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Comentario
El matrimonio como acto jurídico es, además, uno de los que importa el
cumplimiento y observancia de las mayores formalidades que el sistema ha
creado para dotarlo de validez, pudiendo dichas formalidades ser consideradas
como de carácter ad solemnitatem, pues ello se desprende de una
interpretación sistemática de las normas contenidas en los artículos 144,248
ss. y 274 inc. 8) del Código Civil.
c) Ante el párroco o el ordinario del lugar, igualmente por delegación que puede
efectuar el alcalde en estas personas (artículo 260, segundo párrafo).
e) Ante el jefe del Registro del Estado Civil, en las capitales de provincia donde
dicho Registro se encuentre a cargo de funcionarios especiales (artículo
263).
f) Ante el párroco o autoridad sacerdotal, en caso que alguno de los
contrayentes se encuentra en inminente peligro de muerte (artículo 268).
En cuanto al tercer requisito, la norma -por la remisión que hace al artículo 241
Inc. 2) alude al certificado médico que acredite que los contrayentes no
padecen de enfermedad crónica, contagiosa o transmisible por herencia o de
vicio que constituya peligro para la prole. Al respecto, cabe señalar que la Ley
NQ 25275 de 24 de julio de 1990 establecía como requisito obligatorio para
contraer matrimonio civil, el examen serológico del SIDA, salvo que en el lugar
no hubiera servicio médico oficial (artículo 4); sin embargo, esta norma fue
derogada por la Ley NQ 26626 de 20 de junio de 1996, en cuyo texto no se
contempla ya este requisito.
Está claro que las personas que deben cumplir estos requisitos especiales en
sus respectivos casos, deberán observar también las formalidades generales
antes mencionadas en el literal a).
Por último, es pertinente referirse a dos temas relacionados con el artículo bajo
comentario: uno el papel de las agencias matrimoniales y otro los matrimonios
masivos.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VI/. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIASSCHREIBER MONTERO, Ángela y VARSI ROSPIGLlOSI, Enrique. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo
VIII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; BELLUSCIO, Augusto César. Manual de Derecho de Familia. 2 Tomos. Buenos Aires, Ediciones Depalma, 1981; BORDA, Guillermo A.
Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CICU,
Antonio. El Derecho de Familia. Buenos Aires, Ediar S.A. Editores, 1947; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; DíEZ-PICAZO,
Luis y GULLON, Antonio. Sistema de Derecho Civil, Vol. IV. Madrid, 1986; ENNECCERUS, Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l.
Barcelona, Editorial Bosch, 1946; FERNANDEZ CLERIGO, Luis. El Derecho de Familia en la legislación comparada. México, Uthea, 1947; LAFAILLE, Héctor. Curso de Derecho de Familia.
Biblioteca Jurídica Argentina, Buenos Aires,1930; PERALTA ANDIA, Javier. Derecho de Familia en el Código Civil. Lima, Editorialldemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Ensayos sobre Derecho
de Familia. Lima, Editorial Rodhas, 1997; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea,
1998.
Comentario
Por otro lado, se ha discutido que la dispensa de documentos sea otorgada por
el juez civil y no por el alcalde, pues si a éste le compete la celebración del
matrimonio, entonces debe corresponderle también resolver sobre la dispensa
de presentación de algunos documentos. Al respecto, el Proyecto de Reforma
del Código Civil de 7 de enero de 1995, al referirse al presente artículo propuso
la siguiente redacción: "El alcalde puede dispensar a los pretendientes de la
obligación de presentar algunos documentos cuando sean de muy difícil o
imposible obtención" (PLACIDO).
A mayor abundamiento sobre este último punto, cabe agregar que la dispensa
de publicación del aviso matrimonial de que trata el artículo 252 sí corresponde
otorgarla al alcalde. Dicha norma, en materia de competencia relativa a
dispensas, difiere de la del artículo 249. En efecto, según el artículo 249 la
dispensa de presentación de documentos la debe otorgar el juez en lo civil,
mientras que conforme al artículo 252 la dispensa de publicación del aviso
matrimonial la debe otorgar el alcalde.
No hay razón para que una y otra sean concedidas por autoridades distintas,
pues ambas se refieren a formalidades igualmente trascendentes. A nuestro
modo de ver y por las razones expuestas, no hay inconveniente para que tales
dispensas las resuelva el alcalde.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIASSCHREIBER MONTERa, Ángela y VARSI ROSPIGLlOSI, Enrique. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo
VIII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI,
Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁ VEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS,
Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; PERALTA ANDIA, Javier. Derecho de Familia en el Código
Civil. Lima, Editorial Idemsa, 2002; PLÁCIDO V., AJex F. Ensayos sobre Derecho de Familia. Lima, Editorial Rodhas, 1997; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta
Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
AVISO MATRIMONIAL
Comentario
La publicidad de los actos jurídicos hace posible que los mismos sean
conocidos por los terceros y, en caso que un acto afecte sus derechos o
intereses en forma directa o indirecta, éstos tengan la posibilidad de ejercer las
acciones que correspondan según ley.
La otra publicación del aviso matrimonial a que alude el artículo 250 es, por una
sola vez (un solo día), a través de periódico en las localidades donde hubiere
tal medio de difusión. Nótese que a diferencia de otros supuestos regulados por
diversas leyes, en este caso no solo no se exige que la publicación se haga en
el diario oficial El Peruano, sino que ni siquiera se exige que se haga en un
diario de mayor circulación o de circulación a nivel nacional, de modo que no
queda claro si la norma al mencionar al periódico de la circunscripción, se
refiere al diario del distrito donde se celebrará el acto, si lo hubiera, o si se
refiere al de la provincia, departamento o región. En ese sentido y a falta de
precisión de la norma, el requisito se dará por cumplido cuando la publicación
se realice en cualquier periódico, independientemente de su tiraje y del alcance
de su distribución.
En verdad, la difusión radial puede llegar a ser más efectiva, pues al ser ésta la
modalidad a emplearse en localidades donde no hay periódico, que son
precisamente las de poca población, es sin duda muy probable que el aviso
radial llegue a una cantidad importante de oyentes.
Por último, la parte final del artículo 250 señala que en el aviso matrimonial se
consignará la advertencia de que todo el que conozca la existencia de algún
impedimento debe denunciarlo. Para tal efecto y como se dijo antes, deben
tomarse en cuenta los artículos 253 al 257 del Código Civil, referidos a la
oposición a la celebración del matrimonio, la oposición del Ministerio Público, la
denuncia del impedimento, la competencia y el procedimiento a seguir en caso
de oposición y la responsabilidad de quien formula la oposición y ésta resulta
infundada.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIASSCHREIBER MONTERa, Ángela y VARSI ROSPIGLlOSI, Enrique. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo
VIII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI,
Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁ VEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS,
Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; PERALTA ANDIA, Javier. Derecho de Familia en el Código
Civil. Lima, Editorial Idemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Ensayos sobre Derecho de Familia. Lima, Editorial Rodhas, 1997; PLÁCI DO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta
Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
JURISPRUDENCIA
Comentario
Como se sabe, la publicación del aviso matrimonial hace posible que terceros
con interés puedan denunciar la existencia de algún impedimento de los
contrayentes, oponiéndose a la celebración del matrimonio. En ese sentido, la
finalidad fe efectuar la publicación del proyecto matrimonial en la localidad de
residencia fe ambos pretendientes es absolutamente justificada, toda vez que
en cada uno de dichos lugares residen las personas que conocen a los
pretendientes, vecinos y allegados, que eventualmente pudieran tener
conocimiento de algún impedimento.
De otro lado, aun cuando la norma guarda silencio, se entiende que por la
naturaleza del acto que se pretende realizar no es imprescindible la
simultaneidad de las publicaciones en uno y otro lugar, es decir no parece ser
relevante ni necesario que las publicaciones se hagan en las mismas fechas;
solo que para efectos de establecer si ha habido o no oposición deberá
esperarse que transcurra el plazo de la última publicación.
Por último cabe agregar que "en caso de que el alcalde o funcionario a quien
corresponda efectuar la comunicación oficial no cumpliera con hacerla, el
matrimonio que se celebre será válido, pues esta omisión no está entre las
taxativas causales de invalidez" (ARIAS-SCHREIBER). Esto en caso de que no
exista ninguna otra causal para invocar la invalidez. En el supuesto planteado
por el autor citado, el funcionario habrá incurrido en responsabilidad
administrativa, y se hará merecedor de la correspondiente sanción.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS SCHREIBER MONTERO, Ángela y VARSI ROSPIGLlOSI, Enrique. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo
VIII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI,
Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁ VEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS,
Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; PERALTA ANDIA, Javier. Derecho de Familia en el Código
Civil. Lima, Editorial Idemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Ensayos sobre Derecho de Familia. Lima, Editorial Rodhas, 1997; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta
Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
Comentario
Una vez cumplidas todas las formalidades establecidas en el artículo 248 del
Código Civil previas a la celebración del matrimonio civil, el paso siguiente es la
publicación del aviso matrimonial en los términos a que se contraen los
artículos 250 y 251.
En principio, el aviso en cuestión constituye un requisito formal de carácter
obligatorio, sin embargo la ley ha previsto la posibilidad de la dispensa en el
artículo en comentario, el mismo que tiene su fuente en el artículo 105 del
Código de 1936 que regulaba dicha dispensa en términos similares.
El artículo 252, para efectos de conceder la dispensa, exige la concurrencia de
dos circunstancias: i) que existan causas razonables, y ii) que los contrayentes
hayan cumplido con presentar todos los documentos exigidos por el artículo
248.
Una causa justificada para efectos de la dispensa podría ser, tal vez, la
situación económica de los contrayentes, pero no en cualquier caso sino solo
cuando existen además otras circunstancias; por ejemplo, el caso de
contrayentes que residen y desean contraer matrimonio en un centro poblado
menor o localidad en la que no hay diario ni emisora radial, por lo que el
cumplimiento de la publicación del aviso matrimonial resultaría siendo muy
oneroso si la única forma de cumplir dicho requisito es desplazándose hasta la
localidad más cercana para tal fin, peor aún si no cuentan con los medios
necesarios para trasladarse; todo ello considerando, además, que la ley no ha
previsto la exoneración del pago de los avisos matrimoniales en ningún caso.
Otra causa razonable que podría justificar la dispensa de la publicación del
aviso, se daría en el caso que ambos contrayentes sean personajes públicos
hartamente conocidos y cuyos detalles de sus vidas privadas inclusive hayan
sido objeto de conocimiento y difusión en medios de comunicación, de modo
que tal publicidad pueda razonablemente sustituir al aviso. O el caso de una
pareja que desea regularizar su unión de hecho existente desde muchos años
atrás y que es de público conocimiento.
Por otro lado, en cuanto a la exigencia de que los contrayentes deben haber
cumplido con presentar "todos" los documentos mencionados por el artículo
248 para otorgar la dispensa del aviso, surge la siguiente duda. Qué ocurriría si
los contrayentes, en cuanto a los requisitos del artículo 248, han obtenido
previamente una dispensa judicial para que se les autorice a no presentar
algún o algunos documentos, en aplicación del artículo 249. ¿Pueden en este
caso obtener también una dispensa para no publicar el aviso matrimonial?
En esa línea de pensamiento es plausible que el artículo 252 pueda leerse más
o menos así: para dispensar la publicación de los avisos matrimoniales se
requiere que se presenten todos los documentos exigidos en el artículo 248,
salvo que en cuanto a alguno o algunos de ellos los pretendientes hayan
obtenido, a su turno, dispensa judicial de presentación. En una situación como
ésta, en la práctica los contrayentes tendrán en realidad dos dispensas, una
sustentada en el artículo 249, por la cual el juez los exonera de cumplir con la
presentación de algún documento; y otra sustentada en el artículo 252, por la
cual el alcalde los exonera de cumplir con la publicación del aviso matrimonial.
En cuanto a la autoridad de la que emana la dispensa, cabe mencionar que la
norma del artículo 252 difiere en este punto de la del artículo 249. En efecto, la
dispensa de presentación de documentos la debe otorgar el juez en lo civil
(249), mientras que la dispensa de publicación del aviso matrimonial la debe
otorgar el alcalde (252). No hay razón para que una y otra sean concedidas por
autoridades distintas, pues ambas se refieren a formalidades igualmente
trascendentes.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERa, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIASSCHREIBER MONTERa, Ángela y VARSI ROSPIGLlOSI, Enrique. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo
VIII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot,
1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁ VEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima,
Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS, Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; PERALTA ANDIA,
Javier. Derecho de Familia en el Código Civil. Lima, Editorial Idemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Ensayos sobre Derecho de Familia. Lima, Editorial
Rodhas, 1997; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
OPOSICIÓN A LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO
Comentario
En principio cabe señalar que el propósito del aviso matrimonial regulado en los
artículos 250 y 251 del Código Civil es, precisamente, darle la posibilidad a los
terceros de dejar constancia -vía oposición o denuncia- de la existencia de
algún impedimento para contraer matrimonio atribuible a los pretendientes.
La oposición tiene como fundamento el interés general de la sociedad de
proteger la institución jurídica del matrimonio, así como la búsqueda de
seguridad jurídica, en el sentido de evitar la consumación de matrimonios
afectados por ciertos impedimentos que posteriormente pueden dar lugar a la
nulidad del acto; seguridad que no solo redunda en beneficio de la pareja, sino
también de la prole y de la sociedad en general, que se fortalece cuando sus
instituciones son más sólidas.
Sobre este tema cabe indicar que, a diferencia de lo previsto en los artículos
254 y 255 relacionados con la oposición del Ministerio Público y con la
denuncia de impedimento, respectivamente, en este caso el fundamento de la
oposición puede ser la existencia de cualquier impedimento, sin importar de
qué tipo de impedimento se trate, pues en el artículo 253 se dice que todos los
que tengan legítimo interés pueden oponerse a la celebración del matrimonio
cuando exista "algún impedimento", sin especificar o distinguir que este
impedimento sea causal de nulidad absoluta o relativa; lo importante es que
exista interés legítimo. En cambio, cuando se opone el Ministerio Público o
cuando se formula denuncia de impedimento, la causal que se invoque debe
ser una de nulidad, entendida como de nulidad absoluta.
El Código Civil enumera expresamente las causal es que constituyen
impedimentos absolutos para contraer matrimonio (artículo 241), impedimentos
relativos (artículo 242) e impedimentos especiales o impedientes (artículo 243),
cualquiera de los cuales puede dar fundamento a la oposición a que se contrae
el artículo 253. No cabe la posibilidad de oponerse al matrimonio por motivos
sentimentales o por simple capricho de un tercero; si esto ocurriera, el alcalde
debe rechazar la solicitud de inmediato y continuar con la celebración del
matrimonio, independientemente de que los pretendientes inicien la acción
indemnizatoria (artículo 257) por los daños y perjuicios que la oposición
infundada hubiera podido causar.
Empero, si la oposición se formula ante el otro alcalde (o sea el del lugar donde
no se celebrará el matrimonio), puede afirmarse que, aunque la norma no lo
diga, se entiende que éste debe proceder de la misma manera, o sea optando
por cualquiera de las dos alternativas antes referidas, pero en cualquier caso
deberá oficiar al alcalde del lugar de celebración del matrimonio para que tome
conocimiento del hecho, sea del rechazo de la oposición o de la remisión de lo
actuado al juez.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERa, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIASSCHREIBER MONTERa, Ángela y VARSI ROSPIGLlOSI, Enrique. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo
VIII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001 ; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI,
Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁ VEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS,
Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; PERALTA ANDIA, Javier. Derecho de Familia en el Código
Civil. Lima, Editorial Idemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Ensayos sobre Derecho de Familia. Lima, Editorial Rodhas, 1997; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta
Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
OPOSICIÓN DEL MINISTERIO PÚBLICO
Comentario
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIASSCHREIBER MONTERO, Ángela y VARSI ROSPIGLlOSI, Enrique. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo
VIII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI,
Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁ VEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS,
Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; PERALTA ANDIA, Javier. Derecho de Familia en el Código
Civil. Lima, Editorial Idemsa, 2002; PLÁCIDO v., Alex F. Ensayos sobre Derecho de Familia. Lima, Editorial Rodhas, 1997; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta
Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998
.
DENUNCIA DE IMPEDIMENTO MATRIMONIAL
Comentario
Por otra parte, resulta aparentemente contradictorio afirmar que el fin principal
que se sigue al denunciar un impedimento para la celebración del matrimonio
es beneficiar a los pretendientes. Empero, en realidad esto puede ser así si
tomamos en cuenta que las pretensiones de buena fe pueden apuntar al
objetivo expresado. Nótese que al haberse denunciado un impedimento para la
celebración del matrimonio, los pretendientes podrán advertir que se
encuentran inmersos en una causal de nulidad que eventualmente no
conocían. De otro modo, si existe un impedimento que es causal de nulidad y
nadie lo denuncia aun conociéndolo, el matrimonio será nulo desde su origen y
podrán perjudicarse los contrayentes.
Aun cuando la norma permite que la denuncia se haga por vía oral, es
recomendable que la misma sea formulada por escrito, para de esta manera
dejar constancia expresa de los hechos y causales alegadas y para permitir un
adecuado seguimiento de la tramitación de la denuncia por el Ministerio
Público.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIASSCHREIBER MONTERO, Ángela y VARSI ROSPIGLlOSI, Enrique. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo
VIII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI,
Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS,
Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; PERALTA ANDIA, Javier. Derecho de Familia en el Código
Civil. Lima, Editorial Idemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Ensayos sobre Derecho de Familia. Lima, Editorial Rodhas, 1997; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta
Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
COMPETENCIA Y PROCEDIMIENTO DE LA OPOSICIÓN
Comentario
En cuanto a la vía procedimental, el último párrafo del artículo 256 precisa que
se empleará la vía y las reglas del proceso sumarísimo contemplado en el
Código Procesal Civil; vía que sin duda ha sido preferida por el legislador por
su brevedad de plazos y etapas, lo que supone no mantener en suspenso la
celebración del matrimonio por demasiado tiempo. Antes de la modificatoria
introducida por el Código Procesal Civil, la norma declaraba que el trámite era
el de los incidentes con audiencia del Ministerio Público, al igual que lo
señalado por el Código de 1936, que en el artículo 110 establecía la vía
incidental para tramitar y resolver la oposición; en ambos casos atendiendo a
que en esa época estaba vigente el antiguo Código de Procedimientos Civiles
de 1912.
Dicho esto, es conveniente hacer algunas distinciones para cada uno de los
casos antes descritos, en lo que respecta a determinados aspectos procesales:
a) Primer supuesto, cuando la oposición es formulada por un tercero con
interés legítimo, conforme al artículo 253, corresponde al alcalde en primer
lugar resolver en sede administrativa, pues la norma señala que a él le
corresponde rechazar de plano (sin correr traslado) la oposición si no se funda
en causa legal. Lo curioso es que no se admite ningún recurso a favor del
opositor, lo que contraviene toda la estructura y garantía del procedimiento
administrativo.
Habiendo causa legal negada por los contrayentes y, por dicho motivo remitido
el expediente de oposición por el alcalde al juez de paz letrado, éste requerirá
al oponente para que interponga su demanda de op05ición dentro del plazo de
cinco días de notificado. Vencido este plazo sin que se haya interpuesto la
referida demanda, se archivará definitivamente lo actuado y el matrimonio
podrá llevarse a cabo sin mayor inconveniente (artículo 256). Los
pretendientes, sin embargo, podrán interponer demanda de indemnización por
los daños y perjuicios causados por el opositor (artículo 257).
b) Segundo y tercer supuestos, es decir cuando la oposición es formulada por
el Ministerio Público, sea de oficio o motivado por una denuncia de
impedimento por parte de tercero no legitimado, no hay procedimiento
administrativo previo, de modo que la referida oposición es planteada en forma
directa ante el Poder Judicial a través de la respectiva demanda de oposición,
teniendo el Ministerio Público los plazos siguientes:
- Cuando actúa de oficio (artículo 254) tiene diez días contados a partir de la
fecha de publicación del aviso matrimonial. En este caso debe tenerse presente
que si el aviso fijado en el local de la municipalidad y el aviso en el periódico o
emitido por radio, no se realizan en la misma oportunidad, el plazo de diez días
debe contarse a partir de la fecha de la última publicación.
Del mismo modo que en el caso anterior, si vencidos los plazos indicados no se
interpone la referida demanda, se archivará definitivamente lo actuado y el
matrimonio podrá celebrarse (artículo 256); pero en este caso los pretendientes
no tienen acción contra el Ministerio Público por indemnización de daños y
perjuicios (artículo 257); aunque cabría preguntarse si la tienen contra quine
hizo la denuncia que luego fue remitida al Ministerio Público.
Estos últimos temas procesales antes explicados no figuraban en el texto
original del artículo 256, sino que fueron agregados con la modificatoria
introducida por el Código Procesal Civil de 1992.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERa, Ángela y PLÁCIDO VI LCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIASSCHREIBER MONTERO, Ángela y VARSI ROSPIGLlOSI, Enrique. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo
VIII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI,
Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁ VEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS,
Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; PERALTA ANDIA, Javier. Derecho de Familia en el Código
Civil. Lima, Editorial Idemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Ensayos sobre Derecho de Familia. Lima, Editorial Rodhas, 1997; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta
Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
INDEMNIZACIÓN POR OPOSICIÓN INFUNDADA
Comentario
Se trata, por consiguiente, de la misma fórmula del actual artículo 257, con
leves diferencias en la redacción. Por lo demás, tanto la norma anterior como la
vigente, exoneran de responsabilidad a los ascendientes de los contrayentes y
al Ministerio Público.
Es evidente que la norma del artículo 257 no solo guarda estrecha relación con
lo señalado en el inciso 1) del artículo 1971 , sino que en rigor el derecho de
oposición a que aquélla y otras normas de esta parte del Código se refieren,
constituye claramente un supuesto de ejercicio regular de un derecho, que en
la eventualidad de ocasionar un daño, se considera que es un daño autorizado.
Continúa afirmando este autor que "un segundo sentido del ejercicio regular de
un derecho consiste en el caso en que no se tiene derecho directamente de
dañar, pero se tiene derecho de actuar en un determinado sentido aunque ello
cause daño a otro. En esta hipótesis, el derecho que ejercito no está dirigido a
dañar a otro, sino a gozar de las ventajas que me otorga una determinada
atribución. Pero el Derecho sabe que gozar de esa atribución comporta
necesariamente dañar a otros; y lo admite, sin considerarlo daño resarcible"
(DE TRAZEGNIES).
Esta sustentación que nos hemos permitido transcribir resulta suficiente para
concluir que la norma del artículo 257 es errada, pues somete al sistema de
responsabilidad civil objetiva a todo aquel cuya pretensión (oposición a la
celebración del matrimonio) es denegada, a pesar que ha actuado en ejercicio
legítimo de sus derechos de petición y de tutela jurisdiccional efectiva, lo cual
no hace sino restringir el libre ejercicio de esos derechos.
Por otro lado, la indemnización por daños y perjuicios -en el caso que
efectivamente proceda- apunta a la reparación del daño moral causado a los
pretendientes. Si bien es cierto el Código Civil regula la figura del daño moral
(artículos 1322 y 1984), solo se limita a mencionarla sin consignar
puntualmente una definición, pero la doctrina en términos generales ha
entendido que se refiere al dolor, sentimiento de pena, sufrimiento o
turbamiento causado a una persona natural por un hecho u omisión
(FERNÁNDEZ SESSAREGO).
No cabe duda de que el daño moral causado a una persona no puede ser
tasado en dinero; sin embargo, la reparación pecuniaria es la única forma de
recompensar aquellos perjuicios, por lo cual el juez se ve en la imperiosa
obligación de recurrir a la lectura de los hechos y a su sano criterio para
determinar el monto que ordenará pagar al opositor.
Comentario
puede oponerse cualquier tercero con legítimo interés (artículo 253, que en
realidad tiene ocho días) o el Ministerio Público de oficio (artículo 254, que
tiene diez días); o puede un tercero denunciar la existencia de algún
impedimento (artículo 255). De no ocurrir nada de esto, el alcalde podrá
declarar la capacidad de los contrayentes, conforme se desprende del primer
párrafo del artículo 258.
b) En caso de haberse formulado oposición por parte de tercero con legítimo
interés, el alcalde deberá verificar si ésta se funda en causa legal; si no es así,
la rechazará de plano (artículo 253, segundo párrafo) y podrá de inmediato
declarar la capacidad de los contrayentes conforme al artículo 258, primer
párrafo.
Éstos son, a nuestro modo de ver, todas las posibilidades que pueden ocurrir
en torno a la hipótesis planteada en el primer párrafo del artículo 258; sin
embargo, es necesario analizar lo que ocurre en los casos antes señalados
cuando el alcalde debe esperar el resultado del proceso [supuestos de los
literales c), d) y e) anteriores]. En términos generales, esta norma señala que si
la oposición que se "debate en juicio es desestimada, el alcalde podrá declarar
la capacidad de los pretendientes.
Al igual que en el caso anterior, cabe señalar que si el proceso termina por
alguna de las otras formas establecidas en la ley procesal (formas especiales
de conclusión del proceso), podría llegarse al mismo resultado. Ello ocurriría si
el proceso concluye por allanamiento o reconocimiento, pues aunque no hay
pronunciamiento sobre el fondo, es claro que el alcalde no podrá declarar la
capacidad de los pretendientes para casarse, pues el allanamiento o el
reconocimiento equivalen a declarar fundada la demanda.
El artículo 113, por su parte, recogía la norma del segundo párrafo del actual
artículo 258 con una breve diferencia, pues solo hacía referencia a la obligación
del alcalde de remitir lo actuado al juez para que éste resuelva lo conveniente
en el plazo de tres días, con citación del Ministerio Público (antes Ministerio
Fiscal), únicamente en el supuesto que de los documentos presentados y de la
información producida no quedara acreditada la capacidad de los contrayentes
(a quienes erróneamente denominaba "presuntos contrayentes").
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
lima, Gaceta Jurídica, 1997; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos.
lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS, Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF, Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; PERALTA
ANDíA, Javier. Derecho de Familia en el Código Civil. lima, Editorialldemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. lima, Gaceta Jurídica, 2001.
Comentario
El presente artículo reproduce la fórmula del artículo 114 del Código Civil de
1936, salvo en cuanto a la remisión del articulado, como es obvio. La
celebración del matrimonio se realiza en la municipalidad de la localidad donde
los contrayentes han realizado la correspondiente declaración del proyecto
matrimonial y, por consiguiente, donde se halla el respectivo expediente
administrativo. Es natural que la celebración del matrimonio se entienda con el
alcalde ante quien se tramitó toda la etapa previa, por ser éste quien, en mérito
de la documentación presentada, tiene conocimiento de que los contrayentes
no se encuentran inmersos en impedimento alguno.
No obstante lo expresado, la norma del artículo 259, en lo concerniente
a la intervención del "alcalde que ha recibido la declaración", constituye una
regla general que admite algunas excepciones.
En efecto, de la revisión de las demás normas de esta parte del Código,
se aprecia que el alcalde no siempre interviene directamente y que en lugar de
él la ceremonia de matrimonio la puede celebrar:
i) un regidor del Concejo o un funcionario municipal determinado, por
delegación que puede efectuar el alcalde en estas personas (artículo 260,
primer párrafo);
vi) el jefe del Registro del Estado Civil, en las capitales de provincia
donde dicho Registro se encuentra a cargo de funcionarios especiales (artículo
263); o
Por otro lado, la ceremonia del matrimonio es pública, de modo que en rigor
puede asistir a ella cualquier persona, tenga o no legítimo interés en la
celebración o en la no celebración de dicho acto. La publicidad garantiza el
cumplimiento de las formalidades y evita la consumación de matrimonios
clandestinos, en los cuales, en la mayoría de casos, se pretende ocultar vicios
que acarrearían la nulidad del acto.
Tal como se desprende del texto del artículo 259, la ceremonia del matrimonio
es más o menos extensa y revestida de formalidades, todas ellas necesarias
para concretar una decisión de tanta importancia. En la ceremonia el alcalde (o
la persona que lo representa) lleva a cabo un breve protocolo, dentro del cual
da lectura a diversos artículos del Código Civil, tales como el 287 (obligaciones
comunes frente a los hijos); 288 (deber de fidelidad y asistencia); 289 (deber de
cohabitación); 290 (igualdad en el gobierno del hogar); 418 (concepto de patria
potestad) y 419 (ejercicio conjunto de la patria potestad).
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERa, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Manual de Derecho de
Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS, Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF,
Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; PERALTA ANDíA, Javier. Derecho de Familia en el Código Civil. Lima, Editorialldemsa, 2002;
PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
Comentario
Para todos los casos mencionados son aplicables las siguientes opiniones
finales:
. Finalmente, la norma solo exige que la delegación sea por escrito, sin
necesidad de formalidad adicional alguna como sería la legalización de la firma
del alcalde u otra seguridad. En todo caso, si faltare el escrito de delegación el
matrimonio celebrado sería nulo (artículo 274 inc. 9) o anulable (artículo 277
inc. 8), por incompetencia del funcionario y según haya mediado mala o buena
fe de los contrayentes.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERa, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Manual de Derecho de
Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS, Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF,
Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; PERALTA ANDíA, Javier. Derecho de Familia en el Código Civil. Lima, Editorialldemsa, 2002;
PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
-
CELEBRACIÓN DE MATRIMONIO EN MUNICIPIO DISTINTO
Comentario
La hipótesis del artículo 261 supone que los contrayentes ya han cumplido con
todas las formalidades, requisitos y trámites necesarios para celebrar el
matrimonio en el municipio de origen, y también que ha sido declarada su
capacidad para contraer matrimonio, conforme al artículo 258, de modo que la
delegación se circunscribe únicamente a la celebración del acto matrimonial,
situación a la que se llega por una motivación, razón atendible o necesidad
imperiosa de los contrayentes.
Se entiende que la delegación concedida al alcalde del municipio donde se
celebrará la ceremonia del matrimonio, debe ir acompañada de la
documentación sustentatoria respectiva, que incluirá principalmente la
declaración del proyecto matrimonial con todos sus requisitos, la certificación
de haber publicado los avisos matrimoniales y la declaración de capacidad
otorgada a los contrayentes.
Para hacer efectivo el matrimonio, el alcalde delegado requiere contar con los
mencionados documentos a fin de certificar la veracidad de los datos, la buena
fe de los recurrentes y el fiel cumplimiento de todas las etapas que
corresponden al procedimiento. Es de presumirse que el procedimiento ha sido
cumplido sin incurrir en vicios u observaciones, por lo que, como se dijo antes,
el alcalde delegado solo se hará responsable de la celebración de la
ceremonia, sin que tenga la facultad de comprobar los datos referidos a la
capacidad de los interesados o la veracidad de los documentos remitidos por el
alcalde del municipio de origen.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VI/. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Manual de Derecho de
Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS, Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF,
Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo ,. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; PERAL TA ANDíA, Javier. Derecho de Familia en el Código Civil. Lima, Editorialldemsa, 2002;
PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
MATRIMONIO EN COMUNIDADES CAMPESINAS Y NATIVAS
Comentario
De acuerdo con el artículo 134 del Código Civil, las comunidades campesinas y
nativas son definidas como las organizaciones tradicionales y estables de
interés público, constituidas por personas naturales y cuyos fines se orientan al
mejor aprovechamiento de su patrimonio, para beneficio general y equitativo de
los comuneros, promoviendo su desarrollo integral. El artículo 137 se refiere al
estatuto de las comunidades, en el cual deben constar, entre otros aspectos,
los derechos y obligaciones de sus miembros y las normas para su
organización y funcionamiento.
Es por esa razón que el artículo 262 es austero y genérico; no entra en detalles
sobre los requisitos, formalidades, tramitación y celebración del acto
matrimonial, sobreentendiendo que ello corresponde ser regulado en el
estatuto de cada comunidad. Legislar sobre estos aspectos sería un error,
significaría imponer un estilo de vida que no les corresponde.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; PERALTA ANDíA, Javier. Derecho de Familia en el Código
Civil. Lima, Editorial ldemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001.
FACULTAD DEL JEFE DEL REGISTRO CIVIL PARA CELEBRAR EL
MATRIMONIO
Comentario
Al tratar los artículos 260 y 261 del Código Civil se pudo apreciar que aquellos
se ocultan de supuestos de delegación para la celebración del matrimonio, que
el alcalde puede realizar en otras personas. Así, el artículo 260 se refiere a la
delegación en regidores, funcionarios municipales, directores y jefes de
hospitales o establecimientos análogos, y en párrocos o autoridades religiosas.
El artículo 261 se refiere a la delegación de un alcalde en otro alcalde de
localidad distinta.
El artículo 263, que tiene su fuente en el artículo 123 del Código anterior, se
ocupa de un supuesto diferente, pero que podría generar confusión respecto de
las normas contenidas en los artículos 260 y 261. En efecto, el artículo 263
establece más que todo una excepción a la competencia y facultad que tienen
los alcaldes de llevar a cabo la tramitación y la propia ceremonia del
matrimonio civil.
En otras palabras, si bien, como se dijo en los comentarios a los artículos 260 y
261 , la regla general es que la competencia para llevar a cabo la ceremonia
del matrimonio civil corresponde al alcalde de la localidad donde se efectuó la
declaración de la intención matrimonial, de modo que el supuesto del artículo
263 es una excepción a esta regla, como lo es también la disposición del
artículo 262, referida a la autoridad pertinente para celebrar matrimonios en las
comunidades campesinas y nativas.
Por supuesto que se trata de una forma de descargar las funciones municipales
del alcalde que, por su alta investidura, le es imposible atender todos los
asuntos de la comunidad. En el caso particular de las capitales de provincia, la
recarga laboral es mayor aún, por tal motivo, para efectos de la tramitación,
declaración y celebración del matrimonio, esta responsabilidad es asumida por
el jefe del Registro de Estado Civil.
Del texto del artículo 263 se aprecia que las atribuciones que la ley le confiere
al jefe del Registro Civil son absolutas. De esta manera, además de la
responsabilidad que le compete para la tramitación y celebración del acto
matrimonial, el mencionado funcionario tiene también la atribución de recibir y
canalizar las eventuales oposiciones o denuncias de impedimento que se
formulen para impedir la celebración del matrimonio; estando facultado
igualmente para autorizar la celebración de dicho acto en municipio distinto o
fuera del local de la municipalidad.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; PERALTA ANDIA, Javier. Derecho de Familia en el Código
Civil. Lima, Editorialldemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001.
Comentario
De acuerdo a lo enunciado por el artículo 145 del Código Civil, el acto jurídico
puede ser realizado mediante representante, salvo disposición contraria de la
ley. Se ha justificado la necesidad de la representación basándose en la
utilidad práctica que dicha figura importa en el dinamismo de la vida social y
jurídica. La representación potencia las posibilidades de actuación de las
personas (que no pueden o no quieren intervenir en los negocios jurídicos por
sí mismas) dando lugar al milagro jurídico de la bilocación, con lo que se evita
que la exigencia de la intervención personal de los propios y directos
interesados limite sensiblemente el movimiento patrimonial (LOHMANN).
Empero, la figura de la representación también ha invadido el campo de los
actos extrapatrimoniales, prueba de ello es que se admita la actuación por
terceros en el ámbito del Derecho de Familia. Así, el artículo 264 del Código
Civil autoriza a los contrayentes del acto matrimonial que comparezcan a la
ceremonia a
I través de apoderado especialmente autorizado por escritura pública, con
identificación de la persona con quién ha de celebrarse, bajo sanción de
nulidad. La norma ha considerado la posibilidad de que, por diversos motivos
de índole personal o de fuerza mayor, los contrayentes no puedan asistir a la
ceremonia del matrimonio civil, en cuyo caso podrán ser representados por un
tercero.
El segundo párrafo del artículo bajo comentario "tiene que ver con un posible
error de redacción o simplemente una falta de coherencia" (TUESTA SILVA).
Su primer parágrafo expresa que "el matrimonio es nulo si el poderdante
revoca el poder o deviene en incapaz antes de la celebración del matrimonio,
aun cuando el apoderado ignore tales hechos", sin embargo, a continuación
expresa: "para que surta efecto la revocatoria debe notificarse al apoderado y
al otro contrayente':
El autor referido se pregunta con toda razón "si para que tenga efecto la
revocación, es necesario que dicha voluntad sea comunicada tanto al
apoderado como al otro contrayente, entonces ¿cómo se explica que se
sancione con nulidad el acto matrimonial celebrado por el apoderado que
ignora tal revocación?".
Cornejo Chávez alude a un caso particular, con lo cual pone en tela de juicio la
complejidad en la comprensión del discutido segundo párrafo del artículo 264
del Código Civil. Al respecto expresa que esta fórmula significaría que si un
varón otorga poder para que un amigo suyo lo represente en la ceremonia de
su casamiento con determinada mujer; luego revoca el poder, sin comunicar
este hecho al apoderado y a la mujer; acto seguido se traslada al lugar del
matrimonio e inicia vida marital con dicha persona, no se sabe, en definitiva, si
ese matrimonio es válido o no. El podría invocar el artículo 264 en la parte que
preceptúa que el matrimonio es nulo si el poderdante revoca el poder (oo.) aun
cuando el apoderado ignore tal hecho; y la mujer podría sostener que es válido,
por cuanto el mismo artículo establece que para que surta efecto, la revocatoria
debe notificarse al apoderado y al otro contrayente (CORNEJO CHÁ VEZ).
La posición de la doctrina italiana es más coherente al exponer que "si el poder
ha sido revocado, pero, si ello no obstante se celebró el matrimonio, éste es
válido si el otro contrayente, en el momento de la celebración, ignoraba su
revocación y ha habido, después del matrimonio, cohabitación (aunque sea
temporal) entre los contrayentes" (MESSINEO).
Además, ha de tenerse en cuenta que el texto del artículo 152 del Código Civil
enuncia que "la revocación debe comunicarse también a cuantos intervengan o
sean interesados en el acto jurídico. La revocación comunicada sólo al
representante no puede ser opuesta a terceros que han contratado ignorando
esa revocación, a menos que ésta haya sido inscrita (...)".
Como consecuencia de lo expuesto se puede concluir que efectivamente se ha
producido un error al momento de redactar la norma, pues no de otro modo se
entendería tremenda contradicción legal.
Un intento por modificar la parte pertinente del artículo bajo comentario, a modo
de sugerencia, podría ser la siguiente expresión: "El matrimonio es nulo si el
poderdante revoca el poder o de viene en incapaz antes de la celebración del
matrimonio, siempre que haya sido notificado el apoderado y el otro
contrayente". De esta manera se despejan todas las dudas y se mantiene una
norma legal de estricto cumplimiento.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERa, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VI/. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos.
Lima, Studium Ediciones, 1985; DíEZ-PICAZO, Luis y GULLON, Antonio. Sistema de Derecho Civil, Vol. IV. Madrid, 1986; ENNECCERUS, Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF, Martin. Tratado de
Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo ,. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; LOHMANN LUCA DE TENA, Juan G. El negocio jurídico. Lima, Editorial Grijley, 1994; MESSINEO, Francesco.
Manual de Derecho Civil y Comercial. Buenos Aires, Ejea, 1979; PERALTA ANDIA, Javier. Derecho de Familia en el Código Civil. Lima, Editorialldemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de
Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
150 I
COMENTARIO
Por su parte, el artículo 265, sin estar referido a las hipótesis contenidas en los
artículos mencionados y sin enumerar causales específicas, se limita a
enunciar que la celebración del matrimonio puede realizarse
"excepcionalmente" fuera de la municipalidad, es decir, en lugar distinto.
La norma del artículo 265, conforme a su propio texto, contiene una disposición
de carácter excepcional, sin embargo ha terminado en la práctica como una
norma de carácter alternativo u opcional, según decisión de quienes pretenden
contraer matrimonio. En efecto, son numerosas y casi cotidianas las
situaciones en las cuales los contrayentes solicitan a la autoridad que el
matrimonio se celebre fuera del local municipal, sea en su domicilio, en el salón
de un club social o lugares similares donde se realizarán los agasajos y
festividades posteriores e inclusive en el salón de recepción de la iglesia donde
se lleva a cabo el matrimonio religioso; todo ello sin considerar el carácter
excepcional de la norma.
En este punto cabe señalar que la norma del artículo 265 bajo comentario,
tiene su fuente en el artículo 117 del Código Civil de 1936, sin embargo difiere
sustancialmente de dicho antecedente, pues el artículo 117 mencionado
establecía que el alcalde podía, excepcionalmente, celebrar el matrimonio fuera
de la municipalidad, pero únicamente "si alguno de los contrayentes estuviere
imposibilitado para trasladarse al local de ella por causa debidamente
acreditada".
Puede apreciarse, pues, que bajo la vigencia del Código anterior, la posibilidad
de celebrar la ceremonia matrimonial fuera del local de la municipalidad estaba
supeditada a la previa demostración a la autoridad edilicia de que alguno de los
contrayentes tenía una razón justificada para su pedido, lo que evitaba el uso
indiscriminado de lo dispuesto en la norma citada.
Claro está, que lo regulado por el artículo 117 del Código de 1936 era un
supuesto diferente a la ,necesidad de celebrar el matrimonio fuera de la
municipalidad por inminente peligro de muerte (matrimonio in extremis o de
urgencia), debido a que éste se encontraba contemplado en el artículo 120 y
por consiguiente constituía un caso distinto. En ese sentido, en el contexto de
la legislación anterior, el artículo 117 exigía la acreditación de causas de otro
tipo, como por ejemplo la invalidez física, una enfermedad sin riesgo de muerte,
el estar uno de los contrayentes recluido en prisión o realizando servicio en un
cuartel militar, u otro hecho que justifique tal medida.
En el artículo 265 del Código actual, que se ocupa del tema comentado, se ha
suprimido la frase final de su antecedente: "... si alguno de los contrayentes
estuviere imposibilitado para trasladarse al local de ella por causa debidamente
acreditada", quedando solo la parte inicial de la norma: "el alcalde puede,
excepcionalmente, celebrar el matrimonio fuera del local de la municipalidad",
que es el texto vigente. Regulado así, la norma del artículo 265 se distingue
aún más de la figura del matrimonio in extremis o de urgencia a que se contrae
el artículo 268.
En todo caso no se puede negar que hay una distorsión, pudiéndose afirmar
que el artículo 265 del Código Civil o no recoge adecuadamente una realidad, o
que su cumplimiento no está siendo observado al no respetarse el carácter
excepcional de la disposición. Queda, pues, por analizar, el debate sobre el
abuso de la normativa de carácter excepcional, que ocurre también en otros
ámbitos de la legislación nacional.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max; ARIAS-SCHREIBER MONTERa, Ángela y PLÁCIDO V. Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia. Gaceta Jurídica.
Lima, 1997; CORNEJO CHÁ VEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Studium Ediciones. Lima, 1985; ENNECCERUS, Ludwig; KIPP, TheodoryWOLF, Martin. Tratado de Derecho
Civil, Derecho de Familia. Tomo ,. Editorial Bosch. Barcelona, 1946; MALLQUI, Max y MOMETHIANO, Eloy. Derecho de Familia. Ed. San Marcos. Lima, 2002; PERALTA ANDIA, Javier.
Derecho de Familia en el Código Civil. Editorial Idemsa. Lima, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Gaceta Jurídica. Lima, 2001.
Comentario
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; PERALTA ANDíA, Javier. Derecho de Familia en el Código
Civil. Lima, Editorialldemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001.
Comentario
En el régimen del Código Civil de 1936, la sanción de que trata la norma bajo
comentario estaba regulada en el artículo 122 y, a diferencia de la actual, no
establecía la medida de destitución del funcionario infractor, sino que solo le
imponía una sanción pecuniaria, esto es, una multa de entre cien a dos mil
soles (de ese entonces), que era determinada e impuesta por la Corte Superior
a pedido del interesado o del Ministerio Público (antes Ministerio Fiscal); sin
perjuicio, igualmente, de la responsabilidad penal.
Puede observarse, además, que el artículo 122 del Código anterior cubría un
espectro más amplio, pues no solamente preveía la sanción antes indicada
para los funcionarios que cobraran derechos ilegales a los contrayentes -que
es lo que ocurre con el actual artículo 267, ya que se refiere solo al infractor del
artículo 266-, sino que la sanción estaba dirigida al funcionario que
contraviniera, en general, cualquiera de las disposiciones referentes a la
celebración del matrimonio o a las diligencias, trámites o etapas precedentes.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VI LCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; PERALTA ANDíA, Javier. Derecho de Familia en el Código
Civil. Lima, Editorialldemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001.
MATRIMONIO POR INMINENTE PELIGRO DE MUERTE
Comentario
De otro lado, consideramos que el último párrafo del artículo bajo comentario
no tiene mayor sustento. No es posible que se limite a un año el plazo en el
cual debe inscribirse el matrimonio ante la autoridad civil y menos aún
sancionar con nulidad el incumplimiento de este plazo. A nuestro criterio, la
declaración de matrimonio y el consentimiento de las partes han sido
realizadas para tener vigencia indefinida, las cuales concluyen, solo en el
momento que se demanda la separación de cuerpos o el divorcio. La ley ni la
autoridad pueden reservarse el privilegio de decidir hasta cuándo se
considerará cónyuges a la pareja que contrajo matrimonio y que no tiene
propósito alguno de romper su vínculo, solo por el hecho de no haber
registrado el acto.
Por último, es pertinente dejar constancia de que el supuesto del artículo 268
es diferente a los casos contenidos en los artículos 260, 261 Y 265. Estas
últimas normas disponen, respectivamente, que la celebración de la ceremonia
matrimonial puede delegarse, puede autorizarse a otro alcalde y puede
excepcionalmente llevarse a cabo fuera del local municipal. En todos esos
casos no se trata de situaciones in extremis o por inminente peligro de muerte
de alguno o de ambos contrayentes, sino que son situaciones justificadas por
otras causas que permiten acudir a la delegación o al cambio de lugar, pero no
a prescindir de las demás formalidades y requisitos.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERa, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Manual de Derecho de
Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁ VEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS, Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF,
Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch, 1946; PERALTA ANDíA, Javier. Derecho de Familia en el Código Civil. Lima, Editorialldemsa, 2002;
PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
CAPITULO CUARTO
Comentario
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERa, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIASSCHREIBER MONTERa, Ángela y VARSI ROSPIGLlOSI, Enrique. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo
VIII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI,
Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS,
Ludwig, KIPP, Theodor y WOLF Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch
1946; PERALTA ANDíA, Javier. Derecho de Familia en el Código Civil. Lima, Editorial Idemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001;
ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
JURISPRUDENCIA
Comentario
Puede ocurrir que el acto matrimonial se haya celebrado pero que no se cuente
con el título de estado formalmente hábil -la partida del registro de estado civil-
para su oponibilidad erga omnes.
JURISPRUDENCIA
"Al haberse interpuesto con anterioridad la acción de divorcio por injuria grave,
el demandante ha reconocido la validez del matrimonio".
(Exp. N° 64-98, Resolución del 23/03/98, Sexta Sala de Familia de la Corte
Superior de Lima)
LA SENTENCIA PENAL COMO PRUEBA DEL MATRIMONIO
Comentario
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIASSCHREIBER MONTERO, Ángela y VARSI ROSPIGLlOSI, Enrique. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo
VIII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI,
Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS,
Ludwig, KIPP, TheodoryWOLF Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch,
1946; PERALTA ANDíA, Javier. Derecho de Familia en el Código Civil. Lima, Editorial Idemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001;
ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
Comentario
Nótese que la posesión constante del estado de casados no es -en rigor- una
prueba suficiente, pues el hecho a probarse es la celebración del acto jurídico
matrimonial y no la vida en común, ya que esto último no presupone
necesariamente la celebración del matrimonio (BOSSERT, ZANNONI).
Sin pretender una enumeración taxativa, se entiende que están incluidos en los
alcances de esta norma, los casos de muerte presunta de los padres, de
declaración de ausencia, de los privados de discernimiento o de desaparición.
La muerte presunta equivale a la muerte natural; la ausencia declarada
judicialmente así como el hecho de encontrarse desaparecida una persona
revelan la imposibilidad de expresarse o de proporcionar información.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERa, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIASSCHREIBER MONTERa, Ángela y VARSI ROSPIGLlOSI, Enrique. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo
VIII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI,
Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CORNEJO CHÁ VEZ, Héctor. Derecho Familiar peruano. 2 Tomos. Lima, Studium Ediciones, 1985; ENNECCERUS,
Ludwig; KIPP, Theodor y WOLF Martin. Tratado de Derecho Civil, Derecho de Familia. Tomo l. Barcelona, Editorial Bosch
1946; PERALTA ANDíA, Javier. Derecho de Familia en el Código Civil. Lima, Editoriai Idemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001;
ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos Aires, Astrea, 1998.
JURISPRUDENCIA
Comentario
En primer lugar y visto como una cuestión que no es de forma sino de prueba,
porque no se requiere ad sustantiam sino ad probationem, la partida del
registro del estado civil se constituye en la prueba ordinaria del matrimonio.
En segundo lugar, y como la aplicación rígida del primer criterio haría imposible
la prueba del matrimonio, comprobada la falta o pérdida del registro o del acta
correspondiente, se autoriza todo elemento de convicción que conduzca a
remediar la inexistencia de la partida, por lo mismo que si el registro prueba el
casamiento, no es aquél, como se ha expuesto antes, formalidad sustancial del
acto. Esto supone que, en primer término, se acredite el hecho de la falta o
pérdida del registro y, en segundo lugar, la actuación de pruebas que acrediten
la realización de las diligencias previas y de la ceremonia del casamiento.
En tercer lugar y en situaciones excepcionales determinadas en la ley, se
admite a la posesión de estado matrimonial como la prueba supletoria del
matrimonio. Ésta procede para subsanar cualquier defecto puramente formal
de la partida; constituye uno de los medios de prueba, si los cónyuges
hubiesen muerto o se hallasen en imposibilidad de expresarse o de
proporcionar información; y, en caso de duda sobre la celebración del
matrimonio, es prueba favorable a su preexistencia, como se señala en el
presente artículo.
DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984. Tomo VII. Derecho de Familia.
Lima, Gaceta Jurídica, 1997; BORDA, Guillermo A. Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT, Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Manual de Derecho de
Familia. Buenos Aires, Astrea, 1996; CICU, Antonio. El Derecho de Familia. Buenos Aires, Ediar SA Editores, 1947; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos. Lima,
Studium Ediciones, 1985; DíEZPICAZO, Luis y GULLON, Antonio. Sistema de Derecho Civil, Vol. IV. Madrid, 1986; FERNÁNDEZ CLERIGO, Luis. El Derecho de Familia en la legislación
comparada. México, Uthea, 1947; PERALTA ANDíA, Javier. Derecho de Familia en el Código Civil. Lima, Editorialldemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Ensayos sobre Derecho de Familia.
Lima, Editorial Rodhas, 1997; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001; ROSSEL SAAVEDRA, Enrique. Manual de Derecho de Familia. Santiago,
Editorial Jurídica de Chile, 1986; SPOTA, Alberto. Tratado de Derecho Civil. Tomo 11, Derecho de Familia. Buenos Aires, Depalma, 1990; ZANNONI, Eduardo. Derecho de Familia. Buenos
Aires, Astrea, 1998.
JURISPRUDENCIA