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ISBN: 956-7369-87-9
Al bello aparecer
de este lucero
Para Claudia.
Antes de que pase, como todo lo demás,
el tiempo y la inoportunidad de esta dedicatoria.
noticia preliminar*
7
En 1966, E.L. obtuvo el premio Casa de las Américas por Poesía
de paso, un libro escrito cuando era becario de la UNESCO. En un
orden parecido de azares favorables, una nueva estadía del poeta de
paso en New York como becario de la Guggenheim Foundation co-
incidió con la edición antológica de New Directions. Ese mismo año
escribe A partir de Manhattan, un volumen con el que la Editorial
Ganymedes se asoció al año siguiente a la celebración del
cincuentenario de E.L. Los testimonios de este suceso del exilio inte-
rior fueron recogidos en Derechos de autor (1981), un libro manufac-
turado de considerables proporciones, simultáneo en su aparición y
desaparición (la tirada de ochenta ejemplares estaba destinada a los
amigos literarios de E.L.)
En cuanto a las antologías, no es fácil nombrar una que omita la
presencia de E.L.: los lectores avisados de la poesía hispanoamerica-
na tendrían un fundado derecho a disentir de tal improbable omi-
sión. Y entre las compilaciones significativas en otras lenguas debe
mencionarse aquí 16 poetas hispanoamericanos, publicada en Atenas
por Rigas Kappatos (1980).
Como narrador, el cuentista de Agua de arroz (1964) ha vuelto a
la prosa en el pasado decenio con novelas decididamente experi-
mentales, en las que el lenguaje se representa a sí mismo
distribuyéndose los roles que la tradición ha asignado a los perso-
najes y a los acontecimientos. Las define bien el título de la última:
El arte de la palabra (1980).
Como ensayista sobre temas literarios no sólo interesan los artícu-
los y notas que E.L. publica con frecuencia en Hispanoamérica y en
USA. Considero legítimo incorporar en este rubro al conversador y
remitir a un libro que lo confirma: mis Conversaciones con Enrique
Lihn (1980).
8
La esquemática figuración del quehacer de E.L. que he intenta-
do esbozar para los lectores de Ediciones del Norte debe completar-
se con otras observaciones. Me las sugiere la disposición misma del
diario de poemas que es Al bello aparecer de este lucero. Los días inter-
cambiables que lo conforman me inducen a la anotación marginal,
asistemática. Un resumen de la idea motivada por el diario: lectura
en movimiento suscitada por un conjunto de textos que en este caso
no podrá detener la materialidad del libro que lo contiene.
E.L. nos empezó a familiarizar con estos procedimientos desde
Poesía de paso, diario de viaje o registro de situaciones, que al
verbalizarse como respuestas fragmentarias e inmediatas a los estí-
mulos y provocaciones de lo desconocido abrían el espacio de un
paradojal reconocimiento: el que alcanza una mirada oblicua, dis-
tanciada y ajena, para la cual la percepción de un lugar produce la
memoria del mismo. Una primera vuelta de tuerca, en la que se re-
vela entonces una diferencia: las fascinaciones del viajero encubren
las tentaciones de una instalación imposible fundada en un saber
negado de antemano. Porque el poeta de paso no conocerá nunca
los lugares de que habla: se limitará a recorrerlos. Sus andanzas "dan
cuenta más bien de un cierto desarraigo, que se extiende a la propia
existencia sentida como un viaje". (E.L., Conversaciones).
"El viaje es un cambio de escenario que corrobora la persistencia
del sujeto que viaja", agrega E.L. Y así lo sentimos en los variados
espacios que sus libros parecen escribir, pero en los cuales sorpren-
demos de pronto a un sujeto que es escrito por ellos, circunstancia
insinuada en los títulos al determinar las menciones espaciales con
ciertas marcas —ambiguas— de ruptura de la univocidad: Escrito en
Cuba (1969); París, situación irregular (1977); A partir de Manhattan
(1979); Estación de los Desamparados (1982).
9
Creo que París, situación irregular ilustra con plenitud la eficacia
de estos modos escriturales de E.L. y las proyecciones logradas.
Carmen Foxley describió en su oportunidad esa escritura en un es-
tudio ejemplar, modestamente titulado "Prólogo", y al que deberá
regresar sin tardanza el lector cuidadoso. Porque cambiando lo que
hay que cambiar (actitud que esa clase de lector siempre está dis-
puesto a asumir), advertirá que el diseño del diario de viaje, dibuja-
do con tanta precisión por Carmen Foxley en su lectura de aquel
libro, traza también algunas líneas aplicables al diseño de este dia-
rio de poemas. Otro dibujo, desde luego, pero de un sujeto igual-
mente "en situación irregular" con respecto al asunto que genera el
discurso de Al bello aparecer de este lucero.
10
desencuentros que originan un discurso antiutópico, corrosivo,
disfórico, crítico de sí mismo y del contorno que registra sin la me-
nor complacencia.
Una imagen une, para mí, la figura de ese viajero con la del per-
sonaje que habla en La musiquilla de las pobres esferas (1969): la muer-
te de los coribantes y el eco —ahora sólo un ruido— de la música a
cuyo son realizaban sus movimientos "descompuestos y extraordi-
narios". Ese ruido es el sonsonete vacuo, la lira envilecida que Waldo
Rojas sintió fluir por la única y desvencijada ventana que acaso per-
siste de la luminosa caverna de Blake ("Nota preliminar" a La
musiquilla...).
Al bello aparecer de este lucero puede leerse como un entramado
de las varias direcciones recorridas por E.L. hasta llegar a este pun-
to. Pero como un entramado no es una suma, se trata aquí de una
resultante singular y extrema respecto de algunos procedimientos
puestos en práctica en los libros mencionados, y no sólo de poesía
(téngase presente una vez más El arte de la palabra).
Recurrencias y resonancias de diversos lenguajes —prestigiosos
y llanos— sustentan la escritura de un emisor supuestamente insta-
lado en una seguridad. Este hablante cree o simula creer mientras
escribe su pasión que eso y no otra cosa es la literatura. Doble seduc-
ción: la de un referente (posible) que lo atrae hasta el borde de un
vacío que desearía llenar, y la de un distanciamiento que lo niega
mediante el reenvío irónico a la literatura. De ahí el juego de
intertextualidades (el título del libro procede de un poema de Fer-
nando de Herrera), al que no es ajeno la obra anterior de E.L.: como
un eco del verso "una muchacha cayó, en otro mundo, a mis pies"
(de La musiquilla...) surge esta anotación en un poema presente: "esa
misma muchacha a quien amé / en silencio hace cosa de cien años".
11
De manera parecida: "Un gran amor, la perla de su barrio / le roba
el corazón alegremente /para jugar con él a la pelota" (de La pieza
oscura) prefigura o recuerda prospectivamente estos versos actua-
les: "El corazón partido en dos por un mordisco / palpitaba melan-
cólicamente por ti y alegre...". Intertextualidades reflejas.
A lo largo del libro, el sujeto que describe este cortejo erótico
compara su experiencia con la de otros sujetos textuales (desde la
poesía medieval a Neruda, pasando por Sade y Masoch), sin adver-
tir que esos sujetos, anacrónicamente, también podrían reconocer la
suya en Al bello aparecer de este lucero. En el círculo (descentrado) que
es el acto literario escenificado en este libro, el hablante distancia la
experiencia propia remitiéndola a textos ajenos que lo devuelven a
ella y lo inscriben en la dilatada escritura de la poesía amorosa. El
lector descubre que —como ocurre a menudo en este género— esa
comunicación privada con una destinataria única solapada en el ar-
tificio de las atribuciones, citas y referencias que se trenzan a veces
con el improperio, es en última instancia la coartada consustancial
al arte de la palabra:
P.L.
12
Al bello aparecer de este lucero
Ángel de rigor
15
en el momento mismo de su aparición
Disminución de Alicia al ir creciendo
al otro lado de un espejo roto
en el país de Nada y Nunca Más
reverso exacto de esas maravillas.
16
No hay Narciso que valga
17
Carne del insomnio
Me parece la celda
no más la emanación de un lindo insomnio
y me parece frivolo compararlas con otras
de tantas. Es la noche sin ti con el regusto
de tu carne que produce el insomnio, Filomela
y una adicción al canto con que ese pajarillo
virtuoso de mi oído, me desvela
— oh maravilla — y maravilla
porque es su canto mudo el que estoy escuchando
a la niña no al ave, ensangrentada en pájaro.
18
El bello pánico
Ya se sabe: la belleza
juvenil produce estragos en los hombres de mediana
edad
efectos que pueden llegar a ser devastadores Ellos
creen
ser visitados por ángeles
emisarios de la Divina Prostitución Se suponen
acreedores del cielo que les devuelve, por fin, la mano
El bello pánico
asociado a la autocomplacencia Se hunden en la
somnolencia
que les quita el sueño vegetal y les impone
la lúcida ensoñación de las intimidades del plancton
Allí se generan abstracciones imperceptibles
palacios perfectos radiolarios
Es un encanto de experiencia
desconsoladora en su temor de serlo
alimentada por el desconsuelo.
19
La realidad no es verbal
20
Algo más que una fábula
21
Escrito en Guillaume Apollinaire
22
dejar, para ser, de ser un hada
Es el amor quien nos aloca
23
El mundo de las pasiones
1
Nicomedes Suárez, "Los escribanos de Loén".
24
pues por ahora ella es intemporal
todo lo más se eterniza
entre el momento en que te dejé cerca de tu casa
hasta el remoto día de hoy plagado de incertidumbres.
25
Fernando de Herrera. 1534-1597
26
"en pura fe y afectos de terneza".
Y el precio de ese premio: la omisión ulterior
del más mínimo contacto verbal como no fuera en
público:
el límite infranqueable de una cortés amistad.
Fernando de Herrera — mariposa viva y
carbonizada — sobrevivió a doña Luz
y a su esposo
e intentó, en forma felizmente inútil, desviar su
pluma
a la empresa de escribir — manuscrito extraviado -
una "Historia General del Mundo".
27
Noche de paz
28
Flagrante espectáculo
29
Ay infelice
30
Una injusticia un bochorno una ridiculez un escarnio
31
Del crudo amor en este trance no vencido
pero maltrecho hasta la desesperación, soy
la desgracia.
32
Renacimiento de Venus, la moribunda
33
y la tal Afrodita lejos de ser recuerdo
era la diosa misma. Invisible. En persona
De pie sobre su concha como pidiendo auxilio
bamboleada por ese mar salvaje
y no enterarse de ello, una mentira
pecado de omisión, misterio escandaloso.
34
Del país de los sueños
35
¿O no?
36
Escríbete
37
Laberintos
38
Magma
39
Parto de los montes
40
Leda, presente
41
No más que suplicante
42
Ese funeral lo he dejado caer sobre tus espaldas.
43
Sin sangre en las venas
44
Derechos de autor
45
Sólo por ti y para todo lector
46
Olvido de ilotas
47
lo hacen, quizá, por empatia, exponiéndose virtualmente
a la causa de todos los sobresaltos.
48
La estrella de dos nombres el nombre
de dos estrellas
Hay, y son figuras mellizas
el dolor del amor que está naciendo
— Venus, la estrella del amanecer —
y el dolor de la estrella vespertina
la de la otra Venus que agoniza
No dos figuras (ay) sino un planeta
bautizado de nombres diferentes
al mismo tiempo, pues, errante y fija.
49
Contraguerrillera
50
Weekend
51
Dueña de mi culpa
52
Reina de todo corazón
53
Recuerdos confusos de Bram Stoker en
relación a un caso particular
Yo, el prosaico vampiro que siestea
en la casa vacía como un perro que roe
un hueso, no: un pedazo de mármol por error
pues el sueño no viene ni viene. Sin embargo
soy otro en otro sitio, pues he mordido el cuello
de la doncella cuando vino, sonámbula, a mi casa
a este lugar del que no quiero acordarme
Y allí, tal vez, en lo de Mina, soy la catástrofe
inconfesada pero que el novio percibe
en el aire ausente de su futura esposa
O soy la confesión y la catástrofe
O el silencio y la reconciliación
O ya ella me dijo, temblando, y todos juntos
al doctor van Helsing — especialista en vampiros —
se desvelan pensando en cómo liquidarme
Y tú también mi amor y tú también mi amor.
54
Vampiro
55
Eco de otra sonata
56
Veinte exposiciones
57
entera en un enfoque prohibido
Debe desplazarse hacia lo que de ti se insinúa y te
mantiene a la vez en el anonimato
la pequeña mano ocultando parcialmente la frente
la nariz fuera de foco
la otra mano que parece dibujar una línea maestra
retenida por el antebrazo
la cima del hombro llovida por los hilos del cabello
y la punta de unos deditos chupados
58
Cuestión de creencias
59
como Teseo a Ariadna en una isla
así dejé que hablaran mal de mí
y que al llegar tú pudieras, no sin razón, oírlos
y escucharlos, en eso, yo mismo me equivoco
porque no estabas ni eras
Ven ahora a tejerme a que te teja
lúcidamente ciegos como dos de esos pájaros
que vuelan por parejas, con un ala
pugnaces como topos, ciegamente
Y no creas de mí lo que se dice
piensa en lo que podamos hacer juntos.
60
Giovanni Bellini. Annunciation, reverse
of an organ shutter of S. María de
Miracoli, Venice Academy
Yo soy la Virgen y tú el Angel de la Anunciación
— viene a decirme que voy a concebirte —
y el Espíritu Santo es la Literatura
Lo que se conviene en llamar un oscuro pasado
y el nuboso presente se disipan
para que en esa escena de palacio
veneciano con fondo, en la puerta, de ruinas
arrodillado en mi reclinatorio
simule yo leer las Sagradas Escrituras
(en realidad este poema mismo)
bajo la geometría de un techo artesonado
sobre una perspectiva de baldosas perfectas
Angel de la azucena ad hoc en una mano
y el signo de tocar con la derecha un seno
no se sabe si usando de puertas o ventanas
entras a mi interior un misterio gozoso
para ser concebido en mí, la Virgen
no el poeta maldito
ni el sabio ni el ilota: la mente virginal
la mente vaginal
y el bolígrafo intacto: en un principio era el falo
Tú el ángel que yo escribo, copista de Bellini
según el orden sacro del compás y la escuadra
madre de tu inocencia
y por partenogénesis.
61
Raphael. St. George and the Dragon,
about 1502, París, Louvre
Si yo fuera San Jorge y el otro ese dragón
vencido, de antemano, por su pinta
Yo con mi lindo casco emplumado y la espada
que parte en dos al monstruo (el dos de la extinción)
Si yo fuera San Jorge posando en su corcel
opulento como una madona caballar
y fueras tú la diminuta cautiva
allá, en el fondo
huyendo de la escena ¿o entrando en ella a la carrera?
Si yo fuera, después de haber quebrado lanza
el autor de ese tajo de calígrafo
que extingue al monstruo en dos
y no fueras tú la cautiva que huye
para que él recupere sus cabezas
y no mate a San Jorge el de la espada trunca
el caballo de palo y la armadura rota.
62
La Naissance de Venus, vers 1485.
Florence, offices
Te pintaría Sandro Botticelli
si renacieras en el papel de Venus
que no es tan linda como tú, pero no
del seno de la ostra conyugal
que me retuerce con sus valvas los dedos
y me golpea en un charco de sangre
Y si yo fuera céfiro y las rosas volaran
a tu encuentro, mi amor, y una púdica ninfa
te envolviera en su manto sólo para guardar
las formas qué bien así desnuda lucirías
por una eternidad — la que retiene el manto —
Las deficiencias de esta copia no importan:
no me arrepentiría de todo lo demás
si te pintara Sandro Botticelli.
63
Objeto de tus pensamientos
64
Rueda de la fortuna
65
Inconvenientes de la memoria
Tú no eres mi recuerdo de ti
Tu recuerdo es tu aparición de cada día
pero hecha de nada
Tu carita se inclina unos pasos más allá
como si se apiadara de no ser más que eso
Baja conmigo el cerro
Santa Lucía y el sol es una puta
como lo dijo el Presidente Schreber
Este es un día hecho, no más, de tu recuerdo
La muerte está que habla convirtiéndolo todo
en ella, en ti, carita.
66
La literata desesperación
La desesperación es literata
Casi, casi dejo de existir escribiendo
el escriba suspende, al menos, su existencia
a imagen y semejanza del jugador de ajedrez
cuando se empeña en una partida difícil
Y no es fácil escribir un par de buenos versos
(no son éstos) con toda desesperación
ponerle letra a la lata
de la gran literata
67
Quevedo erótico
68
Corte de pelo
69
Penas de amor
70
Dormir de espaldas
Si me duermo de espaldas
despierto en el sueño a la pesadilla
mientras al momento de su evaporación el guardián
de mi reposo lo dice todo
y es rasgado el tejido de este teatro
en que soy el público y el autor, los actores y el
escenario
deshaciéndose el todo sobre mi cabeza
Nos dividimos los incapaces ya de condensarnos:
yo, quien "al bello aparecer de este lucero" hice de mi
escritura
el rastro de Leonor de Milán. Yo que escribí
con la sangre de mis víctimas reales e imaginarias:
"estoy contento del mal que hago a los demás
como Dios está contento del mal que me hace"
yo, el autor de La Venus de las pieles, firmando, bajo
la mirada equívoca de su víctima y victimaría
el pacto que lo haría su esclavo, objeto de sus
flagelaciones.
71
Graves inconvenientes
72
Sueño y variaciones
73
Sino
74
Volatería
75
Cálculos
76
Yo el libro
77
Locus horridus
78
en el centro del laberinto y a pesar del amor
(que no deja de ser una palabra)
enamorado y desenamorado por culpa de los desórdenes
en los que he incurrido y en los que he sido incurrido
cinco o seis médicos entran y salen de mi cuerpo
sin obtener informaciones precisas
Y no puedo irme ni quedarme de aquí.
79
Hotel Lucero
80
Conveniencias del otoño
81
La desaparición de este lucero
82
Anything book
1
Ayer nuestras miradas mutuamente insistentes
fueron ojos del cielo, sus turbulencias claras
Hoy voy, a contrapelo, por el cielo real
dejando atrás y adelante tu sombra
Nunca estuve más lejos de ninguna ciudad
ni tan pintado un fantasma.
2
Los vidrios del viejo autobús no permiten
ver más que parte del color de las casas
y la degradación de la nieve en el bosque-
cilio. Lo que parece ser el cementerio consiente
en su centro una fábrica, botes varados
lápidas que se amontonan allí en competencia con la nieve
Se entredivisa sobre el todo este cielo
como de acero y vidrio
cuando la ciudad brota de una curva de piedra
limpia y feroz y llamada Manhattan.
83
Postales de Manhattan
1
Las excitantes vitrinas de la Avenida Madison
maniquíes calvos que modelan con los vestidos y los
gestos más sofisticados
te citan sin saberlo
en su increíble ignorancia
2
No olvides que soy tu corruptor
Pesas y mides lo que algún maniquí calvo de Madison
Ave.
tus tobillos son lo que las muñecas de otras
y tus muñecas caben en un anillo formado por el
pulgar y el índice
Pero de tu belleza sin peso ni medida
falta aquí toda información
porque ninguna, obviamente, la iguala
El corruptor incorruptible
en este punto, tiene la palabra.
3
Buscando un poco de tu cara entre las bellezas de
Manhattan
84
que te citan con la imprecisión a la que tienen derecho
(la ciudad no es pródiga en estos maniquíes vivientes)
soy algo así como el autor de una fórmula
que se siente insuperable
y víctima incomprendida de los plagiarios
condenado a la oscuridad mientras no te declare
¿y a quién y cómo
si no estás hecha, como este poema, de palabras?
4
Busco una aguja en el pajar
a una belleza, en Nueva York, que se parezca a la tuya
Indiferente, por ahora, al juego de las diferencias
al espejo de tu cara en el laberinto de las otras.
5
Harta irrealidad había ya en todo esto
como para que agregáramos, entre nosotros
tamaña distancia
Bajo la nieve, en Manhattan
repito tu nombre y no te conjuro
lo callo y no te exorcizo.
6
Mi incompatibilidad con la máquina
mi incapacidad para leer, incluso en mi propio idioma,
cualesquiera instrucciones
85
en suma, mi torpeza
ha malogrado todas las fotografías que te tomé en el
zoológico
Ya nunca estarás allí a mediados de enero del remoto
año en curso
ni siquiera en imagen
posando para la condenada Cannon, de espaldas a
monos y elefantes
o aislada en un banco (de piedra) como en un banco
de arena (artificial) algunas de esas aves acuáticas
que parecen artistas de cine
Ni interpretamos tú y yo esa película muda en doce
tomas recíprocas
Tú en tu amplio vestido tejido del color de tu piel
tú como una gacela de Salomón
y yo como el estúpido que malogró esas maravillas.
7
Tú y yo no somos más que palabras
Nuestros nombres no le dicen nada a nadie
identidad ilusoria de cada cual
Es la especie eterna la que nos ofrece la oportunidad
del amor
valiéndose, casualmente, de nuestros cuerpos
Se lo agradeceríamos si un protocolo así
tuviera el menor sentido
Mejor callar
olvidados de las formas pronominales
como de meros espejismos lingüísticos.
86
8
A la pinta
No te involucres
en la frivolidad con que te pinto
Es cosa mía, hazme el favor.
9
La mar de tiempo
10
Los comandos organizados para tomar por asalto
la mentalidad burguesa
revolucionan la historia pero no cambian la vida
que aburguesa a la más cruenta de las revoluciones
Estas entregan a sus líderes y a sus comparsas
el poder del capital
más el aura — versión burguesa del Misterio —
Las alteraciones, en profundidad, de la vida
nunca dejan de ser superficiales.
87
11
He sido víctima de un sistema político
Los celos que enceguecieron a mi rival lo han
convertido en un agente de Seguridad.
12
Zoología y religión la llave y la cerradura
están en perfecto acuerdo
en lo tocante a la conservación de la sociedad humana
zoológicamente burguesa
Lo demás: libertad de desfacer los sagrados vínculos
los derechos del corazón y la ilegalidad del divorcio
cosas son que el Orden desbarata a patadas.
88
Pascuas en Nueva York"
89
y de las chimeneas gigantescas
Había hombres diminutos y perros mínimos
pero en un número tan escaso que alguno de esos
paseantes
podía inspirar una desconfianza sobrenatural.
90
(regalos para el próximo milenio)
En los cines sin nadie pasaban películas de terror
Entró a uno de ellos, pero lo aterrador era el frío; lo
emocionante, estar allí
en la misma ciudad en que el operador ausente
proyectaba en la pantalla
simulacro en blanco y negro
una maquette de Manhattan flotando en una
palangana de agua helada
que emitía un resplandor boreal para luego
desaparecer en él.
91
Decepciones
1
Con sólo mover un dedo
desencadenas mi ruina
en el alborotado Mar de la Tranquilidad.
2
Venganza de la otra
este placer de las diosas
después de haber usurpado su lugar se lo dispensas
Haciendo como si no lo sabes te has dormido sobre
sus laureles
indolencia que eres y de la que eres capaz
No me has enviado ni una sola hoja de ese arbusto
Nada se me debe, es claro, a mí.
3
¿En qué piensas que no piensas en mí?
¿En lo real? La resaca
deja en la orilla las que fueron estrellas
como mucosidades pegadas en la pared del urinario
Así me dejas, en la irrealidad, al descubierto
aplastado sobre el muro.
92
4
Decepción de la que se es el actante
(actor activo o pasivo)
Deseché, al azar, a la reina de corazones
y la de bastos se ha ido con la música a otra parte
me dejó plantado frente al tapete nevado
nunca se sabe en estos casos por qué
al arbitrio de la justicia soberana.
5
¿Por qué no me has escrito?
¿quién ha soplado
de viva voz sobre este puente de papel
por el que pasa, ahora, tu silencio
llevados, él y el puente, por el viento?
6
El temor de confundir las palabras
hace que las olvide
Vive en un mundo de cosas innominadas
que como si no fuese de por sí amenazante
combina el vértigo y la afasia.
7
Consuélate pensando que no llegaré nunca al centro
del laberinto
93
el minotauro, como se sabe, era yo
y yo, Teseo, el falso salvador de muchachos y muchachas
Con una de ellas me partí de tí
después de ese enfrentamiento confuso
a la vuelta de cualquiera esquina
entre el monstruo y yo el monstruo
Trampa tendida por tu célebre ovillo
que parecía darle una orientación a mi vida.
94
El pez en la botella
95
Piedra sacrificial
96
Cupido
97
Modelo
98
De moda
99
Sobre el amor
100
El día único
101
Alamos de cajón
102
Mi planta
103
Larga distancia
Voz a voz
esos cuerpos que increíblemente no se comunican
de viva vida
— toda magia tiene su sombra —
comparecen desde las más distintas y distantes
ciudades a la intimidad
de un lugar que no hay en el espacio y que cabe
de un lado y otro del espacio en el hueco separado de
dos manos
auriculares
una realidad de la que nadie se asombra
como si nunca persona a persona hubiera significado
cuerpo a cuerpo
sólo voz a voz, algo que es y no es lo mismo.
104
Yo el tiempo
105
Post data
106
índice
Nota preliminar, por P. L. 7
Angel de rigor 15
No hay Narciso que valga 17
Carne del insomnio 18
El bello pánico 19
La realidad no es verbal 20
Algo más que una fábula 21
Escrito en Guillaume Apollinaire 22
El mundo de las pasiones 24
Fernando de Herrera. 1534-1597 26
Noche de paz 28
Flagrante espectáculo 29
Ay infelice 30
Renacimiento de Venus, la moribunda 33
Del país de los sueños 35
¿O no? 36
Escríbete 37
Laberintos 38
Magma 39
Parto de los montes 40
Leda, presente 41
No más que suplicante 42
Sin sangre en las venas 44
Derechos de Autor 45
Sólo por ti y para todo lector 46
Olvido de ilotas 47
La estrella de dos nombres el nombre de dos estrellas 49
Contraguerrillera 50
107
Weekend 51
Dueña de mi culpa 52
Reina de todo corazón 53
Recuerdos confusos de Bram Stoker en relación
a un caso particular 54
Vampiro 55
Eco de otra sonata 56
Veinte exposiciones 57
Cuestión de creencias 59
Giovanni Bellini. Annunciation, reverse of an organ
shutter of S. Maria de Miracoli, Venice Academy. 61
Raphael. St. George and the Dragon, about 1502, Paris,
Louvre 62
La Naissance de Venus, vers 1485. 63
Florence, offices
Objeto de tus pensamientos 64
Rueda de la fortuna 65
Inconvenientes de la memoria 66
La literata desesperación 67
Quevedo erótico 68
Corte de pelo 69
Penas de amor 70
Dormir de espaldas 71
Graves inconvenientes 72
Sueño y variaciones 73
Sino 74
Volatería 75
Cálculos 76
Yo el libro 77
Locus horridus 78
Hotel Lucero 80
108
Conveniencias del otoño 81
La Desaparición de este Lucero 82
Anything book 83
Postales de Manhattan 84
"Pascuas en Nueva York" 89
Decepciones 92
El pez en la botella 95
Piedra sacrificial 96
Cupido 97
Modelo 98
De moda 99
Sobre el amor 100
El día único 101
Alamos de cajón 102
Mi planta 103
Larga distancia 104
Yo el tiempo 105
Post data 106
109