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Desde la cima del monte de

las bienaventuranzas
Siguiendo el sermón de la Montaña se va al
fondo: El amor y confianza absoluta en
Dios es la preocupación central del discípulo
Se usan unas metáforas de la
naturaleza para expresar una idea
central sobre el sentido de la vida
humana
Así Jesús plantea la disyuntiva de fondo:
Los medios de vida son necesarios pero no
absolutos. No se pueden anteponer a las
personas. El único absoluto es Dios.
Es una invitación a buscar lo
fundamental en esta vida.
Vivir con sentido dando a cada
cosa la importancia que tiene.
Jesús muestra que la codicia, la
ansiedad, la ambición, la prepotencia,
el afán de poder no son el camino de
la felicidad.
Lo que hace feliz al ser humano es
el respeto de sí mismo y de los
demás, practicar la solidaridad y el
amor poniendose en las manos de
Dios.
En el fondo es la libertad frente a las
cosas ¿Soy libre frente al dinero y los
bienes materiales? ¿Qué me agobia?
No se trata de una pasividad ingenua. Es
una invitación a confiar plenamente en Dios
y activamente colaborar en el proyecto del
Reino, una humanidad más solidaria, más
justa, más de todos.
Seguir a Jesús es una óptica distinta
en la vida. La riqueza y el éxito no
consisten en atesorar y triunfar, sino
en compartir y servir.
Cada día es un regalo en el que puedo
vivir lo más humanamente posible, a
sembrar y construir los valores del
Reino
Señor
cada día, cada noche,
llamas a nuestra puerta
para despertarnos a la realidad sin agobios
Al vernos preocupados, y obsesionados,
nos hablas de la providencia del Padre
con un lenguaje que rompe
nuestros esquemas de vida.
Lo fundamental es la vida
y el amor que de ti recibimos gratis.

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