Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Protocolo de Kyoto sobre el cambio climático es un acuerdo internacional que tiene por
objetivo reducir las emisiones de seis gases que causan el calentamiento global: dióxido de
carbono (CO2), gas metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), además de tres gases industriales
fluorados: Hidrofluorocarbonos (HFC), Perfluorocarbonos (PFC) y Hexafluoruro de azufre
(SF6), en un porcentaje aproximado de al menos un 5%, dentro del periodo que va desde el
año 2008 al 2012, en comparación a las emisiones al año 1990. Por ejemplo, si la
contaminación de estos gases en el año 1990 alcanzaba el 100%, al término del año 2012
deberá ser al menos del 95%. Es preciso señalar que esto no significa que cada país deba
reducir sus emisiones de gases regulados en un 5% como mínimo, sino que este es un
porcentaje a nivel global y, por el contrario, cada país obligado por Kyoto tiene sus propios
porcentajes de emisión que debe disminuir.
Para que el protocolo entrara en vigor, tenía que ser ratificado por los países
industrializados causantes del 55% de las emisiones de estos gases.
Cada uno de los países tiene sus propias metas.La unión Europea debe disminucir sus
emisiones de gas un 8% (aunque algunos países
miembros tienen metas diferentes en relación al
desarrollo de su economía), mientras que solo Japón
deberá hacerlo en un 5%.
En cambio, a algunos países con bajas emisiones se les autoriza a incrementarlas, lo
que posibilita las negociaciones entre los países industrializados para reducir las
emisiones.
Estados Unidos considera que el tratado es injusto y permitiría a estos países "no
industrializados", pero con grandes industrias contaminantes, obtener ventajas, debido
a que no tendrían que dedicar grandes inversiones para cumplir con el protocolo.
El protocolo establece que las naciones que han firmado este protocolo no son las que
más contribuyen al cambio climático pero que si que son las que se verán mas
afectadas por este.
Este es el caso de China y la India que son economías crecientes y que tienen la
necesidad de emitir grandes cantidades de gases.
No, ni de cerca. Algunos científicos plantean que incluso si todos los países ratificaran
el protocolo y cumplieran sus metas, los posibles cambios de la temperatura global
serían mínimos.