Está en la página 1de 11

Los hermanos Grimm

Hansel y Gretel
Los hermanos Grimm

H
ansel y Gretel vivían con su padre, un pobre leñador, y su cruel

madrastra, muy cerca de un espeso bosque. Vivían con muchí-

Diseño e ilustracion por sima escasez, y como ya no les alcanzaba para poder comer los
Mario Alberto Coronado Guzman
cuatro, deberían plantearse el problema y tratar de darle una buena solución.
5To multimedia
MGD
Una noche, creyendo que los niños estaban dormidos, la cruel madrastra

dijo al leñador:

-No hay bastante comida para todos: mañana llevaremos a los

4 5
niños a la parte más espesa del bosque y los dejaremos allí. Ellos no podrán

encontrar el camino a casa y así nos desprenderemos de esa carga.

Al principio, el padre se opuso rotundamente a tener en cuenta la cruel

idea de la malvada mujer.

-¿Cómo vamos a abandonar a mis hijos a la suerte de Dios, qui-

zás sean atacados por los animales del bosque? -gritó enojado.

-De cualquier manera, así moriremos todos de hambre -dijo la

madrastra y no descansó hasta convencerlo al débil hombre, de llevar adelante

el malévolo plan que se había trazado.

Mientras tanto los niños, que en realidad no estaban dormidos, escucha

6 7
ron toda la conversación. Gretel lloraba amargamente, pero Hansel la consola-

ba.

-No llores, querida hermanita-decía él-, yo tengo una idea para

encontrar el camino de regreso a casa.

A la mañana siguiente, cuando salieron para el bosque, la madrastra les

dio a cada uno de los niños un pedazo de pan.

-No deben comer este pan antes del almuerzo -les dijo-. Eso es

todo lo que tendrán para el día.

El dominado y débil padre y la madrastra los acompañaron a adentrarse

en el bosque. Cuando penetraron en la espesura, los niños se quedaron atrás,

8 9
y Hansel, haciendo migas de su pan, las fue dejando caer con disimulo para

tener señales que les permitieran luego regresar a casa.

Los padres los llevaron muy adentro del bosque y les dijeron:

-Quédense aquí hasta que vengamos a buscarlos.

Hansel y Gretel hicieron lo que sus padres habían ordenado, pues creye-

ron que cambiarían de opinión y volverían por ellos. Pero cuando se acercaba

la noche y los niños vieron que sus padres no aparecían, trataron de encontrar

el camino de regreso. Desgraciadamente, los pájaros se habían comido las mi-

gas que marcaban el camino. Toda la noche anduvieron por el bosque con

10 11
mucho temor observando las miradas, observando el brillo de los ojos de las

fieras, y a cada paso se perdían más en aquella espesura.

Al amanecer, casi muertos de miedo y de hambre, los niños vieron un

pájaro blanco que volaba frente a ellos y que para animarlos a seguir adelante

les aleteaba en señal amistosa. Siguiendo el vuelo de aquel pájaro encontraron

una casita construida toda de panes, dulces, bombones y otras confituras muy

sabrosas.

Los niños, con un apetito terrible, corrieron hasta la rara casita, pero

antes de que pudieran dar un mordisco a los riquísimos dulces, una bruja los

detuvo.

12 13
La casa estaba hecha para atraer a los niños y cuando estos se encontra-

ban en su poder, la bruja los mataba y los cocinaba para comérselos.

Como Hansel estaba muy delgadito, la bruja lo encerró en una jaula y allí lo

alimentaba con ricos y sustanciosos manjares para engordarlo. Mientras tanto,

Gretel tenía que hacer los trabajos más pesados y sólo tenía cáscaras de can-

grejos para comer.

Un día, la bruja decidió que Hansel estaba ya listo para ser comido y

ordenó a Gretel que preparara una enorme cacerola de agua para cocinarlo.

-Primero -dijo la bruja-, vamos a ver el horno que yo prendí para

hacer pan. Entra tú primero, Gretel, y fíjate si está bien caliente como para

14 15
hornear.

En realidad la bruja pensaba cerrar la puerta del horno una vez que Gre-

tel estuviera dentro para cocinarla a ella también. Pero Gretel hizo como que

no entendía lo que la bruja decía.

-Yo no sé. ¿Cómo entro? -preguntó Gretel.

-Tonta-dijo la bruja,- mira cómo se hace -y la bruja metió la cabeza

dentro del horno. Rápidamente Gretel la empujó dentro del horno y cerró la

puerta.

Gretel puso en libertad a Hansel. Antes de irse, los dos niños se llenaron

los bolsillos de perlas y piedras preciosas del tesoro de la bruja.

16 17
Los niños huyeron del bosque hasta llegar a orillas de un inmenso lago

que parecía imposible de atravesar. Por fin, un hermoso cisne blanco compa-

deciéndose de ellos, les ofreció pasarlos a la otra orilla. Con gran alegría los

niños encontraron a su padre allí. Éste había sufrido mucho durante la ausencia

de los niños y los había buscado por todas partes, e incluso les contó acerca de

la muerte de la cruel madrastra.

Dejando caer los tesoros a los pies de su padre, los niños se arrojaron en

sus brazos. Así juntos olvidaron todos los malos momentos que habían pasado

y supieron que lo más importante en la vida es estar junto a los seres a quienes

se ama, y siguieron viviendo felices y ricos para siempre.

FIN.

18 19
20

También podría gustarte