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Una de sus más grandes debilidades fueron las mujeres y en su vida brillaron
de todos tipos, colores y condiciones.
Su primer amor fue María Teresa Toro y Alayza con la que se caso en Madrid el
13 de abril de 1802. Con ella trato de fundar una familia y llevar una vida
normal como un terrateniente de la época... María Teresa muere a los ocho
meses de matrimonio dejando a nuestro Libertador en la soledad más grande
y jura no volver a casarse. Promesa que cumple con una gran determinación.
En el viaje hecho por Europa para olvidar el dolor de su pronta viudez, conoce
a Fanny du Villars, pariente lejana suya por parte de los Aristiguieta, hermosa
mujer de 25 años, casada sin amor con un hombre bastante mayor que ella, el
Coronel Dervieu du Villars.
Fanny hace que la vida del venezolano sea la más grata posible en París en el
naciente Imperio Napoleónico.
Hija de padres franceses que vivían ahí desde hace un tiempo. Ella tenía 17
años, era muy culta, con una cultura poco común en esa época.
La relación fue breve, el siguió su marcha y ella lo sigue hasta Tenerife pero
Bolívar la devuelve al hogar de sus padres, permaneciéndole fiel la mujer
durante 18 años.
Una relación formal y larga fue la que tuvo El Libertador con Josefina Machado.
Ella le acompaño en sus batallas seguidas de su madre y hermana.
Bolívar la conoció cuando hizo la entrada en Caracas el 3 de agosto de 1813.
Era ella una de las muchachas que entrego al caraqueño una ofrenda de flores.
Lo acompaño por 6 años, siendo la más desafortunada de los amores de el
héroe, pues al amor seguían las agonías de la guerra y la ausencia. Por ella se
dice que El Libertador hace detener por cuatro días la expedición que viene a
libertar a Venezuela para esperar el arribo de Josefina llegada tardamente a
Los Cayos.
Ellas no fueron las únicas, existieron Teresa Laínez, Manuelita White, Joaquina
Garaicoa, Teresa Mancebo, Aurora Pardo y muchas más.
Así fue Simón Bolívar nuestro libertador, un hombre de carne y hueso pero no
por eso menos glorioso.