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Un lupanar en Arganzuela (I)

16 FEB 2011 12:05

Declaración de Arcadi Espada ante la información publicada en el diario El País, en el


día de hoy, bajo el titulo "Arcadi Espada lanza el bulo de que Cercas fue detenido en un
prostíbulo"

Una frase: "Exigimos una campaña legal contra quienes propagan mentiras políticas
deliberadas y las diseminan a través de la prensa". ¿Quién escribió eso? Adolf Hitler, en
1920. ¿Qué significa eso? Significa, al menos, que hay que desconfiar de los cruzados
contra el embuste, porque el énfasis en la verdad delata casi siempre al mentiroso. En el
periodismo también ocurre: nunca faltan los paladines del oficio que tratan de esconder
sus mentiras indudables denunciando las falsas mentiras de otros. El mejor lugar donde
asediar la verdad factual del presente es el periódico. ¿Quiere esto decir que hay que
exigir que todo lo que se cuenta en el periódico responde a la verdad de los hechos? A
mi juicio, no. Denunciar que Cercas no va de putas es como denunciar que los niños no
vienen de París.

Se dirá que todo esto atañe solo a una parte del periódico, a esas secciones donde, como
en las columnas o en los artículos de opinión, son admisibles ciertas licencias, y no al
resto, donde lo que debe imperar es la verdad factual; es cierto, pero añado una
reflexión a esa certeza. Si aceptamos que la historia es, como dice Raymond Carr, un
ensayo de comprensión imaginativa del pasado, quizá debamos aceptar también que el
periodismo es un ensayo de comprensión imaginativa del presente. La palabra clave es
"imaginativa".

Flaubert sostenía que hay más verdad en una escena de Shakespeare que en todo
Michelet; se refería a la verdad literaria, no a la histórica, a la verdad moral, no a la
factual, así que no diré que hay más verdad en mi columna "Gato al agua" que en todo
el periódico: solo diré que un periódico está obligado a contar la verdad factual, pero, a
menos que se rinda al chantaje de los (ilegible), no debería prescindir de contar también
la otra verdad, una verdad irónica y emancipada de la tiranía de lo literal. Por lo demás,
tampoco niego que algún lector pueda confundir las cosas y creer que Cercas es un
putero y yo un mentecato igual que no puedo negar que ha habido perturbados que,
después de ver Superman, se han tirado por la ventana convencidos de que volarían y de
que las mentiras factuales jamás pueden explicar una verdad moral.

Barcelona, a 16 de febrero de 2011

ARCADI

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