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La identidad propia
Gradualmente decidimos
nuestras preferencias sobre lo que
nos parece atractivo y valioso o
bien nuestro rechazo a lo que
consideramos ofensivo y desa-
gradable. Nuestras ideas, creen-
cias y valores se van precisando y
empezamos a pensar con mayor
realismo en el futuro que queremos
como personas. Se está formando
nuestra identidad, es decir, lo que
nos caracterizará como individuos.
Aunque en la edad adulta
maduramos y cambiamos, también En la adolescencia se definen
conservamos a lo largo de la vida con más fuerza y claridad los rasgos
muchas características que de la identidad.
adquirimos en la adolescencia.
La educación secundaria y la
media superior abren al adolescente el
panorama de lo que puede ser y hacer
en su vida adulta. Ahí obtiene un
conocimiento más profundo de los
distintos campos de las ciencias, las
técnicas, las artes, los oficios y las
profesiones. Al mismo tiempo, los
adolescentes se van descubriendo a sí
mismos, porque ponen a prueba sus
capacidades en cada terreno del
conocimiento y de las actividades prácticas, y se dan cuenta de qué les
interesa más, qué les resulta difícil, en qué cosas tienen mayor o menor
habilidad.
En este periodo de la educación y de la vida se tienen tantas
experiencias nuevas en tan poco tiempo, que es normal que los adolescentes
pasen por etapas de duda o confusión sobre su futuro, o que cambien muy
rápidamente de intereses y preferencias. Lo más importante es darse cuenta
de que todos tenemos capacidades valiosas, y que éstas son distintas en cada
persona, pero que nadie, ni aun los que parecen más brillantes, puede
desarrollar sus posibilidades sin disciplina, responsabilidad y tenacidad.
La amistad
Durante los años que has pasado en la escuela primaria has tenido
muchos amigos, pero en la adolescencia la amistad se vuelve más importante. Es
común formar relaciones estrechas con compañeras y compañeros, en la escuela o
en la zona donde se vive, porque nos gusta compartir con ellos nuestras
actividades y aficiones y también nuestras dudas y problemas.
Por los buenos amigos sentimos cariño, cercanía y lealtad y tenerlos es
una parte valiosa de nuestra vida. Sin embargo, también hay formas equivocadas
de la amistad, que perjudican el desarrollo de los adolescentes. Con frecuencia se
forman grupos de amigos en los cuales los más fuertes, o con más poder de
convencimiento, imponen sus decisiones a los demás, aunque sean perjudiciales o
contrarias a la ley. A veces esos grupos se mantienen unidos para agredir a los
demás y, en ocasiones, suelen desarrollarse la drogadicción y otras formas de
comportamiento dañino. Muchos miembros de esos grupos se dan cuenta de que
se están haciendo daño, pero no se alejan de ellos porque se sienten presionados
o porque creen que están comprometidos por la fidelidad. Es bueno recordar que
cada quien es libre de escoger a sus amigos y que la amistad no significa depender
de otros ni ser incapaces de tomar nuestras propias decisiones. Recuerda que, en
general, pero muy especialmente en la amistad, nadie puede obligarte a hacer
cosas que te dañen o te denigren, a ti, o a otras personas.
Agresión y violencia
Mi registro personal
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