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) Y LA MEJORA CONTINUA
1.- Introducción.
Cuesta creer que este concepto tan simple pueda ser la base de una revolución en la
fabricación. Sin embargo, la idea sólo es sencilla en apariencia. Si se produjera lo que
hace falta, solamente cuando se necesitase y en la cantidad exacta en que se
precisara, entonces no quedaría lugar para los problemas y los errores. Para que la
producción justo a tiempo funcione es necesario que se den simultáneamente muchas
circunstancias: producción fluida, recursos flexibles, calidad extremadamente alta,
ausencia de averías en las máquinas, proveedores dignos de confianza, adaptación
rápida de las máquinas, y grandes cantidades de disciplina para mantener todos estos
elementos en marcha.
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partes, espacio y tiempo, que sea absolutamente esencial para añadir valor al
producto (Suzaki, 1985).
• Distribución en planta celular: las células agrupan máquinas de diversos tipos para
elaborar piezas de forma similar o con requerimientos de procesamiento parecidos. La
organización de la maquinaria en cada célula recuerda a una cadena de montaje,
normalmente en forma de U. El trabajo se desplaza por la célula de un proceso a otro,
mientras los empleados siguen un camino establecido. La forma en que las células se
distribuyen facilita la producción simultánea de diferentes productos, y permite que los
problemas derivados de las variaciones en el volumen de producción puedan ser
resueltos incorporando más personal a la célula. Como en cada celda se elaboran
artículos similares, el tiempo de adaptación de las máquinas es pequeño y el tamaño de
los lotes de producción puede reducirse.
• Sistema pulI o “de tirón”: uno de los grandes problemas a los que se enfrenta las
empresas, particularmente las automovilísticas, es la coordinación entre la producción y
entrega de materiales y partes con la elaboración de ensamblados parciales y las
necesidades de la cadena de montaje. Tradicionalmente, los inventarios se han
empleado como elemento amortiguador de los fallos de coordinación. La respuesta de
la producción justo a tiempo al problema fue el sistema pulI.
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Este modelo requiere invertir el habitual flujo proceso-información, que caracteriza al
sistema push. En este último, se elabora un programa que establece la labor a realizar
para cada una de las estaciones de trabajo, que posteriormente “empuja” el trabajo ya
realizado hasta la siguiente etapa. Sin embargo, en el sistema pulI, los trabajadores
retroceden hasta la estación anterior para retirar de ella los materiales y partes que
necesitan para procesarlos inmediatamente. Cuando se retira el material, los operarios
de la estación previa saben que ha llegado el momento de comenzar a producir para
reemplazar la producción retirada por la siguiente estación. Si la producción no se retira,
los empleados de la estación previa detienen su labor. De este modo se evita tanto el
exceso como el defecto en la producción. Se produce sólo lo necesario, entendiendo
como tal no lo que viene establecido en un plan, si no lo que los consumidores
demandan. Para controlar mejor el funcionamiento del sistema, se consideró necesario
establecer un mecanismo de formalización, denominado sistema kanban.
Es fácil centrarse en los aspectos técnicos del sistema y dejar de lado su meta última,
que no es otra que la reducción del nivel de inventarios. Por lo visto hasta ahora, este
sistema es bastante similar a los de punto automático de pedido. Sin embargo, no se
trata tanto de crear una política clara de reaprovisionamiento, como de estimular la
disminución de los niveles de inventario. Para descubrir como se puede lograr,
examinamos la fórmula que se emplea para determinar el número de kanban
necesarios entre dos estaciones de trabajo.
Para forzar la evolución del sistema hacia la mejora, el tamaño de los contenedores se
mantiene por debajo de la demanda durante el tiempo de terminación. Así se ponen de
manifiesto los posibles problemas de coordinación, permitiendo que los operarios y los
directivos se pongan manos a la obra para resolverlos.
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El empleo del sistema kanban no sólo permite mejorar el control de la producción, sino
que también ayuda a reducir el tamaño de los lotes.
Por la fórmula anterior, sabemos que para reducir el número de kanban (manteniendo
constante el tamaño del contenedor), debemos de reducir los stocks de seguridad o el
propio tiempo de terminación. La necesidad de mantener stocks de seguridad se
reduce en la medida en la que la demanda y los aprovisionamientos se conocen mejor.
La mayor flexibilidad de los recursos permite a la empresa adaptarse rápidamente a las
fluctuaciones de la demanda, que pueden ser anticipadas con pronósticos más exactos.
La incertidumbre en los aprovisionamientos puede reducirse eliminando los errores,
fabricando sólo productos de calidad y evitando, en la medida de lo posible, las averías
de la maquinaria.
El tiempo de terminación (lead time) está integrado por cuatro componentes, a saber,
el tiempo de movimiento (que se reduce acercando las máquinas, simplificando los
desplazamientos, estableciendo rutas más racionales o eliminando la necesidad de
desplazar materiales), el tiempo de espera (que puede mejorarse programando mejor
la producción e instalando más capacidad), el tiempo de adaptación de las máquinas, y
el tiempo de procesamiento (que puede reducirse disminuyendo el tamaño de los lotes
o incrementando la eficiencia de la maquinaria o los operarios). El tiempo de adaptación
de la maquinaria es con frecuencia el gran cuello de botella al que se enfrentan las
empresas, y su reducción constituye uno de los elementos vitales del sistema J.l.T.
2. Convertir la adaptación interna en externa. Ello implica asegurarse de que todas las
condiciones operativas (reunir herramientas, calentar los moldes, etc.) se cumplen antes
de detener la maquinaria.
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4. Realizar las actividades de adaptación en paralelo, o eliminarlas totalmente. Añadir
una persona extra al equipo de adaptación puede reducir sensiblemente el tiempo de
configuración. En muchos casos, el tiempo que tardan dos personas en hacer un trabajo
es muy inferior a la mitad de lo que tardaría una sola.
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Si lo hacen correctamente, pueden aprovechar las ventajas derivadas de una demanda
estable y segura, de los avisos previos respecto a variaciones en el volumen de
producción, de la asistencia en cuestiones de ingeniería y administración, y en general,
de los beneficios que se derivan de las estrechas relaciones cliente-proveedor que
caracterizan a la producción justo a tiempo. Algunas de las tendencias recientes de las
políticas de los proveedores son las siguientes:
3. Establecer pequeños almacenes cerca del cliente, o compartir los almacenes con
otros proveedores.
• Control visual: tiene que ver con organizar los recursos que intervienen en el sistema
productivo de manera que se pueda lograr que los problemas se adviertan con mayor
facilidad y que los trabajadores sean mas conscientes de su ambiente de trabajo. La
visibilidad, requiere mantener un lugar de trabajo limpio y ordenado, en el que los
objetos inútiles se eliminan y se asignan ubicaciones fijas para los objetos útiles
(materiales, partes o herramientas), y los trabajadores se ocupan de cuidar
escrupulosamente los equipos y herramientas, así como el propio espacio en que se
desarrolla el trabajo.
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• Implicación total de los empleados: la mejora continua no es una cuestión que
pueda dejarse en manos de un departamento o de un comité de expertos. Para lograrla,
es precisa la implicación total de los empleados. La esencia misma del éxito de un
sistema J.l.T. reside en la predisposición de los trabajadores a señalar los problemas de
calidad, a detener la producción cuando sea preciso, y para aportar ideas de mejora,
analizar los procesos, realizar diversas funciones y modificar sus rutinas de trabajo.
Para lograr niveles elevados de participación, las empresas deben adaptar su cultura
corporativa y crear expectativas respecto a la implicación. Esto requiere formar a los
empleados en técnicas para resolver los problemas, y darles la oportunidad de ponerlas
en práctica. Es preciso, ni no se quiere que el flujo de ideas se interrumpa, aplicar una
proporción importante de las ideas que se aportan.
1. Crear una mentalidad para la mejora. Negar el status quo. Pensar en positivo, no en
negativo. Las excusas no valen.
2. Intentarlo una y otra vez: no hay que buscar la perfección a la primera. Las pequeñas
mejoras son la base de las grandes. Actuar y después valorar los resultados. Corregir
los errores tan pronto como se advierten.
5. Asumir que la mejora no tiene límites. No darse nunca por satisfecho. Habituarse a
buscar formas mejores de hacer las cosas.
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existencias, flujo continuo de fabricación, o sistema de producción con cero inventarios,
con referencia siempre a los sistemas tipo J.l.T.
Muchas empresas se frustran porque al aplicar J.l.T. surgen problemas que han
permanecido ocultos durante mucho tiempo. Algunas personas tienden a pensar que
esos problemas han sido originados por el sistema, cuando lo cierto es que lo único que
hace el nuevo sistema es ponerlos de relieve. Asimismo, la aplicación del sistema fuera
del Japón requiere efectuar algunos cambios. En la medida en que la distancia física
entre la empresa y sus proveedores es mayor, los programas de entregas suelen tener
una menor frecuencia, lo que conduce a la necesidad de acumular más existencias, y
emplear formas simples del método kanban. La mera reducción de los niveles de
inventario para poner de manifiesto los problemas no tiene porque hacer que los
trabajadores se vuelvan creativos. Puede ser mejor crear un ambiente de trabajo
receptivo al cambio que forzar este cambio. Las jornadas laborales más cortas, con
mayores pausas durante el día no constituyen un obstáculo serio para la mejora de la
productividad. El hecho de que se acumule una cantidad mayor de existencias no debe
interpretarse como una contradicción del sistema, sino como una muestra de su
capacidad para adaptarse al entorno de fabricación, incluso rompiendo con sus
principios básicos.
Finalmente, hay que señalar que la producción justo a tiempo no es apropiada para todo
tipo de operaciones. La elaboración de grandes cantidades de productos iguales se
puede llevar a cabo de una manera más eficiente a través de la producción masiva.
Incluso Toyota se decanta por esta alternativa cuando las circunstancias lo requieren.
De la misma manera, el sistema J.I.T. no es muy apropiado para la producción en
pequeños volúmenes o sobre pedido. No debemos olvidar que la aplicación del sistema
requiere una cierta estabilidad en la demanda.
Si se considera que el sistema J.l.T. no es más que un método para reducir los niveles
de existencias, parece claro que su aplicabilidad en el sector servicios resulta bastante
limitada. Sin embargo, sabemos que el sistema va mucho más allá de la reducción de
los stocks, y persigue eliminar el desperdicio, dar mayor uniformidad a las operaciones,
promover la adaptabilidad, estrechar las relaciones con los proveedores y ajustar
rápidamente el sistema productivo a las variaciones de la demanda. Sobre la base de
esta idea, la producción justo a tiempo es capaz de elaborar rápidamente una mayor
variedad de productos a un coste reducido. Algunos de los elementos del sistema J.l.T.
pueden ser observados en determinadas empresas dedicadas a la prestación de
servicios:
• Células de trabajo en los restaurantes de comida rápida, que permiten añadir personal
en las horas punta y reducirlo en los momentos de menor demanda.
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• Tiendas de todo a 100, donde para calcular el importe de la compra basta con contar
el número de artículos que se lleva el cliente.
• Supermercados que rellenan sus estanterías a medida que los clientes retiran los
artículos.
No debemos olvidar que uno de los principios que consagra el sistema J.l.T. es la
proximidad al cliente, rasgo en el que la prestación de servicios se ha distinguido
tradicionalmente.
Además, las empresas dedicadas a prestar servicios se han visto fuertemente afectadas
por la extensión del sistema J.l.T. entre las compañías manufactureras. Así, las
empresas de transporte han debido de incrementar la velocidad y la fiabilidad de sus
envíos, en respuesta al sistema J.l.T., o los establecimientos detallistas proporcionan a
los clientes una creciente variedad de artículos entre los que elegir.