Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Paul Ehrlich (siglo XX) "Horror autotóxico": reacciones inmunitarias peligrosas (tóxicas) dirigidas
contra el mismo individuo.
Macfarlane Burnet: para evitar las reacciones autoinmunitarias, deberían perderse los clones
autorreactivos durante el desarrollo.
Los conocimientos sobre autoinmunidad han aumentado gracias al desarrollo de varios modelos de
estas enfermedades en animales y a la identificación de genes que puedan predisponer su aparición,
pero la causa de la mayoría de estas enfermedades sigue siendo oscura.
La autoinmunidad se debe a la insuficiencia o pérdida de los mecanismos que son responsables del
mantenimiento de la autotolerancia en los linfocitos T, B o ambos:
Durante su desarrollo los linfocitos pueden expresar receptores específicos para autoantígenos y
muchos de estos autoantígenos son accesibles para el sistema inmunitario.
Normalmente la tolerancia a los autoantígenos se mantiene por procesos de selección que evitan la
maduración de algunos linfocitos específicos para autoantígenos y por mecanismos que inactivan o
eliminan linfocitos autorreactivos maduros.
La pérdida de la autotolerancia puede ser consecuencia de una selección o regulación anómalas de los
linfocitos autorreactivos o de alteraciones de la presentación de autoantígenos al sistema inmunitario.
Recientemente se ha prestado gran atención a la intervención de los linfocitos T en la autoinmunidad
por 2 razones:
1.- Los Linfocitos T cooperadores reguladores claves de la respuesta inmunitaria ante las proteínas.
2.- Varias enfermedades autoinmunitarias están relacionadas con el HLA (su función consiste en
presentar Ag peptídicos a los linfocitos T.
La perdida de autotolerancia puede causar enfermedades autoinmunitaras en que las lesiones se deben a
reacciones inmunitarias de tipo celular.
Las anomalías de los linfocitos T cooperadores también puede dar lugar a la síntesis de
autoanticuerpos, ya que son necesarios para la formación de anticuerpos de afinidad elevada contra Ag
proteínicos.
Los factores principales que contribuyen al desarrollo de la autoinmunidad son la predisposición génica
y los desencadenantes ambientales:
Ambos contribuyen a la perdida de la autotolerancia. Los factores ambientales (infecciones) favorecen
la migración a los tejidos y activación de los linfocitos T autorreactivos, con la consiguiente lesión
hística. Las infecciones y las lesiones de los tejidos pueden alterar la presentación de los autoantígenos
al sistema inmunitario lo que origina u a perdida de la autotolerancia.
Las enfermedades autoinmunes pueden ser sistémicas o específicas de órganos: ej: formacion de
inmunocomplejos AutoAgIg producen enfermedades sistémicas como el LES. Los autoanticuerpos o
las respuestas de linfocitos T frente a autoantígenos de distribución tisular restringida producen
enfermedades específicas de órganos: miastenia gravís, Diabetes mellitus tipo 2 y esclerosis múltiple.
Varios mecanismos efectores son responsables de la lesión de los tejidos en las distintas enfermedades
autoinmunitarias: incluyendo inmunocomplejos, autoanticuerpos circulantes y linfocitos T
autorreactivos.
Propagación del epitopo: las reacciones autoinmunitarias iniciadas contra un Ag propio puede provocar
lesiones hísticas, con formación y liberación de otros Ag, activación de linfocitos específicos para estos
Ag y exacerbación de la enfermedad. Por eso estas enfermedades suelen ser crónicas y a menudo
progresiva.
Entre los genes relacionados con la autoinmunidad, las asociaciones más intensas son a genes del HLA
II:
Tabla18-5