Está en la página 1de 36

GAIA I

Obertura MDXX

“Desde el principio de los tiempos, los ríos han sido las arterias que transportaban
vida. Las montañas y la tierra fueron mi piel. Los bosques y la tierra mi pelaje.
Todo estaba en permanente armonía, hasta que apareció el ser más cruel y caprichoso
que jamás conoció este planeta: el hombre. Una forma de vida supuestamente
inteligente, pero desperdiciada por la codicia, la violencia y la incultura.
Yo soy GAIA, la madre naturaleza, y todo el mal que me hagas te lo devolveré.”

Gaia

7 de Enero de 2002. Atlanta, Georgia (E.E.U.U.)


Siempre quise que la angustia fuera agua; que todo el dolor que produce la falta de
oxígeno en la alegría, en vez de convertirse en desesperanza, formara pequeñas gotas
para sí poder dar nombre y tamaño, a ese dolor que alicata las paredes del estómago
cuando sabes que ya no hay marcha atrás. Siempre soñé, que la alquimia de la
esperanza, transformara este miedo en gotas de sudor, que al resbalar por mi frente
diluyera esta angustia que ya me ha ejecutado...
Y ahora que sé que mi final se acerca, quisiera que se evaporara este mal que tiene mi
libertad secuestrada, que se evaporara con el calor de un abrazo o con el lienzo de un
te quiero. Esa libertad que siempre me dió "besos de usted" y que nunca me prometió
amor eterno.
La libertad es un estado pasajero del alma, y todos morimos un poco cada día...
Mientras Alma Echegaray era ejecutada en la silla eléctrica, estos pensamientos
quedaban impregnados en la sala, donde veinte testigos y media docena de periodistas
habían presenciado, como una corriente de 2.000 voltios atravesaba su convulso
cuerpo. Esta primera descarga dejó al reo inconsciente, a continuación se le aplica otra
descarga de 1.000 voltios con el fin de rematarle, y más tarde una tercera, y última, de
2.000 voltios por si existiera alguna duda de la efectividad de tan piadoso y
magnánimo brazo de la justicia.
Existen numerosas pruebas de que, a veces el reo no muere inmediatamente y que el
electrocutado padece un intenso sufrimiento. Incluso hay personas más resistentes a la
electricidad que otras, bien porque su cuerpo genera una natural resistencia a la
misma, o bien por su continua exposición a esta.
Cuando aquel torrente de electricidad recorrió por segunda vez el cuerpo de Alma, este
dejó de convulsionarse y un histérico silencio se adueñó de la sala, se había hecho
Justicia, el estado había asesinado a otra amenaza para el modo de vida americano
¡Alma Echegaray había dejado de existir!
A Jose Hamilton no le resultaban agradables las ejecuciones, pero pensaba que la
sociedad debía de valerse de medios como este para defenderse y conservar un cierto
orden en el país. Él siempre fue partidario de las ejecuciones con inyección letal, por su
limpieza, por su modernidad, pero quizás, este aséptico sistema de eliminación de
criminales lo encontraba demasiado dulce y poco didáctico. Desde que era Gobernador
de Georgia había abogado siempre por ejecuciones rápidas y ejemplarizantes. El reo
debía de sufrir como pago de sus crímenes, y para escarmentar y advertir a futuros
inquilinos, la vieja silla, era lo menos malo que él conocía.
Mientras intentaba alejar de su mente los sucesos de las últimas cinco horas, en las
que tuvo que rechazar por dos veces consecutivas el indulto a esa condenada
suramericana, y en las que tuvo que convencer a la prensa, que personas de ese
calibre no tenían cabida en su país libre, se sirvió una copa de su bourbon favorito, y
distraídamente encendió su ordenador situado en el despacho que se alojaba en el ala
derecha de su mansión.
Debía poner al día su correo electrónico, antes de darse una reparadora ducha e
intentar descansar ¡Había sido un día de muerte!
De repente algo muy extraño comenzó a suceder: Todos los mensajes de entrada
estaban borrándose al tiempo que uno nuevo comenzaba a surgir de la nada y a
parpadear insistentemente, con una cadencia rítmica y enfermiza... Intrigado lo abrió,
y su sorpresa fue en aumento cuando vio que la remitente no era otro que Alma
Echegaray. Era imposible, en el corredor de la muerte no existía la posibilidad de que
ningún reo pudiera acceder a ningún ordenador, y menos que se pudiera comunicar
con el exterior. En ese mismo instante sus dedos dejaron de hacer presión sobre el
vaso de whisky, que resbaló por la palma de la mano y terminó estrellándose contra el
teclado. El ruido que produjo el brusco choque del cristal, lo despertó de su fría e
irreversiblemente ordenada vida ¡El e-mail acababa de ser enviado!
Rápidamente lo empezó a examinar y mientras sus ojos iban de palabra en palabra, su
corazón comenzó a bombear de forma frenética ¡No podía ser! ¡Era imposible! Pero...
¡si estás muerta!
El e-mail decía así:
"Estimado gobernador, sí, no es una alucinación, es real, le estoy escribiendo desde
más allá del dolor, allá donde su poder y sus leyes no tienen ningún efecto. Donde
estoy, por fin, soy libre y mi cuerpo ha dejado de sufrir las torturas a las que me
sometió usted. Y aunque mi alma por fin está libre, yo no he encontrado todavía la
paz, no, mientras no consiga que usted y toda la humanidad que piensa como usted,
entiendan lo que acaban de hacer conmigo no es justicia, es un crimen.
Antes de que termine esta noche, usted será juzgado, pero antes quiero que conozca
usted una historia. Historia que se remonta al año 1500. Lea atentamente, y sírvase
otra copa, le veo con la boca seca..."

La Conquista

Año 1519, mediados de Febrero.


¡Buenos días, aventura! Pedro de Alcázar susurró a la brisa marina mientras arriaban
las velas. Era una soleada mañana del mes de Febrero y por fin a sus veinte años iba a
conocer mundo y, por qué no, a hacerse con una pequeña fortuna.
Como otros tantos hombres, 508 para ser exactos, Pedro Alcázar formaba parte de la
empresa que Cortés había financiado con su propio dinero para ir en busca de títulos,
de honor y de El Dorado.
Esta expedición la totalizaban doce buques, diez cañones de bronce, cuatro falconetes
y pólvora, casi suficiente. Trece de sus hombres eran mosqueteros equipados con
buenos arcabuces. Además, se había hecho con los servicios de más de una treintena
de ballesteros. Dieciséis caballos era toda la fuerza animal de la que disponía este
pequeño grupo de caza fortunas y aventureros españoles... Y a mí, Pedro de Alcázar,
hijo de Simón de Alcázar e Isabel de Guzmán se me había concedido la distinción de
alimentar a todas la bestias de la expedición, caballos incluidos.
En los días que siguieron, rodeamos la costa sur de Cuba para aprovisionarnos de más
armas y otros diversos enseres. Zarpamos desde Santiago de Cuba el 18 de Febrero
del Año de Nuestro Señor 1519. Aquellas semanas las pasamos sin más compañía que
el crujir de las maderas del barco y el sonido del fuerte viento que, aparte de hinchar
las velas del buque insignia, también inflaba y dirigía nuestros sueños de Gloria.
Por fin divisamos tierra, precisamente, en el instante en que la noche bostezaba y el
pálido sol de la mañana desayunaba con los primeros olores del día. Ante nuestros
ojos, una inmensidad de colores asomaron como surgidos de un cuento. Jamás había
visto tal diversidad de aves y plantas, incluso la arena de aquella playa, parecía que
hubiera sido tamizada por una mano sobrenatural. Hernán Cortés mandó que se
engalanara toda la tripulación, y ante los atónitos ojos de aquellos nativos, los
españoles hicimos ostentación de todo nuestro poder y orgullo. El miedo de aquella
gente, semidesnuda, era palpable, observaban a nuestro caballos con horror y
espantados, corriendo a refugiarse tierra adentro.
Más tarde, supe que creían que caballo y jinete eran un solo ser; y que nuestros navíos
eran montañas flotantes. Estaban convencidos de nuestra divinidad, que éramos la
encarnación de Quetzalcoatl, una deidad de mucho poder; la serpiente emplumada de
las leyendas mexicanas adorada en todo el imperio azteca. Los Mayas la conocen como
Kuculcan. En ambos casos, es el Dios del Saber, que combina las fuerzas de la tierra y
del cielo. Su consorte es Tonantzín, diosa de la tierra. Cuenta la profecía que
Quetzalcoatl volverá al reino de los hombres en el año azteca que coincide con el 151
de nuestro calendario romano.
No, no éramos deidades, sólo un grupo de insensatos guerreros ávidos de oro y
aventuras. Y yo, Pedro Alcázar, empezaba a ser consciente de las atrocidades que
haríamos para conseguir lo que buscábamos. Torturaríamos, mataríamos,
esclavizaríamos, todo por su tierra y bajo la insuficiente excusa de cristianizar a alguien
que no lo necesitaba. Era la Orgía del Poder, el Banquete de los Cristianos, era... La
Conquista.

Alma

Azaak, a sus 19 años, no alcanzaba a comprender que, más allá de donde nace y
muere el sol, existiera una raza tan poderosa como misteriosa. En la aldea corría el
rumor de que hombres con la tez blanca como la harina y con vello por toda la cara,
habían venido flotando en montañas y estaban cerca de su poblado, mostrando
ropajes imposibles y blandiendo cuchillos que escupían fuego y muerte.
Para ser la menor de cinco hermanos, Azaak ya poseía una inmensa sabiduría y una
gran responsabilidad. Desde pequeñita había desarrollado la capacidad de hablar con
los árboles y de leer los mensajes que las nubes le mandaban. Se sentía en perfecta
comunión con la naturaleza, a la que llamaba hermana.
Aquella mañana, su corazón le había avisado que un peligro desconocido moraba entre
los suyos. Más tarde, tuvo noticias de que aquellos seres de dos cabezas y con patas
de bestia, y de la intención de estos de hacer prisioneros a toda hembra sana que
estuviera en edad de procrear.
Y fue en ese instante, cuando la vi, en el que supe que no había conocido la belleza en
su totalidad, hasta que sus ojos me taladraran con una dulce e inquisitiva mirada. Me
encontraba frente a ella y, a mi lado, Jerónimo de Aguilar, naufrago español que arribó
a la Costa Maya ocho años antes de la llegada de Cortés y que, además, hablaba la
lengua de los nativos con cierta soltura y solvencia..
Junto a Aguilar y a mí, arremolinadas en torno a esa bella indígena, se encontraban las
ancianas emitiendo chillidos desgarradores y sollozando desconsoladamente. Poco a
poco, me fui abriendo paso ante aquella multitud y pude ver cual era el motivo de
tanto dolor y desconsuelo. Tumbada en un pequeño lecho de hojas verdes, yacía una
criatura de no más de cuatro años. Sus pequeños ojos me miraron como intentando
hablar, su tez morena y su largo cabello estaban empapados de sudor y su respiración
había perdido toda cadencia natural. Con un movimiento rápido, pero delicado, Azaak
levantó su cabeza y apaciguó un tanto su agonía, dándole a beber agua de su propia
mano.
- Diles mi nombre, y que si en algo puedo servir, muy gustoso habré de hacerlo. Y
diles también, Aguilar, que no teman, que nada malo esperen de mí. –comenté con
humildad.
Jerónimo de Aguilar intercambió unas palabras con Azaak. Tras una breve pausa, que
a mí me pareció una eternidad. Aguilar se incorporó y me dijo: “Se está muriendo,
Pedro, tiene una grave dolencia, pero sus corazones no lloran por su marcha, sino
porque nos han ordenado detenerles y la niña se quedará sin su canción del Alma”.

- ¿A qué te refieres? –pregunté.


- Ellos creen que debemos estar preparados para el último viaje, al igual que debemos
estar preparados para la vida, y si no permitimos que estas gentes hagan su rito, el
alma de esta niña vagará por las Tierras Tristes.
- ¿Y cual es el rito? –volvía ainquirir.
- Es una canción... “La Canción del Alma”.
- Diles que la canten. Les dejaremos el tiempo que haga falta.

La Costa Del Silencio

Pasaron muchas lunas, y yo cada vez estaba más impregnado del magnetismo de
aquella singular mujer. Aún siendo cautiva de los españoles, no albergó nunca odio o
rencor hacia nosotros, pero tampoco abrazó el cristianismo como hicieron otras. Ella no
entendía el afán de Hernán Cortés por invadir y dominar a Tenochtitlan, capital del
imperio Azteca. Azaak aseguraba que la tierra, las nubes y las montañas pertenecían a
quien supiera vivir en comunión con ellas, no utilizarlas como plataforma de
crecimiento personal., venganza o abuso. En las muchas noches que pasé, hechizado,
escuchando preciosas historias que me contaba, empecé a comprender lo que me
quería enseñar.
- Vosotros –me dijo- utilizáis el mar para alimentaros y para viajar por él, pero jamás lo
cuidáis. Y el mar como ser vivo que es, necesita amor y atenciones, al igual que el río
o el árbol. Ayer escuché al viento y me advirtió que dentro de muchas lunas, cuando
tengáis barcos que no necesiten al hermano viento para desplazarse, el mar sufrirá
una enfermedad de tal gravedad que si no lo remedia el hombre blanco, morirá de
pena y de suciedad. Y la madre naturaleza os castigará por ello.
A las puertas de Tenochtitlan, mientras la luna iluminaba nuestras caras, Azaak
alumbró mi alma contándome la profecía que según ella ocurrirá en nuestra Gaia
dentro de muchos, muchos años.

El Árbol De La Noche Triste

En la noche del 30 de junio de 1520, y tras haber cohabitado con los aztecas en
Tenochtitlan, aprovechando la creencia de estos de nuestra procedencia divina, Hern
án Cortés ordenó que abandonáramos la capital, ya que la paciencia de los aztecas y el
apoyo del pueblo a Monctezuma, había llegado a su fin. Las órdenes eran claras,
debíamos transportar todo el oro y los tesoros que pudiéramos y en alianza con la
oscuridad que nos proporcionaría la noche, huiríamos con la misma clandestinidad que
un ladrón tiene al abandonar la escena del crimen. Yo mismo me vi empujado a la
rapiña y la ambición. Todos éramos presa de una mezcla de miedo y extraña
borrachera de poder. Había quienes, incluso, dejaban sus armas y cascos, para así
poder trasladar más botín.
Y como las patas del mentiroso y del ladrón son muy cortas, no pudimos ir muy lejos.
Debido al poco sigilo que mantuvimos, los aztecas dieron la voz de alarma y al ver que
cobardemente huíamos con su riquezas, nos atacaron con la fuerza que da el defender
tu raza y tu tierra. Los caballos se hundían en el agua, fruto de tanto sobrepeso y
muchos de mis compañeros perecerían ahogados por el mismo motivo. Fue una
matanza. Cortés resultó herido, y las bajas fueron cuantiosas. Yo sufrí una herida de la
cual nunca podré curarme, y fue la herida que recibió mi alma al ver en que me había
convertido: ladrón y asesino cobarde. Azaak, también, había conseguido escapar con
vida, pero muy a su pesar, pues seguía esclava de nosotros y creo que también de mi
corazón... entre ella y yo había surgido algo más fuerte que el odio o la ambición, ¡el
amor!
Me armé de valor y aprovechamiento que Cortés tomaba aliento al pie de un árbol, me
decidía a hacerle saber mi punto de vista sobre aquella, tan poco honrosa, forma de
proceder. Mi sorpresa fue descubrir a Hernán Cortés llorando ante ese árbol, fue una
noche de tristeza, fue la noche triste...

La Rosa De Los Vientos

Hoy tengo el convencimiento de que hablé que el corazón, que todo cuanto dije a
Cortés fue lo correcto y lo que tenía que hacer, pero en ese momento, una vez que mi
boca dejó de soltar toda esa verborrea, y después de acusar a Cortés, el miedo me
abrazó tan fuerte que incluso él decidió apiadarse de mi y no ahorcarme por traición.
Evidentemente, fui arrestado y el juicio postergado hasta mi regreso a Cuba, donde se
me trataría con deshonor y se me encarcelaría.
Pero Cortés, a la vez, necesitaba hombres y yo, aunque contestón y, según él,
cobarde, era útil para sus propósitos. Se había propuesto volver a Tenochtitlan y
conquistar el imperio Azteca de una santa vez.
Como siempre mi bella Azaak me dio consuelo y aseguró que en la vida hay que
regirse por principios tan simples como estos...

La Leyenda De La Llorona

Entre las muchas mujeres que abrazaron el cristianismo, hubo una la cual era el blanco
de las iras de Azaak. Su nombre, Malinche y su condición, amante de Cortés y traidora
de su pueblo y de la naturaleza.
Aquella misma noche vi a Azaak discutir con ella acaloradamente y entre otras
amenazas, Azaak le contó una leyenda que sobrevivía en el tiempo. Es según dijo
Azaak, una historia que se cuenta en el México del futuro y habla de La Llorona...

Van A Rodar Cabezas

Con 400 españoles y apoyados por los tlaxcaltecas, Cortés decidió el asedio a
Tenochtitlan y así, durante 80 días y 80 noches, los aztecas vieron como su resistencia
disminuía a causa del hambre y de un arma con la que ningún bando contaba: los
virus. En efecto, sin proponérselo, Cortés había traído enfermedades comunes en
Europa que sin embargo resultaron mortales para los aztecas; una simple gripe
diezmaba las fuerzas e incluso mataba a cientos de aztecas.
Miles de ellos perecieron, pero antes de que Tenochtitlan fuera finalmente
conquistada, Azaak lanzó este grito de rabia e impotencia al ver destruida tanta
belleza...

El Atrapasueños

- Debemos dirigirnos al sur -dijo Azaak-. Allí hay más nativos como yo, que necesitan
de mi ayuda y yo preciso que seas testigo de toda injusticia que allí el hombre blanco
está haciendo. Existe un imperio, el Inca, que pronto caerá en manos de compatriotas
tuyos y debes verlo, y luego regresar a tu mundo para contarlo.
¡Cuánta razón tenía Azaak! El éxito de Cortés no hizo sino animar a más europeos, que
veían en el continente americano una salida a su pobreza y una posibilidad de ir
amasando territorios y fortuna.
- Ahora duerme y pon esto en tu lecho. Azaak me entregó un extraño amuleto, que
según ella venía de un pueblo al norte, muy al norte. Entre otras propiedades tenía la
de capturar todos tus malos sueños y que jamás te hirieran.
- Su auténtico poder reside -me dijo- en que captura todos tus anhelos y si deseas algo
en tu vida y sueñas cada día con ello, se cumple. Y ahora duerme, duerme y sueña con
ser...
Si Te Vas

Cuando el alma queda herida de soledad, es cuando aprendes que tener a alguien a
quien amas, es un regalo que debes cuidar y mimar. Azaak nunca se recuperó de
aquella matanza, los españoles le habíamos quitado su identidad, sus costumbres y, a
cambio, ella sólo tenía mi amor.
Cuando aquella noche me dijo que la ayudara a huir, todos mis miedos y mis dudas
desaparecieron. Amar a alguien es comprometerse, es pensar en tres: tú, yo y
nosotros.
Había encontrado el amor y no lo quería dejar escapar: ¡Claro que la ayudaría!, incluso
me iría con ella, pues si ella se va, yo volvería a encerrarme en vida.

La Venganza De Gaia

8 de enero del 2002. Atlanta (Georgia).


Todavía mantenía la mirada fija en el monitor de su ordenador, cuando Joe Hamilton
terminó de leer la última línea. El ya sabía la historia de los españoles, de Monctezuma
y todo eso; además, ¿en que me atañe todo esto a mí? -pensó-. Más bien, le parecía el
típico relato anticolonizador que muchos activistas de Estados Unidos utilizan para
luchar contra intereses comerciales norteamericanos en México. Era muy tarde y
estaba agotado, alguien le había gastado una broma pesada, y de muy mal gusto,
haciéndose pasar por esa infeliz a la que habían ejecutado. Terminó su copa y decidió
dormir.
Tenía la boca seca y no había conseguido descansar; encendió la luz que estaba en su
mesita de noche, atestada de libros de derecho penal y de una biografía de Charlton
Heston. Al iluminarse su cuarto, notó por el rabillo del ojo un fugaz movimiento. Giró
súbitamente la cabeza y su expresión cambió de tal forma, que un risita ahogada se
escapó de quien estaba a su lado. Intentó gritar; pero el miedo había paralizado todas
sus funciones básicas, incluso respirar le parecía insoportable. Sentada en su cama,
estaba Alma Echegaray, mirándolo fijamente y con cara burlona, se presentó.
- Buenas noches gobernador, espero que el sueño haya sido reparador.
- ¿Quién eres? –acertó a pronunciar.
- Ya se lo dije, tenía algo importante que contarle. Esperaba que hubiera entendido mi
historia, pero veo que no. Veo que no ha entendido nada. Yo soy Azaak, también soy
Alma Echegaray. He tenido muchos nombres a través del tiempo, pero siempre he sido
la misma; GAIA. Soy la madre naturaleza, la Pachamama, soy el sol, la luna, soy todo
lo que hace que este planeta viva. Y si le conté esta historia, era simplemente para
que viera que los verdaderos americanos no son ustedes, sino todos esos pueblos que
fueron colonizados, y también para que comprendiera que ejecutar a alguien va en
contra de la Naturaleza... y ¡yo soy la Naturaleza!, y este tu juicio...
Se despertó bañado en sudor
Y un frío interno, le estremeció
Se hizo la luz, y en su cama junto a él...
¡¡Vio a esa mujer!!
Fue como aquel beso que no dio
Como ese "Te Quiero" que negó
Llego la hora de echar cuentas y el lloró
Tu representaras a todo ese horror
Que enferma y mata el planeta
Al condenarme
Abortaste también tu perdón
Yo soy el aire, la brisa y el mar
Y el Amazonas que, herido...
Sangra por vuestra ambición
Yo soy parte de el

Todo mal que me hagas, a ti te lo harás


Pues la Tierra es tu hogar
Y al igual que amar, también se castigar
La venganza de Gaia tendrás

Toda su vida ante el desfiló


Vio su niñez, no se reconoció
Su inocencia murió por su ambición
¡¡La asesinó!!

Aparecieron en su mansión
Un ciervo anciano y un halcón,
Un bosque quemado y un sauce llorón

Esto un juicio y este el tribunal


Que ha de condenar tu usura
El ozono es el fiscal y una ballena el juez
Un río contaminado en pie
Hace pasar al jurado
Formado por la justicia, el amor
Y algún pez

Busca una nutria a su amor y ve


Que lo acaban de asesinar
Ha muerto a golpes de sin razón
Solo querían su piel
Y no entiende porqué, si ellos tienen piel
Matan por otra tener
Le intenta despertar, pues va a amanecer
Y han quedado en ver salir el sol

Has de pagar y este tribunal


Te condena a un árbol ser
Y cuando tengas sed, sólo de beber
Lluvia ácida tú tendrás
Y la nutria lloró, pues vió que su amor
De nuevo tenía piel
Y el sol se despertó y corrieron a ver
Un nuevo amanecer...
¡¡Y el mar sonrió!!
Cuentan que tras una tormenta ayer
El viento derribó a un árbol
Y que su tronco, de casa sirvió a un castor

Todo mal que me hagas, a ti te lo harás


Pues la Tierra es tu hogar
Y al igual que amar, también se castigar
La venganza de Gaia tendrás

“Que el sol de la mañana y la brisa de la noche, no vuelva jamás a ser testigo de


injusticias sobre cualquier pueblo o cultura. Que el canto de un pájaro, no sea un
réquiem por el mar. Y que todo cuanto nos rodea, alimenta y da vida, sea merecedor
de nuestro respeto y amor.
El espíritu de la tierra, GAIA, siguió guardando y cuidando el planeta del hombre. Pero
eso es otra historia y en otro momento será contada...” (Txus).
GAIA II: LA VOZ DORMIDA
INTRODUCCIÓN

A menudo el éxito y el fracaso -esos dos malditos impostores- asoman la cabeza por la
rendija de la inspiración, y te susurran al oído qué debes y qué no debes hacer...
Ahí comienza la batalla de un compositor y escritor! Apaciguando la angustia que le
llena ante un folio en blanco, acallando esas interesadas voces del éxito y el fracaso,
escuchando sólo, y de forma pausada y honesta, a tu corazón...
En este nuevo trabajo -La Voz Dormida- es lo que yo, con la inestimable ayuda de mis
compañeros de viaje -a los que tanto debo y tan poca cosa reciben de mí- hemos
intentado que cantara el corazón, que tocaran las guitarras nuestra ilusión y que
escribiera la letra la pluma más pura que conozco: nuestra Alma.
Yo sólo soy un ladrón de palabras, un secuestrador de ideas y melodías, y unicamente
pido como rescate: tu sonrisa. La Música es el idioma del Alma y las novelas son los
besos que la imaginación da a nuestra vida. El autor sólo escribe la mitad de una obra,
de la otra mitad debe ocuparse quien la recibe. Ahora te toca a ti, no nos juzgues con
ligereza, este trabajo está impregnado de duro esfuerzo y renovada ilusión. Esperamos
no defraudarte y que te sientas orgulloso de nosotros. ¡¡El viejo Mägo ha vuelto!!
Damos las gracias a la Música por amarnos y por supuesto a ti, pues sin ti, seríamos
silencio...

¡¡We must be over the Rainbow!!

El Cairo, 25 de septiembre de 2005


Txus Di Fellatio

Volaverunt Opus 666

CAPÍTULO I

Madrid, 25 de mayo. 1823

No importa si tienes éxito o si fracasas. No importa si llegas a la meta o simplemente


te quedas a las puertas. Lo importante no es la meta, es el camino...
Durante toda su vida la fuerza motriz que había desperezado su ya cansada
imaginación había sido la voluntad. Pero eso sólo era el combustible, el alimento que
hacía que su cuerpo y su mente no se doblegaran ante el fracaso, esa fuerza invisible
que le hacía levantarse cada mañana y mirar a los ojos la derrota, y apartándola de un
golpe, enfrentarse a sus sueños. Cada vez que se quedaba frente a frente con un
lienzo en blanco lo estudiaba, incluso se diría que hablaba con él.
¿Tú qué quieres ser? -le preguntaba-.
Y antes de escoger los colores de su paleta, sabía perfectamente en qué pigmento
debía sumergir su pincel, su alma... En el de la pasión. Hagas lo que hagas en la vida,
triunfes o fracases, sea por divertimento o por oficio; hazlo con pasión. No importa si
es bueno o malo, mediocre o sublime. El arte sin pasión es como besar a una piedra,
carece de calor, de Alma... Hagas lo que hagas en tu vida, hazlo con pasión.
Una perla es un insignificante grano de arena, no es importante, nadie le presta
atención. Pero el tiempo, la constancia y la pasión hacen de él algo precioso, algo tan
valioso que hasta los océanos le rinden pleitesía. ¡Todo sueño empieza por ser algo
pequeño!
Mientras reflexionaba, Goya daba sus últimas pinceladas a una extraña obra pintada,
como muchas otras, en las paredes de su apartado caserón, a orillas del río
Manzanares, en la ribera de Aluche. Las paredes de esta casa se llenaron de
alucinantes escenas de supersticiones, brujerías y endemoniamientos. Allí esta Saturno
devorando a sus hijos con una viveza que escalofría, allí el Gran Buco convocando a
sus torvos feligreses y allí su última pintura, el gran Aquelarre fantasmagórico de caras
hechas a trompicones, de esperpentos malignos... y presidiéndolo todo: El Macho
Cabrío.
Desde que su sordera se adueñó de sus silencios, Goya se refugió de la Corte de
Fernando VII en este apartado caserón, a las afueras de Madrid. Se le conocía en la
Villa como "La Quinta del Sordo". Allí, en compañía de Leocadia, quien estaba a cargo
de la casa, y el fiel Isidro, que le servía de intérprete y cuidaba de la huerta, fue donde
tuvo lugar una extraña visita que cambiaría el transcurrir de los acontecimientos, y
como no, el Mundo...
A las doce menos un minuto de la noche, bajo una espesa oscuridad, una sombra ágil
y silenciosa llama a la puerta de La Quinta del Sordo:
- Buenas noches, deseo ver a Don Francisco de Goya, dígale que vengo de muy lejos y
que me envía Volaverunt-. Aquel hombre tenía un extraño acento extranjero y vestía
de negro, todo de negro.
Doña Leocadia, sorprendida por lo inusual de la hora, invitó al extranjero a esperar a
su señor en un pequeño sofá de cuero junto a la chimenea del salón de la parte baja
de la casa. Don Franciscosolía recibir innumerables visitas hace años pero últimamente,
debido a su sordera, se había vuelto huidizo, taciturno.
-Francisco -escribió en una hoja- tienes una visita de un hombre con acento extranjero,
pide unos minutos a solas contigo, trae una carta y dice venir en nombre de
Volaverunt.
-¿Volaverunt? -exclamó Goya- dile que suba por favor.
¡Volaverunt! ¡Por fin había llegado la hora! Ese era el nombre de uno de sus caprichos,
grabados al aguafuerte hace unos años, y también era el nombre en clave que pondría
en marcha el mecanismo....
El visitante resultó ser alemán y le entregó una carta firmada por el también alemán y
amigo Goethe -pensador y novelista creador entre otros títulos de la novela Fausto, y
uno de los precursores de Darwin-. En esa carta se le requería en el plazo de una
semana en la francesa ciudad de Burdeos, allí le presentaría a una celebridad, que
como él y tantos otros, formaban parte de la Sociedad... El sello de la carta llevaba ese
extraño símbolo que ya vio la primera vez en casa de Goethe.

Burdeos, 1 de junio. 1823

“Querido Francisco, el tiempo se nos agota, tanto tú como todos nosotros estamos
más cerca de la muerte que de la vida, nuestra creciente ancianidad nos apremia en
concluir nuestra obra. La Voz Dormida debe despertar, y para ello hoy te voy a
presentar a alguien que vive iluminado porla luz del arte, a un ser que vive en las
tinieblas del silencio, un ser que como tú, mi viejo amigo, es sordo...”

Resultó que aquel robusto hombre no era otro que aquel del que tanto se hablaba en
la Corte de España, un músico excepcional, un compositor que sin oír una sola nota,
las dotaba de magia, armonía, fuerza y elegancia. Él decía que cerraba los ojos y oía la
música con toda claridad dentro de su cabeza. Era un ser único, su nombre era Ludwig
Van Beethoven.
Convinieron, después de una larga noche de conversación -en los que los traductores
se afanaban en hacer llegar a los dos hombres sordos todo cuanto allí se habló-, que lo
mejor era encriptar el mensaje, a la espera de que un ser altamente sensible, una
pureza humana incorrupta, lo hiciera suyo.
Goya ocultó el símbolo de la Sociedad secreta en su capricho Volaverunt, y Beethoven
hizo lo mismo pero con la frase: "Missit me Dominus" (El Señor me ha enviado),
ocultándolo en uno de los fragmentos de su Sinfonía en Re Menor Nº 9.
La voz dormida no tardaría mucho tiempo en despertar...

Gaia, Gaia, Gaia


Libera me domine de morte aeterna
Volaverunt, Missit me Dominus

La Voz Dormida

CAPÍTULO II

Toledo, 2 de abril. 2005

Nacho sólo le calmaba la música, especialmente la Clásica. Su madre desde muy


pequeñito siempre le ponía "Claro de Luna" para dormirse. En el hospital, después del
parto, tuvo que asumir de golpe que su bebé era especial, tenía síndrome de Down.
Nacho, entre otras habilidades, había adquirido una sensibilidad muy acusada para el
Arte. Le fascinaba la Música, el Cine y la Pintura. Sobre todo ésta última. Decía que en
los cuadros veía cosas que a simple vista parecían esconderse. Se pasaba horas y
horas contemplando un mismo cuadro y, de vez en cuando, tras entrecerrar los ojos,
sonreía divertido y asentía.
Hoy era un día especial, Sara de Ladrada y García, su madre, le iba a llevar esa
mañana a la Universidad de Toledo, donde se exponían multitud de cuadros y
caprichos de Goya -uno de los favoritos de Nacho.-La exposición se llevaba a cabo
gracias al convenio de los gobiernos de Castilla-La Mancha y de Aragón. La Universidad
de Toledo era un marco incomparable. Tanto en la Ciudad Imperial como en su
Universidad sucedieron numerosos hechos asombrosos. Brujería, espiritismo,
necromancia, cábala y otras artes ocultas son parte indiscutible de la piel de Toledo.
En la misma Universidad de Toledo, hace unos pocos años, murió de un infarto un
vigilante jurado que hacía su turno por la noche. Sus compañeros y varias mujeres de
la limpieza aseguraron que en el piso de arriba se oían risas y lamentos, que después
de fregar el suelo de un aula de más de setenta metros cuadrados, cuando iban hacia
la siguiente aula, oían arrastrar sillas... Evidentemente estaban solas, y al darse la
vuelta y regresar sobre sus pasos, se encontraban todas las sillas perfectamente
colocadas encima de las mesas. Más de doscientas sillas!!
El último suceso paranormal tuvo lugar en la madrugada de hace unos meses. La
Universidad estaba en obras, y un vigilante jurado, al hacer la ronda, oyó unos
misteriosos ruidos en el desván que estaba situado en la planta de arriba. Durante
toda la noche los lamentos y los extraños ruidos atemorizaron de tal manera al
vigilante, que éste no dudó en quedarse resguardado en un despacho. Al amanecer
llamó al bedel y le preguntó si alguien
-algún estudiante con ganas de juerga, o alguna pareja de enamorados-, solía visitar
de noche aquel desván. La respuesta fue inquietante. Sólo él tenía las llaves de la
Universidad y el día anterior, antes de cerrar y dejar al cuidado de las instalaciones al
vigilante, se cercioró de que estaba vacía. Inmediatamente fueron al misterioso
desván, y al abrir la puerta, que efectivamente estaba cerrada con llave, el miedo y el
terror se adueñaron de sus rostros... Sillas, mesas, pizarras, armarios y demás
mobiliario académico estaba amontonado formando una pirámide de más de dos
metros de alto!! ¿Quién o qué había hecho tan arduo trabajo?
Hoy no sería diferente, algo estaba a punto de ocurrir.
Nacho -como siempre que salía de casa- llevaba consigo su reproductor de mp3,
donde alternaba música Heavy con sus compositores favoritos de Música Clásica.
Estaba ensimismado viendo esos pequeños cuadros que llamaban Caprichos. De
repente empezó a sonar en su mp3 la Sinfonía Nº 9 en Re Menor, era de Beethoven,
su compositor preferido. En aquel instante sus ojos se pararon en uno de esos
extraños cuadros. Una mujer era levantada por los aires por unas brujas, volaba, o eso
le parecía a él. Pero había algo más, un símbolo lo llamaba. La música de Beethoven se
hacía más fuerte y el cuadro parecía hablarle. Como en un eco, Nacho oía gritos, era
su madre, que, aterrorizada, señalaba su cara y pedía ayuda mientras intentaba coger
su brazo.
Nacho giró lentamente su cuerpo y alcanzó a verse reflejado en el cristal de una
vidriera situada justamente detrás... Su cara! Su cara estaba cambiando, estaban
desapareciendo sus rasgos...
La Novena Sinfonía alcanzaba su cenit.
Bajo el cuadro de Volaverunt, Nacho dejó caer el mp3 que llevaba en su mano. Todos
los rasgos característicos de aquel niño con el síndrome de Down habían desaparecido.
Su piel era tersa y una luminosidad especial emanaba de su mirada.
- Soy la Voz Dormida, el Señor me ha enviado, "Missit me Dominus".
Se hizo el silencio, nadie se atrevía a hablar. Sara -su madre- se tapaba la boca
ahogando un grito, la gente lo observaba, un grupo de monjas carmelitas se acercaron
a él.
- ¿Qué tal el polvo de anoche, hermana Pilar?
-preguntó Nacho cogiendo un crucifijo y arrancándolo del pecho de la alucinada
carmelita-.
- Espero que el Obispo la recompense -se burló-Él siempre es misericordioso con sus
putitas.
Y mirando el crucifijo se lo lanzó a la cara.
- Hoy vuestro jefe dará cuentas al que todo lo ve, el Señor me ha enviado, Missit me
Dominus.
- Pero hijo, ¿qué dices?, ¿te encuentras bien? ¡Que alguien llame a un médico, por el
amor de Dios! Sara no daba crédito a lo que oía y veía.
- Hoy vuestro Papa Juan Pablo II morirá a las 21:37 horas. Yo soy La Voz Dormida, el
Señor me ha enviado.
Nacho cayó derrumbado nada más terminar esa enigmática profecía.

Hazme un Sitio Entre tu Piel

CAPÍTULO III

Habían pasado tres años desde los extraños sucesos ocurridos en Atlanta, donde un
senador ultraconservador había muerto en extrañas circunstancias. Durante estos tres
años el inspector Rafael Haro -de origen cubano- había sido el hombre elegido por el
Servicio de Inteligencia (CIA) para aclarar los sucesos que tuvieron lugar en Atlanta.
Sólo tenía una pista: España. Y una frase escrita en la mansión del senador Joe
Hamilton: "La Voz Dormida, el Señor me ha enviado".
Ya daba por perdida la búsqueda cuando recibió una llamada:
-Buenas tardes inspector!! Tenemos a un chaval con síndrome de Down en la planta
de psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Ha montado un follón enorme en
Toledo. Dice que es La Voz Dormida... y le contó con detalle lo sucedido...
-De acuerdo Miralles, en diez minutos nos vemos en el hospital. ¡No quiero prensa!
ocúpate.
La planta de psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal era un lugar dantesco. Era como un
taller humano en el que los cuerpos eran aparcados mientras las mentes eran
medicadas y adormiladas. Rostros burlones, ojos sin vida, gritos y estremecedores
aullidos. El Doctor García Pedraza, jefe de psiquiatría, le puso al día del extraño caso
del paciente Nacho, un chaval con dieciséis años que sufría el síndrome de Down y
que, desde esa misma mañana entraba en trance, vaticinando la hora exacta de la
muerte del Papa...
- Y ¿qué tiene de extraño? -preguntó el inspector-. Todo el mundo sabe que el Papa
está a punto de morirse, de hecho la muerte está tirándole de la manga desde hace
tiempo.
- Señor inspector, lo inusual es que cada vez que entra en trance desaparecen todos
los rasgos de su enfermedad. Todos los típicos síntomas del síndrome de Down se
evaporan, y mantiene conversaciones coherentes!!
Cuando Rafael Haro entró en la habitación, lo que vio le produjo tal impacto que tuvo
que agarrarse al borde de una silla. Nacho yacía tumbado mirándole fijamente, estaba
atado por correas y conectado a multitud de máquinas. Su rostro empezó a estirarse y
poco a poco una brillante luz se apoderó de su cuerpo.
- Le esperaba señor Haro -dijo una voz aflautada y asexuada-. Tenemos mucho de qué
hablar, siéntese, no hay tiempo.
- ¿Quién o qué eres? -preguntó Rafael Haro mientras encendía su grabadora...-
Nacho cerró los ojos, suspiró, y empezó su relato...

- Y ahora que ya sabes quién soy, te contaré una historia que ocurrió hace más de
quinientos años...

El Poema de la Lluvia Triste

CAPÍTULO IV

Toledo, año 1531

El interior de la celda era angosto y muy frío. Tan frío que la esperanza se helaba en el
Alma, haciéndola pedazos. ¿Dónde estaba el aire, el sol? ¿Por qué la habían encerrado
en esa prisión? Azaak no consiguió llegar al sur y fue interceptada y hecha prisionera
por los españoles. Dada su extraordinaria belleza y dominio de la lengua castellana,
fue llevada a España junto con un cargamento de oro proveniente del pueblo Inca. Era
la prueba que necesitaba un hombre, si cabe, más cruel y ambicioso que el propio
Cortés, de que el pueblo Inca era poseedor de innumerables tesoros. Su nombre era
Francisco Pizarro.
Junto a ella se encuentra Sara -una preciosa chica judía acusada de tratos con el
Diablo-. La Santa Inquisición no ve con buenos ojos que una indígena de Las Indias
sepa hablar castellano fluidamente. Además asegura que el verdadero Dios es la
Pachamama. Sara está asustada y Azaak le cuenta una bonita historia de su pueblo...

El Callejón del Infierno


CAPÍTULO V

Azaak le cuenta a Sara su increíble historia con los españoles, y cómo devastaron a su
pueblo. Ya casi nada quedaba de la civilización Azteca.
- ¿Y tú, Sara? ¿Cual es tu historia? -preguntó Azaak mientras la miraba-. ¡Era preciosa!
Tenía los ojos del color de los prados y su piel era blanca, casi transparente...
- Como habrás podido observar Toledo es una ciudad insólita. Donde lo mágico, lo
oculto y lo misterioso se dan cita. Dicen que aquí conviven las tres culturas -Cristiana,
Judía y Musulmana- pero eso no es cierto, nada más lejos de la realidad. En todo caso
aquí esas culturas se soportan las unas a las otras, pero no se mezclan. Desde que se
instauró la Inquisición, sólo hay una religión: la Cristiana, y las demás han sido
barridas o simplemente ocultadas. Pero si algo sigue vivo y latente en Toledo son los
numerosos magos, astrólogos, nigromantes, estudiosos de la cábala y la alquimia, y
alguna que otra sociedad secreta. Pues bien, a mí siempre me interesaron estas artes.
Yo, al igual que tú, creo en las fuerzas de la Naturaleza, y un día fui al encuentro de
una hechicera llamada "La Diablesa", para que me diera un filtro de amor, pero un
pavoroso incendio quemó la casa de la hechicera con ella dentro. Varios vecinos me
vieron. Desde entonces esa travesía esta maldita, y se la conoce como "La Travesía del
Diablo" o "El Callejón del Infierno".

El Paseo de los Tristes

CAPÍTULO VI

Sara continuó contando su historia mientras Azaak asistía perpleja a las palabras de
aquella extraordinaria mujer.
- Desde que la Inquisición se instauró en España allá por el año 1478, la intolerancia,
el fanatismo y la superstición se adueñaron del corazón de esta bella tierra. Todos
éramos sospechosos; judíos, musulmanes y cualquier persona con alguna inquietud
intelectual. Incluso las vendettas personales solían acabar en acusaciones de brujería o
de malas artes. El Santo Oficio era como una especie de policía del Alma. Autos de fe
en los que se quemaban vivos a numerosos herejes, judaizantes y todo aquel
susceptible de ser “salvado”.
- ¡Es horrible! -exclamó Azaak- se supone que los españoles llegaron a la tierra de mis
antepasados para enseñarnos la religión del amor y el perdón, incluso se
escandalizaban de nuestros sacrificios. ¿Y esa religión permite el asesinato por ser
distinto? Los dioses nos dieron inteligencia para dudar de todo y para hacernos
preguntas -Azaak no entendía esa supuesta superioridad espiritual del hombre blanco-.
- En Europa las cosas son más lúgubres de lo que parecen. La cultura es la medicina
contra el fanatismo y el miedo. Mira, te voy a contar una historia del sitio donde nací,
Granada, la ciudad más hermosa jamás imaginada por ningún dios. Allí hay un paseo
que tiene una bella y triste leyenda.
La Posada de los Muertos

CAPÍTULO VII

Hacía frío, mucho frío. Azaak se había quedado dormida escuchando a Sara. Cuando
abrió los ojos buscó con la mirada a su nueva amiga. La encontró en un rincón
arrodillada tarareando una alegre y pegadiza melodía.
- ¿Qué cantas? -preguntó-. Es digno de admirar tu fuerza de voluntad, pareces
contenta.
- ¡Que va! -suspiró Sara-. Lo que pasa es que me ha venido a la memoria una historia
que me contó la hechicera de la que te hablé. Cuentan que en los extramuros de
Toledo existe una venta en la que a todo aquel que la visita con el ánimo decaído y
con ganas de acabar con esta vida de sufrimiento, se le aparecen los muertos y cantan
esta melodía:

Desde mi Cielo

CAPÍTULO VIII

Rara vez los prisioneros tenían visitas de sus familiares. Pero la excepción besó esa
mañana a Sara. Pero el beso era amargo, era un beso de despedida. Una prima suya
se presentó con una carta y la mirada huidiza. Era evidente que algo había pasado. No
hicieron falta palabras, hay veces que el Alma escucha las malas noticias antes que
nuestros oídos: ¡Su amor había muerto!
Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras abrazaba contra su pecho aquella carta. Miró
el remite y vio que estaba firmada por él. Alargó la mano hacia Azaak y con un hilo de
voz le dijo:
- ¡Léemela! ¡Por favor, léemela!
Y Azaak tomando su mano, comenzó a leer….

En Nombre de Dios

CAPÍTULO IX

Al terminar la carta, Azaak se sumió en una profunda tristeza. Ella también tenía un
amor, Pedro de Alcázar, aquél intrépido cocinero que tanto le había enseñado. ¿Dónde
estaría? -pensó-. Los verdes ojos de Sara tenían un brillo especial, y un esbozo de
sonrisa asomó en aquel blanco rostro…
- ¿Para ti qué es el amor, Azaak? -preguntó la judía-.
- El amor no se puede definir, todo lo importante de esta vida, sí lo defines lo haces
pequeño; El amor al igual que la libertad hay que sentirlo. Es como el sexo, hablar de
el es estimulante, pero practicarlo es totalmente distinto.
- He notado que aquí, al sexo, la Iglesia lo ve como algo sucio.
- Sí Azaak, pero es algo que debo explicarte. De puertas para adentro todos los
miembros de la Iglesia, se entregan a sus fantasías carnales. Como ya le dije yo soy
bisexual Azaak, creo que mi sexualidad es libre y madura, pero eso aquí es algo así
como una monstruosidad. Una de mis amantes fue obligada a delatar nuestros
encuentros amorosos al Santo Oficio y por eso estoy aquí confinada…
- ¿Te interrogaron sobre ello? -preguntó interesada Azaak-.
- Con toda suerte de detalles. -Sara miraba fijamente al vacío, mientras recordaba los
gritos, insultos y torturas…-

Íncubos y Súcubos

CAPÍTULO X

A la mañana siguiente, después de la periódica visita del carcelero, encargado de


suministrarles algo de pan mohoso y agua, se enteraron de la ejecución de una joven
toledana de 19 años acusada de brujería y practicar misas negras. Según pudieron
enterarse por boca de Juanillo -el carcelero-, la pobre muchacha no estaba en sus
cabales. Proclamaba a quien quisiera oírla, que era la concubina del mismísimo Diablo
y se que le aparecía en su alcoba todas las noches en forma de Íncubo.

- ¿Íncubo? ¿Qué es? -preguntó interesada Azaak.-

- Íncubos y Súcubos son materializantes de Satanás en forma humana. El Íncubo tiene


aspecto de un atractivo hombre y el Súcubo de doncella apetecible. Los dos se
aparecen a sus víctimas de noche, y suelen excitar tanto a sus asustados
pretendientes, que estos caen rendidos a sus encantos.

Diabulus in Musica

CAPÍTULO XI

No estaría mal tener un par de íncubos ahora mismo -bromeó Azaak-.


- Si dispusiéramos de algún instrumento, ten por seguro, que te concedería ese deseo
-afirmó misteriosamente Sara-.
- ¿En serio? cada vez me sorprendes más.
- Existe una vieja leyenda que habla de un acorde maldito, el acorde del Diablo.
Cualquiera que lo toque o lo escuche pone en marcha las puertas del mal. Y aseguran
que el mismísimo Satanás se te presenta. Es como una invocación, pero en música.
- Eso mismo fue lo que confesó esa pobre judía que acababan de freír -dijo Juanillo-.
Muchas veces el carcelero las hacía compañía y las contaba todo tipo de chismes. Él
también se sentía muy solo.
- ¿De veras? -preguntó Sara divertida-.
- De veras -afirmó Juanillo-. Ella lo llamaba el tritono, el “Diabulus in Musica”.

Mañana Empieza Hoy

CAPÍTULO XII

Al terminar su relato, Juanillo pareció entristecerse de repente. ¡Pobre chica! -pensó-.


Cuánta locura y fanatismo hay en éstas paredes. Ésa chiquilla lo que necesitaba era
seguramente un médico y un amor… y yo ¿qué tengo? nada. Mi vida es ésta lúgubre
cárcel y estos locos Dominicos…
Azaak estaba leyendo en los ojos de aquel buen hombre. Él era el encargado de
alimentarles, custodiarles, pero también de torturarles. Era su trabajo, su asqueroso
trabajo.
- Cambia de vida -le instó Azaak- todos tenemos derecho a otra oportunidad.
- Ya es tarde para mí -suspiró el carcelero-.
- No digas eso -le recriminó indignada Azaak-todos los días son oportunidades nuevas
para cambiar nuestro destino. ¡Mañana empieza hoy!

El Príncipe de la Dulce Pena

CAPÍTULO XIII

Juanillo más animado bajo el tono de voz, prosiguió con el relato de la desdichada cría
que aseguraba haber tenido la visita nocturna del Diablo y de haberlo llamado ella
misma todas las noches utilizando esa oscura melodía.
- Ella lo amaba, según decía, lo amaba porque era humano, tenía todos los rasgos
espirituales carentes de hipocresía. Era egoísta, vengativo y no acataba las normas que
dictaba Dios. Por eso fue expulsado del paraíso. Durante toda la historia de la
humanidad ha estado presente. Se le han achacado innumerables nombres: Satanás,
Belial, Lucifer, Leviathan, Astaroth, El Ángel Caído, Luzbel, Mephistofeles, Belcebú…
Pero ella siempre lo llamaba su príncipe. El Príncipe de la Dulce Pena.
Aquelarre

CAPÍTULO XIV

Nadie sabe a ciencia cierta si todo lo que proclamaba esa desdichada en el potro de la
tortura era verdad, fruto de alguna enfermedad, o simplemente una invención lo
suficientemente poderosa y rotunda como para que dejaran de una vez de someterla a
tanto sufrimiento.
-Sentenció Juanillo- el caso es que lo que confesó a continuación entre alaridos de
dolor, hizo que todos los presentes enmudeciéramos de terror y por qué no, más de
uno fantaseó con haber podido verlo o incluso participar de ello, que de todo hay en la
viña del Señor. Rebeca, que así se llamaba la judía, contó con pelos y señales como su
demonio la guió entre sueños a un bosque a las afueras de Toledo. Era una noche de
luna llena y multitud de estrellas brillaban tanto que parecían querer asomarse desde
el cielo para no perderse detalle de tan oscuro espectáculo: una misa negra, una orgía
en la que los cuerpos se entrelazaban dándose placer. Un aquelarre en el que todo
valía… Y presidiéndolo: Él. El Príncipe de la Dulce Pena.
Hoy Toca Ser Felíz

CAPÍTULO XV

Quito, octubre de 1529

Inti Palla tenía la belleza de las princesas incas del Imperio de Cuzco. Era una de las
hijas del rey Huayna Capac, el único señor del Imperio de las Cuatro Direcciones, el
inca de todos los incas, el Hijo del Sol. Desde hacía varias lunas, el Único Señor, yacía
tumbado bajo las mantas de llama y vicuña. Se estaba muriendo. Ni todo el oro que
vestía a aquel rey y a las paredes de su estancia brillaba tanto como los pequeños ojos
de Inti Palla, lloraba.
- Padre -preguntó- ¿Qué pasará con nosotros? Se escuchan rumores de que a tu
muerte reinará el caos, y que vendrá un pueblo a arrebatarnos nuestro oro, nuestro
pueblo.
- Nada, mi preciosa princesa -dejó escapar el rey con un hilo de voz-. Después de mí,
vendrá otro y luego otro, y la Pachamama nos protegerá y nos acogerá en su manto.
Tú mientras tanto crece, vive y haz que tus sueños sean la guía de tu vida. La mañana,
la brisa y el día vendrán a buscarte. Hoy te toca ser feliz hija mía!!

Creo
(La Voz Dormida. Parte II )
CAPÍTULO XVI

Aquella noche Azaak no consiguió conciliar el sueño. Las imágenes de toda su vida se
agolpaban a codazos en su mente. Algo muy dentro de su ser le decía que había
llegado la hora.
El inquisidor Honorio, un dominico cobarde, mentiroso y acostumbrado a amontonar
riquezas a costa del trabajo de los demás, mesaba su perilla pelirroja. A su lado su
secretario José -o Pepe, como gustaba de llamarle su amo y superior- tomaba notas
mientras asistía al interrogatorio al que sometía a Azaak.
Azaak, mientras era torturada con uno de los instrumentos más crueles jamás ideados,
no dejó escapar ni grito alguno, ni súplica ninguna. Miraba fríamente al tribunal que la
acusaba de herejía y brujería. La pera vaginal -que así llamaban a ese cruel artefacto-
consistía en un instrumento metálico con forma de pera, que una vez introducido en la
vagina de la penitente se abría dentro del cuerpo de la misma produciéndola enormes
dolores. Al retirar dicho instrumento -todavía abierto- producía tales desgarros en la
vagina que muy pocas sobrevivían a aquel tormento. Tanto el padre Honorio como su
perro faldero Pepe disfrutaban de aquella escena. Juanillo lloraba, e intentaba
apaciguar tanto dolor acariciando sin ser visto el cuello de Azaak.
-Lo siento mucho- le susurró a Azaak en un momento en que las miradas de los
inquisidores se desviaron hacia un charco de sangre que se había formado a los pies
de Azaak.
- ¡¡Silencio verdugo!! -La mirada del inquisidor taladró a Juanillo- ¿Sigues afirmando
que el verdadero Dios es mujer, y se llama Gaia?
-preguntó- ¿Y todavía te atreves a mantener que tú eres su representación en la
Tierra?
Azaak hizo un esfuerzo sobrehumano por hablar...
- Vosotros sois los que tendréis el castigo más severo que jamás tuvo persona alguna -
dictó Azaak-. Vosotros creéis en un Dios malvado, justiciero, creéis que todas las
personas que no piensan como vosotros son dignos de ser asesinados. ¿Y vosotros os
llamáis civilizados? ¿Con qué derecho colonizáis pueblos que al menos respetan a su
madre, La Pachamama? Vosotros hacéis sacrificios humanos más crueles que aquellos
a los que llamáis salvajes. Lo hacéis por odio, por venganza, por incultura. Yo no creo
en un Dios así.
- ¿Y en qué crees tú? -inquirió el Padre Honorio acercando su boca a la de Azaak-.

La Cantata del Diablo


(Missit me Dominus)
Cantata en La Menor

CAPÍTULO XVII
El estruendo era ensordecedor.

Multitud de gente se apiñaba desde horas muy tempranas para elegir los lugares de
privilegio en el quemadero de Toledo. Éste se situaba fuera de las murallas, y era el
sitio destinado a los autos de fe. Azaak iba subida a una carreta en compañía de media
docena de asustadas personas que, al igual que ella, portaban el ridículo vestido
blanco con capucha llamado "El Sanbenito". Al fondo, esperando a sus futuros
inquilinos, seis postes se erigían como estatuas hechas de miedo y violencia. Como en
un sueño, Azaak fue bajada y atada al poste. Su compañero de hoguera no resistió
más y se le aflojaron los esfínteres, desmayándose...

El último pensamiento de Azaak fue para su amado Pedro de Alcázar. A Sara la habían
condenado a la expulsión de España y obligada a marchar como esclava a Las
Américas. Los "valientes" soldaditos españoles necesitaban enfermeras, criadas, y si se
cansaban de violar a las indígenas, alguna que otra esclava sexual.

Cuentan que cuando el fuego iba devorando el cuerpo de Azaak, todos y cada uno de
sus rasgos se fueron transformando hasta convertirse en las características de una
persona con síndrome de Down -cabeza redondeada, frente alta y aplanada, lengua y
labios secos y fisurados, y hasta la esquina interna de la piel de los ojos se fue
plegando. La gente, horrorizada, no daba crédito. Y antes de suspirar miró
directamente a los inquisidores y exclamó.

-Tarde o temprano me vengaré, y jamás vuestra Iglesia volverá a cometer más


crímenes. Os lo juro! El Señor me ha enviado, Missit me Dominus-. Y dando un
tremendo alarido, murió.

Cuando Nacho terminó de hablar, el inspector, pensativo, se levantó del regazo de la


cama e instintivamente encendió el televisor de la habitación del hospital. Lo que vio y
escuchó le heló la sangre.

-Hoy a las 21:37 el Papa Juan Pablo II ha fallecido-. Miró incrédulo a Nacho y éste,
sonriendo, hizo un movimiento con la cabeza.

-Se lo dije inspector- De repente los rasgos de Nacho poco a poco volvieron a su ser.
Volvía a ser un chico con síndrome de Down.

Y muy despacio empezó a recitar... Al terminar, Nacho murió.


GAIA III ATLANTIA

INTRODUCCION

El mundo necesita poesía y canciones, necesita convertir los misiles en versos y


lanzarlos al corazón de la miseria humana. Pero como la paz es muy flaca nos hemos
construido un poncho antibalas hecho con sonrisas, y como la civilización moderna
tiene Alzheimer hemos querido recordar a los hermanos del sol, del ciervo y de la
pradera en esta modesta obra.
El espíritu de los incas, mayas, y aztecas nada en la sangre de estos rockeros
españoles, que avergonzados por los crímenes que cometimos hace mas de quinientos
años, hemos querido pedir perdón a nuestros hermanos americanos con esta trilogía.
El primer poema de la historia nació con la primera sonrisa de la primera mujer que
habitó la tierra y el primer poeta fue el hombre que perdió a esa mujer. La soledad
tiene labios de mujer. Para nosotros America es esa sonrisa y esperamos no perderla
nunca. <<Hay gente que te quiere y gente que te U.S.A.>>
Barakaldo (Biskaia), 27 de enero de 2010
¡¡We must be over the rainbow!!
Txus Di Fellatio
El Prícipe de la Dulce Pena.

El latido de Gaia (Capítulo I)


Egipto, 1922.
Odiaba transpirar, odiaba esa sensación de húmeda incomodidad que le hacía añorar el
viento de su fría ciudad en Inglaterra. Pero si algo le desesperaba era ese barrillo que
se formaba en su piel al añadir polvo a aquellas detestables gotas de sudor. Llevaba
cerca de cinco años arañándole a la Tierra vestigios del pasado sin éxito, robándole al
desierto capas de polvo, misterio y arena -toneladas de arena-...
Howard Carter había dedicado más de media vida al descubrimiento y conservación de
tesoros y tumbas reales en Egipto. Pero una idea fija le hacía seguir en su empeño de
no tirar la toalla. Estaba convencido que la tumba del faraón adolescente yacía en
aquél valle -El Valle de los Reyes-.
Fue aquella mañana del veintidós de noviembre cuando por fín la Tierra decidió
premiar el esfuerzo de Carter y dejó entrever una entrada semiderruida dentro de las
tripas de aquél desierto milenario. Parecía como si aquél valle hubiera engullido toda
prueba de aquella puerta a otra forma de entender la vida, a otra forma de entender la
muerte.
Tras dos años de duros trabajos para rescatar la tumba de Tutankamón de su cárcel
de arena, por fín pudieron robarle a la Tierra el fabuloso tesoro que escondía en su
interior.
Los tesoros que yacían en aquella tumba eran de una magnificencia realmente fuera
de lo humano. A la multitud de piedras preciosas, joyas y utensilios de fina cerámica,
había que añadir más oro del que cualquier mortal pudiera imaginar junto. El
resplandor que producía el reflejo de aquél codiciado metal era similar al tinte de luz
con el que baña el sol a cualquier amanecer en el valle.
Y sin embargo, el momento más emocionante y remunerador tendría que venir dos
años después, el 3 de febrero de 1924, cuando Carter y su cuadrilla finalmente
abrieron la puerta en la última cámara, la dedicada a la tumba del faraón
especialmente. Un grito de admiración escapó de la garganta en los pocos presentes.
Estaban ante un masivo ataúd de granito de más de nueve pies de largo. Dentro del
ataúd había otros tres más pequeños que a su vez se fijaban uno en el otro con
pasmosa precisión. Los dos exteriores hechos de madera con incrustaciones de oro y
piedras preciosas en la parte interna. Y el tercero y último conteniendo los restos del
Faraón adolescente hecho de oro sólido. Allí estaba el cuerpo momificado del faraón
Tutankamón. Su rostro cubierto con una máscara que semejaba sus facciones
aniñadas y también de sólido oro. Carter y sus obreros no constituían los primeros
violadores de la tumba. A las claras se veía que, ladrones del Valle de los Reyes habían
penetrado en ella. Aún cuando ninguno de ellos se atrevió a tocar el ataúd real. Los
sellos en las puertas habían sido rotos y arreglados nuevamente por los guardianes.
Tutankamón fue violado en su descanso eterno por Carter. Estos históricos y
maravillosos descubrimientos atrajeron la atención internacional en el acto. Cientos y
miles de turistas llegaron al Valle de los Reyes desde todos los ámbitos del mundo.
Caminaban por el polvo del desierto excavando, pateando y apartando cuanta piedra
había en su camino con la esperanza de encontrar algún objeto precioso perdido.
Eso hacía que Carter tuviera que mantener continua vigilancia veinticuatro horas al día
sobre su descubrimiento. Pero aún más que los tesoros había algo que atraía la
morbosidad de la multitud. Se corría entre los egipcios una leyenda. Se decía que todo
aquél que violara la tumba del faraón Tutankamón encontraría la muerte por su
profanación. Una maldición ancestral, mítica y horrenda que escapaba de las gélidas
paredes de la tumba subterránea y que detenía a todo aquél que se acercara a ella con
la excepción de Carter y su equipo.
Pero alguien sí consiguió infiltrarse en el equipo de Howard: un taciturno y misterioso
hombre llamado Otto Rahn -un alemán perteneciente a una oscura sociedad secreta
llamada <<La sociedad de Thule>>-. Rahn había conseguido burlar la seguridad que
rodeaba la tumba y, lejos de la mirada curiosa del resto de la expedición, encontró un
medallón en forma de pirámide con un sello que acariciaba con aire ausente mientras
miraba a través de la ventanilla del avión que debía devolverle a Alemania. Otto Rahn
sonreía...

Universidad de Emery (Atlanta), 2010.


Anthony Dexter no podía dar crédito a lo que le indicaba su equipo en el observatorio
astrológico de la universidad de Emery. Paracía imposible, pero tras comprobar los
datos por tres veces consecutivas no cabía ninguna duda: un meteorito había
cambiado el rumbo y estaba en la órbita terrestre, y no tardaría mucho tiempo en
impactar contra la tierra.
Cerro del Uritorco (Argentina).
Rafael Santa Cruz estaba acostumbrado a las leyendas acerca de misteriosas luces que
desde años sobrevolaban la montaña que estaba a pocos kilómetros de su humilde
granja.
El Uritorco es muy conocido actualmente por las prácticas esotéricas frecuentes y, en
décadas pasadas por los avistajes OVNI referidos por locales y turistas. En enero de
1986 el gobierno local difundió fotografías y artículos sobre una zona del Cerro <<El
Pajarillo>>, donde la vegetación resultó quemada, sosteniendo, en base a testimonios,
que un OVNI lo había provocado. Desde la década de 1950, existe el mito de que una
ciudad subterránea yace sobre el Cerro y alrededores. Un grupo de profesionales y
místicos de La Plata exploraron la zona extensivamente, entre ellos el fallecido
antropólogo Guillermo Terrera, en pos de esta ciudad subterránea. En los años 80
periódicos sensacionalistas como <<9diario>> y otros medios creron la mitología
extraterrestre. Sin embargo, luces anómalas has sido observadas por testigos
cualificados (aviadores, geólogos, ingenieros, físicos) en más de una oportunidad. Sin
embargo a partir de 1993 las noticias de avistamientos parecían haber disminuido
ostensiblemente.
Pero esa noche algo inusual sucedió. Junto a las ya conocidas luces que sobrevolaban
con dirección incierta los alrededores, la vieja radio que dormitaba en su mesilla de
noche cobró vida y empezó a escupir lamentos en forma de noticias...

<<Se calcula que las hormigas del planeta pesan lo mismo que la humanidad. Si
desaparecieran se produciría un fenómeno ligado a la extinción mucho más dramático
que el meteorito que acabó con los dinosaurios. En cambio, si se extinguiera la especie
humana, en términoe ecológicos no pasaría absolutamente nada. Las personas no
aportamos ya nada a los ecosistemas. Sólo gastamos, somos los más grandes
consumidores, y, sin embargo, nadie nos consume. ¿o sí...?>>

Santa Cruz asustado salió a la mañana siguiente y comprobó, con sorpresa, que el
suelo estaba totalmente quemado, dibujando una enorme pirámide con un símbolo.

Dies Irae (La ira de Dios) (Capítulo II)


Extracto de "Civilation Lost - The conquest of Incas" de Marc J. Holsten.
Jamás se recalcará lo suficiente que la conquista de los Incas por parte de los
conquistadores españoles representa, quizá, el mayor choque de culturas en la historia
de la evolución humana.
La nación más poderosa de la tierra, con los últimos avances armamentísticos de
Europa a su disposición, contra el imperio más poderoso que haya existido nunca en
América.
Por desgracia para los historiadores, y gracias en gran medida a la insaciable ansia de
oro de Francisco Pizarro y de sus conquistadores sedientos de sangre, el mayor
imperio del continente americano es también del que menos sabemos.
El Saqueo del imperio Inca por parte de Pizarro y su ejército de secuaces en 1532
debería ser considerado como uno de los más brutales de la historia. Armados con la
más poderosa de las armas coloniales, la pólvora, los españoles se abrieron camino a
través de las ciudades y pueblos incas con, según palabras de un comentarista del
siglo veinte, <<una falta de principios que habría hecho estremecer al mismísimo
Maquiavelo>>.
Las mujeres incas fueron violadas en sus hogares u obligadas a prostituirse en
mugrientos burdeles improvisados. Los hombres fueron sometidos a torturas
constantes; les quemaban los ojos con carbón al rojo vivo y les cortaban los tendones.
Los niños fueron llevados en barcos a la costa para después embarcarlos en
aterradores galeones de esclavos y enviarlos a Europa.
En las ciudades, los conquistadores saquearon los templos. Fundían las láminas y los
ídolos sagrados de oro en lingotes sin ni siquiera parase a pensar en el significado
cultural de los mismos.
Quizá la más famosa de todas las historias de búsquedas de tesoros incas sea la de
Hernando Pizarro, hermano de Francisco, y su viaje hercúleo hasta la ciudad costera
de Pachacámac en busca de un legendario ídolo inca. Tal como los describe Francisco
de Jerez en su famosa obra <<Verdadera relación de la conquista del Perú>>, las
riquezas que saqueó en su marcha hacia el templo de Pachacámac (no muy lejos de
Lima) alcanzaron proporciones casi míticas.
De lo poco que queda del imperio Inca (edificios que los españoles no destruyeron,
reliquias de oro que los incas lograron llevarse consigo valiéndose de la oscuridad de la
noche...), un historiador contemporáneo sólo puede percibir breves destellos de una
otrora grandiosa civilización.
Lo que emerge de esos breves destellos es no obstante un imperio lleno de paradojas.
Los incas no conocían la rueda y, sin embargo, construyeron el sistema de carreteras
más extenso jamás visto en el continente americano. No sabían el mineral de hierro y,
sin embargo, los trabajos con otros metales, en concreto con el oro y la plata, son
insuperables. Carecían de un sistema de escritura y, sin embargo, su sistema de
registro numérico, un sistema de cuerdas de lana o algodón de uno o varios colores
llamado Quipus era increíblemente preciso. Se decía que los quipucamayocs, los
temidos recaudadores de impuestos del imperio sabían incluso cuando se perdía algo
tan ínfimo como una sandalia.
No obstante, la mayoría de la información y datos de la vida diaria de los incas de que
disponemos proviene, inevitablemente de los españoles. Al igual que veinte años
después hiciera Hernán Cortés en México, los conquistadores llevaron a Perú clérigos
para difundir el evangelio entre los indígenas paganos. Muchos de estos monjes y
sacerdotes regresaron finalmente a España y consignaron por escrito lo que vieron. De
hecho, muchos de sus manuscritos todavía pueden encontrarse en la actualidad en
algunos monasterios europeos, fechados e intactos.

Extracto de <<Verdadera relación de la conquista del Perú>>, de Francisco Jerez


(Sevilla, 1534).
El capitán Hernando Pizarro se hospedó con sus hombres en unos grandes aposentos
situados en una parte del pueblo. Dijo que había venido por orden del gobernador
(Francisco Pizarro, su hermano) por el oro de aquella mezquita y que estaban allí para
cogerlo y llevárselo al gobernador.
Todos los principales del pueblo y los pajes del ídolo dijeron que se lo darían, y
anduvieron disimulando y dilatando. En conclusión, que trajeron muy poco y dijeron
que no había más. El capitán dijo que quería ir a ver aquél ídolo que tenían y que lo
llevasen allá, y así fue llevado. El ídolo estaba en una buena casa bien pintada,
decorada con el típico estilo indígena; estatuas de piedra de jaguares custodiaban la
entrada, tallas de demoníacas criaturas con aspecto felino se alineaban contra las
paredes. Dentro, el capitán encontró una sala muy oscura y hedionda, en cuyo centro
se alzaba un altar de piedra. Durante nuestro viaje, nos hablaron de un ídolo
legendario que se encontraba en el interior del templo santuario de Pachacámac. Los
indígenas dicen que ese es su dios, que los creó y los sustenta, la fuente de todo su
poder.
Pero no encontramos ningún ídolo en Pachacámac, tan sólo un altar de piedra en una
sala hedionda. El capitán ordenó entonces que se tirara abajo la bóveda donde se
había guardado aquél ídolo pagano y que se ejecutara a los principales por haberlo
ocultado. Así se hizo, también con los pajes del ídolo. Una vez hubieron terminado, el
capitán enseñó a los habitantes del pueblo muchas cosas de nuestra santa fe católica y
les enseñó la señal de la cruz.
Había llegado hace unos meses a Nueva España como parte de la expedición del
gobernador don Alonso de Ojeda. Atrás quedaban veinte años de devastación, saqueo
y muerte desde que el sádico Hernán Cortés conquistara y cristianizara el Imperio
Azteca. Pedro Alcázar sólo tenía un pensamiento: vengar la muerte de Azaak e intentar
por todos los medios minimizar los daños que sus compatriotas sin duda harían
también al imperio inca.
Pero una vez más y, tal como ya pasara en tierras aztecas, la ciudad sagrada de Cuzco
se envolvió con el mismo manto de terror, muerte y codicia que el imperio azteca. Los
comeoros (nombre por el cual eran conocidos los españoles por su hambre y codicia
del preciado metal), una vez más, pisotearon todo cuanto les era sagrado al pueblo
inca.
Pedro Alcázar, entre lágrimas, no lograba distinguir entre los cuerpos mutilados y
bañados en sangre cuales de aquellos montones de carne deformes pertenecían a
animales, y cuales habían sido personas con sus sueños, sus quehaceres y sus amores.
Sentado en lo alto de un montículo, una de las esposas de Atahualpa (último jefe del
imperio Inca asesinado por Pizarro) dirige un cántico al cielo. Oculto entre sus manos
pude adivinar la figura de una pequeña estatua con rasgos de hombre blanco, todo
ello rodeado por una pirámide y un símbolo.

Für Immer (Capítulo II)


Berlín, 1924.
Otto Rahn era hijo de una familia de clase media. Aunque cursó estudios de derecho y
filología germánica, lo que siempre llamó su atención, fueron los grandes misterios
históricos. Su fuerte interés por la cultura Cátara le llevó a viajar por Francia, Italia,
España y Suiza. Rahn estaba convencido que el símbolo que había encontrado en la
tumba del faraón Tutankamón, de alguna manera, tenía una relación con el Santo Grial
y con la búsqueda de los antepasados de la raza aria (o al menos esa era una de las
creencias de la oscura sociedad de Thule, a la pertenecían muchos padres de la
enfermedad que asolaría Europa pocos años más tarde: el nazismo).
La sociedad Thule fue una sociedad ocultista alemana fundada en 1912 por el noble
alemán Rudolf Von Sebottendorf. A ella pertenecieron importantes personalidades del
III reich como el propio Adolf Hitler y su lugarteniente Rudolf Hess. Al parecer, el
partido nacinalsocialista (y por tanto el III reich) tuvo su origen en esta sociedad
esotérica, siendo el DAP (Deutsche Arbeiter-Partei) , después trasformado en NSDAP,
su brazo político.
Como escudo de la sociedad Thule se eligió una esvástica (símbolo solar que luego
adoptarían los nazis) colocada detrás de una reluciente espada dispuesta
verticalmente. El nombre de Thule fue elegido en recuerdo del legendario (y para ellos
existente) reino de Thule, que es simple y llanamente otro nombre para designar la
mística Atlántida.
Sus delirantes ideas sobre el fuego y el hielo, de un remoto pasado de hombres-dioses,
introducía en el pensamiento de una nación de altísimo nivel científico-técnico, como
era Alemania, todo un universo de profecías y leyendas que impresionó a hombres
como Hitler, obsesionado con el poder de los mitos y el destino de los pueblos y que
consideraba que <<hay una ciencia nórdica y nacionalsocialista que se opone a la
ciencia judeo-liberal>>.
Entre los miembros de la sociedad Thule se encontraban, además de los paganos
Heinrich himmler y Alfred Rosenberg, también sacerdotes (como el confesor de Hitler,
Bernhard Stempfle), monjes cisterciences (como Guido Von List) y miembros de la
orden del Temple refundida, además de nacionalistas, patriotas, antimarxistas y
antijudíos.

Monserrat, Barcelona, 1940.


La tarde del 23 de octubre de 1940, un hombrecillo cargado de complejos y con
sueños de poder esotéricos, visita la montaña de Monserrat, convencido de que es la
mismísima Montsalvat, del cielo artúrico; la montaña donde se encuentra el Santo
Grial. Este hombre de baja estatura, gordinflón y aquejado de miopía, no es otro que
Heinrich Himmler (jefe de las SS, amante del ocultismo y asesino en su tiempo libre).
Himmler fundó la AHNENERBE, -oficina del ocultismo con el fín de localizar y obtener
objetos simbólicos sagrados-. Tras inspeccionar las cuevas de la montaña Monserrat
junto con sus oficiales de la SS, historiadores y científicos del Reich, en una roca
semioculta por la vegetación encontró lo que andaba buscando; el mismo símbolo que
años atrás robara Otto Rahn en Egipto, y una frase en latín que le inquietó por no
saber su significado:
Memento homo, quia pulvis es,
et in pulverem reverteris.
Cuyo significado es: <<Recuerda hombre, que polvo eres, y al polvo volverás>>.
De camino a Berlín, Heinrich Himmler iba rememorando uno de los discursos que su
idolatrado Hitler pronunció una noche en Munich. Aquél discurso, hecho por uno de los
mayores criminales que haya conocido nunca la humanidad, estaba lleno de odio,
locura y magia. Himmler se estremeció y una lágrima resbaló por su cara mientras
apretaba fuertemente su ejemplar dedicado de <<Mein Kampf (mi lucha)>>.

Vodka'n'roll (capítulo IV)


Rasputín era un hombre muy alto de estatura, de hábil y elocuente poder oratorio,
personalidad abrumadora, de aspecto un tanto tosco, grosero a veces, violento, tenía
una mirada muy penetrante y era poseedor de un carisma profundo. Amaba y odiaba
efusivamente. Era un actor soberbio y convincente, se sabía poseedor de estas
habilidades y las usó inteligentemente en su provecho.
En su época había rumores de que era una persona licenciosa y de que se le había
visto numerosas veces borracho y en compañía de prostitutas. Sus relaciones con sus
discípulos, sus visitas de alcoba, en su mayoría mujeres de la alta sociedad rusa,
también eran polémicas. Una de sus máximas era: " Se deben cometer los pecados
más atroces, porque Dios sentirá un mayor agrado al perdonar a los grandes
pecadores".
Ingresó poco después en una secta cristiana condenada por la iglesia ortodoxa
conocida como Khlysty (flagelantes). Los Khlysty creían que para llegar a la fe
verdadera hacía falta el dolor. En las reuniones de esta secta las fiestas y orgías eran
constantes y Grigori se convirtió en un acèrrimo integrante. El ingresó en esta
congregación marcó al profeta siberiano de por vida, y explica la notoria vida sexual
que tuvo en años posteriores y que acabó ennegreciendo su reputación de hombre
santo.
Gracias a estas aparentemente milagrosas curaciones la zarina Alexandra confió
ciegamente en él curandero, ya que las pruebas de sanción que le producía a su hijo
eran inexplicables. Confió también en los vaticinios del monje sobre los destinos de la
santa Rusia, a la cual veía Rasputín en sus visiones <<envuelta en una nube negra e
inmersa en un profundo y doloroso mar de lágrimas>>.
En una de estas orgías alcohólico-esotéricas cuenta la leyenda que <<el brujo del
Zar>> profetizó el nacimiento de un movimiento sociocultural rebelde, libre y basado
en una música poderosa y contestataria, que habría de venir en un futuro no muy
lejano.
Cuentan que todas estas visiones las tuvo tras ingerir ingentes cantidades de su bebida
favorita, el vodka, a la que él, ante la extrañeza de todos, la denominaba con un
misterioso nombre: <<Vodka'n'roll>> (la bebida de los atlantes).
Rasputín fue asesinado en 1916, y cuentan que días más tarde fue encontrada una
nota al pie de su tumba escrita en aymara (el idioma de los antiguos incas): <<Ama
usa, ama ulula, ama aquella>> (No robes, no mientas, no seas perezoso). La nota
estaba firmada por <<La Atlantia que está por llegar>>.

El Príncipe de la Dulce Pena IV (Capítulo V)


Madrid, 2010.
Cuando terminó de leer la primera parte del informe que le había preparado el
licenciado en historia y escritor de cierto éxito Jesús Castejo, Rafael Haro empezó a
tener claro que había un nexo en común entre diferentes civilizaciones en distintos
periodos de la historia; ¿Cómo es posible que imperios tan lejanos en distancia y
tiempo como el egipcio, el maya y el inca tuvieran en la construcción de las pirámides
un centro neurálgico de ceremonias espirituales? ¿Quién o quienes construyeron las
pirámides? ¿Hubo una sola y única civilzación que enseñara al resto la utilización y
construcción de dichas pirámides...? Todas estas preguntas se agolpaban en su interior
mientras las respuestas se amotinaban y atrincheraban en su ya de por sí lleno
cerebro.
-Deberías de ver esto- exclamó Inés Santiesteban (subinspectora del distrito centro de
la Policía Nacional Española). Inés Santiesteban era una atractiva cuarentona de figura
atlética y mirada tan dura y fibrosa que, cada vez que posaba sus enormes ojos en ti,
pareciera que te desnudara e interrogara el alma.
-¿De que se trata?- contestó distraído Rafael.
-Abajo tenemos a una de esas colgadas como si se hubieran escapado de la saga esa
de Crepúsculo, o como se llame. Creo que se llama, o se hace llamar, Suburbia o algo
así. Dice que es gótica y la verdad que da grima verla, tío. Parece la Morticia Adams
esa de la serie <<Los Monsters>> de la tele.
-Sintetice, Inés- al inspector le molestó los adjetivos utilizados por la subinspectora,
pues su hija mayor Katty era exactamente idéntica a esa <<colgada>> a la que haría
mención de una manera tan despectiva. Katty era una adicta a las novelas de Anne
Rice y a grupos como Him, To Die For, New Church o Depeche Mode.
-Bueno, el caso es que anoche una patrulla la encontró en el cementerio de San Isidro,
totalmente desnuda dormida sobre una lápida. Asegura que un tal <<Príncipe de la
dulce nosequé>> se le apareció. Todo esto es muy raro -sentenció Inés-. Pa' mí que
va hasta el culo.

Mi hogar eres tú (Capítulo VI)


Aquella revelación le hizo a Rafael Haro añorar a su preciosa mujer. Durante los
últimos años el caso de Alma Echegaray y el senador Joe Hamilton le había robado
demasiados besos, le había robado demasiadas conversaciones junto al fuego cómplice
de una chimenea...

Fuerza y Honor (El Dorado) (Capítulo VII)


A la mañana siguiente, después de desperezar su ánimo bañándolo con un generoso
mar de café, el inspector continuó leyendo el informe que el historiador Jesús Castejo
había redactado contrastando datos históricos con manuscritos escritos por un monje
español en 1548.

Selva de Perú, 1532.


Pasaron varias semanas y muchas lunas acompañaron a Pedro Alcázar y a Zara (última
amante del inca Atahualpa) en la búsqueda de la montaña donde, según rumores
extendidos por todo el imperio, los <<principales>> incas habían escondido lejos de la
codicia del hombre blanco todo el oro y tesoros del imperio. Los españoles creían en la
existencia de una ciudad cubierta de oro con una riqueza que jamás habrían
imaginado, a la que llamaban <<El Dorado>>.
Cuando por fin llegaron al Lago Titicaca una anciana, el ser preguntada por la ciudad
de oro, sonrió y de forma misteriosa exclamó:
-Fuerza y Honor.
-¿Perdón?- Preguntó Pedro.
-Los tesoros de todo pueblo no están en una ciudad, ni caben en un baúl, ni tan
siquiera este lago es lo suficientemente grande como para albergarlo. Lo que buscáis -
continuó- está en la memoria, en el corazón de un pueblo, cada persona es poseedora
del tesoro de su pueblo. Su propio <<El Dorado>>. Fuerza y Honor...

Nota del autor: Dedicado a todos los rosaventeros. ¡Somos legión!


-----------------------------------------------------------------------

<<Cuanta razón tenía>> pensó Rafael Haro, y mientras se encendía un cigarrillo


recordó el poema que su padre una vez le hizo aprenderse:

SERAS UN HOMBRE, HIJO MIO


Si puedes mantener intacta tu firmeza
cuando todos vacilan a tu alrededor.
Si cuando todos dudan, fías en tu valor
y al mismo tiempo sabes exaltar su flaqueza.
Si sabes esperar y a tu afán poner brida.
O blanco de mentiras esgrimir la verdad.
O siendo odiado, al odio no le das cabida
y ni ensalzas tu juicio ni ostentas tu bondad.
Si sueñas, pero el sueño no se vuelve tu rey.
Si piensas y el pensar no mengúa tus ardores.
Si el triunfo y el desastre no te imponen su ley
y los tratas lo mismo como dos impostores
Si puedes soportar que tu frase sincera
sea trampa de necios en boca de malvados.
O mirar hecha trizas tu adorada quimera
y tornar a forjarla con útiles mellados.

Si todas tus ganancias poniendo en un montón


las arriesgas osado en un golpe de azar
y las pierdes, y luego con bravo corazón
sin hablar de tus pérdidas, vuelves a comenzar.
Si puedes mantener en la ruda pelea
alerta el pensamiento y el músculo tirante
para emplearlo cuando en ti todo flaquea
menos la voluntad que te dice adelante.
Si entre la turba das a la virtud abrigo.
Si no pueden herirte ni amigo ni enemigo.
Si marchado con reyes del orgullo has triunfado.
Si eres bueno con todos pero no demasiado.
Y si puedes llenar el preciso minuto
en sesenta segundos de un esfuerzo supremo
tuya es la tierra y todo lo que en ella habita
y lo que es más, serás hombre hijo mío...

Rudyard Kipling

El Violín del diablo (Capítulo VII)


Una tarde, mientras Rafael se disponía a abandonar la comisaría, escuchó el sonido de
un violín. Parecía que llorase. Al dirigir sus pasos hacia el origen de aquella lastimera
melodía, ante su sorpresa se encontró con Suburbia en uno de los cuartos de
declaraciones tocando un andrajoso violín.
-¿Te gusta?- preguntó divertida
-Es... raro.- contestó el policía.
-Este violín tiene una vieja historia, y aunque no te lo creas, en el mundo real, es decir
en tu mundo, hay más de una cosa inexplicable...
Cuenta así la leyenda que, en una noche de 1713 un profesional del violín, Giuseppe
Tartini, obsesionado con la composición perfecta, tuvo un sueño con el Diablo. En el, el
diablo se le aparecía con un atuendo hermoso y perfecto, proponiéndole un pacto. Le
otorgaría un violín con el cual tocaría la melodía perfecta pero a cambio Giuseppe le
ofrecería su alma. Giuseppe, ansioso y cegado por su ambición aceptó el pacto sin
pensárselo dos veces. Entonces el diablo empezó a tocar una melodía fascinante.
¡Gloriosa! con tal destreza y facilidad, que dejó al músico impresionado al oír una
composición tan perfecta y hermosa de tal ser tan horrendo y malicioso según decían,
porque él, lo que veía, era un hombre de una belleza deslumbrante que disfrutaba
tocando el violín, del cual salía una melodía plácida y pacífica. Si así era el demonio,
¿cómo serían los ángeles? Parecía más bien un ángel.
Al día siguiente al despertar recordó perfectamente tal melodía y empezó a escribirla
con tal habilidad que no daba crédito a lo que experimentaba. Cuando terminó de
completar la sonata se dió cuenta de que había un nuevo objeto en su habitación. Se
trataba de un violín precioso, violín color caoba que destellaba. Era como si el violín le
hipnotizara, tenía algo que le hechizaba, algo mágico. Entonces cogió el violín y se
dispuso a tocar, y tocó una y otra vez la sonata hasta que llegó la noche. Pero algo
pasaba, no salía como él deseaba, como la había oído tocar. No paró de tocar en todo
el día, olvidándose así de sus obligaciones. Pero no era igual, no transmitía la belleza y
bondad que transmitió el Diablo tocándola. Al final Giuseppe enloqueció y se suicidó al
verse imposibilitado de repetir la sonata.
El violín que le dió el Diablo fue heredado por los familiares de Giuseppe, y pasó de
mano en mano. Aún sigue existiendo y circulando por algún lugar de este mundo.
Incluso hay quien dice que si el violín cae en manos de un joven músico, el Diablo se
presentará ante él para ofrecerle el mismo pacto que a Tartini. Giuseppe tituló esta
sonata -El Trino del Diablo-y hoy en día somos muy pocos los músicos que nos
atrevemos a tocarla.
Siempre (Adiós Dulcinea, parte II) (Capítulo IX)
Lago Titicaca, Quito, 1534.
<<La poesía le escribimos los perdedores>>, pensó Pedro Alcazar <<y es una forma
de desenvainar palabras para batirte en duelo con la pena y la melancolía. Es como
echar cuentas con la vida, tanto me dio, tanto me debe. Son las arrugas del alma, cada
marca en la cara de un hombre cuenta algo de él, y los poemas son las arrugas de la
piel que recubre el alma de cualquier perdedor. Muchas heridas sin cerrar sangran
sonetos en algún papel>>.
Pedro dejó escapar alguna que otra lágrima mientras recordaba a Azaak. Pedro se dió
cuenta que la soledad tenía labios de mujer.

Mis demonios (Atrévete a vivir) (Capítulo X)


Rafael intentó apartar de su mente la congoja que le producía la melancolía y añoranza
de los suyos. Sacó una botella de brandy que guardaba en el tercer cajón de su mesita
auxiliar.
Los últimos años la bebida y las drogas había actuado de analgésico (le dolía el alma y
en estas sustancias él encontraba el olvido del dolor y algo de calma...). Pero
realmente era prisionero en una cárcel llena de demonios.

Que el viento sople a tu favor (Capítulo XI)


Selva del Perú, 1532
En algún lugar de la selva amazónica de Perú, tanto Zara como Pedro Alcázar en su
huida de los españoles, fueron encontrando cada vez más pruebas de que los
antepasados, tanto europeos como precolombinos, no eran de este mundo. Al llegar a
las inmediaciones de un poblado, vieron a un hombre atado y amordazado a un árbol,
y con las vestimentas más coloridas, extravagantes y andrajosas que los ojos de Zara
jamás vieron.
-Es un pirata inglés- sentenció Pedro, y dirigiéndose al árbol donde se encontraba
maniatado aquél personaje, le liberó y esto es lo que contó aquel aventurero amigo de
lo ajeno:
<<Me llamo Bernardino de Talavera. Desde hace unos años todas las naciones
europeas excepto España y Portugal nos hemos quedado fuera del reparto de tierras y
comercio con las colonias americanas; éste sólo lo podía realizar la casa de
contratación con sede en Sevilla.
Durante estos años aparecimos una serie de aventureros que llenamos las costas
americanas en busca de fortuna. Somos mercaderes, negreros, bandidos y
contrabandistas. Navegamos por iniciativa propia pero con dispensa pública de
nuestros gobiernos. Nos hemos dedicado casi exclusivamente al saqueo de las riquezas
obtenidas por los españoles para nuestro propio provecho. Pese a que durante muchos
años los monarcas hispanos trataron de mantener en secreto el descubrimiento de
América, en 1521 piratas franceses a las órdenes de Juan Florín, lograron capturar
parte del famoso tesoro de Moctezuma, abriendo toda una vía para asaltos y abordajes
en busca de fabulosos botines. Tan es esí, que, al Cabo de San Vicente, los españoles
lo comenzaistes a llamar "El Cabo de las Sorpresas".
Pero los tesoros más preciados por nosotros siempre han sido las mujeres que en cada
puerto adornaban con su belleza tanto paisaje árido y descuidado.

Sueños dormidos (Capítulo XII)


Residencia Miramar (Sevilla), 2010
Valentín era un catedrático octogenario que desde hace varios años sufría una de las
más crueles enfermedades, la del olvido. Una enfermedad traidora que te va robando
los recuerdos: el Alzheimer.
En los pocos momentos de lucidez que tenía, Valentín dibujaba en las paredes
extraños símbolos y de forma autómata repetía: Nazca, principio y fin.

Aun amanece gratis (Capítulo XIII)


Imperio Inca (Actual ciudad de Cochabamba, Bolivia), 1534.
La noche acude a su cita diaria con las sombras. Cuando el día bosteza y cierra los ojos
es momento de reflexionar. Por mucha miseria, hambre, y miedo que sientas, piensa
que la vida todos los días nos regala una nueva oportunidad. Todavía no cuesta dinero
ver un nuevo día, aun amanece gratis. Pedro Alcázar al calor de una hoguera, canta
esperanzas.

La soga del muerto (Ayahuasca) (Capítulo XIV)


Selva de Perú, 1532
Mientras Pedro cantaba, Zara cocinaba algo con un olor espantoso. Misteriosamente,
Zara se dirigió a Pedro y le advirtió...
-Esta es <<La soga del muerto>>, la Ayahuasca, la hierba sagrada de mi pueblo.
Antes de que la tomes, quiero contarte algo sobre esta sustancia...
La Ayahuasca o bebida sagrada maestra, es originaria de la cultura amazónica. Se
obtiene de mezclar y cocer la liana Ayahuasca con otra planta llamada Chacruna. El
resultado es una infusión de sabor fuerte y amargo que, al beberla, te permite
conectar con una realidad más allá de las palabras. La ingestión de la mezcla de estas
plantas sagradas no tiene efectos secundarios sobre el organismo, ni provoca adicción
a ellas. Normalmente se acercan a ellas hombres y mujeres, adultos, que desean tener
una experiencia individual de amor y conocimiento.
La Ayahuasca no es para todo el mundo. Cuando te acerques a una experiencia con
plantas sagradas debes darte cuenta de la etapa de la vida en que te encuentras,
recapitular tu trayectoria vital y tener claro que es lo que te apetece ser en este
mundo, y cómo quieres vivir el resto de tu vida. La experiencia con la planta te dará
muchas pistas de lo que has hecho mal hasta el momento y te aconsejará qué debes
hacer en adelante. La liana te cura.
Si eres primerizo, es muy importante que no lo tomes solo. Es aconsejable que seas
guiado por un maestro o chamán con experiencia. Te vas a adentrar en una ceremonia
que requiere compañía y consejo. La primera vez vas a experimentar sensaciones,
visiones y emociones a las que no estás habituado. Te vendrá muy bien estar asistido
por alguien que haya tomado muchas veces y sepa orientarte, si te sientes confuso.
La planta sagrada es la maestra: ella te guía.

La ira de Gaia (Capítulo XV)


Desierto de Nazca, 2010
Avisados por el observatorio de la Ciudad de Emery, astrólogos, científicos y fuerzas
armadas se dirigen hacia el lugar exacto en el que creen que impactará el supuesto
meteorito detectado meses atrás.
Las líneas de Nazca, se encuentran en las Pampas de Jumana, en el desierto de Nazca.
Fueron trazadas por la cultura Nazca. Están compuestos por varios cientos de figuras
que abarcan diseños tan simples como líneas hasta complejas figuras zoomorfas,
fitomorfas y geométricas que aparecen trazadas en la superficie. Lo asombroso es que
estas líneas sólamente pueden ser observadas en su integridad desde el aire.
A la mañana siguiente y ante el espanto de cientos de personas allí congregadas, un
objeto amorfo y con una luminiscencia jamás vista por el ojo humano descendió
lentamente... Una silueta de mujer se deslizó por la parte frontal de aquel objeto
volante. ¡Era Alma Echegaray! Con voz muy dulce empezó a hablar. Paulatinamente
fueron rodeándola seres de luz de aspecto humano pero bastante más altos de lo
normal. Su morfología era exacta a la descrita por innumerables leyendas sobre el
pueblo atlante. Sobre su pecho se podía observar el mismo símbolo que tantas veces
se había repetido en la historia.

Atlantia (Capítulo XVI)


Madrid (Agencia de noticias E.F.E.), enero 2010.
El terremoto de Haití fue registrado ayer, 12 de enero, a las 16:53, hora local. Con
epicentro a 15 kilómetros de Puerto Príncipe, la capital de Haití. Según el servicio
geológico de Estados Unidos, el seísmo habría tenido una magnitud de 7.0 grados y se
habría generado a una profundidad de 10 kilómetros. También se han registrado una
serie de réplicas, siendo las más fuertes de 5.9, 5.5 y 5.1 grados. La N.O.A.A. descartó
el peligro de tsunami en la Zona. Este terremoto ha sido el más fuerte registrado desde
el acontecido en 1770, siendo perceptible en países cercanos como Cuba, Jamaica y
República Dominicana, donde provocó temor y evacuaciones preventivas.
Los efectos causados sobre el país más pobre de América Latina han sido
devastadores. Los cuerpos recuperados hasta ahora superan los 150 000, calculándose
que el número de muertos podría llegar a los 200 000. También habría producido más
de 250 000 heridos y dejado sin hogar a un millón de personas. Se considera una de
las catástrofes humanitarias más graves de la historia.

Universidad de Emery, Atlanta, departamento meteorológico.


Algo iba mal. En el sur de España, concretamente en las provincias de Jaén, Málaga y
Tenerife, las inundaciones más graves en cincuenta años teñían el paisaje de muerte,
desolación y fango. En Bruselas, Bélgica, los destrozos por la inundación y las
continuas tormentas pusieron al país en alerta roja. En la isla de Madeira, Portugal, el
caos causado por el agua fue tal que la isla pasó de ser el jardín del Atlántico a ser el
jardín del fango. En Concepción, Chile, la tierra volvió a rugir, cobrándose más de
setecientos muertos en un nuevo terremoto.
Esa misma noche, pudieron observarse luces ni identificadas que salían del estómago
de la tierra rumbo al infinito. Los atlantes dejaban este planeta condenado a su
extinción. Rafael Haro llora angustiado por la suerte que haya podido correr su
familia... ¡Es el fin! Un grupo de católicos rezan en una iglesia mientras el agua va
ganando terreno. En su huida, Rafael observa en el cielo con horror cómo las nubes
forman una frase:
<<Memento homo, quia pulvis es, et in pulverem reverteris>>

En un lujoso despacho, en penumbra, un primer ministro y un alto cargo militar ríen...


(Pero esa es otra historia y en otro momento será contada)

También podría gustarte