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La corteza del planeta Tierra está formada por placas que flotan sobre el manto, una capa de
materiales calientes y pastosos que, a veces, salen por una grieta formando volcanes.
La densidad y la presión aumentan hacia el centro de la Tierra. En el núcleo están los materiales
más pesados, los metales. El calor los mantiene en estado líquido, con fuertes movimientos. El
núcleo interno es sólido.
Las fuerzas internas de la Tierra se notan en el exterior. Los movimientos rápidos originan
terremotos. Los lentos forman plegamientos, como los que crearon las montañas.
El rápido movimiento rotatorio y el núcleo metálico generan un campo magnético que, junto a la
atmosfera, nos protege de las radiaciones nocivas del Sol y de las otras estrellas.
Capas de la Tierra
Desde el exterior hacia el interior podemos dividir la Tierra en cinco partes:
Atmósfera: Es la cubierta gaseosa que rodea el cuerpo sólido del planeta. Tiene un grosor de más
de 1.100 km, aunque la mitad de su masa se concentra en los 5,6 km más bajos.
Litosfera: Compuesta sobre todo por la corteza terrestre, se extiende hasta los 100 km de
profundidad. Las rocas de la litosfera tienen una densidad media de 2,7 veces la del agua y se
componen casi por completo de 11 elementos, que juntos forman el 99,5% de su masa. El más
abundante es el oxígeno, seguido por el silicio, aluminio, hierro, calcio, sodio, potasio, magnesio,
titanio, hidrógeno y fósforo. Además, aparecen otros 11 elementos en cantidades menores del
0,1: carbono, manganeso, azufre, bario, cloro, cromo, flúor, circonio, níquel, estroncio y vanadio.
Los elementos están presentes en la litosfera casi por completo en forma de compuestos más que
en su estado libre.
La litosfera comprende dos capas, la corteza y el manto superior, que se dividen en unas doce
placas tectónicas rígidas. El manto superior está separado de la corteza por una discontinuidad
sísmica, la discontinuidad de Mohorovicic, y del manto inferior por una zona débil conocida como
astenosfera. Las rocas plásticas y parcialmente fundidas de la astenosfera, de 100 km de grosor,
permiten a los continentes trasladarse por la superficie terrestre y a los océanos abrirse y
cerrarse.
Manto: Se extiende desde la base de la corteza hasta una profundidad de unos 2.900 km.
Excepto en la zona conocida como astenosfera, es sólido y su densidad, que aumenta con la
profundidad, oscila de 3,3 a 6. El manto superior se compone de hierro y silicatos de magnesio
como el olivino y el inferior de una mezcla de óxidos de magnesio, hierro y silicio.
Núcleo: Tiene una capa exterior de unos 2.225 km de grosor con una densidad relativa media de
10. Esta capa es probablemente rígida y su superficie exterior tiene depresiones y picos. Por el
contrario, el núcleo interior, cuyo radio es de unos 1.275 km, es sólido. Ambas capas del núcleo se
componen de hierro con un pequeño porcentaje de níquel y de otros elementos. Las temperaturas
del núcleo interior pueden llegar a los 6.650 °C y su densidad media es de 13.
El núcleo interno irradia continuamente un calor intenso hacia afuera, a través de las diversas
capas concéntricas que forman la porción sólida del planeta. La fuente de este calor es la energía
liberada por la desintegración del uranio y otros elementos radiactivos. Las corrientes de
convección dentro del manto trasladan la mayor parte de la energía térmica de la Tierra hasta la
superficie.
El interior del planeta, como el de otros planetas terrestres (planetas cuyo volumen está
ocupado principalmente de material rocoso), está dividido en capas. La Tierra tiene una
corteza externa de silicatos solidificados, un manto viscoso, y un núcleo con otras dos
capas, una externa semisólida, mucho menos viscosa que el manto y una interna sólida.
Muchas de las rocas que hoy forman parte de la corteza se formaron hace menos de 100
millones (1×108) de años. Sin embargo, las formaciones minerales más antiguas
conocidas tienen 4400 millones (4.4×109) de años, lo que nos indica que, al menos, el
planeta ha tenido una corteza sólida desde entonces.1
Gran parte de nuestro conocimiento, acerca del interior de la Tierra, ha sido inferido de
otras observaciones. Por ejemplo, la fuerza de la gravedad es una medida de la masa
terrestre. Después de conocer el volumen del planeta, se puede calcular su densidad. El
cálculo de la masa y volumen de las rocas de la superficie, y de las masas de agua, nos
permiten estimar la densidad de la capa externa. La masa que no está en la atmósfera o
en la corteza debe encontrarse en las capas internas.
Profundidad
1790–
2890–5100 Núcleo externo
3160
3160–
3954
Núcleo [editar]
La densidad media de la Tierra es 5515 kg/m3. Esta cifra lo convierte en el planeta más
denso del sistema solar. Si consideramos que la densidad media de la corteza es
aproximadamente 3000 kg/m3, debemos asumir que en el núcleo terrestre debe estar
compuesto de materiales más densos. Los estudios sismológicos han aportado más
evidencias sobre la densidad del núcleo. En sus primeras fases, hace unos 4,500
millones (4.5×109) de años, los materiales más densos, derretidos, se habrían hundido
hacia el núcleo en un proceso llamado diferenciación planetaria, mientras que otros
menos densos habrían migrado hacia la corteza. Como resultado de este proceso, el
núcleo está compuesto ampliamente de hierro (Fe)(80%), junto con níquel (Ni) y varios
elementos más ligeros. Otros elementos más densos, como el plomo (Pb) o el uranio (U)
son muy raros, o permanecieron en la superficie unidos a otros elementos más ligeros
(ver materiales félsicos) Diversas mediciones sísmicas muestran que el núcleo está
compuesto de dos partes, una interna sólida de 1220 km de radio y una capa externa,
semisólida que llega hasta los 3400 km. El núcleo interno sólido fue descubierto en
1936 por Inge Lehmann y se cree de forma más o menos unánime que está compuesto
de Hierro (Fe) con algo de Níquel (Ni). Algunos científicos creen que el núcleo interno
podría estar en forma de un cristal de hierro.3 4 El núcleo externo rodea al interno y se
cree que está compuesto por una mezcla de Hierro (Fe), Niquel (Ni) y otros elementos
más ligeros. Recientes propuestas sugieren que la parte más interna del núcleo podría
estar enriquecida con elementos muy pesados, con mayor número atómico que el cesio
(Cs)(trans-Cesio, elementos con número atómico mayor de 55). Esto incluiría Oro (Au),
Mercurio (Hg) y Uranio (U).5 Es generalmente aceptado que los movimientos de
convección en el núcleo externo, combinados con el movimiento provocado por la
rotación terrestre (ver efecto Coriolis), son responsables del campo magnético terrestre,
mediante un proceso descrito por la Teoría de la dinamo. El núcleo interno está
demasiado caliente para mantener un campo magnético permanente (ver Temperatura
de Curie) pero probablemente estabilice el creado por el núcleo externo. Pruebas
recientes sugieren que el núcleo interno podría rotar ligeramente más rápido que el resto
del planeta.6 En Agosto de 2005 un grupo de geofísicos publicaron, en la revista
Science, que, de acuerdo con sus cálculos, el núcleo interno rota aproximadamente entre
0.3 y 0.5 grados más al año que la corteza.7 8 Las últimas teorías científicas explican el
gradiente de temperatura de la Tierra como una combinación del calor remanente de la
formación del planeta, calor producido por la desintegración de elementos radiactivos y
el enfriamiento del núcleo interno.
Manto [editar]
Artículo principal: Manto terrestre
El manto terrestre se extiende hasta una profundidad de 2890 km, lo que le convierte en
la capa más grande del planeta. La presión, en la parte inferior del manto, es de ~140 G
Pa (1.4 M atm). El manto está compuesto por rocas silícias, más ricas en hierro y
magnesio que la corteza. Las grandes temperaturas hacen que los materiales silícios
sean lo suficientemente dúctiles como para fluir, aunque en escalas temporales muy
grandes. La convección del manto es responsable en la superficie del movimiento de las
placas tectónicas. Como el punto de fusión y la viscosidad de una sustancia dependen de
la presión a la que esté sometida, la parte inferior del manto se mueve con mayor
dificultad que el manto superior, aunque también los cambios químicos pueden tener
importancia en este fenómeno. La viscosidad del manto varía entre 1021 y 1024 Pa·s.9
Como comparación, la viscosidad del agua es aproximadamente 10-3 Pa.s, lo que ilustra
la lentitud con la que se mueve el manto.
Corteza [editar]
Artículo principal: Corteza terrestre
Capas internas
Núcleo
El núcleo es la capa más profunda, formada por hierro y niquel principalmente, además de cobalto
silicio y azufre en menores proporciones.
De acuerdo con las características de las ondas sísmicas, se divide en dos partes:
a) Núcleo interno
b) Núcleo externo.
Núcleo interno:
Tiene un espesor de 1,370 km y su estado es sólido; aquí existen enormes presiones (de 3 a 3.5
millones de atmósferas), lo cual hace que el hierro y el níquel se comporten como sólidos;
además, las ondas P aumentam su velodad. En esta parte del núcleo se registra la temperatura
mayor (6000ºC).
Núcleo externo:
Esta parte tiene un espesor de 2,100 km y su estado es líquido, ya que las ondas S rebotan al
llegar a esta parte; las ondas P disminuyen su velocidad debido a que la presión es menor, lo cual
confirma el estado líquido.
Manto
El manto representa alrededor del 83% del volumen del globo terrestre y el 65% de su masa; se le
llama también SiMa o mesosfera. La densidad de los materiales del manto oscila entre 5 y 6% en la
parte interna y 3% en la parte más superficial.
Por el comportamiento de las ondas sísmicas sabemos que los materiales que componen esta
capa son heterógenos, debido a lo cual se le divide en manto interno y manto externo.
Manto interno:
Tiene un espesor de 1,900 km. Su estado es sólido ya que por él se propagan ondas P y S;
además, tiene elevadas temperaturas por estar en contacto con el núcleo.
Manto externo:
Tiene un espesor de 970 km. en su estado o magmático, como lo demuestra la lava que arrojan los
volcanes.
En esta parte del manto, los materiales se dilatan por las altas temperaturas y producen un
movimiento continuo de ascenso que origina corrientes de convección.
Tales corrientes fueron propuestas por John Tuzo Wilson en la década de los sesenta; según este
geólogo, constituyen la fuerza motríz que provoca los cambios más importantes en la corteza
terrestre.
El material del manto interior se calienta por la cercanía con el núcleo y tiende a subir y a salir a
través de las dorsales mesooceánicas, para después hundirse nuevamente en las zonas de
subducción o canales de de Benioff y retornar nuevamente al manto.
Corteza
Es la capa más superficial de todas las que forman la Tierra; se extiende a partir de la
discontinuidad de Mohorovici y es variable; por ejemplo, en los fondos oceánicos sólo alcanza 10
km mientras que por debajo de los continentes llega a tener de 35 a 40 km.
Esta capa se formó por enfriamiento y representa el 1% de la masa de la Tierra. Está compuesta
por materiales sólidos, en general, pero en su interior existen grandes cantidades de agua, gases y
materiales magmáticos.
Según los estudios más recientes se ha llegado a la conclusión de que esta capa comprende las
tres subcapas siguientes:
c) Capa sedimentaria.
Capa basáltica: Está formada por roca basáltica rica en silicatos de magnesio, principalmente, así
como de hierro y calcio; es la parte más cercana al manto y su espesor es de 10 km en los fondos
oceánicos. También se le conoce con el nombre de corteza oceánica ya que sobre ella están los
océanos.
Capa granítica o SiAl: Está formada por roca graníticas, ricas en silicatos de aluminio,
principalmente, además de hierro y calcio; es la capa intermedia y su espesor varía entre 35 y 40
km en los continentales.
Se le conoce también como corteza continental por ser la base de los bloques continentales.
Capa sedimentaria: Como su nombre lo indica, está formada por rocas sedimentarias; su espesor
varía entre 500 y 1,000 m en los fondos oceánicos y de varios miles de metros en los continentes.
Esta capa es discontinua.
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