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2Ti 2:15 Procura con

diligencia presentarte a Dios


aprobado, como obrero que no
tiene de qué avergonzarse,
que usa bien la palabra de
verdad.
Phi 2:5 Haya, pues, en vosotros este sentir que
hubo también en Cristo Jesús,
Phi 2:6 el cual, siendo en forma de Dios, no
estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse,
Phi 2:7 sino que se despojó a sí mismo, tomando
forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
Phi 2:8 y estando en la condición de hombre, se
humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz.
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Heb 11:24 Por la fe Moisés, hecho ya grande,
rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón,
Heb 11:25 escogiendo antes ser maltratado
con el pueblo de Dios, que gozar de los
deleites temporales del pecado,
Heb 11:26 teniendo por mayores riquezas el
vituperio de Cristo que los tesoros de los
egipcios; porque tenía puesta la mirada en el
galardón.
1Pe 4:12 Amados, no os sorprendáis del fuego de
prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa
extraña os aconteciese,
1Pe 4:13 sino gozaos por cuanto sois participantes de
los padecimientos de Cristo, para que también en la
revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.
1Pe 4:14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo,
sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de
Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de
ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es
glorificado.
(as estrellas del cielo están bajo el gobierno de
Dios. Él las llena de luz. Él guía y dirige sus
movimientos. Si no lo hiciese, pasarían a ser
estrellas caídas. Así sucede con sus ministros.
No son sino instrumentos en sus manos, y todo
el bien que pueden hacer se realiza por su
poder. (os ministros de Cristo son los
guardianes espirituales de la gente confiada a
su cuidado. OE, 16
El ministro que sea colaborador con Cristo
deberá poseer una profunda comprensión del
carácter sagrado de su obra, y del trabajo y
sacrificio requeridos para hacerla con éxito. No
procurará su comodidad o conveniencia. Se
olvidará de sí mismo. En su búsqueda de las
ovejas perdidas, no se percatará de que él
mismo está cansado ni de que tiene hambre y
frío. Tendrá sólo un objeto en vista, - la
salvación de los perdidos - . OE, 16
Siente su necesidad de ayuda de lo alto.
(as victorias que obtiene no le inducen a
exaltarse, sino a apoyarse más y más
plenamente en el Todopoderoso. Fiando en
ese poder estará capacitado para
presentar el mensaje de salvación con tal
fuerza que haga vibrar en otras mentes
una cuerda de respuesta. OE, 16
(os que trabajan para Cristo nunca han de
pensar, y mucho menos hablar, acerca de
fracasos en su obra. El Señor Jesús es nuestra
eficiencia en todas las cosas; su Espíritu ha de
ser nuestra inspiración; y al colocarnos en sus
manos, para ser conductos de luz, nunca se
agotarán nuestros medios de hacer bien.
Podemos allegarnos a su plenitud, y recibir de
la gracia que no tiene límites. OE, 19
En muchos de los campos áridos, en los
que no se ha entrado todavía, deberán
penetrar principiantes. El brillo de la
visión que del mundo tiene el Salvador
inspirará confianza a muchos obreros, los
cuales, si empiezan con humildad y ponen
su corazón en la obra, resultarán ser los
hombres adecuados para la ocasión y el
lugar. OE, 37
Él obra por medio de aquellos que
disciernen la misericordia en la
miseria, la ganancia en la pérdida de
todo. Cuando pasa la (uz del mundo,
aparecen privilegios en todas las
penurias, orden en la confusión, el
éxito y la sabiduría de Dios en lo que
parecía ser un fracaso. OE, 38
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Tal era la carga de su alma, y nadie podía apreciar el


peso que descansaba sobre Él. En la niñez, en la juventud
y en la edad viril, anduvo solo. Sin embargo, era estar en
el cielo hallarse en su presencia. Día tras día hacía frente
a pruebas y tentaciones; día tras día se hallaba en
contacto con el mal, y presenciaba su poder sobre
aquellos a quienes él trataba de bendecir y salvar. Sin
embargo, no desmayaba ni se desalentaba. En todo, ponía
sus deseos en estricta conformidad con su misión.
Glorificaba su vida subordinando todo en ella a la
voluntad de su Padre. OE, 42
(a suya fue una vida de constante
abnegación . Él no tenía hogar en este mundo,
excepto el que la bondad de sus amigos le
proveía como viajero. Vino a vivir a favor
nuestro la vida de los más pobres, y a andar
y trabajar entre los menesterosos y los que
sufrían. No fue reconocido ni honrado
mientras andaba entre la gente por la cual
había hecho tanto. OE, 42 y 43
(os mensajeros de Cristo, aquellos
a quienes él manda en su lugar,
deberán tener los mismos
sentimientos, el mismo interés
ferviente. OE, 50
(os que realmente se esfuercen en la viña
del Señor serán hombres de oración, fe,
abnegación, hombres que dominarán los
apetitos y pasiones naturales. En su vida
darán evidencia del poder de la verdad que
presentan a otros, y sus labores no quedarán
sin efecto. OE, 83
Sintieron la preocupación por las almas. Notad que fue
después que los discípulos habían logrado la perfecta
unidad, y ya no luchaban entre sí por conquistar el lugar
más elevado, cuando el Espíritu fue derramado sobre
ellos. Eran de un solo sentir. Todas las diferencias habían
sido puestas a un lado « (os discípulos no pidieron
una bendición para ellos mismos. Estaban preocupados
con la carga de las almas. El Evangelio había de ser
conducido hasta los últimos confines de la tierra, y ellos
reclamaban el poder que Cristo había prometido. Fue
entonces cuando el Espíritu fue derramado y millares se
convirtieron en un sólo día. Ev, 506 y 507
Veíase a centenares y miles de personas
visitando las familias y explicándoles la
Palabra de Dios. (os corazones eran
convencidos por el poder del Espíritu Santo,
y se manifestaba un espíritu de sincera
conversión. En todas partes las puertas se
abrían de par en para para la proclamación
de la verdad. El mundo parecía iluminado
por la influencia divina. Ev, 507

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