invariables, es decir, no
admiten morfemas derivativos ni flexión alguna (ni género ni número).
Sin embargo, un pequeño número admite diminutivos: cerquita, tempranito; y muchos de ellos
son derivados de adjetivos mediante el sufijo –mente: felizmente.
*Locuciones adverbiales. Las locuciones, en general, son conjuntos de palabras que funcionan, significan
y equivalen a una única palabra. En el caso de las locuciones adverbiales, es un grupo de palabras que
funcionan, significan y equivalen a un adverbio: a tontas y a locas, a pies juntillas, deprisa y corriendo...

1.5. Preposición. Son elementos de enlace entre unidades mayores, generalmente palabras y sintagmas.
En su mayoría carecen de significación, por lo que los consideramos como morfemas con significado
exclusivamente gramatical.
Las preposiciones, formalmente, son morfemas libres e invariables que suelen preceder al
sustantivo o SN (aunque también pueden preceder a un SAdj o un SAdv). En español las preposiciones
forman un catálogo cerrado: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por,
según, sin, so, sobre, tras. A este grupo podemos añadir durante y mediante, dos adverbios que, en
ocasiones también pueden funcionar como preposiciones.
*Locuciones preposicionales. Son un grupo de palabras que funcionan y equivalen a una preposición. Por
ejemplo: a través de, en base a, antes de, después de...

1.6. Pronombre. Los pronombres son morfemas gramaticales libres, susceptibles de desempeñar
idénticas funciones que los sustantivos. De ahí procede su denominación “pro-nombre”, en lugar del
nombre.
Los pronombres, por lo tanto, se caracterizan por poseer significado ocasional, pues aquello a lo
que nos remiten depende del contexto o de la situación del discurso.
En español podemos encontrar distintos tipos de pronombres (que, en ocasiones podrán
desempeñar también la función de determinantes, tal y como veremos posteriormente):
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-demostrativos: éste, ése, aquél...


-posesivos: mío, tuyo, suyo...
-indefinidos: alguno, ninguno, todo, cualquiera...
-numerales cardinales: uno, dos, tres...; y ordinales: primero, segundo...
-interrogativo-exclamativos: qué, quién...
-reflexivos y recíprocos: me, te, se, nos, os, se.
-relativos: que, quien, cuyo, el cual...
-personales: los pronombres personales señalan las personas que forman parte del contexto del discurso
(1ª pers. o emisor; 2ª pers. o receptor; 3ª pers. o ausente, y sus respectivos plurales), y se caracterizan
por poseer flexión. Es decir, variantes formales que aparecen dependiendo de la función que el
pronombre realice:

Sujeto CD CI CC
S yo me, a mí me, a mí conmigo
1ª nos, nos,
P nosotros
a nosotros a nosotros
S tú, usted te, a ti te, a ti contigo
2ª os, a os, a
P vosotros
vosotros vosotros
lo, la, a él, le, a él, se,
S él, ella Consigo
a ella a ella
3ª los, las, a
les, a ellos,
P ellos, ellas ellos, a
se, a ellas
ellas

1.7. Determinante. Los determinantes son morfemas gramaticales libres que preceden al sustantivo y lo
actualizan en el discurso. Actualizar implica la existencia de algo. El sustantivo sin determinante tiene una
significación únicamente virtual, potencial: remite solamente al concepto, nombran una clase posible de
seres u objetos. La presencia de un determinante confiere existencia a lo nombrado: lo sitúa en unas
coordenadas espaciales y temporales concretas.
Los determinantes son unidades semánticamente vacías, por lo que han de concordar en género
y número con el sustantivo al que acompañan. Lo actualizan sin aportar contenido alguno a esta
actualización.
Podemos encontrar distintos tipos de determinantes en español que, en muchas ocasiones,
coinciden con los tipos de pronombres:
-demostrativos: este, ese, aquel...
-posesivos: mi, tu, su...
-numerales cardinales: un, dos, tres... y ordinales: primer, segundo, tercer...
-indefinidos: mucho, poco, algún, ningún (excepto nadie y alguien)
-interrogativo-exclamativos: qué, cuánto
-artículos: son los principales determinantes de la lengua española. Dentro del artículo podemos
encontrar dos tipos:
-artículo indeterminado: un, una, unos, unas. Actualizan el nombre que es desconocido para el
hablante. Se comporta como presentador del discurso.
-artículo determinado: el, la, los, las, lo. Actualizan a un nombre que ya es conocido para el
hablante y el oyente. Actúa como reconocedor del discurso.

***Vemos, por lo tanto, que ciertos tipos de pronombres y determinantes coinciden. Sin embargo, las
diferencias son evidentes. En primer lugar, su distribución en el seno de la oración es totalmente
diferente: mientras los determinantes aparecen anteponiéndose a un sustantivo al que actualizan y con el
que concuerdan en género y número, los pronombres aparecen de forma aislada, sustituyendo a un
nombre y funcionando como él. Además, hay que notar que se producen ciertas diferencias en la forma
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en la que demostrativos, indefinidos o numerales se presentan en la oración, dependiendo de si actúan


como determinantes o como pronombres: alguno / algún; éste / este; uno / un, etc.

DETERMINANTES PRONOMBRES
ARTÍCULO La casa es grande
PERSONALES Ella es grande
DEMOSTRATIVOS Esta casa es grande Ésta es grande
POSESIVOS Mi casa es grande La mía es grande
INDEFINIDOS Alguna casa es grande Alguna de esas es así
NUMERALES Dos casas son grandes Las dos son grandes
RELATIVOS Ella, cuya casa es... Tu casa, que es grande,
INTERR-EXCLAM ¡Qué casa tan grande! ¿Qué quieres?

1.8. Conjunción. Las conjunciones son elementos de unión, nexos de coordinación y subordinación.
Formalmente, las conjunciones son también morfemas libres e invariables. Como ya se ha dicho,
existen dos tipos de conjunciones:
-los nexos coordinantes, que unen siempre elementos iguales o semejantes: unidades sintácticas que
estén al mismo nivel, ya sea dos sustantivos, dos sintagmas o dos proposiciones.
-los nexos subordinantes, que unen elementos que no están al mismo nivel, por lo que introducen
elementos de menor entidad sintáctica en unidades mayores.

Las conjunciones pueden ser simples; y, o, si, que, pero...; sin embargo, existe otro tipo de nexos
más complejos, las locuciones conjuntivas. Es decir, cualquier sintagma o agrupación de palabras
gramaticalizada que tenga una clara función de nexo, cuando los elementos que lo forman han perdido su
valor y su significado originario: puesto que, es decir, tan pronto como...

2. Nivel sintáctico.

El nivel sintáctico se ocupa del estudio y el análisis de las unidades funcionales que encontramos
en el seno de la oración, que se convertiría así en la mayor unidad del análisis sintáctico. Por lo tanto, la
unidad básica de este análisis es el sintagma, que se caracteriza justamente por su funcionalidad.
El SINTAGMA surge de la expansión de una categoría con significado léxico. Es, pues, una
palabra o un grupo de palabras que se unen para desempeñar unitariamente una función sintáctica
dentro de la oración, componiendo una unidad de sentido simple, pero incompleto.

Categoría Sintagma
Sustantivo Sint. Nominal
Verbo Sint. Verbal
Adjetivo Sint. Adjetival
Adverbio Sint. Adverbial

Tras esta definición, podemos llegar a la conclusión de que existen diferentes tipos de
sintagmas, dependiendo de la categoría de la que se expanden:
Todo sintagma posee un elemento fundamental que desempeña la función de núcleo, sobre el
que se construye el resto del sintagma. El núcleo, generalmente, es la categoría de la cual se expande el
sintagma. Así, el núcleo del SN es un sustantivo; el del SV un verbo; el del SAdj un adjetivo; y el del SAdv
un adverbio. Estos son los sintagmas son los conocidos como ENDOCÉNTRICOS, sintagmas cuyo
núcleo es la categoría de la que se expande y de la que toma el nombre.
Sin embargo, al margen de estos sintagmas existe otro tipo: el Sintagma Preposicional. Es un
sintagma EXOCÉNTRICO, pues no toma el nombre de la categoría de la que se expande, ni ésta es su
núcleo. En realidad, el SP es una variante caracterizada por aparecer introducida por una preposición,
tras la cual lo que encontramos es el término, función que puede ser realizada por un SN, un SAdj o un
SAdv. Es decir, su estructura sería la siguiente:

SP = Preposición + Término [SN / SAdj / SAdv]

2.1. La estructura del sintagma. El elemento central de todo sintagma es su núcleo, que suele ir
acompañado de otras palabras que lo determinan, lo matizan, lo modifican, etc. Para ver la estructura
habitual de un sintagma tenemos que hacer una primera distinción: por un lado tenemos la estructura del
SN, cuyas características son comunes y similares a las del SAdj. y el SAdv., y por otro la estructura del
SV, que posee modificadores y complementos absolutamente diferentes.

A. SINTAGMA NOMINAL. Está constituido por un sustantivo que realiza la función de núcleo y en torno al
que aparecen otros elementos: generalmente va precedido de un Determinante y acompañado de
modificadores que matizan, modifican o completan su significado. Estos modificadores pueden ser: un
adjetivo que realiza la función de Adyacente, un SP que funciona como Complemento del Núcleo, o un
SN que actúa como Aposición, y que suele ir entre comas.
Los DETERMINANTES que acompañan al nombre son los vistos anteriormente: el artículo, los
demostrativos, los posesivos, los indefinidos, etc. Sólo pueden aparecer introduciendo un SN, ya que
cualquier otra unidad que aparezca precedida por un determinante se convertiría automáticamente en un
sustantivo, generando inmediatamente un SN.
Por su parte, el ADYACENTE propio del sustantivo es el adjetivo calificativo, que concordaría con
el sustantivo al que acompaña en género y número. Sin embargo, en el caso de encontrarnos con un
SAdj o un SAdv, el adyacente propio de estos sintagmas es el adverbio, que se caracteriza por
anteponerse al núcleo de dichos sintagmas: “muy bonito” “bastante cerca”. En el segundo ejemplo vemos
cómo dos adverbios aparecen uno junto al otro en un mismo sintagma, siendo uno el núcleo y otro el
adyacente. A la hora de distinguir qué función realiza cada cual, lo que debemos observar es cuál de los
dos posee independencia sintáctica. Aquel que pueda aparecer de modo independiente en ese contexto
con significado pleno será el núcleo del sintagma.
El COMPLEMENTO DEL NÚCLEO, como ya se ha dicho, es un modificador que acompaña al
núcleo de un sintagma nominal, adjetivo o adverbial, y es una función desempeñada por un Sintagma
Preposicional, generalmente introducido por la preposición de, aunque no siempre sea así.
La APOSICIÓN es un sintagma nominal que suele aparecer entre comas, y que modifica o
precisa el significado del núcleo al que acompaña.

Estos son los distintos elementos que podemos encontrar en el seno de un sintagma de tipo
nominal, es decir: SN, SAdj o SAdv. Como ha quedado patente, los sintagmas pueden incluir en su
estructura interna otros sintagmas, lo cual demuestra la capacidad recursiva de la sintaxis, es decir, su
disponibilidad de mecanismos que permiten a los sintagmas autoincrustarse en otros sintagmas y generar
estructuras altamente complejas, cuyo único límite es la aceptabilidad por parte del hablante.

B. SINTAGMA VERBAL. Su estructura es absolutamente dispar a la de los sintagmas vistos hasta ahora, ya
que el núcleo del SV es, lógicamente, un verbo y sus complementos han de ser forzosamente diferentes.
En principio, hemos de distinguir entre dos tipos de SV, dependiendo de su núcleo verbal: si el
núcleo verbal es un verbo copulativo, nos encontramos ante un Predicado Nominal, mientras que si el
núcleo no es un verbo copulativo, estaríamos ante un Predicado Verbal. Cada uno de ellos muestra
complementos y características propios y diferentes.
B.1. Predicado nominal. Se caracteriza por la presencia de un verbo copulativo (ser, estar o parecer)
como núcleo del predicado. Estos verbos no implican acción, sino que nos informan de una cualidad o del
estado del sujeto. Por lo tanto, no pueden nunca llevar CD, y su principal complemento es el ATRIBUTO.
Este complemento posee un carácter adjetival, ya que su papel dentro de la oración es el de atribuir una
cualidad, una característica o un estado al sujeto al que aparece siempre referido. Sin embargo, no va a
ser una función siempre desempeñada por un SAdj, pues otros tipos de sintagmas también pueden
aparecer el la oración como atributos: el SN, el SP, e incluso el SAdv pueden realizar dicha función. Sin
embargo, su carácter adjetivo hace que el atributo sea un complemento que deba concordar con el sujeto
al que se refiere, siempre y cuando sea posible.
Hemos de señalar que la ausencia de un atributo en una oración con verbo copulativo implica la
no existencia de predicado nominal, ya que el valor copulativo de los verbos ser, estar y parecer, depende
de si hay o no atributo. En el caso de que no aparezca, estos verbos funcionan como verbos normales,
introduciendo un predicado verbal habitual.
B.2. Predicado verbal. Todos aquellos verbos no copulativos, e incluso los copulativos en ausencia de
atributo, introducen un predicado verbal. Éste puede recibir multitud de complementos y modificadores, en
ocasiones referidos a su propio núcleo y en ocasiones no, tal y como veremos más adelante. Los
complementos que podemos encontrar en el seno de un predicado verbal son los siguientes:

· COMPLEMENTO DIRECTO (CD). Es el complemento sobre el que recae directamente la acción del sujeto.
Además, es necesario en ciertos verbos, como los activos transitivos, para que el sentido de la oración
sea completo. Por ejemplo: Llevaba bajo el brazo es una frase con sentido incompleto, mientras no se
especifique el CD que acompaña al verbo. Por tanto, es uno de los complementos principales en el seno
del predicado.
Para reconocer el CD dentro de una oración existen varios sistemas, unos más apropiados que
otros. En principio no deberíamos encontrar ningún problema , pues el CD es siempre aquel que puede
sustituirse por los pronombres lo, la, los, las. Sin embargo, el frecuente leísmo hace que en ocasiones sea
difícil seguir esta lógica. Debido a esto conviene recurrir a otros sistemas: convertir la oración activa en
oración pasiva. Al hacerlo, podremos descubrir el CD de la oración en cuestión inmediatamente, pues se
convertirá en el sujeto de la oración pasiva.
Los sintagmas que pueden realizar la función de CD son los siguientes: el SN, y el SP con la
preposición ‘A’: Yo vi la película / a Juan. Cuando tenemos un SP como CD suele introducir nombres de
personas, por lo que suele conocerse como complemento directo de persona.

· COMPLEMENTO INDIRECTO (CI). El complemento indirecto es aquella persona o cosa sobre la que
repercute la acción verbal. Es siempre un sintagma preposicional introducido por las preposiciones ‘A’ o
‘PARA’.
El problema surge cuando encontramos en el predicado un sintagma preposicional introducido
por la preposición ‘A’, puesto que puede ser tanto CD como CI. La única forma de diferenciarlos es
sustituyendo estos sintagmas por pronombres: si se pueden sustituir por lo, la, los, las son CD; mientras
que si se pueden sustituir por le, les, son CI:
Recomendé a Juan ir al cine = Le recomendé ir al cine.
Mandé a Juan a por tabaco = Lo mandé a por tabaco.

· COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL (CC). El comp. circunstancial indica las circunstancias que rodean la
acción expresada por el verbo. Por lo tanto, podemos encontrar multitud de CC’s (de tiempo, de modo, de
lugar, de causa, de instrumento, etc.). Al ser tan variadas sus posibilidades de matiz y de sentido,
encontramos que también es una función que distintos sintagmas pueden desempeñar: el SN, el SP y,
especialmente, el SAdv, pues es la principal de sus funciones del adverbio, señalar las circunstancias de
la acción verbal.

· SUPLEMENTO (SUP). Es una función sintáctica exclusiva del SP. Funcionan como suplementos aquellos
SP que van introducidos por una preposición que exige la naturaleza del verbo. Dicho de otra manera,
hay verbos que para tener significado completo necesitan de la presencia de una preposición (y, por
tanto, de un SP) en el predicado, sin la cual sería imposible construir una oración con ese verbo: Yo
confío en vosotros.
Pero también podemos encontrar otros casos en los que el SP realice la función de suplemento:
cuando un determinado verbo adquiere un significado diferente del habitual debido a la presencia de una
preposición determinada en el predicado. Por ejemplo: Ambos representantes acordaron la paz vs. Ellos
se acordaron de mí. En los dos casos se trata del mismo verbo, sin embargo, en el segundo caso el verbo
ante esta preposición ‘DE’ adquiere un significado bien distinto del que muestra sin la preposición.
Con respecto al suplemento convendría añadir una cosa más: es mucho más frecuente en
nuestra lengua de lo que uno pueda imaginar, aunque esto no nos debe llevar al error de intentar buscar
un suplemento detrás de cada SP que encontremos.

· COMPLEMENTO PREDICATIVO (PDVO). Es una función desempeñada exclusivamente por el SAdj


cuando éste aparece aislado (sin formar parte de otro sintagma) en un predicado verbal. En este caso no
podría ser atributo, pues no nos encontramos en un predicado nominal.
Pero el SAdj ha de aparecer siempre referido a un sustantivo al que modifica, pues no posee
independencia significativa. Entonces, dependiendo de a qué sustantivo modifique, con qué sustantivo
concuerde, nos podemos encontrar con dos tipos básicos de predicativo:
*Predicativo de Sujeto: cuando ese SAdj aparece referido al núcleo del Sujeto de la oración,
concordando con él en género y número: Juan llegó cansadísimo.
*Predicativo del CD: cuando el SAdj aparece referido al núcleo del CD, con el que concuerda, y
de cuyo sintagma no forma parte, ya que el rasgo principal del predicativo es su independencia sintáctica,
funcional, dentro del predicado: Él pintó azules los tomates.

· COMPLEMENTO AGENTE (CAg.). Función exclusiva de un Sintagma Preposicional introducido por la


preposición “por”. Para que aparezca tienen que darse una serie de requisitos: el verbo tiene que ir en voz
pasiva (bien en forma perifrástica, bien en pasiva refleja) y, además, el Sintagma que realice dicha
función debe ser el sujeto en la misma oración en voz activa.

SINTAGMAS FUNCIONES
SUJETO
CD
CC
Sintagma Nominal
ATRIBUTO
TÉRMINO
APOSICIÓN
ADYACENTE (en SN)
ATRIBUTO
Sintagma Adjetivo
PREDICATIVO (del Suj/ del CD)
TÉRMINO
CC
ADYACENTE (en SAdj/SAdv)
Sintagma Adverbial
ATRIBUTO
TÉRMINO
Sintagma Verbal PREDICADO (nominal o verbal)
CD (con prep. “a”)
CI (con prep. “a” y “para”)
CC
Sintagma Preposicional
SUPLEMENTO
C. AGENTE
ATRIBUTO

3. Tipos de SE.
Además de ser un pronombre de 3ª persona, el SE puede desempeñar múltiples y variadas
funciones dentro de la lengua castellana. Estas funciones van a depender del contexto y de a qué otros
elementos pueda afectar, lo que determina, tal y como vamos a ver a continuación, los siete tipos distintos
de SE que podemos llegar a encontrarnos.

En primer lugar, hemos de distinguir entre las funciones que no sólo afectan al SE, sino a todos
aquellos pronombres personales que pueden desempeñar la función de CD o CI, es decir: me, te, se,
nos, os, se. Cuando nos encontramos ante oraciones en las que aparecen estos pronombres,
coincidiendo con la persona del Sujeto, nos hallamos ante cuatro posibles casos diferentes:

1. SE reflexivo. Junto a verbos que nos indican una acción que el Sujeto realiza y recibe al mismo
tiempo. Estos verbos pueden ser reflexivos, aunque no siempre se comporten como tal. Por
ejemplo, el verbo lavar en la oración: “Juan se lava cara” es reflexivo, mientras que en: “Juan
lava su coche”, no lo es.
En este caso, los pronombres que acompañen al verbo, realizarán la función de CD o
CI, dependiendo de si en la oración hay o no CD. En el caso de que no lo haya desempeñará
dicha función, mientras que si lo hay, realizará la de CI.
2. SE recíproco. Aparece también coincidiendo con la persona del Sujeto, pero sólo en plural, ya
que una acción recíproca se refiere a aquella acción que los distintos miembros del Sujeto
realizan los unos sobre los otros, por lo que es indispensable que el Sujeto sea plural. Por
ejemplo: “Los jugadores se insultaron gravemente al finalizar el partido”. En cuanto a su función
sintáctica, el SE recíproco también actuará como CD o CI en función de si en la oración hay o no
CD.
3. SE pronominal. Este tipo de pronombres no son más que un morfema verbal más. Aparecen
junto a verbos que, o bien no existen sin el pronombre (*quejar), o bien cambian radicalmente su
significado cuando un pronombre de estas características los acompañan (colar vs. colarse). En
estos casos y, teniendo en cuenta que son parte del verbo, analizaremos estos pronombres
como parte del Núcleo Verbal del Predicado.
4. SE dativo ético. Los pronombres que desempeñan el papel de “Dativo ético” realizan siempre la
función de CI y son fácilmente identificables porque son prescindibles. Frente al resto de los
tipos de SE, estos pronombres no son indispensables en la oración, por lo que podemos
omitirlos sin que cambie absolutamente nada. Su única aportación es un cierto matiz enfático al
acto descrito por el verbo. Por ejemplo: “Me comí un bocadillo” vs. “Comí un bocadillo”.

En segundo lugar, encontramos aquellos tipos de SE que ya no afectan a todos los pronombres
personales de Complemento, sino que afectan tan sólo a SE como partícula. Estos serían los tres últimos
tipos:

5. SE alomorfo de LE. En castellano, cuando en una misma oración aparecen los pronombres de
CD (lo, la, los, las) y de CI (le, les), se cambia el pronombre de CI por otra forma, en este caso el
SE, para evitar el fenómeno de la cacofonía, es decir, el sonido desagradable al oído. Por
ejemplo: “Compré flores a María” > “Le compré flores” > *Le las compré > “Se las compré”. En
este caso, evidentemente, la función del se es la de CI.
6. SE marca de pasiva-refleja. En este caso, lo que encontramos es una variante de la voz
perifrástica pasiva. Es decir, encontramos un verbo en voz activa pero actuando como verbo
pasivo, pues el Sujeto es paciente y puede incluso aparecer en la oración un Complemento
Agente. La única diferencia con la voz pasiva normal es que en vez de aparecer la forma
perifrástica propia de la pasiva (verbo ser+participio), encontramos un verbo en voz activa junto
a la partícula se. Por ejemplo: “Esta casa fue construida en 1815” / “Esta casa se construyó en
1815”. Función: marca de pasiva-refleja.
7. SE marca de oración impersonal . Este se aparece con verbos en 3ª persona de singular que, en
principio no son impersonales, pero que en determinados contextos adquieren esta
característica. Por ejemplo: “Se está bien aquí”. Función: marca de oración impersonal.
CONCEPTO DE ORACIÓN. LA ORACIÓN SIMPLE Y SUS CLASES.
1. Concepto de oración.
La oración es la unidad máxima del análisis sintáctico, en la cual se emite un juicio completo. Por
tanto, es autónoma, no desempeña función gramatical alguna. Se caracteriza también por: a) poseer
estructura bimembre (sujeto y predicado); b) tener siempre un verbo conjugado como núcleo del
predicado; c) poseer una entonación propia con principio y fin, por lo que va entre pausas.

La principal característica de la oración, por lo tanto, es su independencia. Una independencia


que se da a todos los niveles:
-A nivel fonológico, ya que posee melodía completa (acabada) de entonación.
-A nivel sintáctico, pues no está vinculada ni al principio ni al final por ningún elemento, y por encima de
ella no podemos verificar relaciones sintácticas.
-A nivel semántico, pues comunica un mensaje con sentido completo.
-A nivel ortográfico, ya que, cuando el mensaje va escrito, se escribe entre pausas fuertes.

Esta independencia, esta autonomía, es la que diferencia a la oración de la proposición.

2. Constituyentes y estructura.

A. Constituyentes.
Como ya sabemos, las unidades que componen una oración son los sintagmas, que siempre han
de desempeñar una función determinada.
Los sintagmas más importantes de la oración son el SN/Sujeto y el SV/Pdo, que son los dos
constituyentes básicos de la oración.
Desde un punto de vista lógico, el sujeto es aquello de lo cual se dice algo en la oración, siendo
el predicado lo que se dice del sujeto.
Desde un punto de gramatical, el sujeto es un SN o una palabra en función sustantiva, es decir,
un pronombre o un infinitivo. Por su parte, el predicado es un SV, cuyo núcleo ha de ser una forma verbal
personal. Entre el núcleo del sujeto y el núcleo del predicado se establece una relación gramatical que se
manifiesta en la concordancia de número y persona.

B. Estructura.
Teniendo en cuenta los elementos constituyentes de la oración, dividiremos la oración en dos
clases, dependiendo de su estructura: bimembre o unimembre.
-Estructura bimembre: consiste en la coimplicación de sujeto y predicado. No existe el uno sin el
otro. El sujeto es la función de un SN, cuyo núcleo determina la forma del verbo, núcleo del SVPredicado.
Las oraciones bimembres pueden aparecer con uno de los dos elementos omitidos:
-¿Tú qué quieres?
-El libro.
-Toma.
-Pagaré con tarjeta.
Ahora bien, el elemento omitido puede ser captado con facilidad, bien porque se encuentra en la
oración anterior, bien porque lo indicamos mediante los elementos deícticos del lenguaje, o bien porque
una palabra de la misma oración nos lo indica (como pueden ser las terminaciones verbales).
Estas oraciones, por tanto, son también bimembres. En el caso del sujeto, aunque omitido, está
funcionando porque obliga a realizar una concordancia determinada con el verbo.
-Estructura unimembre: se refiere a las oraciones impersonales, del tipo: Hace calor, Se castigó
a los culpables, Llueve. En ellas no aparece la estructura sujeto-predicado, por lo que no se da relación
de coimplicación. Son oraciones que, sin embargo, no presentan sujeto. Un elemento que no se puede
deducir ni por el contexto ni por la situación.
Para resolver este problema, deberíamos recordar el concepto de sujeto léxico y sujeto
morfológico. Hablamos de sujeto morfológico cuando nos hallamos ante una oración en la que el sujeto
no está explícito, aunque el verbo sí hace referencia a una persona y un número determinados. Por tanto,
el sujeto se manifiesta en esos morfemas verbales. Tal y como decíamos, las oraciones impersonales han
de poseer obligatoriamente ese sujeto morfológico.

3. Clasificación de las oraciones según el modus.


Podemos realizar una primera clasificación de las oraciones, atendiendo a la actitud del
hablante, a su subjetividad. Este criterio se ha denominado calidad psicológica del juicio, intención, y en la
Lingüística actual, a partir de la aparición de la Pragmática, fuerza ilocutiva.
Esta actitud no aparece siempre reflejada mediante procedimientos lingüísticos, sino que en
ocasiones, dependerá de la entonación, del uso de ciertos vocablos característicos, del contexto de la
comunicación, etc.
Según la actitud del hablante, distinguiremos: enunciativas, de posibilidad, dubitativas,
interrogativas, exclamativas, optativas y exhortativas. Sin embargo, hay que dejar claro que las
interferencias entre estas clases son siempre algo perfectamente factible, pues se trata de analizar un
elemento del lenguaje plenamente subjetivo.
-ENUNCIATIVAS. Enuncian un pensamiento, un hecho objetivo sin participación emocional del hablante,
en modo indicativo. Mediante ellas se expresa la conformidad o disconformidad del sujeto con el
predicado. Se trata de un tipo de oración que se usa característicamente para hacer aseveraciones.
Si expresa la conformidad tendríamos oraciones enunciativas afirmativas o positivas. Si, por el
contrario, expresa disconformidad tendríamos oraciones enunciativas negativas.
-INTERROGATIVAS. Son aquellas en las que se formula una pregunta. La modalidad interrogativa se
estudia desde dos criterios: las interrogativas generales son aquellas en las que se pregunta sobre la
totalidad de la oración, sobre la conformidad o disconformidad del sujeto con el predicado. Exigen,
generalmente, respuestas del tipo sí o no, o equivalentes. Las interrogaciones parciales o focalizadas se
diferencian en que en ellas hay una presuposición marcada, ya que se pregunta acerca de uno de los
elementos de la oración en particular. La respuesta a este tipo de oraciones no puede ser un sí o un no,
sino aquel elemento por el que se pregunta.
Pero hay que hacer una distinción más con respecto a las interrogativas, ya que hay que señalar
que no todas las interrogaciones aparecen en la oración con signos de interrogación. Estas serían las
interrogativas directas, frente a las cuales encontramos las interrogativas indirectas que se incluyen como
proposiciones subordinadas sustantivas, aparecen introducidas por pronombres interrogativos y no llevan
signos de interrogación: Dime qué hora es.
-EXHORTATIVAS. Se trata de oraciones que expresan un ruego, un mandato, un consejo o una
prohibición. Semánticamente están muy próximas a las optativas o desiderativas, pero en las exhortativas
hay una necesidad de respuesta en el oyente.
Las exhortativas puras en español se caracterizan por la presencia del imperativo, aunque en
español el imperativo está limitado exclusivamente a la segunda persona gramatical, y a expresar una
orden positiva.
Sin embargo, la expresión de ruego o mandato se da muchas veces sin necesidad de que
aparezca el imperativo: con indicativo (Hoy los niños estudiarán), o con gerundio ((Andando!), e incluso
sin que aparezca ningún verbo: ¡Fuera!
-OPTATIVAS (o desiderativas). Expresan un deseo, por lo que suelen construirse en subjuntivo. La
función del lenguaje que realizan es distinta a la de la exhortación, pues domina la manifestación de la
interioridad sobre el intento de influir en las acciones del oyente, aunque las interferencias existen como
acabamos de ver.
-DUBITATIVAS. Manifiestan la duda del hablante ante la exposición de un hecho. Tradicionalmente se
han considerado formas aseverativas o enunciativas, pero hay autores que las exceptúan cuando se
formulan mediante partículas dubitativas: A lo mejor tienes razón. Tal vez venga.
- POTENCIALES (o de probabilidad). Indican la posibilidad de que algo se perciba como cierto. Si la
posibilidad se refiere al pasado, se construyen con formas verbales compuestas: Yo no hubiera ido a ver
esa película. Ya habrán venido los invitados. Lorca no lo hubiera dicho así. Por el contrario, si la
posibilidad se refiere al presente o al futuro, se construyen con formas simples: Yo no iría a ver esa
película. Ya estarán aquí los invitados. Podíamos tomar una copa.
-EXCLAMATIVAS. En realidad, la oración exclamativa no es más que una oración aseverativa o
enunciativa reforzada por la participación emotiva del emisor. Por ello se recarga fonéticamente, y toma
una serie de rasgos peculiares, sobre todo en cuanto a la entonación. Además, toma elementos propios
de las interrogativas, como los elementos pronominales, y se emplea en muchos casos para expresar un
ruego o mandato.

4. Según la naturaleza del predicado, hemos de dividirlas en primer lugar en atributivas y


predicativas.
-ATRIBUTIVAS. Aquellas oraciones en las que el núcleo verbal del predicado es un verbo copulativo [ser,
estar, parecer]. Sin embargo, en una consideración semántica del verbo, los copulativos son verbos
semánticamente vacíos, por lo que se comportan únicamente como una cópula, como un elemento para
unir una atribución a un sujeto. Por tanto, el elemento central de la significación del predicado no es el
verbo, sino el atributo, elemento imprescindible para la existencia de un predicado nominal.
Podemos diferenciar dos clases:
-Sin verbo, oraciones pronominales puras. En refranes como: Perro ladrador, poco mordedor.
-Con verbo copulativo.
-PREDICATIVAS. El elemento central del predicado es el verbo. A esta clase pertenecen incluso las
oraciones de los verbos “ser” o “estar” cuando no funcionan como verbos copulativos. Dentro de las
predicativas, podemos encontrar los siguientes tipos de oraciones:
a. ACTIVAS. Aquellas oraciones en las que el verbo aparece en voz activa. Son oraciones cuyo
sujeto es el agente de la acción. Son oraciones activas:
TRANSITIVAS. Cuando aparece el complemento directo en la oración. Con determinados verbos, la
presencia del CD es prácticamente obligatoria, ya que el verbo por sí mismo carece de significado
completo, necesita del CD para tener un significado pleno: Luís come patatas. En el caso de que en la
oración aparezca este complemento, estamos ante oraciones transitivas.
INTRANSITIVAS. Oraciones en las que el CD no está expreso. Pueden construirse tanto con verbos que
puedan llevarlo (verbos transitivos), como con aquellos verbos que no pueden llevar nunca CD, como por
ejemplo: Juan nada todos los días.

b. IMPERSONALES. Aquellas oraciones en las que no hay sujeto léxico, y por tanto, el verbo va
siempre en tercera persona de singular. Pueden ser:
UNIPERSONALES, con verbos de naturaleza, con los que sólo metafóricamente pueden convertirse en
personales: Llueve, Tronaba, Llueven caramelos (en sentido metafórico).
FORMALES, con verbos cuyo uso normal no es impersonal: Hace mucho calor, o con formas verbales
que son siempre impersonales, y que nada tienen que ver con fenómenos de la naturaleza: Hay muchas
fiestas en España en el mes de agosto.
REFLEJAS, es decir, aquellas impersonales construidas con la partícula se: Se vive bien aquí.
c. PASIVAS. Oraciones en que el verbo aparece en voz pasiva. Se caracterizan porque el sujeto
es paciente. Es decir, no realiza la acción expresada en el verbo, sino que la recibe. Este sujeto sería el
CD de esta misma oración en voz activa. En estos casos, el agente figura como un complemento verbal,
siendo siempre un sintagma preposicional introducido por la preposición por. Este complemento,
denominado CAgente no tiene porqué aparecer expreso en la oración.

Pronominales
Atributivas
Copulativas
Oraciones
Transitivas
Activas
Intransitivas
Unipersonales
Predicativas Impersonales Formales
Reflejas
Perifrásticas
Pasivas
TEMA 15. LA ORACIÓN COMPUESTA: COORDINACIÓN Y SUBORDINACIÓN.
Reflejas
5. Introducción: la proposición.
En principio hemos de distinguir entre oraciones simples y oraciones compuestas. Las simples son
aquellas formadas por un solo verbo, es decir, por un único predicado, aunque puedan llevar un sujeto
múltiple. Las compuestas, por su parte, son aquellas formada por varios verbos, por varios predicados,
independientemente de que tengan uno o más sujetos.
Sin embargo, en torno a estas dos concepciones surge el problema de si hay oración compuesta
cuando, además de un verbo en forma personal, aparecen las formas no personales: infinitivo, participio y
gerundio. Al tratar este problema, no conviene olvidar que, pese a poder comportarse como otras
categorías: sustantivo, adjetivo y adverbio, respectivamente, estas formas no dejan de ser verbos, por lo
que pueden también comportarse como tales. Así, diremos que hay oración compuesta cuando aparezca,
además de un verbo en forma personal, una forma verbal no personal con complementos verbales. Por
ejemplo, en la oración Fumar es perjudicial para la salud, el infinitivo “fumar” se comporta como un
sustantivo, no como un verbo. En este caso, la oración sería simple. Sin embargo, en la oración Fumar
Celtas cortos sin boquilla es peor, el infinitivo ya actúa como un verbo, al llevar complementos verbales.
En este caso, la oración sí sería compuesta, al aparecer dos predicados, cada uno con su propio núcleo y
sus propios complementos.
El término oración ha de quedar reservado para la unidad que presenta completa la forma
oracional, desde un punto de vista semántico, melódico y sintáctico. En cambio, para las estructuras
oracionales (bimembres o unimembres), que estén incluidas en una oración y carezcan de
independencia de entonación, o de independencia semántica, o de independencia sintáctica, o de las
tres, hemos de usar el término proposición. La proposición sería, por tanto, una unidad intermedia entre el
sintagma y la oración; una unidad con estructura oracional, pero que se incluye dentro de una oración
mayor, por lo que carece de independencia a cualquier nivel, ni semántico, ni sintáctico, ni de entonación.
La proposición actúa como una unidad de función sintáctica cuando se incluye dentro de una oración, de
hecho, se puede afirmar que la proposición es la expansión de un sintagma, que se ha convertido en una
estructura oracional, aunque sigue cumpliendo su papel en la oración como unidad funcional.
Esta idea se complica al analizar las oraciones yuxtapuestas y coordinadas. Según lo que
acabamos de decir, en estos dos procesos se unirían oraciones. Sin embargo, en la yuxtaposición y en la
coordinación, las oraciones que se unen carecen de unidad e independencia de entonación. Por este
motivo, algunos autores defienden que en ambos casos lo que se da es la unión de proposiciones.
Proposiciones que, en estos casos, no serían unidades sintácticas, sino miembros equivalentes de una
oración mayor que las englobaría.
Pese a esto, nosotros seguiremos entendiendo que una proposición es una unidad sintáctica y,
por lo tanto, lo que se une en las oraciones yuxtapuestas y coordinadas son oraciones, aunque carezcan
de unidad melódica.

A. Yuxtaposición. Hablamos de yuxtaposición, entonces, como unión de oraciones que presentan


independencia semántica y sintáctica, aunque no de entonación. Un conjunto de oraciones que se unen
para construir una oración mayor: Vine, vi, vencí.
Lo que caracteriza las yuxtapuestas frente a las coordinadas o las subordinadas es la ausencia
de nexo, el asíndeton. No aparece en ellas ningún elemento de unión, salvo las pausas. Ejemplos de
oraciones yuxtapuestas son:
“Acude, corre, vuela, traspasa el alta sierra, ocupa el llano”, Fray Luís.
“Las olas corren sobre su lomo, van, vienen, hierven, se deshacen en nítida espuma”, Azorín.
“No salimos ayer, llovía mucho”.
“Llueve, llévate paraguas”.

En cuanto al sentido, podemos establecer equivalencias con coordinadas y subordinadas, pero


formalmente son yuxtapuestas. Además, en cuanto a estas equivalencias semánticas, es preciso advertir
que no son sistemáticas, sino ocasionales y contextuales.

B. Coordinación. La coordinación es el proceso sintáctico por el que se unen mediante nexos o


conjunciones dos o más oraciones, independientes semántica y sintácticamente entre sí. Por tanto, en la
coordinación se unen dos elementos del mismo valor por medio de un nexo, sin que ninguno de ellos
desempeñe una función dentro del otro.
Podemos encontrar distintos tipos de coordinación, dependiendo del nexo que las una. Es algo
evidente, a diferente conjunción, distinto tipo de oración coordinada:
-Copulativas. Sugieren una adición de contenidos. Se unen mediante nexos o conjunciones copulativas:
y, e, ni, etc..
Sin embargo, en ciertos casos se pueden suponer más valores que el de la mera adición
(causal, temporal, etc.): Comí a las tres y me fui a casa.
-Disyuntivas. Se unen, generalmente, mediante la conjunción o. En este tipo de oraciones podemos
encontrar dos valores: un valor de equivalencia, o un valor disyuntivo puro, según el cual se nos propone
una alternativa contraria a lo propuesto en primer lugar. Este es el valor más importante de este tipo de
oraciones.
-Adversativas. Aunque se incluyen en las coordinadas, pueden a veces tener cierto valor subordinante. de
hecho, cuando se coordinan dos oraciones de modo adversativo, una presenta cierta subordinación
semántica, e incluso sintáctica, con respecto a la otra. Así, hay autores que colocan las adversativas tanto
en las coordinadas como en las subordinadas.
En español, la conjunción adversativa por excelencia es pero. Expresa algún tipo de dificultad
para la realización de la acción descrita en primer lugar: Fui, pero no estabas.
-Distributivas. Todas aquellas oraciones que sirven para establecer sucesión de hechos. Las
conjunciones más habituales: bien...bien, ora...ora. No son muy habituales en español actualmente.
-Explicativas. Aquellas oraciones que explican algo que se ha dicho en una oración anterior. Los nexos
más habituales: es decir, por tanto, por consiguiente, etc..: Se produce polisíndeton, es decir, nos
encontramos con muchos nexos.
De las oraciones coordinadas, a nivel sintáctico, interesa sobre todo los elementos de elisión. Algunos
elementos comunes a ambas oraciones suelen ser elididos. Así, aparecen fenómenos como la
pronominalización en la segunda oración de algún elemento que aparecía en la primera, o la ausencia en
la segunda del sujeto o del núcleo del predicado: Juan es orgulloso y Pedro (es) altivo.

6. Las proposiciones subordinadas.


Las proposiciones subordinadas son aquellas que dependen sintáctica y semánticamente de
algún elemento de la principal, por lo que aparecen subordinadas a la principal, supeditadas a ella y la
complementan. La proposición subordinada es, pues, un elemento con una función sintáctica específica y
determinada dentro de la oración de la que forma parte.
Las proposiciones subordinadas son fácilmente reconocibles dentro de una oración principal
porque, generalmente, van introducidas por nexos subordinantes, característicos y propios de cada una
de ellas, de tal manera que cada clase de proposiciones subordinadas posee sus nexos propios que las
caracterizan y diferencian. Estos nexos subordinantes pueden ser: preposiciones o locuciones
preposicionales; conjunciones o locuciones conjuntivas y adverbios o locuciones adverbiales, que nos
indican donde estén el comienzo de la proposición subordinada.
Pero además de ir introducidas por nexos subordinantes, las proposiciones subordinadas
pueden ser la expansión de las formas no personales del verbo, debido al doble carácter de estas formas
verbales.

A. Clases de subordinadas.
Tal y como hemos dicho, la proposición subordinada se caracteriza por desempeñar una función
sintáctica en el seno de una oración principal. Por lo tanto, dentro de la oración su valor es análogo al de
un sintagma. De hecho, se nos van a presentar como unidades equivalentes a tres clases de sintagmas:
nominal, adjetivo y adverbial, atendiendo a la función que desempeñan en la oración, por lo que vamos a
dividir las subordinadas en sustantivas, adjetivas y adverbiales.

a. Subordinadas sustantivas. Equivalen a y pueden funcionar como un SN (y, lógicamente, como


Término en un SP):
Espero su venida / Espero que venga.
b. Subordinadas adjetivas. Equivalen a y funcionan como un SAdj:
-Hemos comprado las sillas más baratas.
-Hemos comprado las sillas que valían menos.

c. Subordinadas adverbiales. Equivalen a y funcionan como un SAdv (o como un SP en función de CC,


ya que es esta función la que caracteriza a las adverbiales):
-Llegó pronto.
-Llegó en cuanto lo llamaron.

7. Proposiciones subordinadas adjetivas o de relativo.


Desempeñan en la oración compuesta las mismas funciones que un sintagma adjetivo en la
simple, aunque la mayoría de las oraciones funcionan como adyacente, modificando al núcleo de un SN.
Los NEXOS que más frecuentemente las introducen son:

-Los pronombres relativos: que, cual, cuales, quien, quienes.


[el cual, la cual, los cuales, las cuales]

-Determinantes relativos: cuyo, cuya, cuyos, cuyas.

-Adverbios relativos: donde, como, cuanto, cuando.

-Formas no personales: el participio.

Los nexos se llaman relativos porque aluden a alguna palabra que aparece en la proposición
principal, palabra a la que hacen referencia y modifican siendo su adyacente. Esta palabra es conocida
como antecedente: ej. El libro que compré es bonito.
Además, especialmente los pronombres (como todos), aparte de actuar como nexos, realizan
una función dentro de la proposición subordinada que ellos mismos introducen. Dicha función se averigua
sustituyendo el pronombre por su antecedente (manteniendo, eso sí, las conjunciones, preposiciones,
etc..., que lleve delante).
Las funciones más frecuentes, sobre todo del pronombre relativo que, son las de CD y Sujeto de
la proposición subordinada, aunque puede desempeñar cualquier otra función:

-El chico que vino ayer es francés: en este caso, realiza la función de Suj.

-El libro que compré es muy caro: realiza la función de CD.

-Este principio, en el que se basa el análisis lingüístico es inquebrantable: realiza la función de


Suplemento.

-El profesor al que dijiste eso está bastante cabreado: realiza la función de CI.

-La casa en la que viven es muy agradable: realiza la función de CCL.

Hay algunas cuestiones puntuales que hay que tener en cuenta con respecto a las proposiciones
subordinadas adjetivas. En primer lugar, hemos de señalar que este tipo de proposiciones requiere
siempre la presencia del antecedente, ya que en el caso de encontrar una proposición introducida por
relativos sin antecedente, esta proposición sería subordinada sustantiva (o proposición subordinada
adjetiva sustantivada). Y en segundo lugar, hemos de comentar el uso de las preposiciones con relativos.
Cuando el relativo aparece acompañado por una preposición y tiene antecedente, forma con esa
preposición un sintagma preposicional que desempeña una función en el seno de la proposición
subordinada adjetiva, mientras que cuando el relativo aparece junto a una preposición, pero carece de
antecedente, el enlace queda fuera de la proposición subordinada que, en este caso, será subordinada
sustantiva en función de término.

Como el resto de los adjetivos que funcionan como adyacente en un SN, las proposiciones
subordinadas adjetivas pueden ser ESPECIFICATIVAS o EXPLICATIVAS. Las especificativas restringen
lo designado por el antecedente: en la oración Las naranjas que estén ya maduras las pones en esta
caja, se pide que se aparten sólo algunas de las naranjas, las maduras. En cambio, las explicativas
describen a modo de inciso el antecedente, o precisan algún rasgo suyo, pero no restringen su
significado: en Las naranjas, que ya están maduras, las pones en esta caja, son todas las naranjas,
descritas como ya maduras, las que hay que colocar en la caja. A diferencia de las especificativas, las
oraciones adjetivas explicativas van entre pausas.

8. Proposiciones subordinadas sustantivas.


Equivalen y desempeñan en la oración compuesta las mismas funciones que un SN en la
oración simple, excepto la de C.Circunstancial, pues es esta una función exclusiva de las proposiciones
subordinadas adverbiales. Por lo tanto, las funciones que una proposición subordinada sustantiva puede
realizar son las siguientes:

-Sujeto: Me gustaría QUE ME LLAMARAS MÁS A MENUDO.


-CD: Juan quiere QUE LLEGUÉIS PRONTO.
-Atributo: Pedro fue QUIEN ME LO DIJO.

Pero además, hay una función básica que la PSS puede realizar, y es aparecer como Término
de un SP. En este caso, puede la estructura propia de la PSS puede acompañar a cualquier SP que
realice cualquier función en el seno de una oración, excepto la de CC:

-CN en un SN: Tengo miedo de QUE LO PASES MAL.


-CN en un SAdj: Estábamos seguros de QUE APROBARÍAS LOS EXÁMENES.
-CN en un SAdv: Estuvo cerca de QUE LO ATROPEYARAN.
-Suplemento: Confío en QUE NO ME MIENTAS.
-CI: Hacen rebajas a QUIENES COMPREN HOY.
-CAg: Su éxito fue reconocido por LOSQUE SIEMPRE LO CRITICARON.
-CD (con la prep. ‘A’): Ayer vi a LOS QUE GANARON EL CONCURSO DE LA TELE.
En todos los casos anteriores, la proposición subordinada sustantiva debe cumplir los mismos
requisitos que el SN que, en su caso, desempeñara la misma función. Es decir, en el caso de que realice
la función de sujeto debe concordar con el verbo en número y persona, o debe poder sustituirse por lo, la,
los, las y poder ser sujeto de la oración pasiva, en el caso de realizar la función de CD.

Los NEXOS SUBORDINANTES que más habitualmente introducen las proposiciones


subordinadas sustantivas son los siguientes:

-la conjunción anticipativa con significado puramente gramatical que.


-el pronombre relativo que y quienes, cuando la proposición subordinada adjetiva esté sustantivada. Es
decir, cuando aparezca sin antecedente expreso y encabezada por el artículo que la sustantive.
-los pronombres interrogativos: qué, quién, cómo, dónde... Cuando aparece una proposición interrogativa
indirecta (sin signos de interrogación y pronombres con tilde), ésta siempre tiene la función propia de un
SN.
-Formas no personales: el infinitivo.
-Toda una serie de nexos (si, donde...) pueden introducir proposiciones subordinadas sustantivas,
realizando la función de CD generalmente. La más habitual entre ellas es el nexo subordinante si.
9. Proposiciones subordinadas adverbiales.

de lugar
Propias de modo
de tiempo

Adverbiales
Causales
Finales
Impropias Concesivas
Condicionales
Consecutivas
Comparativas

Las proposiciones subordinadas adverbiales son aquellas que equivalen a un adverbio y que, por
la tanto, desempeñan la función de C. Circunstancial ( adverbiales propias); o bien, aquellas que sin ser
conmutables por un adverbio, desempeñan la función característica de estos, es decir, la de C.
Circunstancial (adverbiales impropias).

SUBORDINADAS ADVERBIALES PROPIAS. Como se señala en el esquema inicial, dentro del grupo de las
adverbiales propias encontramos las proposiciones subordinadas de lugar, de modo y de tiempo, que
trataremos a continuación:

a. Subordinadas ADVERBIALES DE LUGAR. Van introducidas por el adverbio donde (precedido o no de


preposición), que realiza la función de nexo subordinante. Son conmutables por un adverbio de lugar
(aquí, allí, ahí) y, por lo tanto, desempeñan la función de C. Circunstancial de Lugar del verbo de la
oración principal de la que forman parte:
-No quiero ir donde tú siempre dices. = No quiero ir allí.
-Esas aves vienen de donde hace frío. = Esas aves vienen de allí.

b. Subordinadas ADVERBIALES DE MODO. Aparecen introducidas por un nexo subordinante, que puede
ser:
-el adverbio como: Hazlo como quieras.
-los adverbios según, conforme: Ordena estos libros según te han indicado.
-las locuciones conjuntivas como si, según que: Esa pareja se ha despedido como si no fueran a verse
nunca más.
Son conmutables por un adverbio de modo ( así), y desempeñan la función de C. Circunstancial
de Modo del verbo de la oración principal de la que forman parte.

c. Subordinadas ADVERBIALES DE TIEMPO. Van introducidas por un nexo subordinante:


-el adverbio cuando y los adverbios mientras y apenas: Ven a verme cuando acabe la clase / No
escuches música mientras estudias.
-las locuciones conjuntivas a medida que, al tiempo que, a la vez que, tan pronto como, en cuanto que,
antes de que, después de que, siempre que...: Ahora que estás tranquilo cuéntame lo que sucedió /
Siempre que llego tarde a casa mis padres se ponen nerviosos.
Son conmutables por un adverbio de tiempo ( entonces, ahora, después) y desempeñan la
función de C. Circunstancial de Tiempo del verbo de la oración de la que dependen.

Como vemos, por tanto, son tres los nexos principales que sirven para introducir las
subordinadas de lugar (donde), de modo (como) y de tiempo (cuando) y debemos tener especial atención
con estos tres elementos, pues todos ellos dan lugar a confusión:
-pueden ser pronombres o adverbios interrogativos (en cuyo caso llevarían tilde), introduciendo entonces
proposiciones subordinadas sustantivas o interrogativas indirectas.
-pueden funcionar como relativos, introduciendo entonces proposiciones subordinadas adjetivas. En este
caso, llevarán antecedente expreso y podrán ser conmutables por un pronombre relativo con preposición:
No conozco el lugar donde (en el que) ocurrió el accidente.
Se ignora la manera como (en que) lo hizo.
Aún recuerdo los años cuando (en los que) era niño.

SUBORDINADAS ADVERBIALES IMPROPIAS. Dentro de este grupo de las impropias nos vamos a centrar en el
estudio de las cuatro primeras: causales, finales, concesivas y condicionales, caracterizadas por lo ya
dicho: desempeñar la función de C. Circunstancial, aunque no puedan ser conmutables por un adverbio.

a. Subordinada ADVERBIAL CAUSAL. Expresan el motivo o la razón por la que se produce el hecho
enunciado en la principal. Van introducidas por alguno de los siguientes nexos:
-los nexos causales porque, puesto que, ya que, pues, como, dado que : Me he puesto el abrigo porque
/puesto que/ pues tengo frío.
-las locuciones conjuntivas a causa de que, gracias a que, debido a que, en vista de que, por culpa de
que...: En vista de que el tema no tiene solución, no le des más vueltas / Me localizaron rápidamente
gracias a que llevaba el móvil conmigo.

Desempeñan la función de C. Circunstancial de Causa del verbo de la oración a la que


pertenecen, aunque con indicar que es una proposición subordinada adverbial causal (PSAdv. Causal),
es más que suficiente.

b. Subordinada ADVERBIAL FINAL. Expresan el fin o propósito con el que se realiza la acción enunciada
en la oración principal. Pueden aparecer introducidas por los siguientes nexos:
-los nexos subordinantes para que, a que: Deberías trabajar para que supieras lo que cuesta ganar dinero
/ Ve a que te curen esa herida.
-las locuciones conjuntivas a fin de que, con la intención de que, con el propósito de que, con el objeto de
que: Vengo a fin de que me informen de las condiciones del préstamo / Le han extirpado un tumor con el
fin de que se lo analicen.
Desempeñan la función de C. Circunstancial de Finalidad del verbo de la oración de la que
dependen, aunque es suficiente con indicar: PSAdv. Final.

c. Subordinada ADVERBIAL CONCESIVA. Expresan una objeción, obstáculo o dificultad que no impide,
sin embargo, que se cumpla lo enunciado en la oración principal. Pueden ir introducidas por los siguientes
nexos:
-los nexos subordinantes aunque y cuando: Aunque la mona se vista de seda, mona se queda / Le
negaron el permiso, cuando tenía derecho a él.
-las locuciones conjuntivas aun cuando, aun si, por mucho que, y eso que, a pesar de que, con todo y
con eso, además de que: A pesar de que hace mucho frío, iré a dar una vuelta / Por más que se lo
pedimos, el profesor no cambió la fecha del examen.
Desempeñan la función de C. Circunstancial Concesivo del verbo de la oración de la que
dependen, aunque es suficiente con indicar: PSAdv. Concesiva.

d. Subordinada ADVERBIAL CONDICIONAL. Expresan la condición necesaria para que se cumpla la


acción enunciada en la principal. Van introducidas por los siguientes nexos:
-los nexos subordinantes si, como, cuando: Si dices las verdades, pierdes las amistades / Como no te des
prisa, llegaremos tarde al concierto / No será tan exigente ese profesor, cuando habéis aprobado
prácticamente todos.
-las locuciones conjuntivas a no ser que, con tal de que, siempre que, a condición de que, en el caso de
que, siempre y cuando: Haré ese trabajo siempre que me paguen bien / Te lo diré con tal de que te calles.

Desempeñan la función de C. Circunstancial del verbo de la oración de la que dependen, por lo


que es necesario señalar: PSAdv. Condicional.

SUBORDINADAS ADVERBIALES CONSECUTIVAS Y COMPARATIVAS.


PROPOSICIONES SUBORDINADAS ADVERBIALES CONSECUTIVAS.
Estas proposiciones se relacionan lógicamente con las causales, ya que mientras en éstas una
acción se presenta como causante de la principal ( No saldré porque llueve), en las consecutivas se
invierte la relación, y la proposición subordinada se presenta como una consecuencia de la principal:
Llueve, por lo tanto no saldré.
Distinguiremos dos tipos de consecutivas: aquellas que expresan una consecuencia que no
depende de la intensidad de la principal (Pienso, luego existo), y las que se producen como consecuencia
de una proposición principal intensa (Gritan tanto que no podemos oírnos).

a. Las primeras, aquellas consecutivas con principal no intensiva, se unen a la proposición principal
mediante los siguientes nexos o locuciones conjuntivas: luego, conque, pues, así es que, por
consiguiente, por tanto…
b. Las consecutivas con principal intensiva suponen un cambio con respecto a las anteriores por la
variedad de fórmulas que el español posee para expresar una acción que se produce a consecuencia de
la intensidad de la acción principal.
Existen, en primer lugar, estas locuciones conjuntivas fijas:
- Va corriendo de tal modo que va a estrellarse.
- Cojea de tal manera que da pena.
- Se le ha caído el pelo de tal suerte que está casi calvo.
- Se fatigó en grado tal que se desmayó.
- Conoce la región hasta el punto de que lo han contratado de guía.
Estas locuciones pueden inducir a error en algunos casos, ya que si van precedidas de pausa,
tienen otra interpretación semántica, introduciendo PSAdv Modales.
La intensidad de la principal puede manifestarse también con arreglo a las siguientes fórmulas,
en las que destaca el uso de nexos correlativos, es decir, el nexo subordinante no aparece de modo
lineal, sino que aparece en distintas posiciones de la oración:
- TAL + SUSTANTIVO + QUE: Les da tales sustos, que están atemorizados.
- DE UN + SUSTANTIVO +TAL + QUE: Pepe es de un cinismo tal, que llega a negar la
evidencia.
- TAN + ADJETIVO + QUE: Estás tan alto que pareces mucho mayor.
- TANTO Y TAN + ADVERBIO DE MODO + QUE: Escribe tanto y tan excelentemente, que
pronto publicará su libro.
- TANTO + SUSTANTIVO + QUE: Tiene tantas deudas, que está arruinado.
- TANTO + VERBO + QUE O VERBO + TANTO + QUE: Tanto comió que se indigestó.

PROPOSICIONES SUBORDINADAS ADVERBIALES COMPARATIVAS.

a. Estructura comparativas. Las estructuras comparativas permiten expresar la cantidad, intensidad o


grado de manera relativa, es decir, mediante la comparación entre dos elementos (primer y segundo
término de la comparación).
La cuantificación mediante comparaciones puede afectar a nombres, adjetivos, verbos o
adverbios:
- Hay menos gente que ayer. - Alberto se esfuerza más que tú.
- Eres más paciente que tu primo. - Se comportó tan amablemente como siempre.
En estas estructuras, las oraciones subordinadas comparativas (que ayer; que tu primo; que tú;
como siempre) constituyen el segundo término de la comparación y presentan como rasgos
característicos los siguientes:
a. Aparecen introducidas por un nexo subordinante (que, como).
b. Establecen una relación semántica a través del determinante o adverbio de cantidad que aparece en la
oración principal (tanto, tan, menos, más…) y que actúa como intensificador, con el primer término de la
comparación.

b. Elementos de las estructuras comparativas. Las estructuras comparativas presentan tres elementos
caracterizadores: un intensificador, un núcleo y un segundo término de la comparación (la proposición
subordinada adverbial comparativa).
- Intensificador: desempeñan esta función un determinante o un adverbio de cantidad de carácter
intensivo: más, menos, tan, igual, tanto… El intensificador permite clasificar estas estructuras
comparativas en los siguientes grupos:
a. Comparativas de igualdad: tan…como; tanto…como
b. Comparativas de superioridad: más…que
c. Comparativa de inferioridad: menos…que
- Núcleo: es el nombre, adjetivo, verbo o adverbio modificado por el intensificador.
- Segundo término de la comparación: constituido por una proposición subordinada adverbial
comparativa, introducida por las conjunciones que o como, es el elemento que sirve de referencia para
intensificar el núcleo.
En la fiesta vi tantos famosos como me habían dicho
Ejs. Det (Intens) Núcleo 2º térm. (P.Sub.Adv.COMPARATIVA)
SN / CD

Marcos es menos estudioso que su hermana.


Adv (Intens) Núcleo 2º térm. (P.Sub.Adv.COMPARATIVA)
SAdj / ATRIBUTO

Dentro de las comparativas se suprimen u omiten todos los elementos que se encuentran ya
fuera de la estructura subordinada, con el fin de evitar repeticiones innecesarias.
Hay que tener en cuenta, por último, que existe un tipo especial de comparativas en las que el
término de la comparación está constituido por una proposición subordinada adjetiva o de relativo
sustantivada, introducida por la preposición de. Se trata de las denominadas comparativas relativas:
Estoy más cansado de lo que te imaginas.
Vinieron menos invitados de los que esperábamos.

10. Proposiciones subordinadas con formas verbales no personales.


El hecho de que las formas verbales no personales puedan introducir proposiciones
subordinadas se debe a que el infinitivo, el participio y el gerundio poseen un doble carácter:

Infinitivo Sustantivo
Participio Adjetivo
Gerundio Adverbio
Pero pese a que puedan comportarse como un sustantivo, un adjetivo o un adverbio, en ningún
momento dejarán de ser verbos, por lo que podemos encontrarnos ante una forma verbal no personal que
aparezca acompañada de los complementos propios de un verbo (CD, CI, CC...), en cuyo caso dan lugar
a proposiciones subordinadas:
Fumar es perjudicial para la salud / Fumar Celtas Cortos es peor.
Como vemos, pueden formar una construcción oracional, eso sí, siempre subordinada. En
ocasiones, y pese a ser formas no personales (es decir, carecer de los morfemas propios de persona)
llegan a presentar sujeto explícitamente en la proposición subordinada, aunque sin concordar con él. Por
ello, algunos denominan a este tipo de proposiciones “construcciones de infinitivo, participio y gerundio”.
Todo ello, sin embargo, no impide que estas construcciones puedan tener sujeto:
-explícito: Llegar tú y marcharse él fue todo uno.
-implícito: Yo no quiero llegar (yo) tarde a la fiesta.

10.1. Construcciones de infinitivo. El infinitivo es una forma verbal equivalente al sustantivo, que incluso
pueden tener rasgos formales similares. Por ejemplo, puede llevar artículo (el fumar), complementos del
nombre (el saber de los hombres ) e incluso puede aparecer en plural ( los andares). Esto nos indica que,
lógicamente, en la mayoría de las ocasiones introduce Proposiciones Subordinadas Sustantivas, que
desempeñarán las mismas funciones que las PSS flexionadas, es decir:
-Sujeto: Fumar Celtas Cortos es peor.
-CD: Piensa aprobar esta asignatura.
-Atributo: Querer es poder.
-Término de una preposición: Confían en ganar la liga.
Pero el verdadero problema que se nos plantea con las construcciones de infinitivo es que
también pueden introducir subordinadas de carácter adverbial, en cuyo caso el infinitivo suele aparecer
acompañado de una preposición o locución preposicional:
-PSADV de tiempo (con “al”): Al salir de clase me encontré con él.
-PSADV de causa (con “por, de, al, a base de, a fuerza de”): Aprobó todas las asignaturas a fuerza de
estudiar todas las noches.
-PSADV finales (con “para, a fin de, con el objeto de”): Estudiamos para aprobarlo todo en junio.
-PSADV concesiva ( con “con, para, pese a, a pesar de”): A pesar de jugar como nunca, perdimos como
siempre.
-PSADV condicional (con “con, de, en caso de, a condición de”): Con aprobar el último examen,
aprobaréis todo el curso.
10.2. Construcciones de gerundio. El gerundio es una forma verbal no personal equivalente al adverbio y
que puede aparecer en la oración funcionando como tal: Ayer salió corriendo (SAdv, CCM).
El gerundio cuando actúa como verbo puede llevar sujeto explícito, aunque sin concordar con él.
Cuando ese sujeto no corresponde con el de la oración principal, se dice que el gerundio aparece en
construcción absoluta: Estando tú aquí, estoy tranquila. Este tipo de construcciones subordinadas
absolutas con entonación independiente y que complementan a toda la oración principal suelen
denominarse como C. Circunstancial Incidental.
Como los adverbios, las construcciones de gerundio realizan básicamente la función de C.
Circunstancial. Los principales valores que puede expresar son los siguientes:
-PSAdv de tiempo: Yendo hacia mi casa, me encontré con tu hermano.
-PSAdv de modo: Ese hombre te habla mirándote fijamente a los ojos.
-PSAdv concesiva: Sintiéndolo mucho, he de irme a casa.
-PSAdv causal: Habiendo estudiado tan poco, es normal que hayas suspendido.
-PSAdv condicional: Insistiendo un poco más, habrías conseguido el permiso.
Pero las construcciones de gerundio no sólo pueden introducir proposiciones subordinadas
adverbiales, ya que cuando aparecen en construcción absoluta, pueden generar proposiciones
subordinadas adjetivas: Ayer vi a tu primo corriendo por el parque. Si entendemos que el gerundio se
refiere a “tu primo”, genera una construcción absoluta, con sujeto distinto del de la oración principal,
siendo éste el antecedente de la proposición subordinada.
10.3. Construcciones de participio. El participio es la forma verbal equivalente al adjetivo, y como él varía
en género y número. Al igual que ocurre con el gerundio y el infinitivo, el participio puede aparecer con
complementos verbales, constituirse en núcleo verbal y formar proposiciones subordinadas: Los
periódicos publicados esta mañana en Madrid, no traen esa noticia.
Las proposiciones subordinadas con participio suelen realizar la función propia de las
subordinadas adjetivas, es decir, van a presentar un antecedente del cual serán adyacente.
Como característica particular del participio hay que destacar su carácter pasivo, de tal manera
que en muchas de estas construcciones podremos encontrar un C. Agente y un Sujeto paciente: La
decisión tomada ayer por el ministro no es la más adecuada.
Pero además, las construcciones de participio con frecuencia pueden aparecer acompañadas de
un sujeto explícito diferente al de la oración principal, con el que concuerdan en género y número,
formando una construcción absoluta. En estos casos, la proposición subordinada tiene más bien un
carácter adverbial, funcionando como CC (habitualmente con valor temporal o causal): Terminado el
concierto, los músicos abandonaron el escenario.

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