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Mundos Urbanos
Roberto Laserna
Rolando Morales Anaya
Gonzalo Gómez
Cuaderno De Futuro 9
La Paz – Bolivia
2000
Primera Parte
Segunda Parte
Tercera Parte
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PRIMERA PARTE_________________________________________________
Roberto Laserna
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Índice
1. Presentación
2. La urbanización en Bolivia
1. Presentación
Una proporción muy importante de la población boliviana vive en ciudades pequeñas
e intermedias, es decir, vive concentrada en aglomeraciones que carecen de la
capacidad de presión de las ciudades grandes y su visibilidad se pierde en las
estadísticas sobre pobreza que llaman más la atención hacia la población rural
dispersa. Los pobladores de estas ciudades son una suerte de clase media en la
geografía social boliviana. Tienen menos oportunidades que los habitantes de las
grandes ciudades, pero sus posibilidades de disponer de recursos materiales para
una vida confortable son mayores que las del pequeño agricultor, o del habitante de
los bosques, las llanuras y el chaco rural. Sus necesidades no alcanzan a
incorporarse en la agenda nacional de prioridades y por eso tampoco se los toma
muy en cuenta cuando se indagan los escenarios de mayor potencialidad para el
desarrollo.
Un informe de desarrollo humano no estaría completo si no planteara una reflexión
analítica sobre esta problemática. No sólo porque ella interesa de manera directa a
esa significativa parte de la población, sino porque su suerte determina también la
del conjunto del país.
En este documento se intenta llamar la atención sobre la situación de las ciudades
pequeñas e intermedias en el crecimiento de las ciudades y de la estructura urbana
que éste genera, para luego plantear un análisis del tema central del informe, el de
las aspiraciones de desarrollo humano a partir de una reflexión conceptual que
propone redefinir la pobreza como resultado de la relación entre aspiraciones y
recursos.
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2. La urbanización en Bolivia
La concentración demográfica y el crecimiento de las ciudades son relativamente
recientes en Bolivia, y están directamente asociados a las transformaciones
estructurales de la segunda mitad de este siglo.
Tomando en cuenta los datos censales de 1900 a 1976 reelaborados por Maletta
(1980), y la información estadística más reciente, podemos aproximarnos al análisis
de la urbanización a través de la información sobre la fuerza de trabajo masculina 1.
Lo primero que se observa es la gran diferencia existente entre la primera y la
segunda mitades del siglo. Mientras entre 1900 y 1950, la Población
1
De manera muy simple aquí entendemos urbanización como el proceso por el cual una creciente proporción
de la población vive en espacios concentrados y en base a actividades que no están relacionadas al control
directo y la explotación primaria de recursos naturales. La opción de utilizar los datos sobre fuerza de trabajo
masculina planteada por Maletta no fue ideológica sino metodológica. Lo que buscaba era estimar tasas de
crecimiento sobre bases empíricamente confiables y comparables, y encontró que tanto en el censo de 1900
como en el de 1950 la participación femenina había sido gravemente distorsionada en la recolección de los
datos, que había sido además muy imperfecta para captar la población infantil, de modo que las estadísticas de
población total contenían errores muy gruesos. Por eso utilizó la variable masculina como aproximación al total.
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• La diferenciación campesina.
• La descampesinización.
agropecuarias, pero implica sobre todo el surgimiento del mercado más importante
para el desarrollo capitalista: el mercado de fuerza de trabajo.
“Esta situación es clave para entender cómo la urbanización alude también al
desarrollo del capital. En la ciudad, el individuo, disociado de una fuente proveedora
de alimentos esenciales, se enfrenta a la necesidad de producir mercancías o
vender su fuerza de trabajo si desea sobrevivir. La ciudad es, básicamente, un
mercado donde perece el que no intercambia”, señalamos en otra oportunidad
(Laserna 1984:106), añadiendo que “la migración hacia la ciudad es, por eso, un
escape hacia adelante que enfrenta e incorpora a los hombres al circuito mercantil”.
Desde esta perspectiva, no es difícil entender el origen de las diferencias en el ritmo
de la urbanización antes y después de 1952.
De una tajante división entre el campo y la ciudad, cuyas relaciones eran controladas
desde un sistema de hacienda estancado y tradicional, se pasó rápidamente a una
dinámica de mutua interpenetración en la que desde la ciudad se divulgaban nuevos
patrones de comportamiento en el consumo y la producción, y desde el campo, la
población avanzaba hacia la redefinición de normas y principios tradicionales de
relacionamiento social. El campo se fue urbanizando y la ciudad se fue ruralizando.
De ambas caras del proceso, sin duda la última es la más importante. Con una
industrialización incipiente y lenta, la urbanización no ha significado el fortalecimiento
de la capacidad productiva en la ciudad. Por lo menos, no en la misma dimensión
con que ha aumentado la capacidad productiva rural, sobre todo si además de la
agricultura se reconoce como rural la explotación de los recursos naturales, mineros
e hidrocarburíferos, cuya exportación sustentó la expansión del comercio exterior, en
cuyo aprovechamiento se sustentó gran parte de la dinámica económica urbana.
Así, puede afirmarse que en Bolivia, la urbanización se ha basado en los sectores
productivos no urbanos, lo que expresa, en consecuencia, la expansión del mercado
de consumo antes que un proceso de modernización y expansión del sistema
productivo.
A pesar de la lenta incorporación de tecnología en el agro, de la parcelación
minifundiaria de la tierra, de la escasez de políticas de apoyo a la agricultura, del
bajo nivel de inversiones en infraestructura productiva en las áreas rurales, éstas han
dado sostén a la urbanización al aumentar la producción de alimentos y bienes de
exportación, al transferir excedentes a través del comercio y al proveer de fuerza de
trabajo barata a las actividades urbanas. Para mencionar sólo una cifra, un estudio
de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) calculó que entre 1950 y
1972, el sector agrícola había perdido cerca del 35% de su poder adquisitivo frente
al resto de la economía debido al ritmo desigual de crecimiento de los precios, lo
que significa que una importante parte del valor de la producción agrícola ha sido
continuamente transferida a las ciudades (1982; 120 y ss). Además de la agricultura,
la urbanización se ha sostenido en las actividades extractivas (minería y petróleo) y,
más recientemente, en el endeudamiento y la cooperación externos.
En nuestro caso, ciudad-modernización-consumo son elementos estrechamente
relacionados y deben ser tomados en cuenta para comprender por qué la
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urbanización en Bolivia, es, al mismo tiempo, muy dinámica y frágil. Esto último está
definido por el hecho de que la gente que migra no supera sus problemas, sino que
los cambia, modificando las características de la pobreza y las condiciones de
vulnerabilidad.
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sino que ha redefinido las jerarquías urbanas y ha creado nuevos pueblos en las
áreas rurales.
Como lo confirma el cuadro 5, la urbanización no sólo se ha producido por el
crecimiento de las grandes ciudades, sino también por la expansión del sistema
urbano. Tomando en cuenta sólo a los centros poblados de más de 3.500 habitantes,
su número aumentó de 50 a 69 en el periodo intercensal y como se mencionó, varios
de ellos tuvieron tasas de crecimiento muy superiores al promedio urbano nacional.
Por ejemplo Sacaba, Yacuiba y Santa Ana de Yacuma, por citar sólo algunos
ejemplos distantes entre sí, tuvieron tasas mayores el seis por ciento acumulativo
anual durante todo el período comprendido entre 1976 y 1992.Como se mencionó
antes, este sistema se extiende en el entorno del eje troncal, pero incluye también a
poblaciones de frontera interna e internacional.
De aquí también podemos deducir una característica fundamental de la urbanización
boliviana. Si bien ha aumentado la importancia de las ciudades que son núcleos
regionales y nacionales, la tendencia no ha sido a la concentración espacial en una
sola ciudad, sino a la formación de una red urbana asentada sobre el eje situado
entre La Paz y Santa Cruz, en torno al cual se ha ido formando un sistema de centros
estrechamente relacionados entre sí y con las áreas rurales inmediatas. Este es un
rasgo que marca la diferencia con los procesos de urbanización en otros países del
Tercer Mundo, en los que se percibe una suerte de “macrocefalismo” y formación de
megalópolis.
Con todo, es innegable que la urbanización se desarrolla sobre todo mediante la
concentración poblacional en los centros urbanos grandes. Sólo los cuatro centros
mayores (La Paz, El Alto, Santa Cruz y Cochabamba) representan casi el 60% de
toda la población urbana del país y más de un tercio de la población nacional. En
1992 existían sólo 37 centros con una población entre 5 y 20 mil habitantes, en las
que residía menos del 10% de la población urbana del país (ver cuadro 6).
En el cuadro 7 destaca el hecho de que en el eje central, donde están las cuatro
grandes ciudades del país, no sólo se concentra la población, sino también los
centros poblados. Santa Cruz tiene 33 ciudades, cantidad igual a la de La Paz y
Cochabamba juntas, entre las que se destacan los casos del Beni, con 12 ciudades,
y Pando, que no tiene ninguna fuera de la capital Cobija.
En cuanto a la concentración urbana, vale la pena comparar nuestro caso con el de
otros países latinoamericanos. Ya en los años 60, Chile, por ejemplo, tenía una
elevada primacía urbana. Su ciudad más grande, Santiago, era 5.18 veces más
grande que la segunda, Viña-Valparaíso, y ésta, 3.18 veces más grande que la
tercera. Actualmente, el índice de primacía de Santiago sobre la segunda ciudad es
más de 10 veces. En el caso de México, en los años 50, la primacía llegaba a 7.15
veces. Después se redujo debido al crecimiento de Guadalajara a 4.8 veces. En
Colombia, que tiene una estructura equilibrada con cuatro grandes ciudades
(Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla), la primacía bogotana es de más de 3 veces. Y
en Argentina, Buenos Aires tiene todavía una primacía urbana absoluta, con un índice
de más de 8 veces sobre Córdoba, la segunda ciudad del país. Esto no ha ocurrido
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2
Los datos de primacía vienen de Friedmann 1976 p. 105 y de Hábitat 1996, cuadro 3.
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urbana y rural se ha hecho mucho mayor. En efecto, entre 1976 y 1992, la población
rural es prácticamente la misma, lo que quiere decir que las ciudades absorben a
una cantidad de gente equivalente a todos los que nacen en ellas y también en el
área rural. Para el año 2000 se estima que dos tercios de la población vivirá en las
ciudades y sólo un tercio en el campo.
Al comparar las proporciones de mujeres y hombres en ambas áreas se encuentra
una tendencia notable que debería ser investigada en mayor profundidad: es común
que la proporción de mujeres sea mayor a la de hombres y así ocurre en el país. Sin
embargo, al desagregar los datos por ubicación, la proporción de mujeres en la
población urbana es ligeramente mayor, y ocurre lo contrario en el área rural, donde
la proporción de mujeres es inferior no sólo al correspondiente dato nacional, sino a
la proporción de varones. La proyección para el año 2000 señala, por ejemplo, que
habrá casi 52 varones por cada 48 mujeres. Esto es sorprendente pues los modelos
generalmente aceptados de la migración indican que ésta se inicia con el viaje de
los varones y por ello se considera normal que en las áreas de expulsión migratoria
aumente la proporción femenina de la población. Pero aquí ocurre lo contrario, lo cual
sugiere que la mujer tiende a ser una protagonista cada vez más importante de la
migración rural-urbana. Y esto es fundamental, porque podría estar indicando un
cambio cualitativo muy importante en la naturaleza de la migración, lo cual exige sin
duda investigar con mayor profundidad y detalle la información existente al respecto
y, en su caso, obtener información adicional.
En cuanto a la relación entre campo y ciudad pueden plantearse ya algunas
hipótesis. La información presentada en el apartado anterior ya permite apreciar la
diversidad regional de las relaciones entre lo urbano y lo rural en Bolivia. De hecho,
la primacía urbana es un rasgo que destaca la posibilidad de que existan profundas
desigualdades entre el campo y la ciudad. La concentración poblacional en una
ciudad es el resultado de que en ella también se concentran las oportunidades de
bienestar o, por lo menos, las expectativas de la gente de acceder a ellas.
La concentración es el resultado de un sostenido proceso de migraciones que ponen
en evidencia que la gente, dispuesta al cambio y al riesgo, evalúa como
escasamente provechosa la inversión de esfuerzos en su lugar de origen y opta por
realizar dicha inversión en otro lugar, en este caso, en la ciudad. Así, no es de
extrañar que la desigualdad urbano-rural tenga estrecha correspondencia con el
grado de primacía urbana, y es más profunda cuanto más elevado sea ese índice,
como en el caso de La Paz, y menos mientras más bajo sea el índice, como ocurre
en Beni, Pando, Tarija y Potosí. Con ello no se afirma que en los últimos casos la
situación sea mejor, sino que es más igualitaria. Se trata, por cierto, de una
homogeneidad relativa y en la escasez.
Por otro lado, es importante señalar que la desigualdad no implica distancia. Al
contrario, parece ocurrir que la mayor interpenetración urbano-rural regional se da en
las regiones más desiguales o donde la primacía es mayor. Basta recordar que la
primacía es resultado de la migración y que ésta establece los más importantes
flujos de vinculación entre espacios diferentes. Pero además, todo parece indicar
que la relativa homogeneidad de algunas regiones revela la existencia de un
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estos centros, como lo veremos después, especialmente cuando ellos tienen rango
de sección provincial y son, por lo tanto, sedes de los gobiernos municipales.
En síntesis, en los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda de 1992
encontramos alrededor de 123 centros urbanos con más de dos mil habitantes. El
censo de 1976 había encontrado a 100 centros poblados en ese mismo rango.
Aunque la mayor parte estaba en la zona tradicional andina, el porcentaje más alto
por departamento correspondió a Santa Cruz, cuyas ciudades, tomadas en conjunto,
albergan a casi un tercio de la población urbana del país.
Sin embargo, la mayor concentración urbana sigue estando en la conurbación La
Paz-El Alto, que juntas tienen el 27% de la población urbana del país. Como se vio
antes, la región tiene, además, un índice de primacía muy elevado en comparación
con otras regiones del país. La metrópoli paceña es más de 50 veces más grande
que la segunda ciudad en importancia (Viacha).
En la región de Cochabamba se observa mayor equilibrio espacial, pues la
proporción de centros urbanos (15%) es muy similar a la de población registrada en
los mismos (14.13%), y aunque el índice de primacía es elevado (alrededor de 10
entre los dos primeros centros), se reduce significativamente si se toma como base
los tres más grandes.
Los casos de Potosí y Oruro son interesantes, porque aunque tienen muchos de los
centros poblados con más de dos mil habitantes, albergan proporciones
comparativamente inferiores de población, si se observan también bajos índices de
primacía. Naturalmente, esto se debe a las características de la actividad minera que
requiere concentrar población en los diversos lugares de explotación de dichos
recursos naturales. Por ese mismo hecho, y debido a la crisis de la minería
tradicional, muchas de esas ciudades se han convertido en expulsoras netas de
población y quien se queda se enfrenta a oportunidades económicas cada ve más
limitadas y precarias.
La estructura urbana del oriente también muestra cierto equilibrio, pues a diferencia
del área occidental, con pocas ciudades grandes y una significativa población
dispersa (tales son los casos de Chuquisaca y La Paz), la población en Beni y
Pando se distribuye en varias ciudades de tamaño pequeño. Sin embargo se trata
de una red relativamente débil por sus escasos flujos debido a las dificultades de
comunicación entre ellas, aunque tienen a su favor el hecho de que son ciudades que
viven estrechamente vinculadas a su entorno rural inmediato donde predominan
actividades ganaderas y, en algunos casos, extractivas (castaña, goma, etc.).
Como habíamos señalado antes, el sistema urbano boliviano no presenta grados de
concentración comparativamente elevados, sino que se extiende a lo largo de un eje
de cerca de mil kilómetros de longitud que va de Este (Santa Cruz) a Oeste (La Paz),
y se encuentra conectado mediante vías camineras entre sí formando una red urbana
relativamente extensa.
Naturalmente hay que tomar en cuenta las dimensiones del país que, como se sabe,
es uno de los que tiene menor densidad poblacional en el continente y, por su difícil
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topografía y la crónica escasez de recursos, es uno en los que más costosa resulta la
inversión en infraestructura de transporte. Bolivia es un país donde los problemas de
integración nacional siguen siendo sobre todo territoriales, geográficos y materiales.
Como se vio antes, la población urbana crece a una tasa superior al 4% anual. Son
varias las ciudades con un ritmo de crecimiento incluso mayor, sobresaliendo el caso
de El Alto que en el período intercensal alcanzó un ritmo superior al 9% anual. Le
siguen Santa Cruz (6.5%), Tarija (5.39%) y Cochabamba (4.22%), todas por encima
del promedio nacional.
Entre las ciudades que no son capitales de departamento, hay muchas que también
tienen un ritmo de crecimiento muy acelerado (ver cuadro 8). Tales son los casos de
Sacaba (12.35%), Quillacollo (6.27%) y Colcapirhua en el entorno de Cochabamba,
de Montero (4.39%), Warnes (5.98%) y Cotoca en las cercanías de Santa Cruz.
Fuera de esas ciudades intermedias, que de alguna manera comparten el
dinamismo de sus capitales cercanas, hay muchas más que alcanzaron ritmos
superiores al promedio. Entre ellas están Santa Ana de Yacuma (6.42%), San Borja
(5.69%) y San Ignacio de Velasco (5.11%) en los llanos del Beni y Santa Cruz. Con
tasas ligeramente inferiores al promedio, se ubican varias ciudades en el occidente
andino, como Tupiza (4.03%), Viacha (4.19%) y Villazón (4.04%).
Un caso especial lo conforman las ciudades de frontera que, seguramente
fortalecidas por la expansión del comercio internacional, han crecido también a
ritmos más elevados que el promedio. Entre ellas se cuenta la misma Cobija (6.5%),
capital de Pando, pero incluye a Riberalta (5.91%) y Guayaramerin (5.09%), en el
Beni; Puerto Suárez (5.4%) en Santa Cruz, Yacuiba (6.8%) en Tarija y Caracollo en el
nuevo camino que sale hacia Chile.
Junto a ellas, el sistema urbano se completa con numerosas ciudades pequeñas,
algunas de población estable como Aiquile, Vallegrande y La Bélgica, y otras que
abandonaron su condición de pueblos rurales entre ambos censos, como
Challapata, Mineros, Yapacaní, Villa Tunari y Caranavi.
Si bien las grandes ciudades han absorbido la mayor parte del crecimiento urbano
del país, afirmando su primacía, el sistema urbano se ha expandido con el dinámico
crecimiento de varias ciudades intermedias y pequeñas a lo largo y ancho del país.
El oriente sigue ejerciendo un gran atractivo sobre la población migrante, pero en el
occidente se encuentran también ciudades grandes, medianas y pequeñas que
crecen a ritmos elevados.
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Materiales Necesidades
- tierra y rr nn consensuadas
- herram. como mínimas
- tecnología (social e histórica
- insumos mente def.)
SUJETO
No mater. Expectativas y
- lazos soc. aspiraciones
- experiencia cultural e indivi-
- pertenencia vulnerable dualmente def.
- vínculos
RECURSOS CONSUMOS
carencia
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cuando esos datos se cruzan con los índices de desarrollo humano, por ejemplo, o
con los de necesidades básicas insatisfechas, se encuentra que prácticamente no
hay correlación. El promedio de Anzaldo, Tarabuco, Charagua y Boyuive por ejemplo
es de "conformidad", pero los IDH de esas localidades son extremadamente bajos.
En contraste, los IDH y las oportunidades de empleo en poblaciones como Puerto
Pérez, Mineros y Caracollo son bastante más elevados que los anteriores, pero
también son más altos los niveles de insatisfacción, de acuerdo a lo que testimonian
las élites locales.
Tomando en consideración estas situaciones, podemos plantear una aproximación
tipológica a las ciudades pequeñas e intermedias de modo que tambiém sea
posible considerar sus potencialidades de desarrollo humano.
Para la discusión planteamos los siguientes tipos preliminares de ciudades
pequeñas e intermedias:
resolver esa situación, por lo que esas ciudades suelen caracterizarse también por
su bajo grado de conflictividad. En estos casos la insatisfacción no se canaliza en
acciones colectivas, sino más bien en lógicas individuales justamente vinculadas a
las posibilidades mercantiles que la misma ciudad-frontera ofrece, y que con
frecuencia también cumple.
más notables son posiblemente los de las ciudades de los valles cochabambinos,
como Punata, Cliza, Colomi, Capinota, pero también se los encuentra en las zonas
rurales tradicionales de La Paz, como Achacachi y Laja; de Chuquisaca, como
Monteagudo y Tarabuco, y de Tarija.
Probablemente uno de los rasgos característicos más notables de estas ciudades es
su bajo nivel de conflictividad a pesar de que las condiciones de vida en ellas
enfrentan considerables limitaciones materiales. Ello se debe a que, en general, la
gente tiene aspiraciones y expectativas reducidas o, si se quiere, más consistentes
con las posibilidades de su entorno.
Por otro lado, si las aspiraciones son elevadas, pero los recursos escasos, el
potencial de DH será en general bajo y tenderá a la conflictividad, si es que la
población no encuentra vías de escape o salidas individuales, como la migración.
Sólo si las aspiraciones son altas y la sociedad local dispone de recursos, el
potencial de DH podrá considerarse elevado.
En este marco, el potencial de desarrollo humano, salvo excepciones, puede
considerarse bajo en las ciudades pequeñas e intermedias. Esto, obviamente, esto
no niega que muchas de ellas ofrezcan a sus habitantes una calidad de vida mucho
más elevada de la que parecen registrar sus indicadores estadísticos, habitualmente
construidos desde una perspectiva que no consulta la medida en que se encuentran
satisfechas las aspiraciones de la gente.
El desarrollo, que es sobre todo un proceso de cambio cultural, de redefinición de
expectativas, no siempre puede ser valorado de manera absoluta como
habitualmente lo hacemos.
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Bibliografía
Calderón Fernando y Alberto Rivera
1985a La Mina Urbana. Ed. Ceres, Cochabamba.
1985b La Cancha, Ed. Ceres, Cochabamba
CEPAL (Comisión Económica para América Latina)
1982 Campesinado y Desarrollo agrícola. Ed. División Agrícola de la
CEPAL, Santiago.
Friedmann John
1976 Urbanización, Planificación y Desarrollo nacional. Ed. Diana, México
Habitat
1996 An Urbanizing World. Global Report on Human Settlements 1996.
United Nations Centre for Human Settlements, Nairobi
INE (Instituto Nacional de Estadística)
1993 Anuario Estadístico 1993. La Paz.
1996 Anuario Estadístico 1996. La Paz.
1997 Encuesta Nacional de Empleo III. La Paz.
Laserna Roberto
1984 Espacio y Sociedad regional. Ed. Ceres, Cochabamba.
Maletta Héctor
1980 "La Fuerza de Trabajo en Bolivia 1900-1976". (mimeo) Min. de
Trabajo, La Paz.
Nápoli Beatriz
1980 "Problemas de Población y Desarrollo en la Formación social
boliviana". (mimeo) Ceres, La Paz.
Schoop Wolfgang
1981 Ciudades bolivianas. Ed. Los Amigos del Libro, Cochabamba.
UDAPSO (Unidad de Análisis de Política Social)
1993 Mapa de Pobreza. Una guía para la Acción social. La Paz.
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SEGUNDA PARTE_________________________________________________
4
El autor es economista. Se desempeña como Director de CIESS-Econométrica y docente en la Universidad
Andina Simón Bolívar (UASB), La Paz.
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Índice
Introducción
El ciclo de vida
Vulnerabilidad social
Perspectivas
Bibliografía
ANEXO (Cuadros)
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Introducción
Las Unidades Económicas de Pequeña Escala (UEPES) son el objeto del presente
estudio. En el caso de Bolivia, se las asimila al Sector Informal Urbano (SIU)
conformado por los trabajadores por cuenta propia.
Entre los años 60 y 70, el SIU fue estudiado ampliamente. La mayor parte de las
investigaciones partía del supuesto de que el SIU era el resultado de la incapacidad
del sector asalariado de proporcionar suficientes empleos. De esa manera fue
considerado como un sector marginal o residual de este último. Entre los trabajos de
los años 80, se encuentran los de Mezera J., Carbonetto D., Maldonado (ver
bibliografía) y, en forma subyacente a ellos, el pensamiento de Prebisch y Aníbal
Pinto. Ellos llamaron la atención sobre la persistencia en el tiempo del llamado sector
informal, atribuyéndola a lo que llamaron excedente estructural. Con ello alejaron el
supuesto de que su existencia estaba ligada a las fluctuaciones de la economía y el
mercado laboral. De esa manera, introdujeron el concepto de la segmentación del
mercado laboral, basada en las diferencias en la acumulación de capital y progreso
técnico, y apoyaron la verosimilitud de sus supuestos en observaciones realizadas
en la época de diferencias importantes en las remuneraciones laborales entre los
sectores formal e informal.
En los años 90 del siglo XX, resurgió el interés por el estudio del sector informal
como consecuencia de dos grandes eventos:
• Aquella que retoma las principales directrices y resultados de los estudios de los
años 60 y 70, renovándolos y modernizándolos.
El estudio realizado por Norman V. Loayza para el Banco Mundial denominado The
Economics of the Informal Sector: A Simple Model and Some Empirical Evidence
from Latin America (1997), es representativo de la primera tendencia. Según este
estudio:
• El sector formal del empleo ofrece incentivos a los trabajadores que el sector
informal no los tiene, como por ejemplo, mejores salarios, seguridad social,
vacaciones, jubilaciones y protección dentro del marco de las regulaciones
laborales y de la acción de gremios y sindicatos (ver también Ozorio et al). Estos
incentivos llevan a suponer que todos los trabajadores desean insertarse en el
sector formal y que su estadía en el sector informal es considerada por ellos sólo
como transitoria (hipótesis de la cola de espera ).
• El tamaño del sector informal varía en forma procíclica con relación a la evolución
de la economía.
• Muchas empresas formales, afectadas por la competencia cada vez más grande
introducida por la globalización, contratan trabajadores al margen de las
disposiciones legales para disminuir sus costos de producción. Estos entran en
la categoría de trabajadores informales asalariados y trabajadores con contratos
temporales (que en los hechos son cuasi-permanentes) haciendo parte del
mismo mercado laboral que los trabajadores formales.
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Del razonamiento anterior resulta que el sector informal no puede ser analizado
como un segmento residual del sector formal. Su existencia está asociada a una
etapa del desarrollo donde la demanda de bienes y servicios de baja tecnología aún
es importante.. En la incapacidad de absorber tecnología moderna a bajo costo, el
sector formal tiene dificultades para crecer por la competencia externa y busca
compartir algunos nichos de mercado con el sector informal.
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El 54.6 por ciento de los trabajadores por cuenta propia son mujeres (cuadro 2) ,
este porcentaje es más elevado que el presente en las otras categorías laborales,
con excepción del grupo de empleados del hogar (98.3 por ciento). Entre todas las
mujeres que trabajan, el 64.5 por ciento está inserto en el sector informal (cuadro 3).
Por otra parte (cuadro 4), el 86.8 por ciento de las mujeres insertas en este sector
son jefes de hogar (26.1 por ciento) o esposas (60.7 por ciento). Se puede emitir la
hipótesis de que la elevada participación de las mujeres en el sector informal está
asociada a la posibilidad de ejecutar actividades remuneradas y otras asociadas a
las tareas del hogar y al cuidado de niños menores en los mismos intervalos de
tiempo.
Las personas con identificación con pueblos indígenas y bajo nivel educativo tienen
más dificultad que el resto para insertarse en el sector formal del empleo por
discriminaciones de carácter étnico (ver más adelante) o por el hecho de que el
sector formal requiere normalmente de trabajadores educados. Si son mujeres, el
problema se vuelve más grande por la discriminación de género en el mercado
laboral y en los procesos educativos. Ello obliga a las personas que se encuentran
en estas situaciones a identificar nichos de mercado, donde las habilidades que
tengan sean suficientes para satisfacer la demanda.
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El ciclo de vida
Uno de los resultados más notables de la ECH99 fue poner en evidencia que los
ingresos laborales de los trabajadores por cuenta propia son superiores a los de
obreros, empleados y, por supuesto, al de los empleados/as domésticos, para
cualquier grado de escolaridad. La figura 2 ilustra las remuneraciones horarias de
trabajadores por cuenta propia, empleados y obreros. El hecho de que los ingresos
laborales de los trabajadores por cuenta propia sean más elevados que los vigentes
en otras categorías ocupacionales es otro de los argumentos para desechar la
hipótesis de que este sector es una suerte de rebalse de los primeros.
La información disponible sobre la edad de los trabajadores y su experiencia laboral
sugiere que los trabajadores por cuenta propia llegan a esta situación después de
haber trabajado algún tiempo en las otras categorías laborales, básicamente en las
de empleados/as domésticos, obreros y empleados.
La mediana de la edad de los trabajadores por cuenta propia es de 40 años,
bastante superior a la de los empleados/as domésticos (22 años), a la de los
obreros (28 años) y a la de los empleados (34 años) y comparable a la de los
patrones o empleadores (41 años) y a la de los profesionales independientes
(cuadro 10). En el caso de los cuenta propias, la diferencia entre la edad actual de
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El 87.2% de los trabajadores por cuenta propia trabaja en empresas insertas en los
sectores de comercio (46.0 por ciento) y servicios (31.4 por ciento) y el 12.6 en la
industria.
• Transporte por vía terrestre (11.03 por ciento), principalmente transporte regular
de pasajeros (7.77 por ciento).
Obsérvese, sin embargo, que este sector puede competir con el sector formal, y en
los hechos lo hace, en actividades manufactureras, el comercio y los transportes.
Muchos pequeños establecimientos se dedican a la producción de prendas de vestir
con las ventajas siguientes con comparación con el sector formal:
a) Fabricación a medida.
b) Maquila 5.
c) Plagio de marcas de prestigio del exterior.
d) Exportación en pequeña escala a los países vecinos con bajos costos de
transporte
e) Organización familiar del trabajo.
Hasta hace pocos años, casi todo el comercio minorista se encontraba en manos del
sector informal. Sólo en la década de los 80, surgieron empresas medianamente
grandes en este ramo. Estas compiten con los comerciantes informales en todos los
rubros de producción y consumo, y ofrecen precios más o menos similares. Sin
embargo, todavía, en algunos rubros, predomina el sector informal, como, por
ejemplo, en el de comercio de legumbres, verduras y frutas, quizás porque sus
miembros tienen la ventaja de mantener relaciones de integración vertical con los
productores y compartir su lengua y cultura.
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Con mucha frecuencia se supone que el mercado informal del empleo escapa a las
regulaciones del mercado formal, y que la aplicabilidad está basada en contratos
laborales. Sin embargo, en los sectores de asalariados de Bolivia, menos de la
mitad trabaja en condiciones protegidas por un contrato. La situación en este campo
es particularmente delicada en el sector de trabajadores domésticos, donde el 73.7
por ciento está desprotegido. Si bien nadie tiene contrato laboral en el sector
informal, la asimetría planteada con los trabajadores formales que se supone sí
tienen uno que les proporciona una cierta protección, es menor de lo que
generalmente se piensa.
También se menciona que los trabajadores del sector informal sobreviven en la
competencia con el sector formal en virtud de la sobre-explotación de la mano de
obra propia y ajena. Empíricamente, esta hipótesis puede aceptarse o rechazarse al
describir el número de horas trabajadas en promedio en cada sector y las
remuneraciones laborales por hora.
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El cuadro 15 muestra que la mediana del número de horas trabajadas por los
cuentapropistas llega a 48, lo que implica una media de 8 horas por día durante seis
días laborales. Este valor se aproxima al número de horas trabajadas en muchos
lugares del mundo en diferentes ocupaciones. En el caso de Bolivia, es igual a la
media de los obreros y de los patrones o empleadores y un poco superior a la de los
empleados y profesionales independientes (ver también figura 4).
A su vez, el cuadro 16 muestra que la mediana de la remuneración horaria percibida
por los trabajadores por cuenta propia es superior a la de los obreros, empleados y
muy superior a la de los empleados/as del hogar. Sin embargo, es menos de la
mitad de la remuneración percibida por los patrones y profesionales independientes.
Los otros estadísticos que figuran en el cuadro 16, confirman la situación de ventaja
de los trabajadores por cuenta propia con relación a otras categorías ocupacionales.
Las dos observaciones precedentes tienden a invalidar la hipótesis de una sobre-
explotación de la mano de obra en el sector informal. También es interesante
observar que en el conjunto de trabajadores, los cuentapropistas son los que más
manifiestan su disposición a trabajar un mayor número de horas (31 por ciento;
cuadro 17). Además de contribuir a rechazar la hipótesis de sobre-explotación de la
mano de obra, ello sugiere algún grado de sub-utilización de la mano de obra en el
sector.
Finalmente cabe recordar que la teoría económica señala que en mercados
laborales perfectos, la diferencia en las remuneraciones refleja la diferencia en los
rendimientos laborales. A pesar de que esta hipótesis es muy difícil de aceptar, si tal
fuese el caso, la diferencia positiva entre las remuneraciones de los trabajadores por
cuenta propia y la de otras categorías ocupacionales como los obreros, empleados y
empleados del hogar (cuadro 16) estaría reflejando mayores rendimientos laborales
en el sector informal.
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Vulnerabilidad social
beneficia a las mujeres (cuadro 21). En el caso de los trabajadores por cuenta
propia, la diferencia de ingresos entre afiliados a un sindicato o gremio y los que no
lo están, es positiva, pero menor a la de las otras categorías laborales.
Cuando Meloney señala que el tamaño del sector informal no es un buen indicador
de las imperfecciones del mercado laboral, se refiere a las que están originadas en
las regulaciones legales y en el accionar de los sindicatos. Sin embargo, existen
también otras imperfecciones que poco o nada tienen que ver con estas causas. En
el caso de Bolivia, el mal funcionamiento del mercado laboral está asociado a la
insuficiente oferta de empleos. En cualquier mercado, normalmente cuando la oferta
es inferior a la demanda, emergen mecanismos extra-económicos para la
asignación de las unidades disponibles por la oferta.
Ho Mujeres Total
mbr
es
Ocupados 11.7 11.0 11.4
Desocupados 12.8 12.1 12.4
Inactivos 13.4 10.1 10.9
Total 12.0 10.6 11.3
Fuente: ECH99, tabulación especial de CIESS-Econométrica SRL
Es interesante señalar que las tasas de desempleo por grupos étnicos y niveles
educativos muestran una situación menos vulnerable para las poblaciones quechua y
aymara. Ello puede estar inserto en una estrategia laboral de evitar la discriminación
en el mercado formal, aprovechando la posesión de algún grado de integración
vertical con la agropecuaria y la segmentación de los mercados de consumo.
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Perspectivas
Mirando hacia el futuro, las interrogantes abiertas sobre este proceso son
principalmente:
Por las razones anotadas, en las primeras etapas de este proceso, muchos
trabajadores continuarán en el sector informal y otros se incorporarán en él, es decir,
que el tamaño de este sector aumentará. Sin embargo, una vez iniciada la
adaptación de nueva tecnología, cabe esperar la emergencia de nuevas industrias,
esta vez nacidas en el plano local, capaces de nuclear a los trabajadores en
medianas y grandes empresas. A partir de ese momento, el tamaño del sector
informal se reducirá.
Para concluir, es posible que las diferencias en el análisis actual del sector informal
con relación a los que se hacían en el pasado pueden estar originadas en el cambio
de características del mismo sector informal impulsadas por los cambios en la
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Bibliografía
Duryea S., Székely M., 1998, Labor Markets in Latin America: A supply-Side Story,
IDBR, Workin Paper 374
Hemmer H. Mannel C., 1989, On the Economic Analysis of the Urban Informal
Sector, World Development 17 (10)
Loayza N.V., 1997, The Economics of the Informal Sector: A Simple Model and
Some Empirical Evidence from Latin America, World Bank.
Lora E., Olivera M, 1998, Las Políticas macro y los Problemas del Empleo en
América Latina, IDBR, OCE.
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ANEXO (Cuadros)
Categoría del
trabajador Mean Maximum Minimum Median
Obrero 31.0 76 9 28
Empleado 34.9 98 7 34
Trab. cuenta propia 40.7 90 8 40
Patrón o socio 42.2 82 17 41
Profesional
independ 43.4 79 17 41
Trab.familiar o apre 25.6 77 7 20
Empleada(o) de
hogar 25.9 77 10 22
Fuente: ECH99, tabulación especial de CIESS-Econométrica SRL.
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TERCRA PARTE_________________________________________________
Gonzalo Gómez
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Índice
Introducción.
I. Globalización
a. Incremento de la productividad de las empresas
b. Incremento informacional y tecnológico
V. Situación nacional
a. Globalización
b. Aspiraciones y expectativas
c. Internet y computación
VII. Conclusiones
Bibliografía / Anexo
(Sitios Web y servicios consultados)
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Introducción
A primera vista parece muy fácil afirmar que si la gente tuviese mayor acceso a la
tecnología, tendría mejores condiciones de vida, pero no es tan obvio ni tan fácil,
porque la tecnología involucra el aprendizaje de las personas y la infraestructura
disponible. El presente trabajo pretende mostrar el avance que puede darse en el
desarrollo humano con ayuda de la tecnología si se toma como ejemplo a las
comunidades virtuales que se han ido formando alrededor de Internet.
Los cambios que la tecnología trae consigo no son del todo predecibles y en la
mayoría de los casos sus efectos sociales son muy grandes.
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Globalización
cuadro
Fuente: McKena Regis, Real Time (Traducción libre)
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Con el paso del tiempo esto ha cambiado y la difusión es cada vez más
rápida. Si se toma como rango de tiempo los últimos 20 años, se puede
ver que la obsolescencia de tecnología es cada vez acelerada. Por
ejemplo cuando aparecieron las primeras computadoras personales,
quedaron caducas en más o menos cinco años. Hoy día una computadora
personal que es cien veces más rápida que las primeras, queda obsoleta
en un año. Según un experto de la compañía Intel, la capacidad de las
computadoras se duplica cada dos años.
Los países del Primer Mundo vivieron lo que muchos llamaron “la
Revolución industrial”, a la que muchos países del Tercer Mundo nunca
llegaron. Entonces, ¿cómo se puede medir el progreso de todo el mundo
si hay tanta desigualdad entre los distintos países? Muchos autores han
señalado que cada país vive una etapa diferente a veces similar a la etapa
en que se encuentra la región a la que pertenece, por lo que no se podría
decir que todo el mundo está en una etapa u otra. La Revolución
tecnológica de los últimos años ha hecho que la Humanidad se sitúe al
mismo tiempo en una etapa diferente de desarrollo a la que se conoce
como la era de la información.
Es por eso que es necesario ver con detalle los cambios sociales que han
surgido a raíz del Internet en el mundo y particularmente en Bolivia.
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El sistema financiero es uno de los que más provecho saca del tiempo
real, ya que, por ejemplo, las redes de cajeros automáticos verifican cada
una de las transacciones con la base de datos de la persona que está
realizando la transacción, y todavía va más lejos, las grandes bolsas del
mundo intercambian información por Internet y por servicios de redes
privadas en tiempo real lo que hace que la toma de decisiones sea más
rápida y eficiente.
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El ser humano está cada vez más influido por grandes volúmenes de
información. Hoy en día Internet ha integrado todos los medios en uno solo.
Así, se pueden ver programas de TV, escuchar radio y leer periódicos.
Estos cambios no sólo son económicos, sino que están influyendo sobre
las relaciones humanas. De aquí derivan lo que se denomina como
comunidades virtuales, que son grupos de personas que interactúan a
través de Internet sin llegar a conocerse “cara a cara”.
6
Castells, Manuel. Materials for an exploratory theory of the network society
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Estas nuevas formas hacen que la gente del Primer y Tercer Mundo se
enfrenten a los mismos retos y tengan las mismas oportunidades, lo que le
abre muchas puertas a la gente en general.
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7
Véase, Castells, Manuel, La Era de la Información.
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La educación moderna
La transición a la democracia, la crisis del Estado-Nación, la
globalización de la economía, el impacto de las nuevas tecnologías
de la información y la crisis de las instituciones políticas son
fenómenos que obligan a redefinir el papel de la educación en la
sociedad y más específicamente, en la formación del ciudadano. El
rol de la educación en este contexto en el proceso de socialización
se hace importante, ya que la escuela puede llegar a ser la
institución socializadora del futuro y el formar a las generaciones
futuras exigirá otro diseño institucional. La educación moderna
adquiere entonces una transversabilidad para articular valores
tradicionales y modernos como la solidaridad y la creatividad; para
articular la política con la ciudadanía; y el conocimiento con la
productividad.
8
IDH 1998 Bolivia, p. 20, recuadro 3
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La sociedad informacional
Situación nacional
Globalización
Hay que formular políticas que ayuden a que la inserción sea más rápida y
mostrarle a la gente las oportunidades y amenazas que trae consigo.
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Aspiraciones y expectativas
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Internet y computación
10
IDH 1993, p. 38
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Datacom
Megalink
Zupernet
Punto informático
Cotas
Coteco
DWS
Cafés Internet o cibercafés (en varias ciudades)
Para que las zonas rurales de Bolivia tengan acceso a Internet, se tendría
que contar con una red que permita interconectar estas comunidades,
pero sólo pensar en el costo de la infraestructura en cableados y postes,
muestra que es imposible. Sin embargo, en los últimos meses muchas
empresas de telecomunicaciones han iniciado trabajos de instalación de
comunicaciones inalámbricas satelitales en varias partes del mundo, y
Bolivia no es la excepción. En Bolivia la empresa STM Wireless Inc. junto
a Clay Pacific s.r.l., ha realizados muchas instalaciones.
Este tipo de avances hace que sea posible integrar estas comunidades a
Internet, pero es necesario que se comprometan recursos económicos y
humanos para hacerlo.
En el anexo hay una lista de sitios web relacionados con Bolivia, muchos
de ellos están fuera del país, pero concentran mucha información
actualizada de las costumbres bolivianas. En estos se pueden apreciar
muestras del intercambio cultural que existe entre sus visitantes y muchas
de estas compañías ofrecen servicios interactivos.
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12
Servicio de chat en Internet, donde existen muchas comunidades virtuales.
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El intercambio cultural que va desde fútbol hasta política hace que los
bolivianos que viven dentro y fuera del país puedan sentirse más
bolivianos y que en muchos casos saquen a relucir su regionalismo.
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Centros de información
El poder que tienen estos centros es muy grande, sobre todo si pensamos
en que la información da poder a la gente.
Conclusiones
• Acortar las brechas para un desarrollo humano a largo plazo y con futuro.
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Bibliografía
www.bolivian.com
www.isc.org
www.egroups.com
Servicios de MiRC
Servicios de ICQ
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Anexo
Organizaciones Internacionales
www.kolla.net/defsoc
Viceministerio de Turismo
www.mcei-bolivia.com/turismo/turismo.htm
Viceministerio de Exportaciones
www.mcei-bolivia.com/vexport/vexport.htm
Viceministerio de Energía e Hidrocarburos
www.energía.gov.bo
Viceministerio de Inversión y Privatización
www.mcei-bolivia.com/vinvest/vip.htm
Viceministerio de Participación popular y Fortalecimiento Municipal
www.vppfm.gov.bo/
Superintendencia Agraria
www.si-a.org
Superintendencia de Electricidad
www.superele.gov.bo
Defenso del Pueblo
www.defensor-bo.net
Servicio nacional de Impuestos
www.snii.com
Instituto nacional de Estadística
www.ine.gov.bo
Corte nacional Electoral
www.bolivian.com/cne
Instituto Boliviano de Comercio exterior
www.scbbs-bo.com/ibce
oficialia Mayor de Cultura de La Paz
www.cafecult.com.bo/omc
Alcaldía municipal de Sucre
www.hamsucre.gov.bo
Medios de Comunicación
El Mundo
www.elmundo.com.bo
Fides 2001
www.fides2001.com
El Deber
www.eldeber.com.bo
Nueva Economía
www.nueva-economia.com
Los Tiempos
www.lostiempos.com
El Diario
www.eldiario.net
La Razón
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www.la-razon.com
ATB
www.atb.com.bo
La Prensa
www.laprensa-bolivia.com
Bolivian Times
www.latinwide.com/boltimes/
ABI – Agencia Boliviana de Información
www.comunica.gov.bo
ERBOL
www.megalink.com/erbol/welcome.html
Radio Panamericana
www.panamericana-bolivia.com
Radio estrella – Cochabamba
www.radioestrella.com
Entidades financieras
Cámaras
www.entelnet.bo
www.bolnet.bo
www.megalink.com
www.zuper.net
Varios
www.boliviamall.com
www.boliviaweb.com
www.bolivian.com
www.bolivia.com
www.bolivia-internet.com
www.monopol-bo.com
www.inti.com.bo
www.bolivia.co.uk
www.polonesa.com
www.proactiva.net
www.fred.net/cheeko/recetas1.htm
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