Está en la página 1de 1

Los muertos sin nombre

Javier Darío Restrepo

El furgón era un vehículo oficial que salía todas las tardes a recoger los cuerpos
fallecidos que se reportaban durante el día, sobre esto, Javier, nos hace una
descripción detallada de cómo es el recorrido por las calles por las que pasa dicha
camioneta, e incluso el ambiente que se vive al encontrar los cuerpos.

Nos menciona que vio como metían a los cuerpos a dicho vehículo para llevarlos al
hospital y ahí mismo se determinaba que hacer con ellos, a algunos se les buscaba
familiar y a otros se les asignaba un nombre, durante el recorrido encontraba a gente
a su paso, solo mirando que llevaban a mas y mas muertos, incluso muertos que no
estaban reportados, cuerpos sin identidad, que de inmediato, médicos forenses
asistían al evento para tomar fotografías y sacar muestras para la información y así
poder reconocerlos.

El álbum de los muertos se encuentra con una funcionaria que pasaba las fotografías
a quienes iban en búsqueda de algún familiar suyo, a veces causaba sorpresa la
actitud de los ciudadanos al ver el álbum de fallecidos y no encontrar a sus familiar, y
se imaginaban que tal vez sería, que pensaban que sus familiares estaban muertos
pero aún no habían sido hallados o quizá nunca lo serian.

El padre Oswaldo, un verdadero cura de profesión, asistía cada tarde para llevarse a
los NN, los cuerpos sin vida quizá mas desdichados y pobres del hospital, ya que no
tenían ni un paradero, y ni un familiar que los reconociera. El sacerdote en un valor
altruista les daba santa sepultura en el cementerio central que, para eso tenia dos
condiciones: tenían que ser enterrados a las 5 de la mañana cuando no hubiera nadie
en el cementerio y que en cada fosa estarían enterrados dos cuerpos, el cura acepto,
sin embargo, no contaba con los recursos suficientes para pagarles a cada uno un
ataúd, así que llego a un acuerdo con una empresa crematoria que los ataúdes que ya
no se ocuparan los donaran para la santa sepultura de los NN.

Actualmente ninguna institución se ha preocupado por este tipo de casos como lo hiso
el padre Oswaldo, nadie se preocupa u o ocupa por que los NN, que también son
seres humanos como nosotros, tengan una santa sepultura.

Matías Manuel Estefani Soledad 2º “A”

También podría gustarte