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Lección, Sábado 05 de Marzo del 2011

GRECIA: su vientre y sus muslos,


eran de bronce. Este tercer reino
dominará sobre toda la tierra.
Grecia entró en el campo de la
visión para ser durante un tiempo
el objeto que absorbía toda la
atención, como el tercero de los
que se llaman los imperios
universales.
Darío procuró refundir los
derrotados restos de su ejército, y
defender su reino y sus derechos,
pero Alejandro el Grande le
persiguió en las alas del viento. Vez
tras vez Darío eludió a duras penas
el alcance de su veloz perseguidor

Daniel 2:32, última parte, 39, segunda parte


Alejandro Magno, después de haber Alejandro, el grande sucumbió por la
heredado de su padre el recién agrandado indulgencia del apetito una víctima de la
reino grecomacedónico se puso en marcha intemperancia. Bebió dos veces el
para extender la dominación macedónica y contenido de la copa de Hércules, que era
la cultura griega hacia el oriente y venció al más de 5 litros. Se apoderó de él una fiebre
Imperio Persa. El Rey Darío III (Codomano), violenta, de la cual murió once días más
que fue derrotado por Alejandro en las tarde, el 13 de junio de 323 ant. de J. C (32
batallas de Gránico (334 a. C.), Iso (333 a. años).
C.), y Arbela o Gaugamela (331 a. C). Este reino se debilitó y posteriormente
sucumbió ante otro imperio (Roma).

Proverbios 31:4, 5; 16:32; Profecías Daniel y Apoc. U. Smith Pág. 38


Conquistas de Alejandro el Grande
Esta representado por ROMA: Sus
piernas, de hierro. Este cuarto reino
SERÁ FUERTE COMO HIERRO; y como
el hierro desmenuza y rompe todas
las cosas, desmenuzará y quebrantará
todo.
Cuando se inició la Era Cristiana, este
imperio abarcaba todo el sur de
Europa, Francia, Inglaterra, la mayor
parte de los Países Bajos, Suiza y el
sur de Alemania, Hungría, Turquía y
Grecia, sin hablar de sus posesiones
del Asia y del África...
“‘El imperio de los romanos llenó el
mundo,…”

Daniel 2:33, primera parte, 40; Lucas 2:1


Extensión del Imperio Romano
Nació el Salvador Jesús. Y José subió
de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a
Judea, Belén, por cuanto era de la casa
y familia de David; para ser
empadronado con María su mujer, la
cual estaba encinta. Estando ellos allí,
se cumplieron los días de su
alumbramiento. Y dio a luz a su hijo
primogénito, lo envolvió en pañales, y
lo acostó en un pesebre, porque no
había lugar para ellos en el mesón.
Un ángel desciende a la tierra para ver
quiénes están preparados para dar a
bien venida a Jesús. Pero no puede
discernir señal alguna de expectación.
No oye ninguna voz de alabanza ni de
triunfo que anuncie que la venida del
Mesías es inminente …. A lo suyo vino,
y los suyos no le recibieron.
Lucas 2:4-7; Juan 1:5, 11, El Conflicto de los Siglos, págs. 360, 361
Había pastores en la misma región,
que VELABAN Y GUARDABAN LAS
VIGILIAS de la noche sobre su rebaño.
Y he aquí, se les presentó un ángel del
Señor, y la gloria del Señor los rodeó
de resplandor; y tuvieron gran temor.
No hay señal de espera a Cristo de los
hombres, y el mensajero celestial está
a punto de volverse al cielo con la
vergonzosa noticia, cuando descubre
un grupo de pastores que están
cuidando sus rebaños durante la
noche, y que al contemplar el cielo
estrellado, meditan en la profecía de
un Mesías que debe venir a la tierra y
anhelan el advenimiento del Redentor
del mundo.
Ellos estaban preparados con la
esperanza y aguardando el momento.

Lucas 2:8, 9; El Conflicto de los Siglos, pág. 361


No temáis; porque he aquí os doy
nuevas de gran gozo, que será para
todo el pueblo: QUE OS HA NACIDO
HOY, EN LA CIUDAD DE DAVID, UN
SALVADOR, QUE ES CRISTO EL
SEÑOR.
Aparece el ángel del Señor
proclamando las buenas nuevas de
gran gozo. La gloria celestial
inunda la llanura, una compañía
innumerable de ángeles aparece,
una multitud de voces entonan el
cántico que todas las legiones de
los rescatados cantarán un día:
‘¡Gloria en las alturas a Dios, y
sobre la tierra paz; entre los
hombres buena voluntad!’.

Lucas 2:10, 11; El Conflicto de los Siglos, pág. 361


Un hombre llamado SIMEÓN, y este
hombre, justo y piadoso, esperaba la
consolación de Israel; y el Espíritu Santo
estaba sobre él. Y le había sido revelado
por el Espíritu Santo, que no vería la
muerte antes que viese al Ungido del
Señor.
Vinieron del oriente a Jerusalén unos
MAGOS, diciendo: ¿Dónde está el rey
de los judíos, que ha nacido? Porque su
estrella hemos visto en el oriente, y
venimos a adorarle. Observadores de la
naturaleza, los magos habían visto a
Dios en sus obras. Por las Escrituras
hebraicas tenían conocimiento de la
estrella que debía proceder de Jacob, y
con ardiente deseo esperaban la venida
del Salvador.

Lucas 2:25-38; Mateo 2:1, 2; Números 24:17; C.S. págs. 361, 362

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