te imagino. Imagino tu mirada, imagino tu sonrisa. Imagino cómo vienes corriendo hacia mí con mucha prisa, y me abrazas fuerte. A veces, en muchos sitios creo verte pero al contemplarlos… ¡Qué tristeza! ¡Qué desconcierto! Y creo que nunca llegará el día en que pueda conocerte. Pero me complace pensar que al menos te imagino, pues eres el sol de mi despertar, la sangre de mis venas, las olas del mar En donde ahogo mis penas. Y sigo con mi terquedad de quererte imaginar, pues si algún día te llegara a encontrar te contaré la verdad de este soñar despierta que a veces me desconcierta. Pero estarás a mi lado dejando atrás el pasado y juntos vamos a soñar o a hacer realidad lo bello que hemos soñado.