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El análisis conversacional – Hymes –

Los turnos.

El hecho básico de la conversación es que los roles del hablante y oyente se


intercambian y esto sucede con pocas superposiciones y pocos silencios.
Existe una regla subyacente de que al menos un participante habla por vez. No
es un hecho empírico, pero sí un rasgo normativo de la conversación, una
regla. Se puede notar que, cuando hablan 2 o más personas al mismo tiempo o
cuando se produce un silencio, los participantes tratan de remediar la situación.
Si hablan 2 a un mismo tiempo, uno tiende a callarse y si se produce un
silencio el otro comienza a hablar.
Un segundo rasgo es que el cambio de hablante es un hecho recurrente. Se
presenta el problema de cómo se turnan los hablantes, si se cumple la regla de
“uno por vez”.

El que está en uso de la palabra puede ejercer el control sobre el próximo turno
en 3 formas o grados:

1- puede seleccionar al próximo participante, llamándolo por su nombre o


aludiéndolo mediante una descripción.
2- Puede restringir el tipo de la próxima emisión, pero no seleccionar
hablante.
3- Puede no seleccionar nada y permitir que otro se autoseleccione.

Estas técnicas de selección operan emisión por emisión (no se puede


seleccionar al hablante que hablará en tercer lugar).
Debido a que los turnos son valorados y buscados por los participantes, cada
turno consiste, en gral., en una sola oración.

Una conversación está formada por unidades que se pueden reconocer como
completas o posiblemente completas y un hablante puede iniciar un turno tan
pronto como el que está haciendo uso de la palabra haya alcanzado un punto
de completamiento posible. Esto explica la poca incidencia de la superposición
y los silencios, y supone, además, que los hablantes tienen la capacidad de
elegir el punto preciso en el cual comenzar con su discurso, es decir, predecir
en una oración que se está emitiendo cuándo llega a su completamiento y
continuar con una emisión relevante. Existen 3 formas:

1- se puede completar la emisión de otro hablante, aunque ya esté


completa. Ej: A: había mucho tráfico . B: y por eso llegaste tarde.
2- Se puede proponer el completamiento de una oración no completa: A:
Cómo refrescó!
y está negro, como si fuera a llover…

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