SEXUALIDAD: UNA REFLEXION CRISTIANA PARA
ESTOS TIEMPOS
Por: Jose Reaño Alvarez
Una vez en una clase del curso de Psicología I,
dictado en una de las universidades del Perú, le
fue asignado un trabajo de investigación a un
grupo de estudiantes, el tema fue acerca de la
sexualidad. El estudio incluyó el desarrollo
normal del ser humano en relación al sexo
desde la infancia hasta la adultez. Cuando este
grupo de estudiantes hicieron la exposición de
su trabajo a la clase, se limitaron a repetir lo
que encontraron en los libros y el profesor del
curso les preguntó:” ¿En què concluyen ustedes
despues de haber aprendido todo esto?” Uno
de los estudiantes le contesto:
1. Sólo hay dos sexos, masculino y femenino.
No hay un tercer sexo como la sub-
literatura lo anda sugiriendo. La relación
sexual normal se da entre dos personas de
sexo opuesto. Lo que está fuera de ello cae
en el campo de la perversión.
2. El ser humano nace con organos sexuales y
por lo tanto no puede cambiar de sexo. Lo
que se logra con la cirugía es cambiar de
forma al cuerpo pero no cambia el sexo .
3. Lo que se logra con inyecciones de
hormonas es modificar la voz y tambièn se
cambia de forma ciertas partes del cuerpo
pero los organos sexuales siguen siendo los
mismos.
4. El ser humano no tiene la opción de
escoger sus organos sexuales antes de
nacer ni despues de nacer y no se puede
cambiar de sexo.
JESUSCRISTO
El profesor del curso cuando escuchó estas
conclusiones quedo sorprendido y elogió al
grupo de estudiantes que desarrollaron este
tema.
Despues de muchos años recuerdo aquella clase
y veo que en estos tiempos se ha difundido
mucho la idea de que las personas tienen el
derecho de escoger cualquier desviación sexual,
la que les apetezca, y tratan de hacerle creer a
la gente que la perversión sexual es algo
normal. Es imposible que una pareja
homosexual pueda reproducirse en forma
normal como lo hace una pareja de sexos
opuestos. En algunos paises se han formado
grupos de “apoyo” a personas con algun tipo de
perversión sexual. Algunos de estos los
exhortan a reconocer lo que son, hacerlo
público y no tratar de cambiar ello. De esta
manera buscan que las personas sigan de mal
en peor. Por otro lado, otros han procurado
legalizar la perversión para tratar de proveer un
poco de paz mental a personas con este
problema.
Muy pocos son los que hablan de un camino de
retorno a la normalidad, se sabe que unos lo
buscan en terapias psicologicas o psiquiatricas,
otros han intentado hacer su vida normal
dentro de sus propias fuerzas. Todo esfuerzo en
tratar de lograr el objetivo de ser una persona
normal sexualmente es bueno pero no hay que
dejar de lado la ayuda que puede proveer
nuestro creador. En el Nuevo Testamento se
dice con claridad en diferentes situaciones que
nada es imposible para Dios. Jesus sigue
sanando toda clase de dolencias y
enfermedades, cualquiera sea la causa, El no ha
cambiado. Es necesario alentar y ayudar a estas
personas a acercarse a Dios y darle nuestro
apoyo espiritual para que busquen sanidad en
su cuerpo, alma y espíritu y así no conformarse
a una vida de pecado.