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en Colombia:
avatares de la construcción
de un objeto de estudio *
nomadas@ucentral.edu.co • PÁGS.: 54-69
O papel atual das ciências sociais consiste, em minha opinião, em fazer enxergar as multiplicidades, para assim
importunar a direção unificadora do exercício do poder imperial. Essa é a intenção da pesquisa da qual se deriva este
artigo e da questão que, de modo pragmático, tenta responder e que formulo nos seguintes termos: a partir da análise da
exceção, é possível dar conta da diferença?
Palavras chaves: violência na Colômbia, genealogia, história da ciência, pragmática.
The current role of social sciences consists, I believe, in making see multiplicities, way to tease the totalitarian
direction of the exercise of the imperial domination. That is the purpose of the research of which this paper is derived, and
of the question that the pragmatic way it tries to answer and that I formulate in the following terms: from the analysis of
the exception is it possible to give account of the difference?
Key words: violence in Colombia, genealogic analysis, history of the social sciences, pragmatic analysis.
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relación es de parale- pensamiento “no hu-
lismo, las políticas y las manístico” al campo
teorías de la totali- del conocimiento legi-
zación han estado timado y, en conse-
compuestas de multi- cuencia, anunciaba
plicidades. A mi jui- una nueva composi-
cio, el papel actual de ción del saber que
las ciencias sociales ponía en riesgo la vali-
consiste en hacer ver dada por la tradición.
esas multiplicidades, Por tal motivo, al tiem-
modo de importunar po del anuncio de
la dirección unificado- Jaramillo, voceros des-
ra del ejercicio del po- tacados del para-
der imperial. Ese es el digma de la “razón
propósito de la inves- ilustrada”, como Jesús
tigación de la cual se Antonio Bejarano y
deriva este ensayo, ti- Jorge Orlando Melo,
tulada Genealogía de la Castillo de San Felipe, construido por Ricardo Carr (1657) y Antonio Arévalo (1762).
advertían la urgencia
moral de las ciencias so- Cartagena. Gabriel Carvajal, 1953. BPPM. de tomar los correc-
ciales colombianas y de tivos del caso para
la pregunta que, de modo pragmá- Las ciencias sociales: evitar el desastre que, según ellos,
tico, intenta responder y formula en un territorio en disputa estaba a puertas de suceder y que
los siguientes términos: ¿A partir del juzgaban como resquebrajamiento
análisis de la excepción es posible Con ocasión de un homenaje de la actividad científica del país.
dar cuenta de la diferencia? póstumo ofrecido al historiador Efectivamente, de acuerdo con su
colombiano Germán Colmenares, criterio, semejante empresa su-
Este ensayo esboza de manera Jaime Jaramillo, uno de los histo- pondría “el abandono de todo
preliminar una respuesta a esa pre- riadores más notables del país, propósito por dar una explicación
gunta y se vale de algunas de las aceptó un suceso acaecido en el verificable... a cambio de su susti-
premisas más importantes de los es- saber de las disciplinas humanís- tución por el relato y la hermenéu-
critos sobre la Violencia en Colom- ticas: me refiero al arribo de la pers- tica y los riesgos de dejarse llevar...
bia, todas las cuales comparten la pectiva de pensamiento que Alain a la historia subjetivista propia de
idea de que, entre 1946 y 1964, el Badiou llama “momento filosófico la cultura posmoderna” (Bejarano,
país sufrió una guerra interna “fra- francés” (2005: 176). Cuando 1997: 286).
tricida” de carácter singular sin pa- Jaramillo reseñó los últimos escri-
rangón, antecedente de la actual tos de Colmenares, en especial su No es necesario un análisis ex-
situación de desorden. Aplico para libro Las convenciones contra la cul- haustivo de la vía insinuada por
ello, el análisis pragmático que, de tura, publicado en 1987, exaltó el Colmenares para, rápidamente, re-
modo somero, entiendo como el hecho de que el autor se aplicó a la conocer en ella un conjunto de
estudio de los grados de unidad de comprensión de “las formas de pen- acciones de insurrección. Por ejem-
distintos sistemas de premisas y de sar dominantes en las diversas épo- plo, la invitación a consolidar alian-
los tipos de relaciones que ligan sus cas del pasado, fuera por la sociedad zas “contra-natura” entre disciplinas
componentes, con miras a dar en general o por los diversos gru- muy dispares, como la de la impe-
cuenta de algunos de los conjuntos pos y clases que componían su es- rialista historia frente a otras, como
de valores inmersos en dichos sis- tructura” (1999: s/n). El suceso la crítica literaria y la lingüística.
temas. El ensayo está basado en cró- referenciado por Jaramillo no sola- Asimismo, la propuesta de vincu-
nicas, estudios y testimonios sobre mente mostraba un viraje metodo- lar el oficio del historiador con la
la Violencia publicadas entre 1950 lógico de la historiografía; de alguna práctica filosófica de la especula-
y 1985. manera, reconocía la entrada del ción, con la cual interpretar los
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Lo mismo sucedió entre 1944 y cada contra la amarga oposición grados de objetividad3 ; para llegar
1946, gracias al alto precio del café de la oligarquía. Pero cuando a la verdad había que internarse en
en los mercados internacionales, terminó su primer periodo ha- las profundidades de la confronta-
con la diferencia de que, en esta bía planteado conflictos que ción, mostrarla tal cual ocurrió,
ocasión, fue la burocracia del co- desgarraron violentamente al seguir los avatares de los protago-
mercio cafetero la que se apropió pueblo y a las clases. Después nistas de los bandos en disputa, en-
de gran parte de esos ingresos. El de López, el Estado como inno- trevistar a los victimarios y a las
segundo, fue la configuración de vador y director, habría de estar víctimas. En otras palabras, para
intelligentias que hicieron circular en conflicto constante con la conocer la verdad había que poner-
ideas procedentes de movimientos idea del Estado como puntal de se en la tarea de enfrentar al objeto
social-demócratas foráneos y de la la posición privilegiada de la de estudio.
revolución rusa. Este estuvo asocia- oligarquía (Fluharty, 1957,
do con el éxito electoral del parti- 1987: 60). De los testimonios sobre suce-
do liberal en 1930, después de casi sos ocurridos en distintas regiones
cincuenta años de hegemonía con- Así las cosas, la violencia del del país, contados por sus protago-
servadora; con la iniciación de la país fue entendida como la conse- nistas, tales como los acaecidos en
política democrática de La Revolu- cuencia de los avatares inmersos en los Llanos Orientales y en el Tolima,
ción en Marcha, entre 1934 y 1938, la construcción democrática de una de los análisis políticos que desem-
y con el surgimiento del liberalis- Nación, cuando tiene que luchar bocaban en el 9 de Abril, de los
mo radical del caudillo Jorge contra diversos grupos que tradicio- estudios estadísticos y económicos,
Eliécer Gaitán. El tercer factor con- nalmente han ejercido el poder y se dio paso a la investigación sobre
cierne a la conformación de orga- que gozan de la potestad de inven- la Violencia, con mayúscula, y se
nizaciones obreras, artesanales y tar estratagemas en contra de la so- incluyó en ella el cúmulo de traba-
estudiantiles durante los años vein- lidificación de una unidad que les jos anteriores que tuvieran co-
te, de las que surgieron movimien- impida seguir con sus privilegios. Sin nexión con la misma cuestión4 . El
tos políticos como el Partido embargo, esta tesis, a pesar de su territorio del nuevo objeto en con-
Socialista Revolucionario, más tar- coherencia, no era suficientemente formación alojó antiguos saberes,
de Partido Comunista, y la Unión convincente para explicar las razo- como el de la historia que facultó
Nacional Izquierdista Revoluciona- nes de la violencia que se decía era determinar antecedentes y dar el
ria, entre otros. Los dos últimos fac- “tan particular” de Colombia1 ; en orden de sus fases; el de la geogra-
tores, según los autores, generaron especial, por el protagonismo de los fía, que delimitó regiones y levan-
una fuerza de reacción que paula- dos partidos políticos tradicionales tó cartografías; el de la estadística,
tinamente se fue consolidando en ella, su especificidad como con- que permitió metódicamente estu-
alrededor de cofradías conser- frontación rural y su brutalidad, ca- diar poblaciones y tendencias; el de
vadoras, algunas de ellas franca- racterísticas que impedían que el la economía, que definió los ava-
mente falangistas como las dirigidas confrontamiento pudiera entender- tares de la producción, del inter-
por Laureano Gómez, y también li- se como el resultado de una lucha cambio y del comercio en las
berales que se oponían a las ideas en ciernes entre clases sociales2 . Y distintas regiones delimitadas. No
de democratización y, sobre todo, dentro de esta trama, el libro de obstante, la novedad consistió en
a las prácticas igualitarias que tales Guzmán y sus colaboradores giró la darle preeminencia a la práctica del
ideas promovían con el apoyo de dirección entre conocimiento y ver- sociólogo y en suponer que era ne-
los gobiernos liberales de Alfonso dad, al imponerle condiciones de cesario realizar investigación de
López Pumarejo quien otra índole a la acción del intelec- campo de carácter positivo y em-
tual que lo comprometían a partici- pírico5 . Fue en este territorio don-
... le dio un nuevo sentido al arte par en ella. De modo que, ya no de tomó forma la sociedad rural.
de gobernar. Abandonando el bastaban análisis eruditos o políti-
viejo modelo de ‘ocupar la ad- cos, ni estudios de archivos con in- El giro metodológico de la in-
ministración’, pasó a practicar formación oculta con los que vestigación y el objeto que se cons-
una gradual revolución planifi- también intentaban aumentar los tituyó a través de él, propusieron
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Encontramos, pues, La consideración
que el territorio con- de que existía una ló-
formado para los aná- gica subyacente tras
lisis de la Violencia se las fuerzas en confron-
caracterizó, en un prin- tación, no era nueva.
cipio, por tres cuestio- La novedad consistió
nes: en primer término, en que ella se enca-
la ambivalencia en la minó al análisis de la
consideración de la violencia. Algunos
manifestación de la autores, por ejemplo
violencia que, al mis- Charles Bergquist
mo tiempo, le atribu- (1981), refiriéndose a
yó signos de reacción los antecedentes de los
y de liberación; en se- estudios razonables
Castillo de San Fernando, Cartagena, Juan Trucco, 1920. BPPM.
gundo término, la de- sobre historia econó-
manda de estudiarla mediante ción particular de las fuerzas en mica colombiana, señalan que se
trabajos de campo realizados en el confrontación. La segunda, provo- iniciaron a partir de 1970. Lo mis-
hábitat donde la violencia se des- có la conversión en sujeto del ob- mo anotan quienes han hecho los
envolvía, lo que garantizaba que jeto. Ambas dejaron atrás las balances que existen sobre el tema
los investigadores enfrentaran, en concepciones subordinadas a la de la violencia (Cfr. Gonzalo
su propio terreno, al objeto de es- relación víctima-victimario. En Sánchez, 1995 y Carlos Miguel
tudio y en tercer lugar, el requisito este apartado me detendré en la Ortiz, 1994). Sin embargo, quisie-
de que tales trabajos ofrecieran so- primera bifurcación. ra hacer mención a dos trabajos
luciones concretas a los problemas precedentes.
diagnosticados, basadas en méto- La introducción de la perspecti-
dos empíricos y en la “compren- va estructural desplazó del lugar de El estudio de Germán Arci-
sión a fondo” de la “realidad” la causa de la violencia el asunto de niégas, The State of Latin America,
estudiada. Fue así como el objeto las fuerzas en confrontación, que realizado a principios de los cin-
La Violencia construyó, entonces, pasó a esgrimir un carácter de con- cuenta, supuso a toda la región
su hábitat: la sociedad campesi- secuencia. Tal desplazamiento latinoamericana como un solo “Es-
na. Mientras la ciencia “artesanal” ocasionó el derrocamiento de la so- tado”, en ese momento ocupado
propuso su análisis y definió una ciología como conocimiento im- por fuerzas militares. De acuerdo
intervención, la ciencia “profesio- perante para la explicación de la con sus palabras: “una vasta cons-
nal” poco a poco ofreció nuevas violencia y, en cambio, entronizó al piración contra la democracia, la
forma de abordarlo. Vamos ahora de la historia, en alianza con la eco- libertad, el respeto por los derechos
a recorrer el camino abierto por nomía y la ciencia política. Asimis- humanos está teniendo lugar en
los científicos “profesionales”. mo, ocasionó la subordinación del Latinoamérica” (1952: xi). El ob-
oficio “artesanal” del sociólogo al jeto de su análisis consistió en de-
trabajo “profesional” del científico. nunciar los sucesos que estaban
La configuración del De manera que la emisión de la ver- reduciendo la política de una gran
Estado dad fue colonizada por expertos que, parte de América “a la acción de
a diferencia de los artesanos, no es- dos actores: los Dictadores y el Pue-
La relación víctima-victimario grimían intención de redención de blo” (Ibíd.: xv). La causa que atri-
que se impuso para explicar la vio- las víctimas. Más bien, advertían la buyó a ese estado de cosas no fue
lencia produjo dos bifurcaciones, urgencia de conformar un camino la lucha entre el orden feudal mes-
que se desarrollaron simultánea- viable que hiciera factible ordenar tizo y el burgués, o la falta de un
mente. La primera, condujo al es- racionalmente las relaciones entre proyecto de Nación, aunque man-
tudio de la lógica subyacente que los diversos elementos políticos, so- tuvo algunos de estas suposiciones,
pudiera explicar esta manifesta- ciales y económicos del país. sino razones externas que afectaban
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nencia institucional, conflicto de creencias, a las adscripciones polí- del marxismo entró en el territo-
clases o posiciones jerárquicas ticas y a las instituciones tradicio- rio de la construcción del objeto
limitantes de su ganancia13 . nales14 . Es decir, de un Estado que de estudio, y sus apóstoles poco a
se apropia de la guerra como mani- poco fueron tomando posiciones
Lo anterior imbricó la imagen festación de la política y en el que en él.
del subdesarrollo en la de la caren- se faculte poner en marcha una idea
cia de Estado. La objetividad que de justicia asociada a la universali- Efectivamente, el estudio de
se puso en práctica para lograr esa dad de la razón15 . Eric Hobsbawm, Primitive Rebels,
operación, junto con el lente publicado en 1959 y conocido en
telescópico que se instrumentó De manera que, estos nuevos los años sesenta en el país, fue el
para observar desde la distancia las científicos profesionales, librados de más influyente en esta vertiente
relaciones sociales microscópicas, la obligación de la redención, hu- historiográfica. Según las premisas
dio en resultas, esta vez, el ingreso bieron de cambiarla por la tarea de del autor, durante los siglos XIX y
definitivo de la “razón ilustrada” al sugerir prontuarios. De redentores XX, los campesinos en diversas re-
territorio del conocimiento. Inde- pasaron a juristas y quisieron sen- giones de Europa reaccionaron a
pendientemente de las inclinacio- tar una juridicidad, entendida las exigencias del capitalismo me-
nes políticas de las fuerzas en “como la tendencia o criterio favo- diante resistencias, fueran ellas
confrontación, fueran ellas “reac- rable al predominio de las solucio- pacíficas o violentas. Tales resisten-
cionarias” o “democráticas”, y a nes de estricto derecho en los cias obedecieron, dice el historia-
diferencia de muchos países latinoa- asuntos políticos y sociales” (Dic- dor, a condiciones arcaicas de
mericanos, para este grupo de cionario de la Real Academia, II, organización de tipo “prepolítico”.
estudiosos, el problema de la Vio- 1984: 805). De manera que, la explicación de
lencia radicó en la imposibilidad del la Violencia colombiana se equi-
país de consolidar una estructura paró a ese proceso europeo “arcai-
que le diera alojamiento a la razón La constitución del co” de resistencia campesina frente
de Estado, en el momento cuando pueblo a la penetración del capitalismo16 .
las instituciones tradicionales fue- No obstante, el punto referencia
ron finalmente desplazadas de su Además de la bifurcación que de Hobsbawm no fue aceptado sin
lugar de privilegio en la jerarquía desembocó en el Estado, el libro discusión por todos; acogiendo la
social. de Guzmán y sus colaboradores idea de lucha, otros historiadores
planteó otra, más cercana a la so- retrocedieron el tiempo de sus pes-
Si bien el preparamiento de los ciología, que retomaba de diver- quisas para buscar un origen ante-
profesionales los alejó del lugar de sas maneras la concepción de que rior a los años cincuenta, motivado
redentores, sus estudios se encami- la violencia no solo había produ- por eventos socioeconómicos par-
naron a describir minuciosamente cido efectos nocivos generales en ticulares y probado por huellas em-
los problemas sociales como mane- el país, sino que de ella había sur- píricas. Al encontrarlo, fijaron el
ra de apoyar su supuesto: por ejem- gido como particularidad una so- proceso, no como una situación
plo, las zonas de retraso de la ciedad campesina, más organizada meramente “prepolítica”, sino
modernización socioeconómica, las y combativa y con síntomas de for- como un continuo social de larga
características y cambios del desen- mación naciente de una concien- duración que, dicen ellos, en algu-
volvimiento de la caficultura y la cia histórica. La positividad de esa nas de sus fases y lugares, fue acti-
tradición preponderante en las ló- segunda bifurcación, le dio un giro vo, dinámico y auto-organizado17 .
gicas de acción de la política, en- a la imagen de pasividad, inge-
tre otros muchos. Estos estudios nuidad y salvajismo que había De acuerdo con este grupo de
resaltaban, con matices, la caren- predominado sobre la sociedad historiadores, la Violencia fue el
cia de una estructura racional-bu- campesina. También liderada por resultado del problema recurrente
rocrática que ordene jurídicamente la ciencia “profesional”, su acción de las luchas por la tierra que se
el gobierno de los diversos intere- fue demarcada por la dialéctica desencadenaron desde el siglo XVI
ses particulares y se anteponga a las marxista. De forma que la “verdad” en el país18 . Hasta el siglo XIX, las
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ciplinas de las universidades más mendó incluir otras perspectivas de esta premisa de la peculiaridad de la vio-
lencia colombiana. Eric J. Hobsbawm la
prestigiosas del país. A finales de comprensión de la realidad, según define en estos términos: “Pero lo más
los años ochenta, a este grupo se le ella, única manera de entender la importante sobre la Violencia es la luz
asignó la tarea de “elaborar un diag- violencia, ahora escrita con minús- que arroja sobre el problema de la in-
nóstico, acompañado de las reco- cula. Discriminó sus dimensiones: quietud y rebelión rurales. Si descarta-
mos el periodo de guerra civil formal..., la
mendaciones pertinentes” sobre la violencia política, violencia ilegal, Violencia es un fenómeno totalmente
violencia en Colombia (Gonzalo violencia cotidiana. Por otra, pro- rural, aunque en uno o dos casos... sus
Sánchez, 1987: 9). Los resultados pugnó la idea de que la violencia orígenes fuesen urbanos..., Representa lo
que constituye probablemente la mayor
de las indagaciones de la Comisión era una cualidad de nuestra idio- movilización armada de campesinos... en
introdujeron un malestar en la zona sincrasia. Con ello, paulatinamen- la historia reciente del hemisferio occi-
que, por dos décadas, había sido te, los estudios dejaron de conjurar dental” (primera edición en español en
1968, tomado de la publicación colom-
ocupada por los científicos profe- al buen salvaje y se encauzaron a biana de 1985: 14 y 15).
sionales y que tan prolijamente ha- otorgar una historia a la barbarie, 2 También la mayoría de los trabajos hasta
bían bosquejado las explicaciones basándose para ello en cánones “hu- mediados de los ochenta, sostiene que la
artesanales acerca de la Violencia. manitarios”. peculiaridad de la Violencia no puede atri-
Nos referimos al malestar que en su buirse a procesos como el de la lucha de
clases. La excepción a esta regla del con-
inicio este ensayo reseñó: aquel que Tal razonamiento ya no supone junto de trabajos examinados, es la línea
la cofradía de la “razón ilustrada” la falta de Estado o el derrocamiento de investigación de los estudios compa-
hizo manifiesto cuando se resistió de un pueblo como explicaciones rados sobre movimientos campesinos en
Latinoamérica, desde la perspectiva que
al ingreso del pensamiento no de la violencia. Tampoco supone propone el peruano Aníbal Quijano
humanístico al campo de las cien- que nuestra guerra es fruto del sal- (1967). En sus palabras: “Es solamente
cias sociales colombianas dado que, vajismo campesino. La Comisión, en los últimos veinte años que se asiste al
decía, “los relatos hermenéuticos” desarrollo de movimientos campesinos
obligada a considerar la violencia generalizados, duraderos, con tendencias
derrumbarían la verdad científica. como un asunto de larga duración a una coordinación que sobrepasa las leal-
que no es particular de lo rural ni tades localistas... En este sentido, los ac-
Sin embargo, el ingreso de ese de una guerra fraticida entre dos tuales movimientos campesinos son un
fenómeno nuevo en la historia social la-
pensamiento tomó un rumbo un bandos, y forzada por las nuevas tinoamericana, y es desde esta perspecti-
poco distinto al que tomaría al ocu- exigencias imperiales, diagnosticó, va, por lo tanto, como deben ser enfoca-
parse de otros objetos de las cien- mediante componentes de la mo- dos” (1967: 255). Según Gonzalo
Sánchez, “tal vez para despejar los
cias sociales23 . En efecto, si bien ral imperial, una nueva división malentendidos de la opción sin salida,
propició interpretaciones diversas entre bárbaros o civilizados. A par- Violencia y lucha de clases y Violencia y
que ponían en duda la anterior ver- tir de este diagnóstico, las explica- lucha partidista, lo mejor sea reformular
dad histórica, quiso imponer una la pregunta... y pasar de la pregunta por
ciones de la violencia evocaron el carácter clasista o no de la Violencia, a
sola verdad: aquella de la compren- una imagen singular: la del bárba- la pregunta por los efectos de clase de la
sión de la violencia como un asun- ro que se despliega en toda la so- Violencia” (Sánchez, 1995: 35).
to de barbarie, cuya manifestación ciedad y emerge en cualquier lugar 3 Además de estos dos libros, hay otros
era transversal a todos los colom- y en cualquier momento, entre ri- importantes que precedieron el de
bianos24 . Justamente, en tanto las Guzmán o que fueron casi contemporá-
cos y pobres, burócratas y empre- neos pero que no tuvieron mayor impac-
indagaciones de la Comisión no sarios, citadinos y campesinos. to, si bien son muy citados por la litera-
pudieron evadir el problema de la Según esta imagen, el bárbaro no tura académica. Por ejemplo, sobre el ase-
guerra generalizada particular del sinato de Gaitán, los libros de Joaquín
es susceptible de civilización, sino Estrada Monsalve, (1948), Alberto Niño
país, al mismo tiempo que dejaban de humanización o de exterminio. H. (1949); José María Nieto Rojas
a un lado la recomendación de (1956) y Heliodoro Linares Useche,
construir un Estado-nación sobera- (1959). Los libros acerca de las visiones
conservadora y liberal de la Violencia,
no del ejercicio de la violencia, como los de Mario Fernández de Soto
hacían un llamado a conformar un Citas (1951), Carlos Lleras Restrepo (1955) y
Estado en el que se respetara “el Rafael Azula Barrera (1956). Los libros
sobre las actuaciones del Partido Comu-
derecho a la vida” (Ibíd.: 17). Así, 1 La mayoría de los estudios sobre la Vio- nista, como los de Ignacio Torres Giraldo
por una parte, la Comisión reco- lencia consultados hasta 1985 sostiene (1954 y 1955) y los del Comité Central
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había tendido a articularse de modo cla- rio del Comandante Ciro (1974) y el 20 Según Fajardo: “Este aspecto del proce-
sista... salvedad hecha de los conflictos diario de Jacobo Arenas (2000). Por úl- so –el desarraigo violento del campesi-
agrarios circunscritos a zonas definidas y timo, hay otra tendencia que si bien no nado– ha tendido a dominar el panora-
a décadas precisas” (Ortiz, 1995: 277). considera la Violencia como lucha de cla- ma de la violencia, en consecuencia, al-
ses, si la considera como una revuelta gunos autores como Gilhodes, caracteri-
15 La tesis que subyace tras estos análisis es propiamente campesina. Ver, por ejem- zan al periodo en términos de ‘revancha
la idea de que el único Estado viable es plo, Russell W. Ramsey (1969 y 1981) y terrateniente’... en tanto que la ANUC
aquel que se adueña de la violencia. En Richard L. Maullin (1972). considera a la Violencia como la forma
ello se traduce la insistencia de Pecaut sui-géneris que adoptó en Colombia el
en explicar la Violencia como falta de 18 Dice Charles Bergquist: “Contrariamente
proceso de descomposición del campesi-
Estado: “Esta pregunta será respondida a lo que afirman muchos expertos en la
nado” (1985: 267).
en tres partes: 1. Se analizarán las razo- materia, la debilidad del movimiento
nes por las cuales el Estado jamás se reco- obrero colombiano no se deriva de la es- 21 Gilhodes señala: “Es necesario tener en
noce como agente legítimo de unifica- casa inmigración europea, ni de la falta cuenta las características de esta segunda
ción de la sociedad. 2. Las razones de de liderazgo de la izquierda. La historia ola de lucha guerrillera que incorporó a
interrupción del intervensionismo social del movimiento laboral en Colombia – decenas de miles de campesinos en un
y 3. Las razones de la preeminencia de la su tardía gestación, su explosiva y efíme- territorio mucha más pequeño que el del
sociedad civil en un país de estructuras ra fuerza a finales de los años 20 y princi- primer movimiento guerrillero. Esta vez
sociales heterogéneas...” (Pecaut, 1987, pios de los 30... y su represión y coopta- el enfrentamiento era directamente con
tomo 1: 17). ción durante los años de la Violencia– el ejército... En ninguna parte la organi-
obedece a una dinámica arraigada en las zación campesina tuvo forma diferente a
16 Arguye Hobsbawn: “Por otra parte, el
profundidades de la estructura de la eco- la de una organización para la lucha gue-
mero hecho de que las bandas armadas
nomía cafetera colombiana” (1995: 152). rrillera. En las zonas bajo control de los
de campesinos provienen no de una
Esta tesis es similar a las de Posada (Op. insurgentes prácticamente no hubo nin-
justa rebelión social, sino de una com-
cit.), Gilhodes (1988) y LeGrand guna reforma social, ningún énfasis en
binación de tradicional guerra civil de
(1995). Hay otra línea de interpretación, cooperación... era una solidaridad de la
partidos y del terrorismo policial o ar-
mado, ha llevado a que sean menos pre- por ejemplo, Miguel Urrutia sostiene: “La miseria... Una explicación posible... es
falta de violencia que ha caracterizado el que las regiones controladas no eran más
cisos los elementos de lucha de clases”
movimiento obrero colombiano tiene que un refugio...” (1988: 54).
(1985: 19).
probablemente sus raíces en la historia
17 La línea de trabajo que tuvo sus inicios inicial del movimiento durante los trein- 22 La mayoría de autores comparten la idea
con el libro citado de Hobsbawn, fue ta, cuando la organización fue relativa- de que las luchas campesinas de los años
continuada por investigadores como: mente fácil y el movimiento no experi- veinte y treinta fueron producto de una
Camilo Torres (1963), Orlando Fals Bor- mentó épocas de violenta represión” alta organización campesina, mientras que
da (1961, 1967, 1985), Pierre Gilhodes (1969: 161). Pecaut sigue esta misma las de los cincuenta resultaron de la des-
(1985, 1988, 1995), Darío Fajardo lógica, pero encuentra en ella las contra- composición del campesinado. Contra-
(1985, 1986), Charles Bergquist (1981, dicciones propias de la Violencia. La atri- diciendo en algo esta asunción, Fajardo
1995), Hermes Tovar (1975), Estanislao buye a: “la dependencia del movimiento propone la siguiente hipótesis: “Es posi-
Zuleta y la ANUC (1975), Gloria Gaitán sindical frente a los grupos políticos y la ble identificar dos tipos de procesos con-
(1976), Jesús Antonio Bejarano (1983, confusión a nivel de los líderes” (1973: vergentes pero especialmente diferencia-
1984, 1985), Gonzalo Sánchez (1976, 161). Finalmente, hay otra línea de tra- dos: de una parte, la ‘politización’ de con-
1977, 1985, 1990) y Donny Meertens flictos tradicionales de sociedades cam-
bajo que es la seguida por aquellos como
(1983) y Catherine Le Grand (1977, pesinas, y de otra la ‘revancha’, la cual
Marco Palacios (2002), que la articulan
1984a, 1984b, 1994), entre otros. Es im- asumió igualmente expresiones políticas...
a la caficultura y a la economía de expor-
portante mencionar una desviación que Finalmente, otro tipo de conflictos..., fue
sí atribuye la Violencia, por lo menos la tación, junto con sus consecuencias como
el derrumbe del sistema de haciendas. el que se suscitó en los Llanos Orienta-
del sur del Tolima, a un problema de lu- les; allí los grandes hacendados liberales
cha de clases. Esta desviación, cuya fuen- 19 Según Gilhodes: “Un gran conflicto ex- comprometieron a sus peonadas en un
te más nutricia descansa en el estudio de plotó cuando, a la vuelta del siglo, el par- movimiento antigobernista que inicial-
Ignacio Torres Giraldo, publicado en cin- tido liberal tomó las armas contra el go- mente se asemejó... a cualquiera de las
co tomos en la década de los años cin- bierno conservador (...) En la costa del guerras civiles del siglo XIX, pero luego
cuenta, así como en revistas, tales como, Caribe esta guerra de los Mil Días... ad- asumió las formas embrionarias de una
Documentos Políticos, fue continuada en quirió una notable significación social, guerra de clases” (Ibíd.: 268 y 269). Igual-
los sesenta por la historia del Partido Co-
bajo la dirección del líder liberal Rafael mente, LeGrand invita a tener en consi-
munista; en los setenta por revistas como
Uribe Uribe, cuando la población negra deración aspectos dejados de lado como
Alternativa y Estudios Marxistas y en los
ochenta por el libro sobre la historia del desarrolló una guerra de guerrillas contra las relaciones de poder para entender la
Partidos Comunista de Medófilo Medina. los propietarios conservadores (...) En la Violencia, arguye: “El tercer enfoque ad-
Por otro lado, también la siguen quienes zona del Tolima tácticas similares mite que las condiciones objetivas y... la
hacen la historia de los movimientos involucraron en el conflicto a grandes modernización contribuyen al descon-
guerrilleros que, hasta los primeros años masas de población y transformaron la tento en el campo, pero... subraya la im-
de los ochenta, se manifestó por diarios, disputa... en un movimiento de masas, portancia de una aproximación... que
crónicas y testimonios de los mismos gue- cuya prolongación podía eventualmente tenga en cuenta los factores político-es-
rrilleros y por las entrevistas de Carlos amenazar la misma estructura social” tructurales... sostiene que el campesina-
Arango (1984). Ver, por ejemplo, el dia- (1988: 19 y 20). do actúa dentro de un contexto dado de
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