El cheque

El 19 de marzo de 1931 fueron firmados en Ginebra una ley uniforme y un

convenio para regular conflictos de leyes en materia de cheques, que mandado a
publicar también en España en la época republicana para someterlo a información
pública no han sido después de objeto de ratificación. La ley uniforme no define el
cheque más que por la vía indirecta de señalar cuáles son sus requisitos, que discrepan
de los correspondientes en el artículo 535 de nuestro código de comercio, en sustituir el
domicilio del librado por el lugar donde el pago debe ser hecho, en exigir taxativamente
la denominación de cheque y el subrayar el carácter puro y simple del mandato de
pago. El convenio sobre el conflicto de leyes somete a la capacidad a las mismas
condiciones que el de 1930 sobre el conflictos en materia de letras y determina la
sucesión de la regla de las formas de los compromisos adquiridos en materia de cheques
sometiendo el fondo de las obligaciones a la ley del país donde el cheque debe pagarse
en parte de sus efectos y en los restantes a la ley donde se adquirió cada compromiso.

Podemos definir al cheque como un mandato de pacto que permite al librador

retirar en su provecho o en el de un tercero todos o parte de los fondos que tienen
disponible en poder del librado. Generalmente ese depósito metálico obra en un algún
banco. Por su semejanza con la letra de cambio será aplicable la misma doctrina, la ley
del lugar de su emisión. Los expertos de la sociedad de las naciones en el informe que
rindieron sobre el particular recomendaron que al cheque se considere como una letra de
cambio girada sobre un banquero y pagadera a la vista. En el mismo sentido se
pronunció la convención de Ginebra de 1930.

“Posible introducción del trabajo”

Todos los actos de comercio tienen como fundamento el cambio, bien de cosas
entre sí o de cosas por dinero. Pero cuando en el orden mercantil nos referimos al
cambio queremos indicar aquella convención por la que una persona se obliga a pagar a
otra que se halla en distinto lugar y en señalada época una cantidad a la orden o a favor
de un tercero. Esta operación de cambio se lleva a efecto por medio de ciertos
documentos tales como la letra de cambio, libranzas, cheques, pagares, entre otros.