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DATOS GENERALES:

1.1. TITULO:

1.2. EJECUTORES:
- DE LA CRUZ RUTTI ROSARIO MARIBEL
- FRANCO FLORES RUBEN DENNIS
- HINOJOSA SALAZAR MELISSA KAREN

1.3. AREA DE INVESTIGACIÓN:


….
1.4. ASESOR:
JESÚS HUAMÁN ROJAS

1.5. FECHA DE INICIO:

13 de Abril del 2010

1.6. FECHA DE CULMINANCIÓN:

21 de Mayo del 2010

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2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:
2.1. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA:

2.1.1. GENERAL:

¿Cuándo surge la obligación contractual y tributaria en


los juegos y apuestas permitidos en el Perú?

2.1.2. ESPECIFICOS:

- ¿Cuáles son las obligaciones contractuales de los juegos y


apuestas permitidos en el Perú?
- ¿Cuáles la clasificación de los juegos y apuestas permitidos
en el Perú?
- Cuáles son las obligaciones tributarias en los juegos y
apuestas permitidos en el Perú?

2.2. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN:

El presente trabajo está elaborado desde la perspectiva de que


los juegos y la apuesta, tratado en los art. 1942 y siguientes del
Código Civil, son contratos aleatorios. “En efecto, el resultado
económicamente favorable o desfavorable para la persona dentro
de la sociedad que la celebra depende de un acontecimiento o
resultado incierto”.

Las distinciones sociales continúan marcándose, incluso si la


juventud proporciona la ilusión de una abolición de las barreras
entre clases pues se estudia conjuntamente el juego y la apuesta,

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aplicándoseles las mismas reglas. Puesto que socialmente se ven
reprimidos al poseer una economía muy austera, Sin embargo
entre jugar y apostar existen diferencias. Ya que En Roma, los
juristas, afirmaban que en el juego el hecho incierto, objeto del
contrato, dependía de las mismas partes y, en la apuesta,
dependía de las circunstancias ajenas a ellas. “Así la suerte en
los naipes constituirán juego, y las suertes a los caballos que
ganan una carrera, sería apuesta”.

La doctrina moderna ha desechado este criterio de diferencias el


juego y la apuesta. Así en la lotería y las jugadas de bolsas, el
acontecimiento no es obra de las partes, y sin embargo son
juegos; y la promesa que se hacen dos corredores de pagar una
prestación al que llegue en primer lugar a un determinado sitio, es
apuesta aún cuando el hecho sea ejecutado por las mismas
partes.

Actualmente se entiende que hay apuesta, cuando el hecho


incierto que ha de suceder, tiene por objeto robustecer una
afirmación de los que apuestan, y juego, cuando el hecho depende
exclusivamente del azar y tiene por fin exclusivo la distracción y la
ganancia.

El contrato de juego, es aquel que tiene lugar cuando dos o más


personas entregadas al juego se obligan a pagar a la que ganase,
una suma de dinero u otro objeto determinado.

Apuesta, es el “contrato por el cual dos personas, que son de una


opinión contraria, sobre cualquier materia, convienen en que
aquella cuya opinión resulta fundada, recibirá de la otra, una
suma de dinero o cualquier otro objeto determinado.

El art. 1942 del Código Civil dice; “por el juego y la apuesta


permitidos, el perdedor queda obligado a satisfacer la prestación

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convenida, como resultado de un acontecimiento futuro o de uno
realizado, pero desconocido para las partes”.

En la doctrina, se diferencia el juego de la apuesta. En el juego


predomina el azar, el envite y la suerte; en la apuesta, la
destreza, la habilidad y la aptitud. Ambos están sujetos a las
mismas normas.

2.3. DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA:

2.3.1. DELIMITACIÓN TEMPORAL:


El presente proyecto de investigación se llevara a
cabo durante los meses de abril, mayo, junio y
julio del presente año para lo cual tendremos que
recopilar los datos necesarios para la conclusión
del presente proyecto.

2.3.2. DELIMITACIÓN ESPACICAL:


El trabajo se está realizando en la Provincia de
Huancayo, Departamento de Junín, teniendo
trascendencia Nacional.

2.3.3. DELIMITACIÓN SOCIAL:


El presente trabajo se elaboro en base a las
entrevistas verbales que se hizo a los magistrados
abogados, estudiantes, docentes de la Facultad de
Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad
Peruana los Andes y población en general.

2.3.4. DELIMITACIÓN CONCEPTUAL:

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En el presente trabajo se estudiaran los
Siguientes Temas: Juego, Apuesta, Impuesto,
Impuesto General A Las Ventas, Impugnación De
La Decisión, Incertidumbre, Incumplimiento

3. DETERMINACIÓN DE OBJETIVOS DE LA INVETIGACIÓN:

3.1. OBJETIVOS GENERALES:

Analizar y conocer las obligaciones contractuales y tributarias en


los juegos y apuestas permitidos en el Perú.

3.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

- Conocer y analizar las obligaciones contractuales de los juegos y


apuestas permitidos en el Perú.

- Clasificar y conocer los juegos y apuestas permitidos en el Perú.

- Conocer y analizar las obligaciones tributarias permitidas en el


Perú.

- Identificar los tipos de tributos a los que están sujetos los juegos
y apuestas permitidos en el Perú.

4. MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL:

4.1. ANTECEDENTES DEL ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN:

Internacional:

En el presente proyecto no se encontró monografías


similares a la que venimos trabajando, solo existen
algunas monografías y libros que hacen mención
sobre las obligaciones contractuales.

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Nacional:

A la fecha no se ha desarrollado ese tema en


ningún lugar del territorio nacional

Local:

A la fecha no se ha desarrollado ese tema en


ningún lugar del territorio nacional

4.2. MARCO HISTORICO:(el grupo cree conveniente el


presente punto)

El juego en casi toda su historia ha sido considerado como una


fuerza del mal. Los Puritanos objetaron contra entretenimientos
populares como el juego durante el siglo XVII porque decían que
violaban los principios de la Biblia. La mezcla entre los
principios del lucro ganado con el trabajo arduo, capitalismo y
Calvinismo hacía que considerasen el juego, bajo todos los
puntos de vista, un pecado, violando la Ley del Señor. Todavía
todo el mundo sabe que la fruta prohibida es la más apetecida,
y los puritanos no han logrado convencer los europeos a
abandonar las apuestas de juego, pero crearon reglas y leyes
contra el juego en las colonias norte-americanas, lo que vendría
a tener consecuencias interesantes en la historia del juego.

Las loterías eran particularmente mal vistas por los puritanos,


pues que apelaban a la Providencia Divina, invocando el
nombre de Dios en asuntos tan frívolos como el juego y las

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apuestas en los dados o juegos de cartas. En muchas colonias
la oposición religiosa al juego se fue atenuando en el siglo XVIII,
pero la asociación puritana entre las apuestas de juego y el
vicio, el alcoholismo, la pereza y la depravación moral son
temas que se mantuvieron en la historia del juego hasta
nuestros días, aunque con un eco cada vez menor. En realidad,
en el siglo XVIII las loterías eran un óptimo método de recaudar
fondos para caridad, ayuda en tiempos de guerra, escuelas,
hospitales, etc. El propio George Washington compró y vendió
billetes de lotería, y Benjamin Franklin elogió la lotería como
modo de financiar la guerra en 1748.

El juego continuaba siendo considerado un vicio, y sufrió un


contratiempo cuando en el inicio de la Revolución Americana
algunos «comités de seguridad» de las colonias se opusieron al
juego, que arruinaba la moral pública. El general Washington,
jugador de cartas, prohibió el juego en el ejército, pues distraía
los soldados de sus deberes militares. Sin embargo, el Congreso
Continental promovió en 1777 una lotería nacional en nombre
de la «grande y gloriosa causa americana». La historia del juego
está repleta de esas incongruencias entre los beneficios y los
vicios.

4.3. BASES TEÓRICAS:

4.3.1. Bases teóricas de la variable “Obligaciones


contractuales de los juegos y apuestas”

4.3.1.1. Sistema Jurídico Internacional

El Consejo de Estado francés, en una declaración de corte


idealista que quizás no se corresponda con la altura de los
tiempos actuales, llegó a decir de Internet y las redes digitales
que "son ante todo un nuevo espacio de expresión humana, un

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espacio internacional que trasciende las fronteras, un espacio
descentralizado que ningún operador ni ningún Estado pueden
dominar por entero, un espacio heterogéneo donde cada uno
puede actuar, expresarse y trabajar, un espacio apasionado por
la libertad."

Sin llegar hoy día a esa concepción algo utópica, lo cierto es que
Internet introduce en una amplitud inusitada, acaso comparable
con la aparición de la imprenta, las posibilidades de actuación
del ser humano, en todos sus órdenes. Actuaciones que, por si
fuera poco, escapan en gran medida a las categorías fácticas y
jurídicas actuales, tales como el principio de territorialidad que
quiebra radicalmente, en su tradicional configuración, cuando
se analiza desde cualquier perspectiva la red de redes.

Conscientes de ello, las autoridades estatales de los diferentes


países intentan, esgrimiendo las cuestiones de orden público en
materia de juego y la protección de los consumidores, en último
término ciudadanos de sus territorios, la aplicación coercitiva de
su regulación sobre el juego siempre que el mercado efectivo del
prestador de los servicios esté formado por los residentes del
espacio sometido a su jurisdicción.

Recientemente, las autoridades españolas han manifestado ya


su preocupación, por la merma de ingresos tributarios que esta
actividad implica y, presumiblemente, no tardarán en iniciar
actuaciones para intentar reprimir estas prácticas, al igual que
ya han hecho otros gobiernos del mundo.

El juego en sí mismo, por su parte, ha sido una actividad


tradicionalmente considerada como un fenómeno perverso, de
cuya erradicación de las costumbres sociales en nuestro país,
durante la época franquista, se ocupó una legislación penal

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severa que tipificó como delitos la organización de los juegos y
su práctica, al menos del juego organizado por agentes privados
.

Esta consideración no es ajena a otros países desarrollados


como son los Estados Unidos de Norteamérica, donde, mientras
que en 1973 apenas una docena de Estados tenían alguna
regulación referente al juego y tan sólo uno (Nevada) contaba
con Casinos autorizados, en 1999 tan sólo dos estados (Hawai
y Utah) permanecían sin una regulación legal al respecto.

De esta situación tradicional, en que el juego legal era un


limitado y raro fenómeno, en manos exclusivas de los poderes
públicos, se ha pasado a otra bien distinta, en que se considera
como una actividad susceptible de ser desarrollada por agentes
privados, en el marco de un proceso de liberalización de
servicios prestados tradicionalmente desde la Administración.
Proceso de liberalización al que el juego, como otro servicio más,
no resulta ajeno, encontrándose así sometido, cada vez más, a
las reglas de la competencia leal entre los prestadores de los
servicios correspondientes.

Internet favorece la prestación de innumerables servicios en el


marco de un ámbito en principio desregulado, al que se están
uniendo de forma creciente todos los sectores de actividad,
incluido el juego. En 1994 todavía no existía ningún sistema de
juego en que se pudiera apostar con dinero a través de Internet.
En 1998, por el contrario, se contabilizaron ya un total de 120.

En 1.995 surgieron los primeros negocios de juego en Internet:


de un lado, la lotería patrocinada por la Cruz Roja, que operaba
inicialmente, bajo licencia del Principado de Liechtenstein, en un
total de seis idiomas incluido el chino; de otro, las loterías

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nacionales indias de Norteamérica que operan a través de ICI
(Internet Casinos, Inc) que desarrollan su actividad desde fuera
de los Estados Unidos (Turks and Caicos Islands).

El dinero que comienza a mover este sector es ciertamente


considerable. En mayo de 1.999, había unos 250 casinos que
operaban en la Red, 64 loterías, 20 juegos de bingo y 139
páginas que ofrecían apuestas sobre deportes a través de
Internet. Algunos estudios estiman que en 1.998 la industria del
juego en Internet movió unos 651 millones de dólares, mientras
que otros sitúan la cifra alcanzada en 919 millones. Previsiones
conservadoras para el año 2.002 sitúan en 3.000 millones de
dólares el dinero que gastarán los jugadores a través de
Internet.

El debate jurídico que esta circunstancia presenta comenzó a


hacerse público sobre 1.996, poniéndose de manifiesto las dos
tendencias susceptibles de ser esperadas. Los defensores a
ultranza de la libertad, uno de cuyos máximos exponentes
podría ser el Instituto CATO, que preconizaban una legalización
y liberalización de esta actividad y, por otro lado, los
partidarios de tesis proteccionistas contrarios a legalizar el
juego en Internet.

Como cabía esperar, ninguna de las dos posiciones extremas ha


conseguido imponerse a una realidad innegable como el juego
en Internet, de forma que junto a Estados excesivamente
permisivos en el otorgamiento de licencias, hay otros que
pretenden una aplicación hasta cierto punto extraterritorial de
su restrictivo régimen sobre el juego, con base en la protección
de sus ciudadanos, sin faltar países que encaran la situación
de forma sosegada, permitiendo pero limitando la actividad de
juego en Internet, en sus diferentes modalidades.

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4.3.1.2. Generalidades – Contrato Aleatorio

El juego y la apuesta, tratado en los art. 1942 y siguientes del


Código Civil, son contratos aleatorios. “En efecto, el resultado
económicamente favorable o desfavorable para la persona que
la celebra depende de un acontecimiento o resultado incierto”.

Se estudia conjuntamente el juego y la apuesta, aplicándoseles


las mismas reglas. Sin embargo entre jugar y apostar existen
diferencias. En Roma, los juristas, afirmaban que en el juego el
hecho incierto, objeto del contrato, dependía de las mismas
partes y, en la apuesta, dependía de las circunstancias ajenas
a ellas. “Así la suerte en los naipes constituirán juego, y las
suertes a los caballos que ganan una carrera, sería apuesta”.

La doctrina moderna a desechado este criterio de diferencias el


juego y la apuesta. Así en la lotería y las jugadas de bolsas, el
acontecimiento no es obra de las partes, y sin embargo son
juegos; y la promesa que se hacen dos corredores de pagar una
prestación al que llegue en primer lugar a un determinado sitio,
es apuesta aún cuando el hecho sea ejecutado por las mismas
partes.

Actualmente se entiende que hay apuesta, cuando el hecho


incierto que ha de suceder, tiene por objeto robustecer una
afirmación de los que apuestan, y juego, cuando el hecho
depende exclusivamente del azar y tiene por fin exclusivo la
distracción y la ganancia.

Contrato Aleatorio

Es aquel contrato en el cual la ventaja que las partes obtienen


del mismo no es apreciable con motivo de su formación, por
depender esa ventaja de un acontecimiento incierto al que los

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contratantes han querido subordinar sus posibilidades de
ganar o perder, parte de la idea de que las partes o una de
ellas hayan querido correr un riesgo o probar la suerte, ya que
todo contrato aleatorio es a título oneroso, después que dichas
operaciones no son rescindibles por causa de lesión.

No obstante es preciso que el contrato no sea seguramente


lesivo para una de las partes contratantes ocurra lo que ocurra,
al expresar que a pesar de que en un contrato aleatorio existe el
azar para los dos contratantes, el acontecimiento que aprovecha
a uno significa la pérdida para el otro.

El número de Contratos Aleatorios es ilimitado, como


consecuencia de la autonomía de la voluntad, en tal sentido se
distingue distinguen dos categorías de contratos aleatorios:

Aquellos en los cuales la finalidad de las partes consiste en


provocar la suerte, en beneficiarse de ella, entre estos tenemos
el juego y la apuesta; y

Aquellos otros que tienen por objeto en el espíritu de las partes


o en el de uno de ellas protegerse contra la suerte, entre estos
tenemos el seguro.

El Código Civil Francés no considera sino el juego y la apuesta


y el contrato de renta vitalicia, excluyendo el contrato de seguro
y el préstamo a la gruesa ventura además las ventas de
usufructo, de nuda propiedad, la venta firme de una cosa futura
y la venta de inmueble verificada en exclusión completa de toda
garantía, a riesgo y ventura del propio comprador.

Resulta complejo muchas veces caracterizar los contratos


aleatorios como aquéllos en los que existe un riesgo de
ganancia o pérdida, toda vez que el aleas se encierra en

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numerosos contratos que no participan de esta naturaleza (p.ej.
el contrato de sociedad) y por ello se incurre, usualmente, en
otro peligro, cual es el de reputarlos como aquéllos en los que
las prestaciones de las partes no están bien determinadas al
tiempo de la perfección del negocio, sino que dependen de un
acontecimiento incierto, lo que hace confundirlos con los
contratos condicionales.

Tres son los elementos que distinguen al contrato aleatorio:

- La incertidumbre inicial del resultado;


- La dependencia definitiva del mismo de circunstancias
aleatorias que lo hacen indeterminado o incierto; y
- El deseo de los interesados de asumir ese riesgo.

Es contrato aleatorio (o de suerte) aquel en el que la entidad del


sacrificio puesta en la relación con la entidad de la ventaja – es
decir, la entidad del riesgo al que cada contratante se expone – no
puede ser conocida y valuable en el acto de formación del contrato:
tal entidad se revelará luego, según el curso de los
acontecimientos. De esto se sigue que quien estipula un contrato
aleatorio tal vez haga una cosa útil para él o perjudicial según las
circunstancias. Por tanto la causa del contrato aleatorio consiste en
el hecho de que para una de las partes es objetivamente incierto –
en el acto de conclusión – si le resultará una ventaja o (por lo
menos) una ventaja que sea proporcionada al sacrificio que debe
realizar. No basta para hacer aleatorio el contrato la
indeterminación de la prestación.

Puede ser aleatorio solamente el contrato con prestaciones


recíprocas; el contrato con prestación de una sola parte nunca
puede ser aleatorio porque falta una relación entre las
prestaciones que pueda, en caso de ejecución del contrato,

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desembocar en un riesgo imprevisible en el momento de la
conclusión.

El art. 1104 del Código Civil de Napoleón previene:

"Es conmutativo (el contrato), cuando cada una de las partes se


obliga a dar o hacer una cosa que se considera equivalente de lo
que da o hace el otro contratante; cuando la equivalencia consiste
en eventualidades de ganancia o pérdidas para cada uno de los
contraventes, dependientes de un suceso incierto, el contrato es
aleatorio."

En los contratos aleatorios las ganancias o pérdidas para ambas


partes dependen de un suceso incierto. Por ejemplo, en el contrato
de juego o apuesta la pérdida o la ganancia de las partes
dependen de las eventualidades del juego. En los contratos
aleatorios las obligaciones que asumen las partes o la misma
existencia de dichas obligaciones depende de un acontecimiento
futuro o incierto, por lo que no se puede establecer anteladamente
cuál es el beneficio o la pérdida que dichas partes habrán de
experimentar. Carácter especial del contrato es que el elemento
aleatorio es común a ambas partes. Lo que es ganancia para una,
entraña pérdida para la otra. Nadie sabe quién ganará o quién
soportará la pérdida. los tratadistas presentan los contratos
aleatorios como la antítesis de los contratos conmutativos, pero que
en el fondo tal oposición no existe, porque la alternativa de la
ganancia o de la pérdida para una de las partes no supone que en
los contratos aleatorios ambas partes se encuentren interesadas.
En los conmutativos una prestación corresponde a la
contraprestación, en tanto que en los aleatorios una de las
prestaciones puede falta. Estamos frente a dos contratos
diferentes, el de apuesta y el de juego hemos dicho que la apuesta

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puede existir, sin juego, y que éste asimismo puede existir sin
apuesta.

4.3.1.3. Definición

El contrato de juego, es aquel que tiene lugar cuando dos o más


personas entregadas al juego se obligan a pagar a la que ganase,
una suma de dinero u otro objeto determinado.

Apuesta, es el “contrato por el cual dos personas, que son de una


opinión contraria, sobre cualquier materia, convienen en que
aquella cuya opinión resulta fundada, recibirá de la otra, una
suma de dinero o cualquier otro objeto determinado.

El art. 1942 del Código Civil dice; “por el juego y la apuesta


permitidos, el perdedor queda obligado a satisfacer la prestación
convenida, como resultado de un acontecimiento futuro o de uno
realizado, pero desconocido para las partes”.

En la doctrina, se diferencia el juego de la apuesta. En el juego


predomina el azar, el envite y la suerte; en la apuesta, la
destreza, la habilidad y la aptitud. Ambos están sujetos a las
mismas normas.

4.3.1.4. Diferencias

En términos generales el juego es aquel contrato por el cual las


partes prometen entre sí una prestación, si una de ellas obtiene un
resultado dependiente de la fuerza, de la destreza, de la
inteligencia o del puro azar, el juego como una convención por la
cual unas personas se comprometen, entregándose a una
combinación cualquiera, a pagar una suma de dinero o a hacerle
una prestación. la apuesta es una convención en virtud de la cual
unas personas que no están de acuerdo sobre una cuestión, que

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considera diferente, convienen en que, quien tenga la razón reciba
de los demás una suma de dinero o una prestación determinada.
El contrato por el cual cada una de las partes promete a la otra
una prestación según que tal acontecimiento, se haya producido o
no. el contrato de juego y apuesta difieren por el papel que
desempeñan las partes, si provocan el acontecimiento que
designará al ganador, se trata de juego; si permanecen ajenos a
ese acontecimiento se trata de apuesta. Además expone que el
juego no es oponible a terceros cuando la deuda se salde con un
pagaré, la excepción del juego es oponible al portador de buena fé
del pagaré. El Código Civil señala dos reglas excepcionales
comunes a los contratos de juego y apuesta:

- Le niega al ganador la acción en repetición de lo que haya


pagado y

- No le reconoce ninguna eficacia a las promesas a pagar.

Indudablemente que entre juego y apuesta existe diferencia.


Puede haber juego sin apuesta, así como puede haber apuesta sin
juego. El juego puede consistir en una diversión sin resultados
económicos. En ese caso hablamos de juego por antomasia pero la
mayor parte de veces el juego va acompañado de una apuesta. La
apuesta existe sin el juego. Es un elemento accidental podríamos
decir que la apuesta es un accesorio del juego. Cualquier clase de
juego, desde el más atrevido hasta el mas inocente pueden existir
sin la apuesta no puede existir sin el juego los actos o sucesos que
son objeto de ella, la apuesta tiene que ir siempre unida sea al
juego, sea a los actos o hechos que se apuestan. Si yo apuesto
que A no pasa de 18 años, frente a otro que afirma que A, excede
de los 18 años que muy bien puede llegara los 24 años, ambas
posturas sometidas al dicho de A que despejará la duda y llega A,
y dice que tiene 20 años. He perdido la apuesta. No se ha tratado

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de un juego pero ha habido apuesta. En cambio si teniendo el
mazo de barajas en la mano digo que pagaré siete y medio y otro
jugador exhibe cartas que valen siete y medio, habré perdido en
un juego en que ha habido apuesta. La apuesta no solo es dinero,
pueden existir apuestas en objeto y apuestas carentes de valor,
en fichas o palillos de fósforos o granos de maíz, que no tienen
valor. Citando al artículo 2053 del Código Civil Argentino dice aun
existe apuesta "cuando dos personas que son de una opinión
contraria, sobre cualquier materia, convienen que aunque cuya
opinión resulte fundada recibirá de la otra una suma de dinero o
cualquier otro objeto determinado". "como contrato es principal,
bilateral, consensual y aleatorio; por él convienen dos o mas
personas en que la que perdiere, según se realice, o no, la suerte
de una de las partes, pagará a la otra cierta cantidad u otra cosa
fijada de antemano. El artículo 2052 del Código Civil Argentino
define el contrato de juego como aquel que tiene lugar cuando dos
o mas personas, entregándose al juego, se obliguen a pagar a la
que ganare una suma de dinero u otro objeto determinado".

A) Distinción entre juego y apuesta en relación al fin perseguido


por las partes:

Según un primer criterio, para establecer la diferencia entre juego


y apuesta ha de atenderse al distinto motivo o finalidad de dichos
contratos. Así, el juego tiene por objeto una distracción o una
ganancia, o ambas cosas a la vez, mientras que la apuesta tiende
a robustecer una afirmación discutida. En consecuencia, sienta
las siguientes definiciones: «Contrato de juego es aquél por el cual,
con el fin de distracción o de ganancias, las dos partes se
prometen una prestación bajo condiciones opuestas», y «Contrato
de apuesta es aquél por el cual, con el fin de robustecer una
afirmación, las partes se prometen recíprocamente ciertas
prestaciones para el caso de ser o no verdad aquella afirmación».

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Conforme a esto, sostiene que las apuestas sobre la victoria de un
determinado caballo en una carrera pública, son juego, porque
sólo se realizan con vistas a una ganancia. A ello añade que en
las afirmaciones sobre futuro no suele haber apuesta, sino juego,
y señala como ejemplo las apuestas deportivas, si bien no
considera acertado en este caso generalizar este criterio. A este
planteamiento se le han formulado dos importantes objeciones. En
primer lugar, reduce la categoría de las apuestas a hipótesis
marginales, puesto que incluiría entre los juegos prácticamente
todas las apuestas relativas a un acontecimiento futuro, así como
las que se realizan por una diferencia de opiniones de carácter
intrascendente. En segundo lugar, esta teoría basa la distinción
en los motivos individuales de los jugadores y apostantes,
olvidando no sólo que esos motivos varían de persona a persona
(hasta el punto que una parte podría, por ejemplo, estar
convencida de la seriedad de su propia afirmación, y la otra
apostar sólo por diversión o ganancia), sino también que los
motivos individuales no se exteriorizan, no forman parte del
negocio jurídico y son irrelevantes para el Derecho. En realidad –
se afirma-, en todos esos casos la única razón decisiva y común a
las partes reside en la creación artificial de un riesgo en relación a
un acontecimiento al menos subjetivamente incierto.

B) Distinción entre juego y apuesta en función de la participación


en la realización del evento:

Según un segundo criterio (romano), que es el más generalizado,


hay juego cuando las partes intervienen activamente en el
acontecimiento incierto de que se trate y contribuyen al resultado
final, y hay apuesta cuando las partes quedan al margen de la
actividad que producirá dicho acontecimiento. En este sentido, se
ha definido el juego como «contrato por el cual cada una de las
partes promete a la otra una prestación si una de ellas obtiene un

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resultado dependiente de la fuerza, de la destreza, de la
inteligencia respectiva de las partes, o del puro azar».

4.3.1.5. Caracteres

Son los siguientes:

- Es autónomo.- pues no depende de otra relación obligacional.

- Es de prestaciones recíprocas, pero con una


peculiaridad.- al momento de celebrase cada parte se obliga
respecto de la otra a satisfacer determinada prestación; pero al
resolverse la incógnita que plantea el hecho incierto sólo queda
la que corresponde al perdedor.

- Son consensuales.- porque no exigen formalidad para


originarse. Basta el mero consentimiento.

- Son onerosos.- porque ambos contratantes quedan sujetos


entre sí a prestaciones recíprocas, que no quiere decir iguales,
sujetas a una condición.

- Son condicionales.- por cuando se requiere que se realice la


eventualidad para la determinación de la victoria o pérdida,
pero el contrato existe con anterioridad a la determinación del
evento. En el juego y la apuesta existe una enajenación
condicional, cuyo cumplimiento depende para uno, de si se
realiza un hecho, y para el otro, de si no se realiza, de manera
que el que gana no exonera de pagarle y puede exigirle del
contratante perdido.

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- Es aleatorio.- pues en el momento de su celebración existe un
favor sine qua non de incertidumbre y las partes
necesariamente desconocen su resultado.
Se ha discutido si lo expuesto significa que el juego y apuesta
depende de una condición impuesta por la ley (conditio jure). La
mayoría de los autores se inclinan por descartarlo, pues como
dice Salvat, mientras en los contratos aleatorios “… la
incertidumbre recae sobre las ventajas que las partes esperan
realizar, pero no sobre el contrato mismo, en los condicionales,
por el contrario, es la existencia misma del vínculo contractual y
de las obligaciones y derechos derivados de él, lo que resulta
incierto”.

- Es bilateral.- porque impone pérdidas o ganancias para


ambas partes o porque impone una pérdida o una ganancia a
una parte, pero con la posibilidad de un resultado contrario.

- Es de ejecución instantánea.- de modo que no se extiende en


el tiempo, a diferencia de los contratos de duración. La
instantaneidad, por cierto, se presenta una vez despejada la
incertidumbre.

4.3.1.6. Sujetos y Capacidad

Los sujetos del juego y apuesta (permitidos y no autorizados) son,


en términos genéricos, los jugadores. Una vez producido el
resultado de una situación hasta entonces incierta quedan
precisados como el vencedor y el perdedor, respectivamente, aun
cuando esta diferencia no se presenta con esta claridad en los
juegos permitidos, pues quien hace empresa nunca resulta
perdedor y siempre existe para él un margen calculado de
ganancia, cualquiera que sea ese resultado (ramo de loterías, etc.).

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En lo que se refiera a la capacidad de goce, en principio pueden
celebrar el contrato tanto las personas naturales como jurídicas.
Empero, existen situaciones especiales en las cuales en los juegos
permitidos sólo puede actuar como organizador una persona
jurídica, y así acontece en la lotería, en los casinos y en el bingo.
Respecto a la capacidad de ejercicio existen distintos.
En consecuencia, en el juego y apuesta permitidos, mientras en
las apuestas en los hipódromos no se impide a los menores
acercarse a las ventanillas y jugar, no sucede lo mismo en casinos
y establecimientos de bingo, pues tanto los menores como los
sujetos a interdicción civil no pueden ingresar. Y en relación con el
juego y apuesta no autorizados no existe la solutio retentio del
vencedor cuando el perdedor sea incapaz, en resguardo de su
inmadurez, inexperiencia o falta de capacidad de discernimiento.

4.3.1.7. Objeto de la Prestación

En los juegos permitidos el objeto de la prestación de dar a que se


obliga quien los organiza está representado por bienes (dinero y
especies, como sucede en el juego de la lotería). El apostador, por
su parte, está sujeto a la prestación de dar una suma de dinero
como condición obligatoria y ello acontece en el momento en que
adquiere los billetes, cartillas, fichas y análogos, sin que puede
sostenerse que con ello realiza una compra, pues este hecho está
inescindiblemente ligado al juego y apuesta.
En esta teoría nada impide que en el juego y apuesta permitidos el
objeto sea una prestación de hacer, y en el comentario el artículo
1942 ponemos un ejemplo de esa posibilidad. Tampoco cabe
descartar que el objeto resulte una prestación de no hacer, esto es,
un deber de abstención, aunque en la práctica lo vemos
sumamente remoto.
A diferencia de lo expresado en los párrafos anteriores, en el juego
y apuesta no autorizados el objeto de la prestación cubre un

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amplio espacio (dar bienes, o sea cosas o derechos; hacer o
cumplir servicios; y no hacer o abstenerse de algo), sin que las
prestaciones tengan necesariamente que ser homogéneas. No
existe, pues, inconveniente para que en un juego y apuesta no
autorizados uno de los apostadores se comprometa a una
prestación de dar y el otro a una de no hacer, todo ello
condicionado al resultado del hecho incierto.

4.3.1.8. Clasificación

El Código legisla sobre "el juego y la apuesta" permitidos y no


autorizados.

De la disquisición anterior deducimos que el código no legisla ni el


juego ni la apuesta. Todas las formas, lícitas y no lícitas resultan
englobadas en la frase "el juego y la apuesta" que son tratadas
como si fueran un solo hecho o un solo concepto. Consideramos
mas apropiado calificar la apuesta como el contrato en el cual
ambas partes se someten a los resultados de determinado hecho.

El Código sin embargo engloba en una frase el juego y la apuesta,


reconoce tres clases de estas:

El juego y la apuesta permitidos.

El juego y la apuesta no autorizados.

El juego y la apuesta prohibidos.

Cada uno tiene un tratamiento especial;

A) Juego y Apuesta Permitidos: Acción de Cobro

Dice el artículo 1942: "por el juego y la apuesta permitidos, el


perdedor queda obligado a satisfacer la prestación convenida

22
como resultado de un acontecimiento futuro, o uno realizado pero
desconocido para las partes." "El juez puede reducir
equitativamente el monto de la prestación cuando resulta excesiva
en relación con la situación económica del perdedor."De donde se
deduce que el Código establece un resultado concluyente: el
perdedor puede ser demandado ante los jueces por el resultado
de un juego y una apuesta permitidos. Los elementos constitutivos
del juego y apuesta permitidos son:

La obligación por parte de quien resulte perdedor, de satisfacer la


prestación previamente establecida. En la lotería, por ejemplo, el
organismo competente hace que se emitan y pongan en circulación
billetes en los que figuran el monto de los premios y la fecha del
sorteo; entre otros aspectos.

Al referirnos a los conceptos generales se explicó que en el juego y


apuesta permitidos actualmente, la prestación a que se obliga el
perdedor es de dar (sumas de dinero y también especies). Nada
impide, empero, que el futuro se introduzca dentro de esa misma
categoría prestaciones de hacer y hasta en teoría, aunque con
remotas posibilidades, de no hacer. Por ejemplo, podría darse que
en el juego de bingo se permita ofrecer como prestación la pintura
de la casa del ganador de una determinada cartilla.

Como por otra parte hemos sostenido que el juego y apuesta no


autorizados es un contrato peculiar, resulta evidente que dentro
de su gama podrán ofrecerse no sólo prestaciones de dar, sino
también de hacer y no hacer. Nada impide, en efecto, que en una
competencia de ajedrez, quien resulte perdedor le confeccione un
retrato al vencedor (prestación de hacer) o se abstenga de jugar
durante un mes (prestación de no hacer) en la medida de que una
u otra prestación haya sido previamente convenida.

23
Como sabemos, en ambos ejemplos el vencedor carecerá de acción
para exigir el cumplimiento de la prestación por parte del deudor.

La prestación debe tener carácter interesado (causa lucrando) ya


que si el resultado de una competencia (deportiva, científica, etc.)
sólo conduce a una satisfacción inmaterial, no habrá habido
concertación previa ni existirá juego y apuesta desde una
perspectiva contractual. " si no hay un resultado económico en
cuanto a transmisión patrimonial por parte de un jugador, que
viene a ser el perjudicado, a favor de otro jugador, que viene hacer
el favorecido, el mundo del juego y aquel del derecho constituyen
no solamente dos categorías anteriores y diversas, sino en un
cierto sentido, contrapuestas, incompatibles. El fenómeno lúdico y
el fenómeno jurídico serían insensibles recíprocamente" La
prestación comprometida resultará exigible una vez que se
produzca un hecho hasta entonces futuro o que tratándose de un
acontecimiento ya realizado e ignorado en su origen por las
partes, quede luego debidamente esclarecido. Debemos aclarar
que en la legislación del juego y apuesta permitidos sólo se da la
primera de estas hipótesis.

Ejemplo la llegada a la meta de un caballo vencedor en un


hipódromo. No existen, en cambio, juego y apuesta permitidos en
que la prestación está sujeta al resultado de un acontecimiento
realizado, pero desconocido por las partes. Empero, se le
consideró en el texto para la eventualidad de que pueda darse en
el futuro. Además y desde luego, este matiz se presenta
frecuentemente en el juego y apuesta no autorizados (ejemplo: si
dos estudiantes de la Maestría de Derecho Civil Y Comercial
apuestan una comida respecto a quién era el Presidente del Perú
cuando se promulgó el Código Civil de 1852: Ramón Castilla o
José Rufino Echenique).

24
Aunque no lo señale el artículo 1942, por su misma organización
empresarial el juego y apuesta permitidos están acompañados por
actos de carácter preparatorio, como son la adquisición de billetes,
boletos, cartillas o fichas. Adicionalmente cabe indicar que en
ciertos casos sus mecanismos son sofisticados. Así sucede con el
empleo de totalizadores en los hipódromos, pues en realidad quien
juega es la masa apostadora (asistente o no al espectáculo hípico)
de modo que la institución que hace empresa (entre nosotros, el
Jockey Club del Perú) se limita a recolectar las apuestas y cumplir
con el pago de los resultados, reteniendo un porcentaje que no
sólo asegura sus costos y el pago de tributos, sino también una
significativa ganancia.

B) Juego y Apuesta No Autorizados: Falta de Acción y


Repetición

En cuanto al segundo grupo, el artículo 1943, dice: El juego y la


apuesta no autorizados son aquellos que tienen carácter lucrativo,
sin estar prohibidos por la ley, y no otorgan acción para clamar
por su resultado. El que paga voluntariamente una deuda
emanada del juego y la apuesta no autorizados no puede solicitar
su repetición, salvo que haya mediado dolo en la obtención de la
ganancia o que el repitente sea incapaz. Si ha habido dolo en el
resultado del juego, es indudable que todo acto jurídico resulta
manchado de nulidad, consiguientemente el dolo que se utiliza en
el juego y la apuesta, anulará su resultado no solo habrá derecho
para reclamar por el resultado del juego, sino que el pago que se
hizo de obligaciones sin valor, determinará que la repetición
prospere. Según lo explicado en los conceptos generales el Código
Civil en vigencia tiene una estructura peculiar en lo que se refiere
al juego y la apuesta, pues se aparta de la legislación tradicional
o clásica y hace una categórica distinción entre los permitidos, no
autorizados y prohibidos. Ya hemos señalado que el sistema

25
utilizado tiene indudable contenido ético, pero también
reconocemos que podría objetarse y en todo caso discutirse en lo
que se refiere al trato dado al juego y apuesta no autorizado, pues
son los que se presentan con mayor frecuencia en la vida diaria.
Pondremos algunos ejemplos: Arturo se enfrenta a Giuseppe en un
partido de tenis y convienen en que el perdedor le pagará una
suma de dinero, o le entregará un bien, o le prestará un servicio, o
se abstendrá de hacer algo. Carlos tiene una discusión con
Santiago sobre el resultado del encuentro final del Campeonato
Mundial de Fútbol realizado en Argentina, en 1978, y hacen una
apuesta relacionada con cualquiera de las prestaciones antes
mencionadas, o sea de dar, hacer o no hacer. Luka afirma que
Juana de Arco murió el 30 de mayo de 1431, en tanto que Jannuz
sostiene que fue el 30 de mayo de 1430 y surge otra apuesta
vinculada con un hecho del pasado y sujeta también a un efecto o
consecuencia lucrativa. En todos estos casos, como en tantos
otros similares no existe prohibición legal, puesto que no se trata
de juegos de envite y azar, pero tampoco están permitidos y se
hallan, por consiguiente, en una posición intermedia, ya que si de
una parte el vencedor carece de acción para exigir el pago, por otro
lado el perdedor que satisfizo la prestación no puede reclamar su
devolución (de ser ello posible), pues en el primero goza de la
solutio retentio. Estos efectos, tan distintos, responden a la
filosofía impuesta en el Código, que desalienta al juego y apuesta,
pero concede una solución decorosa para el perdedor, satisfactoria
para el vencedor y, lo que es tanto o más importante, coherente
con el acontecer diario, con los usos y costumbres y el valor moral
de la palabra empeñada. Para que funcione la solutio retentio es
indispensable que el pago haya sido hecho por el perdedor en
forma voluntaria. De otro modo el acto sería anulable por error,
violencia o intimidación. No hemos mencionado al dolo como factor
de anulabilidad, pues el artículo 1943 lo señala expresamente y

26
desde luego su inclusión es inobjetable, pues faltaría el álea y la
ley no puede proteger a quien ha empleado artificio o argucia para
obtener un resultado que le favorezca. "debe haber ausencia de
fraude de parte del ganancioso, o sea que el resultado del juego
no se deba a acciones dolosas de aquél, y así el primer tahúr
puede verse constreñido a restituir lo que se haya pagado".

Finalmente, habrá también lugar a repetición si quien ha pagado


es incapaz. Se trata, en este caso, de que no exista
aprovechamiento por falta de razonamiento, inexperiencia o
inmadurez del perdedor. No se ha establecido en esta hipótesis si
la incapacidad es absoluta, de modo que el precepto se extiende
también a la relativa. Esta es una deficiencia que deberá ser
corregida en el futuro, por cuanto el acto jurídico practicado por
incapacidad relativa del agente sólo es anulable, a tenor de lo
dispuesto en el artículo 221, inciso 1, del Código Civil.

"…la falta de capacidad para realizar un acto jurídico, como es un


pago, importa la impugnabilidad de éste. Si esta es un regla
general, con tanto mayor razón tendrá aplicación en el caso
contemplado, de una obligación imperfecta, como es la derivada
de una deuda de juego del tipo considerado en el artículo 1768
(Código Civil de 1936), en que no se permite la exigibilidad de la
obligación sino sólo la no repetición de lo pagado".

C) Juego y Apuesta Prohibidos: Nulidad del Pago

En cuanto al tercer grupo, el artículo 1944 dice: "El juego y la


apuesta prohibidos son los expresamente indicados en la ley. No
existe acción para reclamar por sus resultados, y en caso de
producirse el pago es nulo de pleno derecho. "Esto es que la
prohibición, convierte al juego y la apuesta en actividad que no
producen resultados jurídicos de ninguna clase: Los juegos

27
prohibidos deben estar en la ley. No hay presunción de ninguna
naturaleza; no existe acción para reclamar sus resultados y si se
ha pagado una deuda proveniente de esta clase de juegos
prohibidos es nula de pleno derecho. Esto es que el perdedor
podrá reclamar lo pagado, sosteniendo que esa obligación es nula.
En este novedoso dispositivo apreciamos el fundamento ético a
que hiciéramos mención en los conceptos generales y en la
oscilación de un péndulo imaginario, nos encontramos con el
extremo en virtud del cual se fulmina con la nulidad el juego y
apuesta prohibidos por mandato expreso de la ley: no existe
acción y hay lugar a la repetición, en el supuesto de haberse
hecho el pago. La distinción entre el juego y apuesta permitidos,
no autorizados o prohibidos es, pues, notoria. En los primeros,
hay acción para que el vencedor exija al perdedor el pago de la
prestación convenida (artículo 1942). En los segundos, no existe
acción, pero el vencedor tiene a su favor la solutio retentio y no
está obligado a devolver lo que el perdedor pagó espontáneamente
(artículo 1943). Finalmente, en el tercer caso no hay acción y si el
perdedor ha pagado al vencedor, tiene derecho de repetición, pues
dicho pago es nulo de pleno derecho. Lo expuesto en la parte final
del párrafo anterior significa que quien pagó no necesita recurrir a
los tribunales para que declaren la nulidad, pues ésta opera iure
et de iure. Desde luego, si el perdedor entregó al vencedor dinero o
especies y no se le devuelven tendrá que interponer la
correspondiente acción reivindicatoria, o una indemnizatoria si por
la naturaleza de las cosas no cabe restitución, lo que sucedería
cuando la prestación fue de hacer o de no hacer.

4.3.1.9. Importancia

La importancia es obvia, desde que es corriente, y por tanto es


necesario conocer los dispositivos del Código, para diferencias los
juegos y las apuestas permitidos y prohibidos.

28
En los permitidos cabe acción judicial, pero no en los prohibidos.
Los juegos de envite y azar prohibidos, no dan acción de reclamar,
a no ser que suceda obligación natural, consistente en que si el
perdedor paga, ya no puede repetir, salvo que haya mediado error
o dolo en la obtención de la ganancia o el repitente sea incapaz
(art. 1943).

Los juegos permitidos, son los menos, los prohibidos, son los más.

La Resolución Suprema del 12 de febrero de 1958, el Decreto


Supremo del 13 de diciembre de 1931, la Ley 7051 del envite y el
azar, la Resolución Suprema del 8 de noviembre de 1962, el
Decreto Ley 25836, Ley de Casinos de Juego de 6 de noviembre
de 1992 y su reglamento, Decreto Supremo Nº 022-92-ICTI de la
misma fecha, además delas disposiciones del Código Civil,
norman el juego y la apuesta.

Se considera la apuesta o el juego como medio para llegar a un fin


o para zanjar una discusión.

Este contrato es inconveniente y combatido desde años atrás por


razones de humanidad y conservación de la familia, porque invita
a la ociosidad y crea perturbaciones de carácter familiar, por estar
razones se argumenta en el sentido de que, siendo juego
permitidos, el juego puede reducir el monto de lo perdido en
beneficio de la familia de las clases más necesitadas, aplicando la
segunda parte del art. 1942, que dice: “el juez puede reducir
equitativamente el monto de la prestación, cuando resulta
excesiva en relación con la situación económica del perdedor”.

4.3.2. Bases teóricas de la variable “Obligaciones


tributarias de los juegos y apuestas”

4.3.2.1. Concepto

29
El Impuesto sobre Juegos y Apuestas Lícitas, está establecido en
el artículo 179 de la CRBV, y desarrollado como tal en la LOPPM:
Subsecciones séptima y octava, Sección tercera, Capítulo V.

Por apuestas lícitas se entiende el pacto o convenio, no prohibido


por la ley, entre dos personas (de las cuales una puede ser a
veces un organismo oficial tales como el Instituto Nacional de
Hipódromos o los Institutos de Beneficencia Pública), sobre una
cosa o hecho aleatorio y en el cual se estipula o acuerda el pago
de un monto de dinero o de un bien determinado (apuesta o rifa)
sobre los resultados del hecho aleatorio (serie de números,
caballos ganadores) a fin de que cuando el apostador acierte, la
persona responsable de la apuesta le entregue la cantidad de
dinero o el bien respectivo.

La doctrina ha diferenciado entre las nociones de juego y apuesta.


Así, PLANIOL y RIPERT, citado por RUBÉN GUEVARA, señalan al
respecto:

[…] la diferencia entre el contrato de juego y la apuesta es que la


condición que ha de cumplirse para ganar es un hecho que han de
realizar las partes, mientras que la ganancia en la apuesta
depende de la simple comprobación de un ahecho ya producido o
todavía futuro […].

Aún cuando el Impuesto sobre Apuestas Lícitas es de la


competencia municipal y, por tanto, forma parte del poder
tributario que para algunos es originario y para otros derivado,
está sujeto a las limitaciones establecidas en el ordenamiento
jurídico venezolano. Es por ello que corresponde al Poder Nacional
a través de la Asamblea Nacional, por mandato constitucional –
tanto de la Constitución de 1961, como de la Constitución vigente-,
la competencia para legislar en materia de loterías, hipódromos y

30
apuestas en general (artículo 152, ordinal 3°). Se trata, por tanto,
de una reserva legal nacional, por lo que no podrán otros entes
político-territoriales dictar normas sobre esa misma materia. En
torno a esto, la Sala Político Administrativa del TSJ se ha
pronunciado de la siguiente manera:

[…] En tal sentido, los Municipios deberán sujetarse a las


limitaciones implícitas y explícitas consagradas en la Constitución
y en las leyes, debiendo mantenerse como límite máximo para la
fijación del gravamen sobre juegos y apuestas lícitas que se
pacten en la jurisdicción de un Municipio, el cinco por ciento (5%)
sobre el monto de lo apostado cuando se trate de juegos
establecidos nacionalmente por algún instituto Oficial, así como
las limitaciones en cuanto a legislación sobre creación y
funcionamiento de loterías, hipódromos y apuestas en general,
potestad que se encuentra conferida, como se dijo anteriormente,
al poder legislativo nacional […] .

4.3.2.2. Características

Es un impuesto real, porque no toma en cuenta la capacidad


contributiva global o general del sujeto obligado, sino que
considera de manera exclusiva el monto de lo apostado, con
prescindencia de cualquier situación personal del contribuyente.
Es un impuesto instantáneo que se paga en el mismo momento en
que se produce el hecho imponible generador de la obligación
tributaria. Es proporcional, ya que es mediante la aplicación de la
alícuota correspondiente, que es constante, como se determina el
quantum del tributo en proporción con el monto del juego o
apuesta lícita. Finalmente, es un impuesto indirecto, ya que no
toma en cuenta la riqueza del sujeto pasivo en sí mismo, sino que
por el contrario, toma en cuenta el uso que dicho sujeto hace de tal
riqueza, como lo es la adquisición de un formulario o billete de

31
juego o apuesta lícita, lo que hace presumir la capacidad
contributiva del apostador.

El objeto del impuesto es el instrumento autorizado por el


Municipio o por las entidades estadales o nacionales, según el
caso, para participar en el juego o la apuesta lícita, como son los
billetes, boletos y formularios.

4.3.2.3. Elementos

La ley se limita a describir el hecho y la base imponible del


impuesto, y al contribuyente (artículo 198,199 y 200 de la
LOPPM).

• Hecho imponible

La ley define el hecho imponible del impuesto, como pactar una


apuesta en jurisdicción del Municipio. Se entiende pactada la
apuesta, con la adquisición de boletos, cartones, formularios o
instrumentos similares a éstos, al organizador del evento, público
o privado, o a algún intermediario, distribuidor o cualquier otro
tipo de agentes, de rifas, loterías o sorteos de dinero o de
cualquier clase de bien, objeto o valores. Igualmente, se gravarán
con este tipo de impuesto, las apuestas efectuadas mediante
máquinas, monitores, computadoras y demás aparatos similares
para juegos o apuestas que estén ubicados en la jurisdicción del
Municipio. Conviene precisar, sin embargo, que lo que se grava
realmente es la apuesta propiamente dicha, cuyo resultado no
depende de la habilidad o destreza de los jugadores sino del azar
o de la suerte.

• Base imponible

32
La ley establece como base de cálculo o de medición del impuesto,
en el artículo 200, el valor de la apuesta, lo que entendemos por el
precio o valor del formulario, boleto o billete de juegos lícitos. A tal
efecto, estos instrumentos mediante los cuales se pacten las
apuestas gravadas por la Ordenanza, deberán ser sellados
previamente a su venta, por la Dirección de Hacienda Municipal o
por la dependencia que esta Dirección determine.

La Ley dispone, además, que las ganancias derivadas de las


apuestas sólo quedarán sujetas al pago de impuestos nacionales,
de conformidad con la ley (artículo 203 de la LOPPM, parte final).

• Sujetos pasivos

El apostador es el sujeto pasivo del impuesto en calidad de


contribuyente, según lo establece el artículo 199 de la LOPPM.
Ello, sin perjuicio de la facultad del Municipio de nombrar agentes
de percepción a quienes sean los organizadores del juego, los
selladores de formularios o los expendedores de los billetes o
boletos correspondientes, en la correspondiente jurisdicción.

En otras palabras, el sujeto pasivo sería la persona que realiza


efectivamente la apuesta. Sin embargo, quien es verdaderamente
responsable ante el Municipio del pago del impuesto es la persona
natural o jurídica que realice, en forma ocasional o continua, la
explotación de rifas y apuestas lícitas. Estos actuarán como
sujetos pasivos en calidad de agentes de percepción.

Los agentes de percepción quedan sometidos a las disposiciones


previstas tanto en la Ordenanza sobre Apuestas Lícitas como en el
COT y la Ordenanza sobre Hacienda Pública Municipal vigente del
Municipio.

33
Elementos adicionales sobre el impuesto a ser descritos en la
Ordenanza correspondiente.

• Alícuotas para la determinación del monto del gravamen

Corresponde al Municipio establecer las alícuotas que se aplicarán


a la base imponible para la determinación del gravamen, tomando
en cuenta que esta alícuota no puede ser mayor del cinco por
ciento (5%), sobre el monto de lo apostado, cuando se trate de
juegos establecidos nacionalmente por algún instituto Oficial.

• Registro de contribuyentes

Los agentes de percepción no requieren de una inscripción previa


para realizar la venta de billetes, boletos, formularios y cualquier
otro instrumento mediante los cuales se efectúe rifas y pacten
apuestas gravadas; sin embargo, la Ordenanza deberá exigir que
las personas que en forma permanente actúen como promotores
de rifas o exploten juegos cuyas apuestas son gravadas, deberán
acreditar ante el Alcalde las condiciones de solvencia moral y
económica que garanticen al Erario Municipal el cobro efectivo del
impuesto establecido. Los que actúen en forma eventual deberán
solicitar el permiso respectivo del Alcalde, el cual se lo otorgará si
a juicio de éste el solicitante cumple con los requisitos antes
citados y son lícitos los juegos, diversiones o espectáculos públicos
que constituyen el motivo de la apuesta o rifa.

También las rifas deben ser autorizados por el Alcalde, a través


de la Dirección General de Hacienda Municipal, lo cual incluye
todo juego de azar o de fortuna que consista en el sorteo de
cualquier clase de objeto por medio de cupones, vales, boletos,
cédulas, billetes, formularios o cualquier otro sistema que pueda
equipararse a éstos y sean ofrecidos en venta al público. Los

34
sorteos, para estos casos, sólo podrán realizarse en combinación
con los organizados por algunas de las loterías oficiales.

• Pago del impuesto

El pago del impuesto recibido de los contribuyentes se realizará


mediante los agentes de percepción, quienes están en la
obligación de presentar una declaración donde se indicará el
monto total de las apuestas efectuadas o de los boletos de rifa
vendidos, y el monto del impuesto correspondiente retenido por
ellos.

La declaración deberá ser presentada a la Dirección General de


Hacienda Municipal, en el modelo que le será suministrado por
ésta, el día hábil siguiente al sorteo o al juego celebrado; y en esta
misma oportunidad, harán entrega al Fisco Municipal del monto
total del impuesto recaudado, pudiéndose exigir la devolución de
billetes, boletos o formularios sobrantes que le hubieren sido
troquelados previamente conforme a la Ordenanza.

4.3.2.4. Impuesto a las Apuestas

o Impuestos gravados:

Ingresos de las entidades organizadoras de eventos hípicos y


similares, en los que se realice apuestas.

Impuesto a las Apuestas:

o Base Imponible:

Monto resultante de restar del ingreso total percibido en un mes


por concepto de apuestas el monto total de premios otorgados en el
mismo mes.

35
o Acreedor Tributario:

Municipalidad provincial del lugar donde se encuentre ubicada


la sede de la entidad organizadora.

o Deudor Tributario:

Empresas o instituciones organizadoras de actividades


gravadas.

o Declaración Jurada:
- Mensualmente a los doce días hábiles del mes siguiente.

o Otras características:

* Es un tributo de periodicidad mensual.

*Genera obligación de presentar declaración jurada.

*El rendimiento de este impuesto se distribuye 60% para la


municipalidad provincial, 40% para la municipalidad distrital
donde se desarrolla el evento.

4.4. MARCO CONCEPTUAL:

- Juego

Es aquel contrato por el cual las partes prometen entre sí una


prestación, si una de ellas obtiene un resultado dependiente de la
fuerza, de la destreza, de la inteligencia o del puro azar, el juego
como una convención por la cual unas personas se comprometen,
entregándose a una combinación cualquiera, a pagar una suma
de dinero o a hacerle una prestación.

- Apuesta

36
Es una convención en virtud de la cual unas personas que no
están de acuerdo sobre una cuestión, que considera diferente,
convienen en que, quien tenga la razón reciba de los demás una
suma de dinero o una prestación determinada. El contrato por el
cual cada una de las partes promete a la otra una prestación
según que tal acontecimiento, se haya producido o no.

- Impuesto
Tributo cuyo cumplimiento no origina una Contraprestación directa
a favor del contribuyente por parte del Estado. Recurso financiero
obtenido mediante los pagos exigidos por Ley, que no condicionan
una contraprestación directa e inmediata por parte del Estado a
favor del contribuyente.

- Impuesto General A Las Ventas


Son los ingresos provenientes de gravar la venta de bienes
muebles, la prestación o utilización de servicios en el país, los
contratos de construcción y otros que señale la ley.
- Impugnación De La Decisión
La resolución de esta materia no es impugnable en sede
administrativa, salvo la posibilidad de alegar la no abstención,
como fundamento del recurso administrativo contra la resolución
final.

- Incertidumbre
Asunto cuyos resultados o consecuencias dependen de acciones o
hechos futuros que no están bajo el control directo de la entidad
pero que pueden afectar a los estados financieros.

- Incumplimiento
La ejecución incompleta, tardía o defectuosa de las prestaciones
de bienes, servicios u obras consideradas en los requerimientos,

37
especificaciones técnicas, términos de referencia, expediente
técnico y/o contrato, según sea el caso. Puede ser parcial o total,
leve o grave, culposo o doloso.

4.5. MARCO FORMAL O LEGAL:

- En el Código Civil Peruano

Los juegos y apuestas están regulados en el Título XIII, Sección


Segunda “Contratos Nominados”, Libro VII “Fuente de las
Obligaciones” del Código Civil Peruano, en los siguientes artículos:

Art. 1942.- Por el juego y la apuesta permitidos, el perdedor


queda obligado a satisfacer la prestación convenida, como
resultado de un acontecimiento futuro o de uno realizado, pero
desconocido para las partes.

El juez puede reducir equitativamente el monto de la prestación


cuando resultado excesiva en relación con la situación económica
del perdedor.

Art. 1943.- El juego y la apuesta no autorizados son aquéllos que


tienen carácter lucrativo, sin estar prohibidos por la ley, y no
otorgan acción para reclamar por su resultado.

El que paga voluntariamente una deuda emanada del juego y la


apuesta no autorizados, no puede solicitar su repetición, salvo que
hay mediado dolo en la obtención de la ganancia o que el repitente
sea incapaz.

Art. 1944.- El juego y la apuesta prohibidos son los


expresamente indicados en la ley. No existe acción para reclamar
por su resultado y, en caso de producirse el pago, es nulo de pleno
derecho.

38
Art. 1945.- Las deudas de los juegos y apuestas a que se
refieren los artículos 1943 y 1944 no pueden ser materia de
novación, otorgamiento de garantía para su pago, ni cualquier otro
acto jurídico que encubra o envuelva su reconocimiento. Empero,
la nulidad no procede oponerse al tercero de buena fe.

Estas deudas tampoco pueden ser objeto de emisión de títulos de


crédito a la orden del ganador y en contra del perdedor, salvo los
derechos del tercero de buena fe.

Art. 1946.- El tercero que sin asentimiento del perdedor paga la


deuda de un jugo apuesta no autorizada no tiene acción para
reclamar su reintegro. Empero, si el perdedor le cancela el importe
abonado, quedará sujeto a la disposición contenida en el segundo
párrafo del artículo 1943.

Art. 1947.- Los contratos de lotería, pronósticos sobre


competencias deportivas, apuestas hípicas, paleas de gallos y
otros espectáculos y concursos similares, se rigen por las normas
legales o administrativas pertinentes. En estos casos no es
aplicación la reducción prevista en el segundo párrafo del artículo
1942.

Art. 1948.- Las rifas y demás concursos públicos eventuales,


serán autorizados previamente por la autoridad correspondiente.

Art. 1949.- La acción para reclamar la deuda derivada de los


juegos y apuestas permitidos caduca todo al año al no haber sido
puesto su resultado en conocimiento público, salvo plazo distinto
señalado por la ley.

- En el Derecho Tributario

39
Texto Único Ordenado de la Ley de Tributación Municipal,
aprobado por Decreto Supremo N.° 156-2004-EF, publicado
el 15 de noviembre de 2004 y modificatorias.

TÍTULO II

DE LOS IMPUESTOS MUNICIPALES

Artículo 5.- Los impuestos municipales son los tributos


mencionados por el presente Título en favor de los Gobiernos
Locales, cuyo cumplimiento no origina una contraprestación
directa de laMunicipalidad al contribuyente.

La recaudación y fiscalización de su cumplimiento corresponde a


los Gobiernos Locales.

Artículo 6.- Los impuestos municipales son, exclusivamente, los


siguientes:

a) Impuesto Predial.

b) Impuesto de Alcabala.

c) Impuesto al Patrimonio Vehicular.

d) Impuesto a las Apuestas.

e) Impuesto a los Juegos.

Artículo 7.- Los Registradores y Notarios Públicos deberán


requerir que se acredite el pago de los impuestos señalados en los
incisos a), b) y c) a que alude el artículo precedente, en los casos
que se transfieran los bienes gravados con dichos impuestos, para
la inscripción o formalización de actos jurídicos. La exigencia de la
acreditación del pago se limita al ejercicio fiscal en que se efectuó

40
el acto que se pretende inscribir o formalizar, aún cuando los
períodos de vencimiento no se hubieran producido. (*)

Artículo sustituido por el Artículo 3 del Decreto Legislativo Nº 952,


publicado el 3 de febrero de 2004.

(*) De conformidad con el Artículo 5 de la Ley N° 29208, publicada


el 03 abril 2008, exceptuase a los notarios públicos, que cumplan
funciones de acuerdo a la citada Ley, de la obligación contenida
en el presente artículo 7. Los registradores públicos de las
localidades afectadas por los sismos del 15 de agosto de 2007 y
declaradas en emergencia, no exigirán para el correspondiente
registro la presentación de los documentos detallados en las
normas citadas en el primer párrafo. El control del cumplimiento
de las obligaciones tributarias detalladas en las normas previstas
en el primer párrafo se efectuará por la autoridad competente sin
afectar la aplicación de la citada Ley conforme a su propia
normatividad.

CAPÍTULO IV

DEL IMPUESTO A LAS APUESTAS

Artículo 38.- El Impuesto a las Apuestas grava los ingresos de


las entidades organizadoras de eventos hípicos y similares, en las
que se realice apuestas.

(El segundo párrafo fue derogado por la Tercera Disposición


Complementaria y Final de la Ley Nº 27153, publicada el 9 de
julio de 1999.)

Artículo 39.- Los entes organizadores determinarán libremente el


monto de los premios por cada tipo de apuesta, así como las

41
sumas que destinarán a la organización del espectáculo y a su
funcionamiento como persona jurídica.

Artículo 40.- El sujeto pasivo del impuesto es la empresa o


institución que realiza las actividades gravadas.

Artículo 41.- El Impuesto es de periodicidad mensual. Se calcula


sobre la diferencia resultante entre el ingreso total percibido en un
mes por concepto de apuestas y el monto total de los premios
otorgados el mismo mes.

Artículo modificado por el Artículo 1 de la Ley Nº 27675, publicada


el 21 de febrero de 2002.

Artículo 42.- La Tasa Porcentual del Impuesto a las Apuestas es


de 20%. La Tasa

Porcentual del Impuesto a las Apuestas Hípicas es de 12%.

Artículo modificado por el Artículo 1 de la Ley Nº 27924, publicada


el 31 de enero de 2003.

Artículo 43.- La administración y recaudación del impuesto


corresponde a la Municipalidad Provincial en donde se encuentre
ubicada la sede de la entidad organizadora.

Artículo 44.- El monto que resulte de la aplicación del impuesto


se distribuirá conforme a los siguientes criterios:

a) 60% se destinará a la Municipalidad Provincial.

b) 40% se destinará a la Municipalidad Distrital donde se


desarrolle el evento.

Artículo sustituido por el Artículo 14 del Decreto Legislativo Nº


952, publicado el 3 de febrero de 2004.

42
Artículo 45.- Los contribuyentes presentarán mensualmente ante
la Municipalidad

Provincial respectiva, una declaración jurada en la que consignará


el monto total de los ingresos percibidos en el mes por cada tipo de
apuesta, y el total de los premios otorgados el mismo mes, según
el formato que para tal fin apruebe la Municipalidad Provincial.

Artículo 46.- El contribuyente deberá presentar la declaración a


que alude el artículo precedente, así como cancelar el impuesto,
dentro de los plazos previstos en el Código Tributario.

Artículo 47.- Las apuestas constarán en tickets o boletos cuyas


características serán aprobadas por la entidad promotora del
espectáculo, la que deberá ponerlas en conocimiento del público,
por una única vez, a través del diario de mayor circulación de la
circunscripción dentro de los quince (15) días siguientes a su
aprobación o modificación.

La emisión de tickets o boletos, será puesta en conocimiento de la


Municipalidad Provincial respectiva.

CAPÍTULO V

DEL IMPUESTO A LOS JUEGOS

Artículo 48.- El Impuesto a los Juegos grava la realización de


actividades relacionadas con los juegos, tales como loterías,
bingos y rifas, así como la obtención de premios en juegos de azar.

El Impuesto no se aplica a los eventos a que alude el Capítulo


precedente.

43
Artículo 49.- El sujeto pasivo del impuesto es la empresa o
institución que realiza las actividades gravadas, así como quienes
obtienen los premios.

En caso que el impuesto recaiga sobre los premios, las empresas o


personas organizadoras actuarán como agentes retenedores.

Párrafo sustituido por el Artículo 15 del Decreto Legislativo Nº 952,


publicado el 3 de febrero de 2004.

Artículo 50.- La base imponible del Impuesto es la siguiente,


según el caso:

a) Para el juego de bingo, rifas, sorteos y similares, así como para


el juego de pimball, juegos de video y demás juegos electrónicos:
el valor nominal de los cartones de juego, de los boletos de juego,
de la ficha o cualquier otro medio utilizado en el funcionamiento o
alquiler de los juegos, según sea el caso.

b) Para las Loterías y otros juegos de azar: el monto o valor de los


premios. En caso de premios en especie, se utilizarán como base
imponible el valor del mercado del bien.

Las modalidades de cálculo del impuesto previstas en el presente


artículo son excluyentes entre sí.

Artículo sustituido por el Artículo 16 del Decreto Legislativo Nº


952, publicado el 3 de febrero de 2004.

Artículo 51.- El Impuesto se determina aplicando las siguientes


tasas:

a) Bingos, Rifas y Sorteos: 10%.

b) Pimball, juegos de video y demás juegos electrónicos: 10%.

44
c) Loterías y otros juegos de azar: 10%.

Artículo sustituido por el Artículo 17 del Decreto Legislativo Nº


952, publicado el 3 de febrero de 2004.

Artículo 52.- En los casos previstos en el inciso a) del Artículo 50,


la recaudación, administración y fiscalización del impuesto es de
competencia de la Municipalidad Distrital en cuya jurisdicción se
realice la actividad gravada o se instale los juegos.

En los casos previstos en el inciso b) del Artículo 50, la


recaudación, administración y fiscalización del impuesto es de
competencia de la Municipalidad Provincial en cuya jurisdicción se
encuentre ubicada la sede social de las empresas organizadoras
de juegos de azar.

Artículo sustituido por el Artículo 18 del Decreto Legislativo Nº


952, publicado el 3 de febrero de 2004.

Artículo 53.- El impuesto es de periodicidad mensual. Los


contribuyentes y agentes de retención, de ser el caso, cancelarán
el impuesto dentro de los doce (12) primeros días hábiles del mes
siguiente, en la forma que establezca la Administración Tributaria.

(30) Artículo sustituido por el Artículo 19 del Decreto Legislativo Nº


952, publicado el 3 de febrero de 2004.

5. FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS Y VARIABLES DE LA


INVESTIGACIÓN:

5.1. HIPÓTESIS GENERAL:

Las obligaciones contractuales de los juegos y apuestas


permitidos en el Perú surgen con la aceptación de las partes,

45
independientemente del hecho futuro incierto que pueda ocurrir,
surgiendo de esta obligación el nacimiento de un deber tributar.

5.2. HIPÓTESIS ESPECÍFICA:

- Las obligaciones serán todas aquellas a las que las partes se


hayan obligado asumiendo por consiguiente sus consecuencias
ante el incumplimiento.

- Los juegos y apuestas se clasifican en permitidos, no permitidos.

El pago de las tasas tributarias viene a ser aquellas obligaciones


que están sujetas los juegos y apuestas permitidos en el Perú.

- Los juegos y apuestas están sujetos al pago de impuestos


tributarios.

5.3. VARIABLES:

5.3.1. IDENTIFICACIÓN DE VARIABLES DEPENDIENTES:

- En el presente proyecto no existen las variables


dependientes, sólo independiente, es por ello que se
trata de un trabajo descriptivo.

5.3.2. IDENTIFICACION DE VARIABLES INDEPENDIENTES


- La obligación contractual en los juegos y apuestas
permitidos en el Perú.
- La obligación tributaria en los juegos y apuestas
permitidos en el Perú

5.3.3. IDENTIFICACION DE VARIABLES INTERVINIENTES:

46
- En el presente proyecto no existe Variable Interviniente ya
que una variable interviniente o variable de control es una
variable que justamente "interviene" entre la variable
independiente y la dependiente pudiendo ser efecto de la
independiente y causa de la dependiente aunque hay
muchas combinaciones, podes tener dos independiente y
una dependiente entre otros casos pero necesariamente
tiene que existir una Variable Independiente y otra
Dependiente.

6. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN:

6.1. METODOLOGÍA DE INVESTIGACIÓN:

6.1.1. MÉTODOS GENERALES:

Inductivo – explicativo.

6.1.2. MÉTODOS ESPECÍFICOS:

6.2. TIPO DE INVESTIGACIÓN

Analítico – Descriptivo.

6.3. NIVEL DE INVESTIGACIÓN:

El nivel de investigación del tema es el Explicativo (que busca


responder o explicar las incógnitas de los juegos y apuestas
permitidos en el Código Civil).

6.4. DISEÑO DE LA IVESTIGACIÓN:

47
Consideramos que la organización esquemática que presentamos
nos permitirá contrastar nuestras hipótesis (general y específica)
con sus variables independientes.

Siendo el diseño a trabajar el EXPERIMENTAL.

6.5. POBLACIÓN Y MUESTRA:

6.5.1 POBLACIÓN:

La población va estar compuesta por 20 ciudadanos de hyo . Que


representa al total de personas que van a ser materia de
investigación en el DE JUEGOS Y APUESTAS PERMITIDOS EN EL
CODIGO CIVIL.

6.5.2 MUESTRA: TIPO Y TÉCNICA:

Viendo que las personas tienen la misma probabilidad de ser


parte de la muestra optaremos por usar EL MUESTREO
PROBABILISTICO O ALEATORIO.

6.6 TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN:

6.6.1 TECNICAS DE INSTRUMENTOS DE


RECOLECCIÓN DE DATOS:

- Encuetas realizadas ala población de Huancayo.

- Entrevistas a los dueños de los casinos de la ciudad de


Huancayo.

6.6.2 TÉCNICAS DE PROCESAMIENTO Y ANÁLISIS DE


DATOS:

En base a 20 encuestas a la población de Huancayo.

48
7. RECUERSO:

7.1. HUMANOS: (solo son datos hipotéticos)

- Asesor Externo S/. 150.00

- Digitador S/. 50.00

7.2. MATERIALES:
- Copia de Libros y/o revistas S/. 80.00

- Impresión S/.70 .00

- Lapiceros plumones S/.20.00

7.3. PRESUPUESTO:
El presupuesto a gastar es aproximadamente es de S/. 50.00
Nuevos Soles para lo cual las mismas que fueron invertidas
únicamente en pasajes, impresión del trabajo y búsqueda de
material bibliográfico, tanto en bibliotecas como en internet.

8. BIBLIOGRAFÍA INICIAL
 CHAVEZ ACKERMANN, Pascual: “Tratado de Derecho Tributario”
Primera Edición, Edit. San Marcos
Lima – Perú, 1 999.

 “TEXTO ÚNICO ORDENADO DEL CÓDIGO TRIBUTARIO”


Tercera Edición, Jurista Editores E.I.R.L.
Lima – Perú, 2 008

 HUAMANÍ CUEVA, Rosendo: “CÓDIGO TRIBUTARIO COMENTADO”


Tercera Edición, Edit.l Gaceta Jurídica S.A.
Lima – Perú, 2 003

 MIRANDA CANALES, Manuel Jesús: “Derecho De Los Contratos”


Segunda Edición, Edit. San Marcos
Lima – Perú, 1 999

 CUADRIZ VILLENA, Carlos Ferdinand: “Derecho de Contratos”

Primera Edición, Edit. Tem

49
Colombia, 2 003

 H:\Impuesto sobre juegos y apuestas lícitas.mht

 H:\Principios tributarios legales que limitan la tributación


municipal.mht

9. CRONOGRAMA

A 12 meses (solo por las formalidades), el presente proyecto se

elaboro durante el ciclo académico de Abril - Mayo

El trabajo se desarrolla en el año 2010

ACTIVIDADES A M J J A S O N D E F M
C O I N E A
B A U U G E T V C E B R
R Y N L O T

1. Revisión de bibliografía
X X

2. Elaboración del Proyecto


X

3. Elaboración de los instrumentos


X

4. Aplicación de los Instrumentos


X X

5.Analisis e interpretación de la
información X

6. Elaboración de los borradores


X

7. Revisión de Jurados
X

50
8. Informe Final
X X X

9. Sustentación
X X

51

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