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Mercado en el que una empresa es la única que ofrece un producto homogéneo


que carece de sustitutivos y que tiene un gran número de demandantes.

El monopolio y la competencia perfecta son las únicas situaciones de mercado


que han retenido la atención de los economistas de la escuela clásica. El
monopolio es un mercado en el que un único vendedor ²el monopolista-se
enfrenta a una multitud de compradores.

El economista norteamericano Edward Chamberlin ha separado la noción de


"monopolio aislado" que afecta a un producto que no puede ser sustituido. En
estas condiciones, las decisiones adoptadas por el monopolista se refieren, a la
vez al precio y a la cantidad. Pero no es posible influir más que en una de estas
variables, ya que se han de considerar las reacciones de la demanda. En esta
situación es imposible distinguir la firma de la industria. La empresa es asimilable
a toda la rama.

Cabe considerar tres posibilidades: el monopolio puede ser, alternativamente,


simple, discriminante o bilateral. En el primer caso, el monopolista, a fin de
obtener la máxima rentabilidad, debe vigilar sus curvas de costos. Si estas últimas
son decrecientes, le interesará practicar un precio bastante bajo a fin de
desencadenar una gran cantidad de decisiones de compra. Por el contrario, si sus
costos son crecientes, le resultará más ventajoso limitar la oferta elevando sus
precios.

En la hipótesis del monopolio discriminante, se ofrece un mismo producto (o un


mismo servicio) a precios distintos. La fijación del precio implica la existencia de
dos o más mercados que tengan "coeficientes de respuestas¶ distintos. Así, la
tarifa eléctrica para uso doméstico será más elevada que la establecida para la
industria. La compañía aérea que disponga de una filial especializada en turismo
podrá hacer viajar en un mismo vuelo ²cuya exclusividad tiene² y en las mismas
condiciones a dos categorías de pasajeros (hombres de negocios y turistas) a
precios muy distintos (por lo general los primeros no pagan de su bolsillo y lo
contrario ocurre con los segundos).

El monopolio bilateral presenta una sola oferta frente a una sola demanda. Alguna
de las partes intentará establecer los términos del intercambio que le sean más
favorables. Pero los dos participantes deseosos de concretar la transacción
proceden a un ajuste entre un límite máximo representado por el precio tope, que
elimina todo atractivo para el comprador, y un límite inferior representado por el
precio básico, que no produce ningún beneficio al vendedor.

 
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Mercado en el que unas pocas empresas llevan a cabo la producción de un bien o
servicio, lo que crea un alto grado de interdependencia entre las decisiones de las
mismas.

El término bastante generalizado de oligopolio designa lo que a menudo ha sido


calificado de competencia imperfecta, en la que una cantidad limitada de
vendedores se dirige a una multitud de compradores. Las economías capitalistas
modernas se caracterizan, en su conjunto, por la existencia de estructuras
oligopólicas de mercado. La concentración, que sólo permite la subsistencia de
una cantidad restringida de grandes empresas, ha introducido nuevos
comportamientos y alternativas para los vendedores. Algunas empresas han
absorbido la totalidad de sus competidoras a fin de ejercer un monopolio de hecho
en una determinada rama de la actividad económica. Pero el elevado costo de
estas prácticas ha conducido a un acuerdo entre firmas de un mismo sector
(cárteles, delegaciones, consorcios...).

 #  ", en general,   *   2
, sobre todo cuando el progreso de la publicidad y del embalaje sólo
permite diferenciar artificialmente los productos, volviendo cada vez más difícil la
elección de los consumidores.

El monopolio contrariado, que se caracteriza por muchos vendedores y un único


comprador, nunca aparece en el estadio final del consumo. Casi todos los autores
coinciden en señalar que sólo existe una ínfima diferencia entre monopolio y
oligopolio. La rutina y la no disminución de los precios caracterizan estas formas
de mercado.

El economista austríaco Joseph Schumpeter (1883-1950) ha intentado explicar el


carácter rutinario de los monopolios mediante el aspecto destructivo de la
innovación. La multiplicación de nuevos procedimientos implica la obsolescencia
del capital que, para las grandes empresas, es muy importante.

Esta concepción ha sido refutada, sobre todo, por los dirigentes de las grandes
empresas. Para ellos, el oligopolio es una ventaja de la sociedad industrial, en la
que la empresa de gran tamaño puede, en esta situación, elaborar una estrategia
a largo plazo. Así, la sociedad industrial puede invertir mejor y contribuir al paso
"de los óptimos de las microunidades al óptimo del gran grupo; es decir, del
Estado". Así, el oligopolio se presenta como un medio de lograr una planificación
ágil. El oligopolio es para el empresario un instrumento precioso destinado a
reducir la incertidumbre.

En una perspectiva intersectorial, los partidarios del oligopolio, al señalar el


progreso que esta forma de mercado ha dado a la gestión de los stocks y a los
procedimientos para la formulación de pedidos, también lo han considerado como
un compromiso dinámico entre la centralización económica de tipo soviético y el
estallido del mercado provocado por la competencia salvaje. Pero esta apología
corre el riesgo de ocultar todas las prácticas abusivas de afianzamiento en la
empresa, que culminan en las tensiones inflacionistas, la atomización y el
condicionamiento de la demanda.

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