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“ANTROPOLOGIA IDENTIDAD Y POLITICAS CULTURALES” Autor: BAYARDO, Rubens Documents facia por el alrmno Jorge Gonlez del er. nivel de C1POL, PUERTO MONTT, JUNIO DE 1999 Antropologia, Identidad y Politicas Culturales En este artieulo procuramos exponer algunas consideraciones acera de las politicas culturales y la construccion de identidades desde una perspectiva, antropoldgica, para la cual son caras las nociones de cultura y de identidad. Ahora ‘bien, més acd del seductor exotismo que la antropologia voce, & que nos referimos ‘con esta perspectva? Basicamente hacemos alusion a una radeién dseiplinaria, la ‘cual pone el eje en la explicacion de las diferencias biosocioculturales de los ‘grupos humanos en el espacio y en el tempo Para ello recuper, por tna parte, partcularismo de la pequefia eseala de To que los hombres hacen, piemsan y dicen «en su vida cotidiana, y por otra part, el universalism del punto de vista evolutvo, {que los considera en tanto especie que se autoproduce, Esto nos enfrenta a la nocidn matriz de cultura como bisagra y ruptura con la naturaleza, y al concepto plural de cutturas: como los diversos modos consistentes de resolucion de esta iscontinuided. Los antropSlogos. somos tenidos como los observadores esinteresados de In diversidad de tas culturas y de las identidades en ellas cconformadss. Quizis ea esa misma atribucidn observaciona la que hace que 10 se ‘os vincule con las polticas, las cuales remiten a actividades de intervencién en universos eonfictivos, Pero esas presunciones refieren estadios anteriores de la disciplina, que s6lo recentemente ha recuperado el concepto de cultura. Tal abandono tuvo que ver con las implicancias del concepto de cultura elaborado a partir de Tas cexperiencias con las sociedades primitivas. En forma bivalente por cultura se centendié tanto a la toalidad del modo de vida de un pueblo, como a esc mismo pueblo. Ast, el concepio de cultura se confundié con el de sociedad e incluyé sin istinciones ni jerarquias aspectos materiales y espirituales, aunque poniendo énfasis en estos titimos. El lugar del observador y Ia situacin colonial en que se produjo el contacto, fueron soslayados por teorizaciones que consideraron a las ‘culturas como ajenas a la historia, aisladas, homogéneas, integradas, sin coniictos. ‘Al esencialsmo de esta concepcién correspondis unt nocién de’ identdad que subrayé la mismida, la permanenca,ignorando alteridades y clivajesinternos, 1a tsisrelativsta que defend la singularidad de cada cultura y el respeto por las diferencias, nauffagaba ante un mundo del cual no se velan los juegos de poder, os intereses en pugna. La abstencidn implicta en tal neutralidad valorativa, {erminaba legitimando la cristalizacién de un orden impucsto por la fuerza. Se comprende que estas perspectivas de la cultura, la identidad y el relativismo cultural, no proporcionaran instrumentos idéneos para abordar los. procesos histérico - politicos que en su misma formulacién ocluian. Las poiticasculturales propiciadas por tales concepeiones,apuntaban ala eoleccién de objetos tenidos por saracterstcos, ala exposicin de repertoios descontextuadas y a la preservacién de un patrimonio congelado, ante Ia posibilidad de su imemisible pérdida Paraddjea antropologia, que procurando reflejar la varabilidad ecuménica, terminaba nogando toda real intervencién a los hombres sobre las condiciones de ‘su propia existencia, BI abandono de este encuade tebrico metodolipico y su reemplazo por sbordaes centrados nel concepto de sociedad, tuvo como meta hacer posible el andlisis objetivo de las estructaras y los procesos de la vida social, ala luz de factores histricos, econémicos y politicos. Con ello se produjeron avances en el ‘conocimiento antropoligico de Ins constricciones materiales y las pujs de poder, de la explotacén, la desigualdad y la discriminacién entre los hombres, de la dinamica de Ia eslabilidad y el cambio, Pero, desechando el énfasis espritualista previo, se incurrié en un objetivismo que no presté la debidaatencién al lugar de las tepresentaciones y de la subjtividad en la construccion del mundo real. Un tenfoque plenamente relacional y superador del sustancilismo solo comenzaria se posible con la reelaboracin de los conceptos de cultura y de identidad, Las recientes concepciones de cultura han tendido a restrngir su sentido totalizador anterior eentrindose en ls aspects ideacionales, pero entendidos como tuna dimensién simbslice relacionada a los procesos de ptoduccién material y ‘eproducin social. En esta perspectva la cultura es una coastruccinsignifcante ‘mediadora en Ia experimentacin, comunicacin, eproduccin y transformacién de ‘un orden social dado. Como dimensién consttuiva de ese orden es una condicion de su cxistencia y no una entidad deseajada, posterior a¢I: conforma ls relaciones sociales, econémicas y politcas. A la vez conforma nuestra subjetividad, nuestro ‘modo de percibir ef mundo, de experiencia, indagar y replantear las relacioncs Fhumanas. Esta_definicion restringida de cultura deja de lado su vaguedad ‘omniabareativa en pro de establecerniveles especificos de aniliss y de proponer ‘elaciones entre los mismos, La cultura, como uno de esos niveles, se converte en objeto de disputa en los procesos de construccié de hegemonia y deja de ser una centidadestitica y homogénea, superando tanto la ausencia de causalidad como el eterminismo previos. La centracién en el aspocto signficante focaliza, la probleméica a considerar y aproxima esta concepcién al sentido corrente de cultura como actividades intelectuales y aristics. Ello posibilita un andlisis mas tadecuado de este dmbito especializado que contribuye a las rclaboraciones de la esfera cultural global y proporciona instrumentos para pensar e intervenit en politcasculturales, {Los nuevos enfoquesacerea dela identidad, en estrecha vinculacién con los planteos previos, enfatizan su carécter plural, cambiante, constituido en los ;rocesos de luc por el reconocimiento socal, Las identidades son construcciones Simbolicas que involucran representaciones y clasiicaciones referidas a. las Felaciones sociales y las précticas, donde se juega la pertenencia y Ia posicién relatva de personas. y de grupos en su mundo. De este modo no se tata de Propiedades esenciales © inmutables, sino de trazos clasifieatoios auto y altrtrbuidos, manipulados en funcién de conflicts ¢ intereses en pugna, que ‘marcan las fronteras de los grupos, asf como la naturaleza y Ios limites de lo real "No se trata de una cualidad perenne transmitida desde el fondo de ls tempos, sino ‘de una construcen presente que recrea el pasado con vistas a un porvenirdeseado, En este sentido la nocién de identidad, recuperando los procesos materiales y simbolioos y la actividad estructurante de los sujetos, permite analiza la conformacin de grupos y el establecimiento de loreal en sus aspectos objetivos y subjtivos Las politicas cultures, como intervenciones orientadoras del desarrollo simbotico, contibuyen a estableeer el orden y la transformacién legitimos, la lunidad y la diferencia validos, ls idenidades locales, regionals y nacionales. Su sentido profundo apunta mas al hacerse de la sociedad, a la conformacién de ‘marcos y pauias generales de convivencia, que a la sla ilustracién humanisticao el cultivo esttico, De aqui su trascendencia en el desarollo socio econsmica y en Ia emocratizcién politica y de agut también 1a importancia de la eitiea de la caltura. A nuestro entender, ene! momento actual del pais esta eritiea pasa por dos topicos fundameniales. En cl presente conteato las poitcas culturaes pblicas han convertdo Ia imervencion positiva en acciones por omisiGn, El Estado solo mantiene la gestion de los bienes tradicionales, emblemiticos y no Iueratives, em gestiones que ‘ropician el patrimonialismo cultural y el esencalismo identitario. Por otro lado ‘ransfiere los espacios modernos y rentables de la cultura hacia agentes privados capitalizados, eonvitiéndolos en éreas de explotacién comercial, mientras que nigga apoyo’ los agentes privados sin capital y a los agentes comunitarios, librando esas iniciativas una autoproduccién escuslids, Mientras que la ‘modernizacion favorece el incremento de las desigualdades sociales, cl ‘radicionaismo legitima como preexistente esta diferencia generada Su apropiacién del patrimonio cultural esteriliza Ia variedad de las experiencias Fhumanas en un repertrio sesgado y congela la cultura en atibutos inmutables calificados. El esencialismo identitario presenta a las desigualdades como meras diferencias y a estas las tapona en provecho de una unidad eristalizada, Construye subjetividades desmesuradamente reprimidas en su capacidad critica y cestructurante,timitando el flujo cultural y Ia resolucién plural del futuro deseado, Un diseflo tal del espacio cultural afianza una nueva hegemonia que va ditectamente en contra de lx formacién de civdadana, la democratizacion y el “desarrollo, por lo que como politica cultural debe ser cuestionada. Pero cuando se piensa en un nivel mas global de las politica culturales, se plantea una segunda y priortaria urgencia, La insistencia hoy hegemdnice en feducit todos los problemas a la dimension econémica y su Logica ‘natural’ © inevitable, conduce ala ngacién radical de las expecttivasy de Ia intervenciones de los actores sociales en sus asuntosvitales. Su contraparte, la atribucién de esos ‘mismos problemas a una cultura de la evasibno a una cultura de la conrupcin y el reclamo de una cultura del trabajo, no hace sino apelar a imaginaios falaces -en tanto despajados de sus eondicionarmients socales- que operan en igual direccion Ello comporta una negacin de la eultura como recreacion que los mismos hombres hacen de las relaciones entre si y con la natualeza, que no puede pasarse por alto en tanto empobrece ya no silo Ia convivencia democritica, sino también la propia ‘condicién human, En este sentido la esfera cultural como tal debe ser reivindicada fen Su presencia, su relevanca, su autonomia relativa y sus potencialidades. El derecho ala cultura y ala identidad que las politica culturales debieran consagrar, se vuelve asi un derecho a la existenia y ale dignidad del ser reconocido, que hace (que a esa existencia que vale la pena ranscuri Ta Mamemos vida, BIBLIOGRAFIA DE REFERENCIA, GARCIA CANCLINI, Néstor (Ed) 1987. Politics culturales en América Latina Editorial Grijalbo, México, GARCIA CANCLINI, Néstor. 1992. Culturas hibridas.Estrategias para entrar y salir dela modemidad. Editorial Sudamericana, Buenos Aires. HABERMAS, Jorgen. 1982. Conocimiento ¢ interés, Editorial Taurus, Madrid HABERMAS, Jorgen. 1983. "La ruptura ene cultura y sociedad. Sobre la critica de a cultura de los neoconservadores'. En: Nueva Sociedad, n° 69, noviembre- diciembre, Caracas SULIANO, Dolores. 1994. Exposicin presentada en Ia Mesa Redonda "Estudios ela cultura y las idemtidades’, IV Congreso Argentino de Antropologia Social, Olavarra, 18 al 22 de julio de 1994, LEVESTRAUSS, Claude. 1984. Antropologia Estructura, Eudeba, Buenos Aires, PENNA, Maura. 1992.0 que faz ser nordestino. Identidades sociales, intereses€ 0 ‘escndaio'Erundina Cortez Editora, Sa0 Paulo. WILLIAMS, Raymond, 1982, Cultura. Sociologia de la comunicaciny del arte = Paidés, Barcelona,

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