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Situacion Economico Social En Mexico

El Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales (DESC), de la Organización de


Naciones Unidas, manifestó al gobierno mexicano su preocupación por los altos índices
de violencia doméstica que se registran en el país contra mujeres y niños, y que en varios
estados “la definición de incesto en las leyes no protege adecuadamente a menores de
edad”.
De igual forma, señaló al gobierno que otros motivos de alarma son el que del total de la
población económicamente activa, aproximadamente 40 por ciento se encuentra en el
sector informal; los bajos salarios mínimos de los trabajadores indígenas y mujeres; y que
pese al programa Seguro Popular cerca de la mitad de la población no tiene acceso a la
seguridad social.

Luego de analizar el cuarto informe periódico que el gobierno mexicano presentó en


Ginebra, Suiza, sobre la situación en ese ámbito, dicho comité formuló 18 observaciones,
21 sugerencias y recomendaciones al informe oficial, la cual le reconoce sólo cinco
aspectos positivos.

Otras de las preocupaciones externadas son: la edad mínima para el matrimonio en


muchas entidades, que es de 14 años para las niñas y 16 años para los niños, sujetos al
consentimiento de los padres, y “la edad para el consentimiento sexual es solamente de
12 años para los dos géneros”.

Asimismo, el gobierno mexicano recibió la observación de que “pese a sus esfuerzos para
reducir la pobreza, más de 40 millones de personas continúan en esa condición, en
particular, las comunidades indígenas, y otros individuos, grupos desfavorecidos y
marginados, tales como mujeres indígenas, campesinos, trabajadores del sector informal
y personas de la tercera edad”.

El comité criticó también “el alto porcentaje de niños menores de 16 años involucrados en
trabajo infantil, principalmente en labores agrícola e industrial, y enfatiza que trabajan
frecuentemente en condiciones deficientes y peligrosas.

El alto índice de mortalidad materna causada por abortos clandestinos, en particular en lo


que se refiere a niñas y mujeres jóvenes, es angustiante, sobre todo porque hay informes
“sobre la obstrucción al acceso a servicios de aborto legal después de una violación
sexual”.
Condenó también el comportamiento abusivo de personal de salud y funcionarios del
Ministerio Público hacia las embarazadas víctimas de violación; los impedimentos legales
en casos de incesto, la falta de acceso a servicios y educación en salud reproductiva,
especialmente en zonas rurales y comunidades indígenas”.

Refiere además su inquietud por los informes sobre comunidades indígenas y locales que
se oponen a la construcción de la hidroeléctrica La Parota u otros proyectos bajo el Plan
Puebla Panamá, porque no han sido consultados adecuadamente, y en ocasiones a esa
población se le ha impedido participar en asambleas locales relativas a la ejecución de
esos proyectos.

Subraya que es motivo de preocupación que la construcción de dicha presa “causaría el


hundimiento de 17 mil hectáreas de tierra habitada o cultivada, conduciría al deterioro
ambiental y a desplazar a 25 mil personas, situación que de acuerdo con el Tribunal
Latinoamericano del Agua, viola los derechos comunales a la tierra”.

Censura las malas condiciones de trabajo de los indígenas, “quienes están


frecuentemente mal pagados o no reciben salario alguno, ni prestaciones de seguridad
social o vacaciones pagadas, y frecuentemente trabajan por contratos diarios, o como
miembros de la familia no pagados”.

El hecho de que el subsidio de desempleo del Estado sólo cubre la cesación del empleo
en edad avanzada, la carencia de una legislación sobre la igualdad de género y de leyes
sobre el hostigamiento sexual en 14 estados, el que los programas de vivienda no
atienden adecuadamente las necesidades en zonas urbanas, la falta de maestros rurales,
la baja asistencia de niños indígenas a las escuelas, son considerados graves problemas
por el organismo.

Pilar Berros, del Centro Antonio Montesinos; Miguel Angel Paz, de Enlace Chiapas;
Rodrigo Olvera, del Centro de Reflexión Laboral; Alelí Sandoval, de Equipo Pueblo, y
Elizabeth Plácido, del Comité América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos
de la Mujer, dieron a conocer las observaciones que el comité de DESC hizo a México.

Crisis económica de 2008-2010

Por crisis económica de 2008 a 2010 se conoce a la crisis económica mundial que
comenzó ese año, originada en los Estados Unidos. Entre los principales factores
causantes de la crisis estarían los altos precios de las materias primas, la
sobrevalorización del producto, una crisis alimentaria mundial, una elevada inflación
planetaria y la amenaza de una recesión en todo el mundo, así como una crisis crediticia,
hipotecaria y de confianza en los mercados. La causa raíz de toda crisis según la Teoría
austríaca del ciclo económico es una expansión artificial del crédito. En palabras de Jesús
Huerta de Soto esta crisis "surge de la expansión crediticia ficticia orquestada por los
bancos centrales, y que ha motivado que los empresarios invirtieran donde no debían"[1] .

Muchos autores consideran que no se trata de una verdadera crisis, sino que más bien es
una oportunidad de crecer y tener nuevas ideas dado que el término crisis carece de
definición técnica precisa pero está vinculado a una profunda recesión; ésta, a su vez, se
define como dos trimestres consecutivos de decrecimiento económico.[2] Por el momento,
este fenómeno no se ha producido en la mayor parte de economías desarrolladas. Según
algunas hipótesis, la crisis podría finalizar en 2010.[3] [4] [5] [6] [7] [8] [9] Predecir algo así es muy
complicado si no imposible, ya que la ciencia económica sólo puede predecir tendencias.
Lo que sí está claro es que se pueden evitar futuras crisis evitando su causa raíz.

La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner en su primer discurso en la 63ª


Asamblea General de la ONU denominó a dicha crisis como Efecto Jazz, dado que el
origen de la crisis fue el centro de Estados Unidos y se expandió hacia el resto del mundo,
en clara contraposición a crisis anteriores que se originaban en países emergentes y se
expandían hacia el centro, como fueron el Efecto Tequila, Efecto Caipirinha y el Efecto
Arroz.

La crisis iniciada en el 2008 ha sido señalada por muchos especialistas internacionales


como la "crisis de los países desarrollados", ya que sus consecuencias se observan
fundamentalmente en los países más ricos del mundo.

Crisis económica en México

Debido a la alta dependencia de la economía mexicana en su comercio exterior con los


EE.UU. y a la caída en las remesas provenientes de los emigrantes (segunda fuente de
divisas después del petróleo) producto de la desaceleración de la economía
norteamericana, México no tardo en resentir los efectos de una crisis económica en el
país vecino, el efecto domino que esto tuvo en todos los sectores de la economía
mexicana tardaron unos meses en hacerse presentes. El desempleo abierto en México
subió a 4,06% en enero de ese año, comparativamente mayor con la tasa del año anterior
que se encontraba en 3,96%, y solo en enero de 2009, 336 mil personas se quedaron
desempleadas en México. La debilidad estructural de las finanzas del gobierno mexicano
altamente dependientes del precio del petróleo y la constante caída en la producción de
este recurso tuvieron una repercusión presupuestal que obligo a elevar impuestos como el
Impuesto al Valor Agregado, el Impuesto Sobre la Renta y a instaurar impuestos nuevos a
las telecomunicaciones, desafortunadamente estos ingresos no van encaminados a
nuevas inversiones o proyectos productivos, sino a mantener una burocracia inoperante
que consume el 80% del presupuesto, esto plantea nuevos escenarios de crisis en un
mediano plazo.

El año 2009 ha sido especialmente difícil para la economía mexicana. Al iniciar el año, las
expectativas oficiales pronosticaban un crecimiento exiguo a lo largo de 2009. Sin
embargo, al pasar los meses las expectativas fueron tomando derroteros más pesimistas
y en ocasiones contradictorios, por ejemplo, entre los pronósticos de la Secretaría de
Economía y el Banco de México. Después de la epidemia de gripe A(H1N1), se comenzó
a hablar de una afectación de la actividad económica en el país, especialmente en el caso
del sector turístico que es la tercera fuente de divisas para el país. El titular de la Sectur
apuntaba en mayo de 2009 que la ocupación de los hoteles en los principales destinos
turísticos del país oscilaba entre 10 y 30% a lo que se sumaba la cada vez más frecuente
cancelación de vuelos. Ante ese panorama el secretario Rodolfo Elizondo Torres
pronosticaba una pérdida de más de 100 mil empleos en el sector.

Por otro lado, desde 2008 el peso mexicano entró en una serie de depreciaciones frente
al dólar estadounidense que lo llevaron a perder alrededor del 25% de su valor hacia
2009. Si en 2006 (año de inicio del gobierno de Felipe Calderón) el dólar se compraba en
10,77 MXN, en enero de 2009 se compraba en las ventanillas bancarias al precio de
13,48 pesos por dólar. Entre las medidas que se tomaron para contener la devaluación
del peso se aplicó la subasta de una parte de la reserva de divisas internacionales, lo que
llevó al país a gastar más de 20 mil millones de dólares estadounidenses sin lograr los
resultados esperados

La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) apuntó en su reporte anual que
México sería el país más afectado por la crisis económica en la región al presentar una
contracción de 7% en su producto interno bruto (PIB).

Economia de mexico

México tiene una economía de libre mercado orientada a las exportaciones. Es la 2ª más
grande de América Latina, y es la 3ª economía en tamaño de toda América después de la
de los Estados Unidos y Brasil. Además, es integrante de BRIMCs (Brasil, Rusia, India,
México y China), países considerados superpotencias emergentes. Según datos del FMI,
en 2006 el Producto interior bruto, medido en paridad de poder adquisitivo superior al
billón de dólares, convirtió a la economía mexicana en la 13ª más grande del mundo —
aunque en 2001 había sido la novena[14] —. Además, se ha establecido como un país de
renta media alta. Desde la crisis de 1994 las administraciones presidenciales han
mejorado los cimientos macroeconómicos. La nación no fue influida por las crisis
sudamericanas y ha mantenido tasas de crecimiento positivas, aunque bajas, después del
estancamiento económico del 2001. Las corporaciones Moody's y Fitch IBCA le han
otorgado grados de inversión a la deuda soberana de México. A pesar de su estabilidad
macroeconómica que ha reducido la inflación y las tasas de interés a mínimos históricos y
que ha incrementado el ingreso per capita, existen grandes brechas entre ricos y pobres,
los estados del norte y los del sur, y entre la población urbana y rural.[15] Algunos de los
retos del gobierno siguen siendo mejorar la infraestructura, modernizar el sistema
tributario y las leyes laborales así como reducir la desigualdad del ingreso.

La economía contiene una mezcla de industrias y sistemas agrícolas modernos y


antiguos, ambos dominados cada vez más por el sector privado. Los gobiernos recientes
han expandido la competencia en puertos marítimos, telecomunicaciones, la generación
de la electricidad, la distribución del gas natural para modernizar la infraestructura. Siendo
una economía orientada a las exportaciones, más del 90% del comercio mexicano se
encuentra regulado en tratados de libre comercio (TLC) con más de 40 países, incluyendo
a la Unión Europea, Japón, Israel y varios países de la América Central y la América del
Sur. El TLC más influyente es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(NAFTA), firmado en 1992 por los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y México, el cual
entraría en vigor en 1994. El 2006 el comercio de México con sus socios norteamericanos
representaba cerca del 90% de sus exportaciones y el 55% de sus importaciones.[16]
Pobreza

Después de la crisis de 1994, el 50% de la población cayó en pobreza. Un crecimiento


rápido de las exportaciones propiciado por el NAFTA y otros acuerdos comerciales, así
como la reestructuración de las finanzas macroeconómicas iniciadas durante la
administración de Zedillo y conservadas durante la administración de Fox, tuvieron
resultados significativos en la reducción de la tasa de pobreza. De acuerdo con el Banco
Mundial, la pobreza extrema se redujo a 17,6% en el 2004. La mayor parte de esta
reducción se logró en las comunidades rurales donde la tasa de pobreza extrema se
redujo de 42% al 27,9% entre el 2000 y el 2004, ya que la pobreza urbana se estancó en
11%.[38]

Componentes de la economía

El sector de los servicios es el componente más grande del PIB: 65%, seguido del sector
industrial en 31% (est. 2009). El sector agrícola sólo representa el 4% del PIB. La fuerza
laboral se ha estimado en 47 millones (est. 2009)[55] de personas de los cuales el 13.7%
está empleada en la agricultura, el 23.4% en la industria y el 62.9% en el sector de los
servicios (2005).[56]

Desigualdad y pobreza
Quizá la clave para entender que somos la economía número 10 a nivel mundial,8 pero
que
obtuvimos el lugar 55 en cuanto a desarrollo humano, sea, además del efecto poblacional,
la
profunda pobreza y la muy alta concentración del ingreso que el país ha tenido
tradicionalmente.
El Cuadro 1 indica que los países latinoamericanos, especialmente Brasil, Colombia,
Guatemala y México tienen una muy mala distribución del ingreso en relación con otros
países. La desigualdad en México es mayor que en países más pobres como Nigeria,
Kenia o
Bangladesh.9 Al menos por el tamaño del PIB, a México le corresponderían niveles de
desigualdad
de países como España y Corea del Sur, cuyos coeficientes de Gini son de 0.33 y
0.32, respectivamente, claramente menores al observado en nuestro país.10 (Véase
Cuadro 1).
Utilizando las encuestas de ingreso y gasto del INEGI, la Tabla 2 muestra que en el
periodo 1992-2002 la distribución del ingreso se ha mantenido en general estable. El 10
por
ciento de las familias más pobres de México (el primer decil de la tabla) reciben sólo el 1.6
por ciento del ingreso total generado cada año. Al mismo tiempo, la población con
mayores
ingresos (quienes se colocan en el décimo decil) logran obtener más del 35 por ciento del
ingreso anual. Dicho de otra manera, el ingreso promedio de las familias del decil más
pobre
representa alrededor de 4 por ciento de los ingresos de las familias con mayor riqueza en
México. (Véase Cuadro 2).
7 Para un análisis más extenso sobre estos temas, utilizando diversos indicadores ver
Díaz Cayeros (1995).
8 Banco Mundial, julio de 2003.
9 K. L. Sokolof (2001) señala que posiblemente la mala distribución del ingreso en los
países latinoamericanos
sea un problema histórico que tiene que ver con el desarrollo de las instituciones incluso
desde la conquista. La
dotación de recursos que se encontraron los europeos en América influyó sobre el tipo de
producción elegida
(intensiva en mano de obra, ya fuera esclava o local) y sentó las bases de las
instituciones que se desarrollaron
posteriormente.
10 El coeficiente de Gini es un índice de desigualdad que toma en cuenta las diferencias
de ingreso entre los
individuos. El índice toma valores entre 0 y 1; mientras mayor es el índice, mayor es la
desigualdad observada.
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Tanto en 1996, como en 2002, la distribución del ingreso tuvo una ligera mejoría. Esto
se debe principalmente a que en esos dos periodos de debilitamiento económico,
originados
ya sea por problemas con el tipo de cambio o por el menor dinamismo externo, quienes
más
sufrieron fueron quienes mejor habían aprovechado las ventajas de la apertura comercial,
que
fueron en general las familias con relativamente mejor preparación y mayores recursos.
El Informe de Desarrollo Humano, presentado por el PNUD, mostró que no hubo avances
significativos en cuanto a ingreso (PIB) en el periodo 1990-2000. La información
proveniente
de la ENIGH coincide con lo anterior. Si analizamos el periodo 1992-2002, como se
muestra en la Gráfica 10, vemos que el ingreso promedio real por familia de 2002 es
menor
que lo que se tenía en 1992. El país aún no se recupera del descalabro económico de
1995.
No es coincidencia que el crecimiento promedio anual del PIB per cápita durante estos
últimos diez años haya sido tan sólo de 1.1 por ciento. El pobre crecimiento económico
del
país ha generado, en el mediano plazo, un pobre crecimiento del bienestar en México, tal
y
como lo predice la teoría.11
11 X. Sala-i-Martin (2000)
22
Lo anterior implica que también existe una relación clara entre el crecimiento económico y
la
pobreza. La Gráfica 11 indica que la pobreza ha mantenido un nivel constante entre 1992
y
2002 (la pobreza de patrimonio pasó de 52.6 por ciento a 51.7 por ciento), mientras el
crecimiento
económico promedio anual per cápita fue de 1.1 por ciento, como ya se mencionó.12
Para entender mejor la dinámica de la pobreza en México, vale la pena analizar dos
periodos
claramente diferenciados entre 1992 y 2002. El primer periodo que comprende hasta 1996
se
caracterizó por un repunte importante de la pobreza, debido a la crisis económica de
1995. Entre
1992 y 1996 (terceros trimestres de cada año) se perdieron aproximadamente 372 mil
empleos
formales, la inflación pasó de 15.45 por ciento a 30.54 por ciento y los ingresos reales
promedio
por familia se redujeron en 24.6 por ciento. Como resultado, la pobreza alimentaria se
incrementó
en 15.4 millones de personas, es decir, aumentó en aproximadamente 81 por ciento en
cuatro años.
12 El Comité Técnico para la Medición de la Pobreza determinó la construcción de tres
líneas de pobreza, con
las siguientes características:
- Pobreza de patrimonio: hogares cuyo ingreso por persona es menor al necesario para
cubrir el patrón de consumo
básico de alimentación, vestido, calzado, vivienda, salud, transporte público y educación.
Ingreso por
persona urbano menor a $1,366.85 y rural menor a $946.93 mensuales de agosto de
2002.
- Pobreza de capacidades: hogares cuyo ingreso por persona es menor al necesario para
cubrir el patrón de consumo
básico de alimentación, salud y educación. Ingreso por persona urbano menor a $792.29
y rural menor a
$587.56 mensuales.
- Pobreza alimentaria: hogares cuyo ingreso por persona es menor al necesario para
cubrir las necesidades de
alimentación, correspondientes a los requerimientos establecidos en la canasta
alimentaria INEGI-CEPAL.
Ingreso por persona urbano menor a $672.25 y rural menor a $492.77 mensuales.
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En la segunda parte del periodo, de 1996 a 2002, la pobreza se redujo de manera
importante,
pues la pobreza alimentaria cayó en 40.1 por ciento (en número de personas). A
diferencia
del periodo anterior, éste se caracterizó por tasas de crecimiento relativamente elevadas
(al menos durante el periodo 1997-2000), inflación decreciente (llegando hasta 5.25 por
ciento en el tercer trimestre de 2003) y la implementación de un programa de combate a
la
pobreza novedoso y efectivo: Progresa-Oportunidadaes.
El programa Progresa, ahora Oportunidades, es un programa que focaliza sus esfuerzos
hacia las familias más pobres del país, cuya cobertura ha aumentado de manera
importante:
inició su operación en 1997 con 300 mil familias en 10 mil 400 localidades, y en 2002 su
padrón fue de 4.2 millones familias en 68 mil localidades. El objetivo principal del
programa
es elevar la educación, los niveles de salud y nutrición de las familias más pobres,
mediante el
otorgamiento de transferencias en efectivo por 375 pesos por mes en promedio.13 Este
monto
equivale aproximadamente al 20 por ciento del ingreso familiar. El programa no sólo eleva
los ingresos corrientes de las familias pobres (lo cual ayuda directamente a reducir la
pobreza),
sino que busca terminar con la pobreza de manera permanente en un mediano plazo, al
elevar las capacidades básicas de las familias en condiciones de pobreza.
Parece importante analizar en este contexto lo sucedido en el periodo 2000-2002. El
favorable crecimiento económico del país entre 1996 y 2000 tuvo como principal motor el
sector externo y por tanto el dinamismo de la economía Norteamericana. Cuando a finales
de 2000 la economía de Estados Unidos entró en recesión, el crecimiento económico de
México también tuvo una importante caída. Como se muestra en la Gráfica 12, a raíz de
esto,
el empleo formal se redujo de manera importante y se revirtió la tendencia que se observó
desde 1996. Si bien el desempleo abierto aumentó a partir de 2001, la población encontró
en
la economía informal un acomodo laboral importante, como se observa en la gráfica 12.
A pesar de esta situación, las cifras de la ENIGH 2002 muestran que la pobreza se redujo
entre 2000 y 2002. La reducción fue de 16.1 por ciento, 16.9 por ciento y 3.7 por ciento
para la pobreza alimentaria, de capacidades y de patrimonio, respectivamente, de
acuerdo a
la metodología del Comité Técnico de Medición de la Pobreza.
Podemos pensar en al menos cuatro factores para explicar la importante reducción de la
pobreza observada en México entre 2000 y 2002, en un ambiente de desaceleración.
Una primera explicación es la importante reducción de la inflación durante estos dos
años –que continuó con la tendencia que se observó desde 1996–. La Gráfica 13 muestra
que
en general la inflación es contra-cíclica, es decir, aumenta cuando el PIB real disminuye y
viceversa. Pero este fenómeno no se observó durante 2000-2002. A pesar de que el
crecimiento
económico se redujo, la inflación anual pasó de 9.02 por ciento en el tercer trimestre
de 2000 a 5.25 por ciento en el mismo periodo del 2003. Lo anterior sugiere que la
disciplina
monetaria y el control de la inflación dieron frutos precisamente en el periodo que más se
necesitaba: cuando el PIB decrecía pero era importante mantener el nivel adquisitivo.
13 Este monto es promedio; dependiendo del número de hijos, el género y la edad de los
niños en la familia, el
monto recibido por familia varía.
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Desarrollo social en México: situación actual y retos
Uno de los factores que ayudó a reducir la inflación entre 2000 y 2002, fue que los
precios de algunos bienes incluidos en la canasta alimentaria no sólo tuvieron un menor
crecimiento, sino que incluso presentaron una notable reducción. Tal es el caso de la
carne de
ave, el trigo y sus derivados, aceites y grasas comestibles, frutas y legumbres
procesadas, arroz
y cereales preparados y legumbres secas (excepto frijol),14 que experimentaron
reducciones de
5 por ciento en promedio entre 2000 y 2002. Estos productos representan alrededor de
una
tercera parte del valor de la canasta alimentaria INEGI-CEPAL.
La segunda explicación, derivada directamente de la anterior, es que a pesar del menor
dinamismo de la economía, el salario real promedio continuó creciendo durante estos dos
años.
El ingreso laboral promedio aumentó alrededor de 3.4 por ciento a nivel nacional entre el
tercer
trimestre de 2000 y el tercer trimestre de 200215 (3.7 por ciento a nivel urbano y 2.3 por
ciento
a nivel rural; 4.4 por ciento para el empleo formal y 2.8 por ciento para el empleo
informal).
Una forma de subrayar la importancia de la menor inflación en el incremento del salario
real en este periodo se puede ver en la Gráfica 14. Aquí se observa que los incrementos
nominales de los salarios contractuales estuvieron por arriba de la inflación observada
desde
el cuarto trimestre de 1999 hasta el cuarto trimestre de 2002, lo cual influyó positivamente
para ayudar a reducir la pobreza.

Un tercer factor es la ampliación de programas sociales que atienden directamente a las


familias más pobres del país. El programa Oportunidades extendió sus beneficios en dos
formas;
en primer lugar, aumentó la cobertura en áreas rurales en 960 mil familias, en áreas semi-
urbanas
en 275 mil familias y en áreas urbanas en 529 mil familias. Esta mayor cobertura significó
1.75
millones de familias más entre 2000 y 2002, lo cual representa un incremento del 70 por
ciento.
En segundo lugar las becas educativas se extendieron también a los alumnos en
Preparatoria.
Con todo ello, la derrama económica del programa durante el periodo se incrementó en
aproximadamente 85 por ciento (de 7 mil 600 a 14 mil 206 millones de pesos). Esta
cantidad
representa el 30 por ciento del ingreso total de los hogares en el primer decil poblacional.
Finalmente, un cuarto factor que contribuyó a disminuir la pobreza fueron las remesas
internacionales. Si bien, de acuerdo a cálculos recientes de la Sedesol, este factor
contribuyó
en un porcentaje menor a explicar la reducción de la pobreza, es importante tomar en
cuenta
que el envío de remesas de Estados Unidos a México aumentó de 6 mil 600 a 9 mil 900
millones
de dólares entre 2000 y 2002, y esta tendencia posiblemente continuará en aumento.
Los factores anteriores contribuyeron a reducir la pobreza en México, aún en tiempos de
desaceleración económica. En números absolutos, la pobreza alimentaria se redujo en
3.1
millones de personas entre 2000 y 2002. Esta cifra, aunada a la reducción de la pobreza
desde
1996, ayudó de manera importante a que el número de pobres alimentarios se redujera en
13.8 millones de personas entre 1996 y 2002.
Este conjunto de resultados nos indican que la política social en realidad va más allá de
los programas sociales y tiene mucho que ver también con la estabilidad macroeconómica
del
país. A manera de ejemplo, la reducción en el ingreso familiar, debido a la crisis de 1995,
fue
de aproximadamente 21.5 por ciento en promedio para los cinco deciles más bajos.16 A
su
vez, el programa Oportunidades, con un gasto de cerca de 22 mil 200 millones de pesos
al
año (2003), logra incrementar el ingreso familiar en aproximadamente 20 por ciento. El
beneficio que se puede lograr con programas sociales focalizados, con un buen diseño
teórico
y operativo, y que además implican un costo fiscal importante, puede verse cancelado
fácilmente
debido a severos desequilibrios macroeconómicos.
En estos últimos años, el menor crecimiento económico, determinado en buena parte
por la economía mundial, pudo haber desdibujado el beneficio de programas como
Oportunidades,
pero el control de la inflación, una variable macroeconómica crucial, ayudó incluso

a reforzar el beneficio de este tipo de programas.

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