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Isla Negra 6/268  

Casa de poesía y literaturas 
enero - 2011
suscripción gratuita. Lanusei,Italia. Dirección: Gabriel Impaglione.
Publicación inscripta en el Directorio Mundial de Revistas Literarias UNESCO
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Martín Micharvegas
Argentina
“FELÍSES REYES PAGOS!”
Del libro inédito "Parajodidísimas" ( B.As. - Madrid // 2006- 2010 ), escrito en fonética rioplatense.

Pablo Neruda
Chile – 1904 - 1973
VIII
Si no fuera porque tus ojos tienen color de luna,
de día con arcilla, con trabajo, con fuego,
y aprisionada tienes la agilidad del aire,
si no fuera porque eres una semana de ámbar,
si no fuera porque eres el momento amarillo
en que el otoño sube por las enredaderas
y eres aún el pan que la luna fragante
elabora paseando su harina por el cielo,
oh, bienamada, yo no te amaría!
En tu abrazo yo abrazo lo que existe,
la arena, el tiempo, el árbol de la lluvia,
y todo vive para que yo viva:
sin ir tan lejos puedo verlo todo:
veo en tu vida todo lo viviente.

Susana Thénon
Buenos Aires, Argentina - 1935- 1991
Amor
Ahora conoces lo que silba la sangre
de noche
como la oscura serpiente extraviada.

Gustavo Pereira
Venezuela - 1940
En el reino de los espejos curvos
Sucede que las sondas electromagnéticas temen a las aguas del océano.
Y son entendibles sus razones. Por más alta que sea su frecuencia, éste las amortigua, las desvanece, las aniquila, como
hace con los rayos de luz y con los náufragos irrecuperables. Ni siquiera el láser, tan pertinaz, puede traspasar la barrera
de reflexiones, refracciones y absorciones de los fondos marinos, en donde anidan, tenaces y desvelados, los
concertistas de las profundidades y las sombras eternas. Sólo por canales hasta ahora secretos pueden viajar las ondas
acústicas llevando y trayendo los llamados de las centollas, el traqueteo de los crustáceos como si fueran ametralladoras
disparadas al mismo tiempo en un cuarto de vidrio, los tambores de los peces errabundos, los silbidos de las grandes
ballenas y la lengua dulce y entrañable de los delfines.
Eso pasa con mi amor por ti, hasta ahora secreto, porque teme la incertidumbre de tus aguas.
En: Oficio de partir (1999)

1
Julio Cortázar
Argentina - 1914 - 1984
Happy new year
Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestas tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.
Juan Gelman
Argentina
Una mujer y un hombre
Una mujer y un hombre llevados por la vida,
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres en la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos, en plena de sol, de luz,
una mujer y un hombre arados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria,
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.

Oliverio Girondo
Argentina - 1891- 1967
se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan

2
Mario Quintana
Brasil - 1906-1994
Canción de amor imprevisto
Yo soy un hombre cerrado.
El mundo me tornó egoísta y malo.
Y mi poesía es un vicio triste,
Desesperado y solitario
Que yo hago todo por disimular.
Mas tú apareciste con tu boca fresca de madrugada,
Con tu paso leve,
Con esos tus cabellos...
Y el hombre taciturno quedó inmóvil, sin
Comprender nada, en una alegría atónita...
¡La súbita, la dolorosa alegría de un espantajo inútil
Adonde vienen a posarse los pajarillos!

Arjen Duinker
Delft, Holanda - 1956
Al comenzar el día
Preguntó la mujer entre sueños:
‘¿Cuántos espacios tiene nuestro mundo, crees tú?’
‘Ocho,’ dijo el hombre contento con la pregunta.
Y la mujer preguntó entre sueños:
‘Y díme, ¿cuántos deseos tienes?’
‘Uno nomás,’ contestó el hombre.
Y la mujer preguntó entre sueños:
‘¿Y cuántas islas deshabitadas te gustaría visitar?’
‘Ninguna,’ contestó el hombre que empezaba a acariciarle los hombros.
Y la mujer preguntó entre sueños:
‘¿Cuántas personas hablan como tú?’
‘Seis,’ contestó el hombre.
Y la mujer preguntó entre sueños:
‘¿Con cuántas bocas te besaré?’
‘Con ocho sería lo más rico,’ contestó el hombre.
– Begin van de dag (2009, Buurtkinderen/ Niños de barrio)-Traducción: Mariolein Sabarte Belacortu

Emilio Coco
Italia
Romanticismo
Si el árbol dejara de susurrar
y la nube que pende sobre él
no cambiara ya de forma ni color
si esos dos cuerpos jóvenes permanecieran
eternamente unidos en el abrazo
oh qué hermoso cuadro para llevar a casa
y sacarlo en los momentos tristes

3
Rocío Lara
México
Tócame completa
Tócame completa,
porque sí.
Tócame entera
-sin motivo aparente-,
hoy no es nuestro aniversario,
ni mi cumpleaños.
No es viernes por la noche
ni domingo en la mañana
Hoy es sólo día de tu piel en mi piel.
De tus dedos
dejando surcos:
de mi boca
devorándote lasciva.
Tócame
no como campana ni acordeón:
en todo caso,
hazme vibrar cual cuerdas de guitarra.
Entóname,
desafíname,
viájame por los cuatro
-o cuatrocientos-
puntos cardinales de mi cuerpo.
Tócame, amor...
O sé testigo.
Silvia Donoso López
España - 1967
Artemisa
No simularé virtud.
Para libar de tu cuerpo
el tibio elixir
reptará mi boca
hasta tu sexo
¡y enfrentará
su mirada de cíclope!
En: Cartografía de la ausencia, FyG Editores, Guatemala- 2007
Gerardo Diego
Santander, España - 1896 – 1987
Sucesiva
Déjame acariciarte lentamente,
déjame lentamente comprobarte,
ver que eres de verdad, un continuarte
de ti misma a ti misma extensamente.
Onda tras onda irradian de tu frente
y mansamente, apenas sin rizarte,
rompen sus diez espumas al besarte
de tus pies en la playa adolescente.
Así te quiero, fluida y sucesiva,
manantial tú de ti, agua furtiva,
música para el tacto perezosa.
Así te quiero, en límites pequeños,
aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa,
y tu unidad después, luz de mis sueños.

4
Óscar Hahn
Chile - 1938
Escrito con tiza
Uno le dice a Cero que la nada existe
Cero replica que Uno tampoco existe
Porque el amor nos da la misma naturaleza
Cero más Uno somos Dos le dice
Y se van por el pizarrón tomados de la mano
Dos se besan debajo de los pupitres
Dos son Uno cerca del borrador agazapado
Y Uno es Cero mi vida
Detrás de todo gran amor la nada acecha

Alberto Luis Ponzo


Buenos Aires, Argentina - 1916
Del amor entre nosotros

al amor de Alba / a Alba en su estar / en mí

El otro vive
naciendo
olvidado de ser
Siendo
otro que vive

*
Al amar se muere
y se resucita

*
Hasta morir
la vida ama vivir
El ama un sol
que no se apaga

*
En el silencio
se forma la palabra
Después en la palabra
tiene lugar el silencio

*
Sentimos correr
cada palabra
Son nuestros pasos
en la sangre

*
Sin lo que amamos
la sangre
se empobrece
No es sangre
enamorada
No es
Nada

-6 de setiembre 1994- De: “Del amor y nosotros” (Antología, 1966-2009), Hojas del Caminador, 2009.- Tomado
de “Revista Aromito”

5
Miriam Van Hee
Bélgica – 1952
Invierno en el sur
me imaginaba el viento
sin arbustos ni árboles
y al sol sin nuestra piel
fue cuando te veía caminar con los brazos
alejados del cuerpo como si
fueras a dejar la tierra
como si probaras al viento
detrás de las montañas debía de encontrarse
en alguna parte el mar
pero no lo veíamos
y pensaba que todo debía ser así
el azul íntimo del cielo
y nuestras sombras púrpuras
sobre la nieve

Jaime Sabines
México – 1926 - 1999
No es que muera de amor
No es que muera de amor, muero de ti
muero de ti, amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.
Muero de ti y de mí, muero de ambos,
de nosotros , de ése
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.
Morimos e mi cama en que estoy solo,
en mi cama en que me faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío ,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo…..

Pedro García Cabrera


Vallehermoso, España- 1905 - 1981
Fue en tu pequeña mano,
en el mar de una mano,
donde sembré mi vida
como un árbol.
Tus dedos, nuestros dedos,
raíces de ternura.
Y nos creció la sombra como un árbol.
Mis manos en las tuyas
tus dedos injertados en los míos,
nido se hizo el árbol.
Fue en tu pequeña mano,
en el mar de una mano,
en donde nos nacimos
como un árbol.

6
Otto Raúl González
Guatemala - 1921 - 2007
Amé su cuerpo...
Amé su cuerpo entonces y su alma.
Su piel fue para mí la tierra firme;
la soñé como un sexto continente
no registrado en mapas todavía.
Soñé con la bahía de su boca.
Su pelo era una selva virgen
que abría su misterio mineral y oscuro.
Soñé con las ciudades de sus pechos.
Los ríos de las venas que afloran en su piel
eran rutas abiertas
a la navegación y al gozo.
Se podía viajar en su mirada.
En las blancas llanuras de sus manos
yo cultivé el maíz y buenas relaciones.
Después no pude estar sino en su cercanía.

José Agustín Goytisolo


España – 1928 - 1999
Por rincones de ayer
En lugares perdidos
contra toda esperanza
te buscaba.
En ciudades sin nombre
por rincones de ayer
te busqué.
En horas miserables
entre la sombra amarga
te buscaba.
Y cuando el desaliento
me pedía volver
te encontré.

Octavio Paz
México – 1914 - 1998
Garabato
Con un trozo de carbón
con mi gris roto y mi lápiz rojo
dibujar tu nombre
el nombre de tu boca
el signo de tus piernas
en la pared de nadie
En la puerta prohibida
grabar el nombre de tu cuerpo
hasta que la hoja de mi navaja
sangre
y la piedra grite
y el muro respire como un pecho.

7
César Dávila Andrade
Ecuador – 1919 - 1967
A Isabelita
En la profundidad del Universo
como la última hoja de los árboles
o la última barca de los mares,
- frente a frente-
a Dios en el último Vacío
y en el último ruedo de los Cosmos
estarás Tú,
de pensamiento a pensamiento,
de órbita en órbita,
Tres veces: en la luz, en la imagen, en la Forma
Madre, Mujer y Amiga.
Tres veces la corola
de la luz sobre la Sombra.
En un mar de abalorios y asteroides
En un mar de corolas y de siglos.
Tres veces el nombre
profundo y verdadero de la Vida.
Tres veces el nombre de la Madre de la Vida.
El arco de este día, en el arco supremo de la vida
inscrito es, en construcción perenne
de amor y de armonía.

Flavia Cosma
Rumania - Canadá
Desde un tiempo
El cielo va a encontrarnos nuevamente
con sus brazos, como ramas desplegadas de par en par
unas pequeñas llamas, brotan por las paredes del cuarto
mariposas pintados de ojos amarillos en las alas
forcejean en el barro
el eco, con voz ronca
invoca tu nombre.
Todos los nuestros nos esperan
del otro lado, ahora.
Vamos, de prisa, porque hoy
debemos aprender juntos
el alfabeto plateado de las hojas
la letra arañada en la piedra
la marca del beso
en los hombros desnudos.
De: El Barrio Latino. Traduccion de Luis Raúl Calvo, poeta y ensayista, Buenos Aires, Argentina

Eugénio de Andrade
Portugal – 1923 - 2005
Levar-te à boca,
beber a água
mais funda do teu ser -
se a luz é tanta,
como se pode morrer?

8
Pablo Cassi
Chile
Con Aldonza por esta calle
Don Quijote pasa con Aldonza por esta calle
hacen caso omiso a las señales de tránsito,
a los límites de la propiedad privada.
Se marchan con las mariposas proscritas
y atraviesan nuevamente el aire más ausente
con el mismo reloj que antes no pudo detenerlos.
Bajo las hojas afables de la acacia
Miguel de Cervantes bebe en silencio
su ocaso de vino,
empuja el viento a los pájaros migratorios
la ausencia cierra con postigos las ventanas.
La escarcha impía del invierno
olvida corregir el trayecto de la
historia,
los molinos extravían su camino
al otro lado de la oscuridad.
De El Amor se Declara Culpable

Sergio Hernández
Chile – 1931 - 2010
Último deseo
Antes de dejar de respirar
antes de retirarme definitivamente de este juego
no pongan ni siquiera un Cristo entre mis manos
Pon tu sonrisa y tu mirada
y que eso sea el paraíso

Guillaume Apollinaire
Francia -1880 - 1918
Cuarto poema secreto a Madelaine
Mi boca tendrá ardores de averno,
mi boca será para ti un infierno de dulzura,
los ángeles de mi boca reinarán en tu corazón,
mi boca será crucificada
y tu boca será el madero horizontal de la cruz,
pero qué boca será el madero vertical de esta cruz.
Oh boca vertical de mi amor,
los soldados de mi boca tomarán al asalto tus entrañas,
los sacerdotes de mi boca incensarán tu belleza en su templo,
tu cuerpo se agitará como una región durante un terremoto,
tus ojos entonces se cargarán
de todo el amor que se ha reunido
en las miradas de toda la humanidad desde que existe.
Amor mío
mi boca será un ejército contra ti,
un ejército lleno de desatinos,
que cambia lo mismo que un mago
sabe cambiar sus metamorfosis,
pues mi boca se dirige también a tu oído
y ante todo mi boca te dirá amor,
desde lejos te lo murmura
y mil jerarquías angélicas
que te preparan una paradisíaca dulzura en él se agitan,
y mi boca es también la Orden que te convierte en mi esclava,
y me da tu boca Madeleine,
tu boca que beso Madeleine.
Versión de José Umaña

9
Luis Benítez
Buenos Aires, Argentina
Tiernas crueldades
cazarla como hacen los pigmeos
en el dibujo que trazan de la mujer amada
con arena
usan un pequeñísimo arco que no la ofenda
y una flecha diminuta
con veneno de verdad
y le disparan con toda su fuerza de verdad
esos pequeños
esos pequeños del áfrica ecuatorial
con iguales armas desmoronan un elefante
asimismo tumban el espíritu de la ella innumerable
(le cuento que eso siempre será más grande que un elefante)
reducida a sólo una
esa que se elige del todo
(quiero decírselo: de entre todo el todo
y además agrego que ningún dibujo tiene sombra)
partiendo desde el centro
porque no es el veneno
no
ni la fuerza del brazo que tensa la cuerda de víbora seca
es la potencia del hombre vivo
lo que el dibujo no comprende y eso entonces lo captura
porque los dibujos no comprenden
el aterrador poder de lo pequeño
lo diminuto como el arco y el hombre
que salen a cazar lo inmenso
dibujado con arena de colores
por él mismo
recuerde
porque siempre es de provecho
lo pequeño
dibuja y caza exactamente lo que quiere
De El venenero y otros poemas, (2005)

Jüri Talvet
Estonia
Cumplimiento
Te deslizas por la piel de mi garganta
y en mi sotabarba construyes tu nido
–¿dónde estaría a mejor recaudo?–:
ésa es tu Vía Láctea.
Te has multiplicado, has engendrado,
te has desgarrado, te has bifurcado.
¿Recuerdas todavía aquellos angostos senderos
que apuntaban apenas
y que se extienden más allá de los tuyos?
Te has quedado. Ni siquiera pienso en esas flores
purpúreas que, generosa, nunca me has negado,
que has mantenido abiertas noche y día en tu jardín.
Aun así, seguirás siendo libre y podrás confundirte,
porque junto a nosotros revolotearán las almas,
perpetuamente, en los aires del abandono.
El oro primigenio surge de tus entrañas
y se cumple en mi sotabarba tu Vía Láctea.

10
António Rebordão Navarro
Portugal - 1933
O rosto evidente
Sempre o rosto da amada é transparente,
por ele passa o mundo, passa gente,
vão, por si sós, desde a boca do Verão
aos cabelos do Inverno
as árvores mais claras e as mais fortes.
Sempre o rosto da amada é infinito,
uma escada que sobe como um grito
e nunca pára, suspenso entre o dia e a noite,
no violento espaço que ocupam duas mãos,
todos os frutos, os peixes que navegam com o sol,
os dragões soltos pela Primavera e mesmo o filho
que um dia partiu e volta agora,
todo o corpo mordido
pelas vorazes pulgas da miséria.
Sempre o rosto da amada é solidário
ao tempo e, rico e vário,
vai do vermelho ao rosa,
repousa no azul, salta no mar.
É varado de balas na Bolívia,
bombardeado no Vietname,
feito radiografia no Biafra.
Fiel é no entanto o rosto à vida
e tanto que palpita, ri e chora.
Sempre o rosto da amada é evidente.
Resta o rosto da amada,
o resto é no seu rosto que se sente.

Ana Marques Gastão


Portugal - 1966
Quando pela noite chegas dissolvem-se as trevas
e eu partir não quero porque esta é a noite
que ilumina o dia, canto do silêncio, eco subtil
no discurso do mundo. Quando pela noite chegas
é meu o teu amor, e a morte tarda doce como o mel.

Andrés Trapiello
España - 1953
El árbol de la ciencia
Dicen, mi amor, que es imposible hacer
versos de amor feliz, de enamorado,
que sólo lo perdido o no alcanzado
se canta en la poesía, el padecer
olvido o el sufrimiento de volver
al recuerdo de todo lo pasado.
Unas veces la sed de lo vedado;
otras, el vino del amargo ayer.
No hagas caso, mi amor, habladurías.
Contigo todas mis melancolías
son ramas escarchadas en anís
donde se posa un pájaro de nieve.
Escúchale cantar tan hondo y breve.
Que no te engañe su plumaje gris

11
Efraín Huerta
México- 1914 - 1982
Absoluto amor
Como una limpia mañana de besos morenos
cuando las plumas de la aurora comenzaron
a marcar iniciales en el cielo. Como recta
caída y amanecer perfecto.
Amada inmensa
como una violeta de cobalto puro
y la palabra clara del deseo.
Gota de anís en el crepúsculo
te amo con aquella esperanza del suicida poeta
que se meció en el mar
con la más grande de las perezas románticas.
Te miro así
como mirarían las violetas una mañana
ahogada en un rocío de recuerdos.
Es la primera vez que un absoluto amor de oro
hace rumbo en mis venas.
Así lo creo te amo
y un orgullo de plata me corre por el cuerpo.

Juan Rodolfo Wilcock


Buenos Aires, Argentina - 1919 - 1978
Noche tranquila
El delicado extremo de tus dedos, el finísimo
silencio de mis labios que sobre ellos
encuentra el brillo de las aguas, la luna
surgiendo en un estanque de anchas hojas;
por la altura va el viento, por los árboles
y en el cielo la noche.
Ahora contempla
cómo es dulce la vida, cómo se alejan
las órbitas etéreas abandonando
una luz sobre nuestra frente.
Yo te amo
y las horas ascienden; oye el rumor
desconocido de la noche e infinito.
Lentamente en mis brazos, sin turbar
la eternidad que el aire está formando
con sus círculos inmóviles, contempla
el pálido reflejo oscilando entre las hojas,
el instante que estamos en la tierra
detenido.
Allá arriba por los espacios azules
flotan sonidos suaves, y las estrellas.
en Los hermosos días

José Gregorio Bello Porras


Caracas, Venezuela -1953
Encuentro
Te encuentro
en el más mínimo
recuerdo
como mi máxima
vivencia.
De Extensa Brevedad

12
Miguel Hernández
Orihuela, España -1910 – 1942
Tus cartas son un vino
A mi gran Josefina adorada
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento para mi corazón.
Desde que estoy ausente
no sé sino soñar,
igual que el mar tu cuerpo,
amargo igual que el mar.
Tus cartas apaciento
metido en un rincón
y por redil y hierba
les doy mi corazón.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme, paloma,
que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre
con zumo de clavel,
y encima de mis huesos
de amor cuando papel.

Manuel Altolaguirre
Málaga, España – 1905 - 1959
Amor
Mi forma inerte grande como un mundo
no tiene noche alrededor ni día
pero tiniebla y claridad por dentro
hacen que yo, que tú, vivamos.
Mares y cielos de mi sangre tuya
navegamos los dos. No me despiertes.
No te despiertes, no, sueña la vida.
Yo también pienso en mí cuando te sueño
y robo al tiempo todas mis edades
para poblar mis íntimas moradas
y acompañarte siempre, siempre, siempre.

Arturo Arcángel
Colombia
Confesión sin destino
Me arrincono a tus pies
como una planta inerme
procurando el frescor que sólo da tu sombra,
Como una flor expuesta sobre el césped
busco la protección de tus murallas.
Porque sin Tí soy gota
.........y el océano es furia cercando a las ciudades.
Porque sin Tí soy viento
.........y el huracán rugiendo hace trizas los árboles
porque sin Tí
............soy
............Yo
............definitivamente nadie..
en "Centinela del Amor" – 1994

13
Natacha Santiago
La Habana, Cuba
Desborde por ti (fragmento)
“Cuando todo papel resulta insuficiente
cuando sonrío con voz entrecortada
cuando tímidamente a tu
explorativo gesto
sin temor respondo
hay explosión de euforia reprimida
una frase cualquiera intrascendente
y el disfrute de andar midiendo la
luz de nuestros cuerpos
unidos de brazos y más por el poema
de constatar que acoplamos
que en secreta fiesta podíamos sabernos
y disfrutar al fin de la manzana.”

Federico García Lorca


Fuente Vaqueros, España - 1898 – 1936
Alba
Mi corazón oprimido
siente junto a la alborada
el dolor de sus amores
y el sueño de las distancias.
La luz de la aurora lleva
semillero de nostalgias
y la tristeza sin ojos
de la médula del alma.
La gran tumba de la noche
su negro velo levanta
para ocultar con el día
la inmensa cumbre estrellada.
¡Qué haré yo sobre estos campos
cogiendo nidos y ramas,
rodeado de la aurora
y llena de noche el alma!
¡Qué haré si tienes tus ojos
muertos a las luces claras
y no ha de sentir mi carne
el calor de tus miradas!
¿Por qué te perdí por siempre
en aquella tarde clara?
Hoy mi pecho está reseco
como una estrella apagada.

Cristiane Grando
Cerquilho, São Paulo, Brasil – 1974
el amor
un tormento indomable
onda, tremor, tsunami
furor divino cuando el yo se astilla
para ser otro
blanco y bermejo se disuelven
en tierra, agua, viento, fuego
delirios de un ángel que alza el vuelo
con los auspicios de un demonio

14
Vicente Aleixandre
Sevilla, España - 1898 – 1984
Unidad en ella

Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,


rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.
Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima, con esa
indescifrable llamada de tus dientes.
Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.
Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.
Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.
Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala,
es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de la luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.

Antonio Cisneros
Perú - 1942
Para hacer el amor
Para hacer el amor
debe evitarse un sol muy fuerte sobre los ojos de la muchacha
tampoco es buena la sombra si el lomo del amante se achicharra
para hacer el amor.
Los pastos húmedos son mejores que los pastos amarillos
pero la arena gruesa es mejor todavía.
Ni junto a las colinas porque el suelo es rocoso ni cerca de las aguas.
Poco reino es la cama para este buen amor.
Limpios los cuerpos han de ser como una gran pradera:
que ningún valle o monte quede oculto y los amantes
podrán holgarse en todos sus caminos.
La oscuridad no guarda el buen amor.
El cielo debe ser azul y amable, limpio y redondo como un techo
y entonces
la muchacha no verá el Dedo de Dios.
Los cuerpos discretos pero nunca en reposo,
los pulmones abiertos,
las frases cortas.
Es difícil hacer el amor pero se aprende.

15
Violeta Luna
Ecuador
Los tiempos jubilosos
I
Quisiera adivinar
lo que te suena adentro.
saber si como yo
te rompes en cascadas o campanas.
Saber con más certeza
si somos dos guitarras minerales
o cítaras frenéticas.
Poder adivinar
si el mismo caracol nos canta adentro
mojándonos de estrellas y de olvido

II
Estás aquí conmigo
puntual como la luz en la ventana,
abierto como un libro
y lleno de palabras especiales.
Te veo como un barco
que trata de llegar a mi pupila,
o como un sabio mago
que logra sacar lunas de mi nombre.

III
Contigo todo es nuevo
aún lo conocido y repetido,
y hasta los días lunes son distintos.
Tal vez el almanaque no regrese,
y aunque los vientos ladren
y muerda el aguacero,
no ha de morir mi espacio,
aquel a donde llegan y florecen
tus tiempos jubilosos.

IV
Te acercas
y es como si a lo largo de mi cuerpo
se recostara un sol estremecido,
o como si en los brazos
se detuviera un río deleitoso.
Entonces me recorres
y siento que hay abejas en mis poros
y música en mi sangre.
Y sobre las palabras,
aquellas que se dicen y se escriben
está la llama misma de nosotros.

V
Por todo lo que tengo entre tus días,
tus brazos y tus cosas,
por todo lo que somos en palabras,
en tiempo y en recuerdos,
por todas las mañanas con violines,
con vientos o llovizna,
por todo lo que somos en el sueño
y todo lo que somos en la vida,
por ambos que nos damos sin rompernos
confieso que el amor tiene tu nombre.

16
Marco Antonio Flores
Guatemala – 1937
Redención
Estos días
lentos y lluviosos
camino
hablándome en silencio
de pronto
el mundo
me ha desplomado
Sólo tu mirada
me rescata del caos
En: Marco Antonio Flores – Poesía Completa – FyG Editores, Guatemala, 2010 -(De: Un ciego Fuego en el Alma)

Rafael Alberti
Cádiz, España – 1902 - 1999
Retornos del amor tal como era
Eras en aquel tiempo rubia y grande,
sólida espuma ardiente y levantada
Parecías un cuerpo desprendido
de los centros del sol, abandonado
por un golpe de mar en las arenas.
Todo era fuego en aquel tiempo. Ardía
la playa en tu contorno. A rutilantes
vidrios de voz quedaban reducidos
las algas, los moluscos y las piedras
que el oleaje contra ti mandaba.
Todo era fuego, exhalación, latido
de onda caliente en ti. Si era una mano
la atrevida o los labios, ciegas ascuas,
voladoras, silbaban por el aire.
Tiempo abrasado, sueño consumido.
Yo me volqué en tu espuma en aquel tiempo.
Carmen Boullosa
México - 1954
Filo de luz...
Filo de la luz
fruta abierta que a la noche
vuelves fuego
y que a la llama cambias en fresco sentido:
llego a buscar tu aliento:
más sedienta:
pozo de amor que me asombras,
cántaro de día.

Darío Jaramillo Agudelo


Colombia - 1947
Poemas de amor (I)
Ese otro que también me habita,
acaso propietario, invasor quizás o exiliado en este cuerpo ajeno o de ambos,
ese otro a quien temo e ignoro, felino o ángel,
ese otro que está solo siempre que estoy solo, ave o demonio,
esa sombra de piedra que ha crecido en mi adentro y en mi afuera,
eco o palabra, esa voz que responde cuando me preguntan algo,
el dueño de mi embrollo, el pesimista y el melancólico y el inmotivadamente alegre,
ese otro,
también te ama.

17
Jorge Debravo
Turrialba, Costa Rica - 1938 - 1967
Canción satisfactoria
Qué bien tu amor aquí para que ladre
y asuste a los leones de la muerte!
Qué bien tu amor velando como un padre
este miedo que tengo de perderte!
Qué bien tu amor manando a mediodía
una savia fresquísima y amada!
Qué bien despedazando la agonía
y poniendo esperanzas en la almohada!
Qué bien que esté allá lejos, madurando
como un durazno blando de ternura!
Qué bien cuando está cerca, despuntando
como un trozo de Dios, de la amargura.
Qué bien en la mañana, despertando
como un Resucitado de ternura...!

Lina Zerón
México - 1959
Septenario
Cómo no amarlo esta noche de álgida tormenta.
No verlo es tortura eterna para el cuerpo y alma.
Hoy lo quiero conmigo como aquel cuadro de Matisse,
como aquellos maduros racimos de días lejanos.
Cómo no amarlo si sus besos son impecable poema,
cálida su risa de cálido verano en madrugada,
caricias, rumor de fuego latiendo en mi piel,
una copa de vino blanco sostenida por mis piernas.
Cómo no amarlo si hoy es sábado y está conmigo,
con ternura mis lágrimas seca con su lengua,
si traigo tres o cuatro nubes flotando en la cabeza
y me obsequia cientos de arco iris para iluminar la vida.
Cómo no amarlo este domingo de citas familiares
cuando se aventura en cuerda floja sobre el abismo
utilizando mi amor como alas para guardar el equilibrio
tomar el teléfono y en secreto escucho que me ama.
Cómo no amarlo este lunes cuando despierta el alba
con descomunales ecos de recuerdos compartidos,
ansiosa sangre hace girar corazones como aspas de molino
y la noche vestida de aromas palidece ante sus besos.
Cómo no amarlo este martes de malas noticias:
ataque terrorista contra incautos niños palestinos,
inexpertos defensores acribillados en Irak
una vieja amante abandonada en una casa en ruinas.
Cómo no amarlo este aburrido miércoles
cuando todo es posible si recibo una carta
con enormes palabras que serenen la angustia
y el silencio se derrite al escuchar su nombre.
Cómo no amarlo este jueves o aquel viernes
raíces del fin de semana que tanto espero
para darle sentido al calor de los cuerpo
y encontrar una fecha inexistente en el calendario
para decirle cuánto, cuánto lo amo.
De "Nostalgia de Vida" 2005-Ed. Unión y UNEAC, La Habana

18
Pedro Mir
República Dominicana - 1913 – 2000
Pour toi
Estoy de ti florecido
como los tiestos de rosas,
estoy de ti floreciendo
de tus cosas...
Menudo limo de amores
abona mis noches tuyas
y me florecen de sueños
como los cielos de luna...
Como tú mido los pasos
y la distancia es más corta,
hablo en tu idioma de amor
y me comprenden las rosas...
Es que ya estoy florecido.
Es que ya estoy floreciendo
de tus cosas.

Meira Delmar
Barranquilla, Colombia –1922 - 2009
Raíz Antigua
No es de ahora este amor.
No es en nosotros
donde empieza a sentirse enamorado
este amor, por amor, que nada espera.
Este vago misterio que nos vuelve
habitantes de niebla entre los otros.
Este desposeído
amor, sin tardes que nos miren juntos
a través de los trigos derramados
como un viento de oro por la tierra;
este extraño
amor,
de frío y llama,
de nieve y sol, que nos tomó la vida,
aleve, sigiloso, a espaldas nuestras,
en tanto que tú y yo, los distraídos,
mirábamos pasar nubes y rosas
en el torrente azul de la mañana.
No es de ahora. No.
De lejos viene
--de un silencio de siglos--,
de un instante
en que tuvimos otro nombre y otra
sangre fugaz nos inundó las venas,
este amor por amor,
este sollozo
donde estamos perdidos en querernos
como en un laberinto iluminado.
Del libro Secreta Isla

"Lo irritante del amor estriba en que se trata de un crimen que requiere un cómplice". - Charles Baudelaire

19
Dulce María Loynaz
La Habana, Cuba - 1903 – 1997
Deseo
Que la vida no vaya más allá de tus brazos.
Que yo pueda caber con mi verso en tus brazos,
que tus brazos me ciñan entera y temblorosa
sin que afuera se queden ni mi sol ni mi sombra...
Que me sean tus brazos horizonte y camino,
camino breve y único horizonte de carne:
que la vida no vaya más allá... ¡Que la muerte
se parezca a esta muerte caliente de tus brazos!...

Rubén Bonifaz Nuño


Córdoba, Veracruz, México - 1923
Tú das la vista a mis pupilas ciegas
Tú das la vista a mis pupilas ciegas
y a mi voz la ternura que te nombra;
amor, cuánta amargura, cuánta sombra
se destruye en la luz en que me anegas.
En hoces claras a mi pecho llegas
y la esperanza al corazón asombra,
por ti la mano del olvido escombra
los restos tristes del dolor que siegas.
Por ti vencido, el peso de la angustia
inútilmente ya su fuerza mustia
contra tus simples luces abre inerte.
Amor, ardiente lámpara en la oscura
soledad, segador de la amargura.
Está lejano el miedo de perderte.

Carilda Oliver Labra


Matanzas, Cuba - 1924
Me desordeno, amor, me desordeno
Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada,
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.
Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada
me desordeno, amor, me desordeno;
y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;
y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.

“Si mi amante muere, ¡que sea yo su mortaja!


así nos desposaremos juntos con el polvo”.-
Landay - en el libro El suicidio y el canto, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo.

20
Julia de Burgos
Puerto Rico - 1914 – 1953
Donde comienzas tú
Soy ola de abandono,
derribada, tendida,
sobre un inmenso azul de sueños y de alas.
Tú danzas por el agua redonda de mis ojos
con la canción más fresca colgando de tus labios.
¡No la sueltes, que el viento todavía azota fuerte
por mis brazos mojados,
y no quiero perderte ni en la sílaba!
Yo fui un día la gaviota más ave de tu vida.
(Mis pasos fueron siempre enigma de los pájaros.)
Yo fui un día la más honda de tus edades íntimas
(El universo entero cruzaba por mis manos.)
¡Oh día de sueño y ola...!
Nuestras dos juventudes hacia el viento estallaron.
Y pasó la mañana,
y pasó la agonía de la tarde muriéndose en el fondo de un lirio,
y pasó la alba noche resbalando en los astros,
y pasó la extasiada juventud de la aurora
exhibiéndose en pétalos
y paso mi letargo...
Recuerdo que al mirarme con la voz derrotada,
las dos manos del cielo me cerraron los párpados.
Fue tan sólo una ráfaga,
una ráfaga húmeda que corto mi sonrisa
me izó en los crepúsculos entre caras de espanto.
Tú nadabas mis olas retardadas e inútiles,
por poco me parto de dolor esperando...
Pero llegaste, fértil,
más intacto y más blanco.
me llevaste, épico,
venciéndote en ti mismo los caminos cerrados.
Hoy anda mi caricia
derribada, tendida,
sobre un inmenso azul de sueños con mañana.
Soy ola de abandono,
tus playas ya saltan certeras, por mis lágrimas.
¡Amante, la ternura desgaja mis sentidos...
o misma soy un sueño remando por tus aguas!

Gabriel Zaid
México
La ofrenda
Mi amada es una tierra agradecida.
Jamás se pierde lo que en ella se siembra.
Toda fe puesta en ella fructifica.
Aun la menor palabra en ella da su fruto.
Todo en ella se cumple, todo llega al verano.
Cargada está de dádivas, pródiga
y en sazón.
En sus labios la gracia se siente agradecida.
En sus ojos, su pecho, sus actos, su silencio.
Le he dado lo que es suyo, por eso me lo entrega.
Es el altar, la diosa y el cuerpo de la ofrenda.

21
Gabriela Mistral
Chile – 1889 - 1957
Besos

Asi de ardiente, asi de vehemente,


diamante en su pasión transfigurado.
Amarte a ti, universo deseado
besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie a descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuántas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.
Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que sólo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero... ? indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.
Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios.
Te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

22
Mario Benedetti
Uruguay – 1920 - 2009
El sexo de los ángeles
Una de las lamentables carencias de información que han padecido los hombres y mujeres de todas las épocas se
relaciona con el sexo de los ángeles. El dato, nunca confirmado, de que los ángeles no hacen el amor quizás signifique
que no lo hacen de la misma manera que los mortales.
Otra versión, tampoco confirmada pero más verosímil, sugiere que si bien los ángeles no hacen el amor con sus cuerpos
(por la mera razón de que carecen de los mismos) lo celebran en cambio con palabras, vale decir con las adecuadas.
Así, cada vez que Ángel y Ángela se encuentran en el cruce de dos transparencias, empiezan por mirarse, seducirse y
tentarse mediante el intercambio de miradas que, por supuesto, son angelicales.
Y si Ángel, para abrir el fuego, dice: “Semilla”, Ángela, para atizarlo, responde: “Surco”. Él dice: “Alud”, y ella
tiernamente: “Abismo”.
Las palabras se cruzan, vertiginosas como meteoritos o acariciantes como copos.
Ángel dice: “Madero”. Y Ángela: “Caverna”.
Aletean por ahí un Ángel de la Guarda, misógino y silente, y un ángel de la Muerte, viudo y tenebroso. Pero el par
amatorio no se interrumpe, sigue silabeando su amor.
Él dice: “Manantial”. Y ella: “Cuenca”.
Las sílabas se impregnan de rocío y, aquí y allá, entre cristales de nieve, circulan el aire y su expectativa.
Ángel dice: “Estoque”, y Ángela, radiante: “Herida”.
Él dice: “Tañido”, y ella: “Rebato”.
Y en el preciso instante del orgasmo ultraterreno, los cirros y los cúmulos, los estratos y nimbos, se estremecen,
tremolan, estallan, y el amor de los ángeles llueve copiosamente sobre el mundo.

Despistes y franquezas (1996)

Leda García
Costa Rica
La latitud del labio
Que mi piel se agolpe
en tus esquinas,
toda,
cuando llegue a tu boca
y se desnude
para invadirte el cuerpo
todo,
que se extinga esta sed
que duele tanto
de tanto no beberte
y he de beberte
todo,
en esa latitud del labio
preso.
Mi boca
toda,
gemirá con la tuya
en la sabia indefensión
de los deseos
todos,
convulsos,
desprendidos,
despoblados de fiebre
por tenernos.
Que la piel nos castigue
con más besos,
que la piel nos castigue.

23
Luis Cernuda
España – 1902 - 1963
Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo,
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
Si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Darwish, Mahmud Espérala


Palestina – 1941 - 2008 para que se suba la falda y aparezcan sus piernas nube a nube.
Espérala
Con la copa engastada de lapislázuli y llévala a una ventana para que vea una luna bañada en
la espero, leche.
junto al estanque, el agua de colonia y la tarde Espérala
la espero, y ofrécele el agua antes que el vino,
con la paciencia del caballo preparado para los senderos de la no mires el par de perdices dormidas en su pecho.
montaña
la espero, Espérala
con la elegancia del príncipe refinado y bello y roza suavemente su mano cuando
la espero, poses la copa en el mármol,
con siete almohadas rellenas de nubes ligeras como si le quitaras el peso del rocío.
la espero, Espérala
con el fuego del penetrante incienso femenino y habla con ella como la flauta
la espero, con la temerosa cuerda del violín,
con el perfume masculino del sándalo en el lomo de los como si fuérais dos testigos de lo que os reserva el mañana.
caballos
la espero. Espérala
y pule su noche anillo a anillo.
No te impacientes. Si llega tarde
espérala Espérala
y si llega antes de tiempo hasta que la noche te diga:
espérala, no quedáis más que vosotros dos en el mundo.
y no asustes al pájaro posado en sus trenzas. Entonces llévala con dulzura a tu muerte deseada
Espérala, y espérala...
para que se sienta tranquila, como el jardín en plena
floración.
Lecciones del Kamasutra
Espérala
para que respire este aire extraño en su corazón.

24
Manuel Bandeira
Recife, Brasil - 1886 - 1968
Desnudo
Cuando estás vestida,
Nadie imagina
Los mundos que escondes
Bajo tus ropas.
(Así, como en el día,
No tenemos noción
De los astros que lucen
En el profundo cielo.
Pero la noche se desnuda,
Y, desnuda en la noche,
Palpitan tus mundos
Y los mundos de la noche.
Brillan tus rodillas
Brilla tu ombligo
Brilla toda tu
Lira abdominal.
Tus senos exiguos.
-Como dos frutos pequeños
En la rigidez
Del tronco robusto-
Brillan. ¡Ah, tus senos!
¡Tus duros pezones!
¡Tu torso! ¡Tus flancos!
¡Ah, tus hombros!
Con la desnudez, tus ojos
También se desnudan;
Tu mirar es más difuso,
Más lento, más líquido.
Entonces, en ellos,
Floto, nado, salto,
¡Me sumerjo
Perpendicular!
Bajo hasta lo más hondo
De tu ser, allá donde
Me sonríe tu alma,
Desnuda, desnuda, desnuda.

Lope de Vega
España- 1562 -1635
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño:
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

25
Eugenio Montejo
Caracas, Venezuela - 1938
Mi amor
En otro cuerpo va mi amor por esta calle,
siento sus pasos debajo de la lluvia,
caminando, soñando, como en mí hace ya tiempo...
Hay ecos de mi voz en sus susurros,
puedo reconocerlos.
Tiene ahora una edad que era la mía,
una lámpara que se enciende al encontrarnos.
Mi amor que se embellece con el mar de las horas,
mi amor en la terraza de un café
con un hibisco blanco entre las manos,
vestida a la usanza del nuevo milenio.
Mi amor que seguirá cuando me vaya,
con otra risa y otros ojos,
como una llama que dio un salto entre dos velas
y se quedó alumbrando el azul de la tierra.

Josefa Parra
Jerez de la Frontera, España -1965
De amor cortés
¡Oh Dios, oh Dios, el alba! ¡Qué pronto viene!
Fragmento de un alba del sigloXV
Me has amado otra vez, tan delicadamente
-pueden también las fieras usar de cortesía-,
me has desnudado el cuerpo, aunque estaba desnuda,
abriéndome la piel con la boca y las uñas.
Es hermoso el dolor, doloroso el deseo,
tú más hermoso aún, más hiriente por tanto,
y es hermoso tenerte entre sangre y saliva,
apretado y caliente, hambriento todavía.
Quieran Dios y la Carne firmar una alianza,
que se alargue la noche más allá de la noche,
que se apague el lucero que anuncia la alborada
por que sólo amanezca debajo de las sábanas.
De "Alcoba del agua"- 2002

Chantal Maillard
España (Bruselas- 1951)
Llevo acostada largo tiempo...
Llevo acostada largo tiempo
en la orilla. Mis pechos
son colinas cubiertas de hoja seca.
Levanto la cabeza y me contemplo:
en mis muslos el vello a punto de ser vello,
me incorporo: la hierba a punto de ser hierba,
doy un paso y despierto al agua
a punto de ser agua,
se asusta un ave negra a punto de ser ave a punto
de ser negra...
Un resplandor me ciega:
el bosque me contempla, a punto de ser bosque,
a punto de ser tuya.
De "Hainuwele" 1990

26
Carmen Matute
Guatemala - 1944
Carta al amante
Por recorrer tu piel a pedacitos
olvidé la piel agrietada
de la patria,
dejé de andar por sus caminos,
no llegué hasta sus aldeas,
ignoré el hambre y la violencia,
sumergida en un orgasmo inacabable.
Así me fui volviendo caracol.
Me fui volviendo tortuga,
oculta en las profundidades de su casa.
Vivía inútil, cantando
como la cigarra de la fábula.
Mi casa no tenía puertas ni ventanas.
Monumental, ¡el egoísmo me envolvía
en su crisálida!
Sin embargo, nuestro amor crecía.
Nuestro amor, que ha sido
un diálogo de años.
Un amarnos a besos,
a golpes a mordiscos.
Paul Eluard
Francia – 1895 - 1952
La enamorada
Ella vive de pie sobre mis párpados
Sus cabellos están entre los míos
Tiene la forma exacta de mis manos
Y el color de mis ojos que la miran
Ella se hunde entre mi propia sombra
Como una piedra en el azul del cielo.
Ella tiene los ojos siempre abiertos
Y me impide dormir con su mirada
A plena luz sus sueños luminosos
Hacen evaporar todos los soles
Sus sueños me hacen sollozar reír
Y hablar sin tener nada que decir...
Versión de Andrés Holguín

Roberto Juarroz
Argentina – 1925 - 1995
Un amor más allá del amor
Un amor más allá del amor,
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y de la compañía.
Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
Un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.
Un amor para estar juntos
o para no estarlo
pero también para todas las posiciones
intermedias.
Un amor como abrir los ojos.
Y quizá también como cerrarlos.

27
Carmen González Huguet
El Salvador - 1958
De "Ausencia": 1
Cúbreme, amor, el cielo de la boca...
Rafael Alberti
Aire sólo, fervor que callo y digo,
palabra que te nombra y te delata,
que te eleva en su vuelo o te maniata:
en mi boca te encierro o te prodigo.
Te dejo a la intemperie o al abrigo,
te guardo en ventisquero o en fogata.
Pródiga, codiciosa catarata,
vas en mi labio como fiel testigo
de todo lo que en él pones y eres,
de todo lo que en él tu sed convoca
y de lo que en su amor beber quisieres.
Silencia esta ebriedad que el labio aloca
y con el agua en que dichoso mueres
cúbreme, amor, el cielo de la boca.

Renata Durán
Bogotá, Colombia - 1950
Aquí en mi cuerpo...
Aquí en mi cuerpo
acabó de pasar el mediodía
y por mi piel respira un agua
atardecida.
Los labios están secos,
guardo en la lengua
los aromas.
Si acaso pusieras
tu mano
entre mis muslos,
sabrías que estás vivo.
Saborearías mi sal.
Haríamos un pozo
en el tiempo,
y dejaríamos que el sol
nos madurara.

Etnairis Rivera
Puerto Rico - 1949
El beso
El curso de este afán es el de un beso
que ha dado tantas vueltas.
Aquí el amor ahora,
allá el desamor más adelante,
afán gustoso que en la piel estalla
y ordena el rumbo cada día,
afán de ave que emigra
y busca el viento que le acomode.
Un beso desata lluvias,
levanta aromas antiguos en el ombligo
donde los poetas recuentan la vida.
Un beso amanece pegado al cuerpo
durante meses, hasta que parte el hilo
y se despeña.
Un beso renace de su ceniza
y funda flor en otro templo.

28
Xavier Villaurrutia Amar es absorber tu joven savia
México – 1903 - 1951 y juntar nuestras bocas en un cauce
Amor condusse noi ad una morte hasta que de la brisa de tu aliento
se impregnen para siempre mis entrañas.
Amar es una angustia, una pregunta, Amar es una envidia verde y muda,
una suspensa y luminosa duda; una sutil y lúcida avaricia.
es un querer saber todo lo tuyo
Amar es provocar el dulce instante
y a la vez un temor de al fin saberlo.
en que tu piel busca mi piel despierta;
Amar es reconstruir, cuando te alejas, saciar a un tiempo la avidez nocturna
tus pasos, tus silencios, tus palabras, y morir otra vez la misma muerte
y pretender seguir tu pensamiento provisional, desgarradora, oscura.
cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas.
Amar es una sed, la de la llaga
Amar es una cólera secreta, que arde sin consumirse ni cerrarse,
una helada y diabólica soberbia. y el hambre de una boca atormentada
Amar es no dormir cuando en mi lecho que pide más y más y no se sacia.
sueñas entre mis brazos que te ciñen, Amar es una insólita lujuria
y odiar el sueño en que, bajo tu frente, y una gula voraz, siempre desierta.
acaso en otros brazos te abandonas.
Pero amar es también cerrar los ojos,
Amar es escuchar sobre tu pecho, dejar que el sueño invada nuestro cuerpo
hasta colmar la oreja codiciosa, como un río de olvido y de tinieblas,
el rumor de tu sangre y la marea y navegar sin rumbo, a la deriva:
de tu respiración acompasada. porque amar es, al fin, una indolencia.

Homero Aridjis
Michoacán, México - 1940
Te amo ahí contra el muro destruido
Te amo ahí contra el muro destruido
contra la ciudad y contra el sol y contra el viento
contra lo otro que yo amo y se ha quedado
como un guerrero entrampado en los recuerdos
Te amo contra tus ojos que se apagan
y sufren adentro esta superficie vana
y sospechan venganzas
y muertes por desolación o por fastidio
Te amo más allá de puertas y esquinas
de trenes que se han ido sin llevarnos
de amigos que se hundieron ascendiendo
ventanas periódicas y estrellas
Te amo contra tu alegría y tu regreso
contra el dolor que astilla tus seres más amados
contra lo que puede ser y lo que fuiste
ceremonia nocturna por lugares fantásticos
Te amo contra la noche y el verano
contra la luz y tu semejanza silenciosa
contra el mar y septiembre y los labios que te expresan
contra el humo invencible de los muertos

“¡Rápido, amor mío, quiero ofrecerte mi boca!


la muerte ronda por la aldea y podría llevarme”.
Landay - en el libro El suicidio y el canto, bajo el sello de Ediciones del Oriente y del Mediterráneo.

29
Anne Sexton
Massachusetts, Estados Unidos - 1928- 1974
Cuando un hombre entra en una mujer
Cuando un hombre entra
en una mujer,
como el oleaje que muerde la orilla,
una y otra vez,
y la mujer abre la boca de placer
y sus dientes brillan
como el alfabeto,
Logos aparece ordeñando una estrella,
y el hombre
dentro de la mujer
hace un nudo,
para que nunca más estén separados
y la mujer
sube a una flor
y Logos aparece
y desata los ríos.
Este hombre,
esta mujer
con su doble hambre,
han procurado penetrar
la cortina de Dios,
lo cual brevemente
han logrado
aunque Dios
en su perversidad
deshace el nudo.
Gonzalo Rojas
Chile - 1917
Qué se ama cuando se ama?
Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¨Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: amor? ¨Quién es? ¨La mujer con su hondura, sus rosas, sus
volcanes
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raices?
¨O todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en particular de fugaces
de eternidad visible
Me muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trecientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.

Ana Istarú
San José, Costa Rica - 1960
No soy la doncella sagrada
Tu amor me será hoy
dos veces grato.
No soy, lo has visto,
la doncella sagrada
y ocupo por lo tanto
de tus buenos oficios
para soltar los cascos de la especie
por mi cuerpo.
Imprímeme en la boca
tus aceites marinos
y en la palabra madre
la palabra deseo.
De “Verbo madre” 1995

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Gabriel Impaglione
Morón, Argentina - 1958
Cómo se dice no sabemos

“Vivir –¿me oyes?– vivir un día nuevo


en el que la vergüenza no nos astille el ojo
como cuando se enteran nuestros hijos
de esta paternal orfandad de dos monedas.”
Gustavo Valcarcel

Esta pobreza nos llega sin campana,


sobresalta la luna dormida en nuestras manos
y nos interroga agita la alacena radiográfica
urga en nuestras cosas por una moneda.
Qué haremos con el desvelo sin palabras
en la casa nuestra los dos así casi desnudos
explicándonos aquello que hace falta
todo lo que existe siempre lejos.
Venderemos un ojo por debajo del abrazo
llevaremos una oreja al mercado del viento
y ya no existirá talvez que nos ofrezca casa.
¿Habrá más inquietud? ¿Qué es la inquietud?
¿Cómo se dice no sabemos en el idioma
de una mujer y un hombre unidos por su sangre?

De Barco en las arenas de Finisterre.

Ana Rosseti
Cádiz, España - 1950
El jardín de tus delicias
Flores, pedazos de tu cuerpo;
me reclamo su savia.
Aprieto entre mis labios
la lacerante verga del gladiolo.
Cosería limones a tu torso,
sus durísimas puntas en mis dedos
como altos pezones de muchacha.
Ya conoce mi lengua las más suaves estrías de tu oreja,
y es una caracola.
Ella sabe a tu leche adolescente,
y huele a tus muslos.
En mis muslos contengo los pétalos mojados
de las flores. Son flores pedazos de tu cuerpo
De: Breviario del deseo: Poesía erótica escrita por mujeres

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“... porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin
más ni más... “-Sancho. (Quijote, 11, cap. 74.) Miguel de Cervantes Saavedra

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