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El progreso dialéctico es siempre lucha y conflicto hacia algo mejor.

Para Hegel el avance dialéctico


es racional, todo tiene su razón de ser y el individuo no es tan importante como la idea o espíritu
que es la que domina la realidad. De esta forma para Hegel "La razón rige al mundo".

Este es el método idealista hegeliano que tiene como base de todo la idea, concepto o espíritu, y
dice que la conciencia es lo que determina al hombre, lo que posteriormente será invertido por la
teoría marxista. En torno al principio idealista, el pensamiento es el verdadero ser.

Marx tiene una visión del mundo dialéctica, pero con una inversión materialista de Hegel (para
quien todo es dialéctico e idealista). Marx ve a la dialéctica como importante pero no se debe
mistificar a la razón (crítica al misticismo lógico hegeliano). La crítica al misticismo lógico hegeliano
indica que la dialéctica no debe ser abstracta sino que debe guardar relación con los intereses
materiales y las fuerzas sociales, que son las que generan choques de ideas que no se entienden al
margen del sustento material.

De esta forma se pasa del idealismo al materialismo, ya que si bien la interpretación debe ser
dialéctica como movimiento de la realidad materialista para entender la estructura de la dinámica
interna de la realidad, se debe ir de lo real, de las condiciones de existencia, a la conciencia.

Como Marx ve incongruencias teóricas al aplicar el sistema hegeliano a la realidad de su época, se


da cuenta de que la dialéctica marcha al revés, y que la visión de la sociedad es invertida. Tambien
la realidad capitalista esta invertida y fetichizada, pero se presenta a si misma como correcta (por
ejemplo la libertad de los asalariados no es real ya que si bien son libres de vender o no su fuerza
de trabajo, quien no la vende cae en la pobreza).

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