Asociado a la cultura Quitu-Cara (500 a.C. - 1500 d.C.
), el sitio Cochasquí -cuyo
nombre vendría de "cocha" (lago) y "qui" (mitad)-, cuenta con 15 pirámides y 21 montículos funerarios repartidos sobre una superficie de 84 hectáres. Fue declarado patrimonio en 1979.
En términos generales, y según las investigaciones realizadas por el arqueólogo
Udo Oberem, las cimas de las plataformas, de tierra aplanada y cangahua, habrían correspondido a las viviendas de las elites. Por otra parte, en una de las pirámides, el hallazgo de 600 cráneos y de cerámica condujeron a Oberem a clasificar la estructura como sitio ceremonial. Los cráneos corresponderían así a posibles enemigos de los Quitu-Caras; de hecho, la ubicación estratégica del sitio y la vista que ofrece hacia la hoya de Guayllabamba lo habrían además convertido en un asentamiento militar estratégico. Cuenta asimismo con una flora y fauna muy variadas.
Otras versiones aseguran que Cochasquí corresponde más bien a un antiguo
observatorio astronómico o a algún sitio cuyo magnetismo sigue generando en la actualidad la realización de todo tipo de rituales asociados a la felicidad o la fertilidad. Las pirámides fueron construidas en capas alternadas, es decir una conformada por bloques de cangahua y otra con tierra apisonada o compactada, se estima que cada bloque pesaba entre 330 y 360 libras y sus medidas eran de 60 cm x 60 cm y 40 cm de profundidad. En aquel tiempo el único animal que disponían eran las llamas por lo cual se presime que cada bloque haya sido llevado por 4 personas desde Santa Rosa, la mina de cangahua. Desde ahí fueron cargados 930 metros hasta el lugar de las pirámides.