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Regaño

Este verbo castellano proviene del latín gannio, gannire, usado para denominar el
ladrido del perro, pero también el sonido emitido por otros animales y hasta el canto de
algunas aves. Cátulo y Juvenal usaron gannire con el sentido de ‘quejarse’, ‘lamentarse’
y ‘gritar’*. Estos últimos significados están en el origen de la expresión a
regañadientes, que se aplica a ‘aquello que se hace con disgusto o repugnancia’.

En el Diccionario de la Academia se menciona regañar con el sentido de “reprender o


reconvenir”, pero también se señala como otro significado el “gruñido de un perro”. La
primera acepción tiene diversos equivalentes, tanto en España como en América, tales
como ‘reñir’, ‘reprender’, ‘rezongar’, ‘retar’ y, en Perú, ‘resondrar’. En portugués, el
verbo latino dio lugar a ganido ‘gemido del perro’.

Climax

Se incorporó al castellano a principios del siglo XIX como un término de retórica que se
aplicaba a la gradación ascendente del discurso y no necesariamente a su punto más
alto. El Diccionario de la Real Academia reconoce ambas acepciones y acepta también
el sentido de “término más alto” de esa gradación.

Proviene del latín climax, con el mismo sentido, y éste, del griego klimax, klimakos
‘escala’, ‘escalera’, también ‘gradación’, que procede, a su vez, de klinós

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