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Por Johanna González Calderón

RETOS DE LA JUVENTUD COLOMBIANA EN EL RESTO DE LA


NATURALEZA.

La estigmatización del joven como un


problema más no como una
consecuencia del ineficiente sistema
educativo, la escuela de odio como
lo son algunos medios de
comunicación y la jerarquía
dominante de un pueblo indiferente y
silencioso, entre otras, son algunas
preocupaciones de algunos jovenes
que reunidos en un salón del evento
Conferencia Nacional Jovenes Por el
Ambiente decidieron pensar más allá.
Johanna González Calderón. “La relación interna” 2007.

Las y los jovenes como población importante para impartir acciones y cambios en
la sociedad han tenido diferentes pasiones que son objeto de preocupación de la
filosofía política moderna ya que “amenazarían el orden social debido a su
carácter ingobernable”, pero lo que se habla muy poco es que las y los jovenes
espontáneamente han tratado de hacer es contradecir a una maquina dominante
donde introduce en su pueblo la promoción del temor, la melancolía, la tristeza, la
inseguridad, que favorece una merced de un poder cuya eficacia es apaciguar o
domesticar alejando un contacto con sigo mismos y creando una impotencia y un
silencio profundo en la juventud.

Pero a la vez también hay un rechazo colectivo de la juventud hacia la política


Colombiana, la inconformidad, insatisfacción, vínculo asistencial-clientelar y
desconfianza trae una decepción e incluso una apatía donde nace la definición
“soy apolítico o anti partidista” cuyo resultado es el analfabeta político juvenil o un
adormecimiento juvenil hacia las acciones del estado.

En Colombia hay numerosas entidades relacionadas con el ambiente y


cantidades de normas, entre otras pero hay un actuar silencioso que está
violando todos los derechos juveniles ya que el ambiente es un derecho
transversal, el resto de la naturaleza está siendo mal administrada trayendo
consigo una destrucción social consecuente de una pobreza extrema ya que
mientras los grandes “feudos” se enriquecen los siervos “callados” sufren.
Es momento de un despertar de la juventud, que la minería en fabricas de agua,
extracción desmesurada de recursos, deficiencia en la normatividad y planes
para el manejo de recursos no renovables, las regalías escasas a comparación
del deterioro socio ambiental trayendo consigo pobreza, contaminación de ríos,
sustitución de humedales o nacederos por grandes construcciones, tierras de la
Sabana no usadas para la agricultura sino para siembra de eucaliptos, pinos y
algo de ganadería, deterioro de la tierra, consumo excesiva de agua, falta de
cultura del pueblo hacia en ambiente, cantidades imaginables de residuos sólidos,
indiferencia letal para el resto de la naturaleza sean motivo de agenda de las y los
jóvenes que se atrevan a pensar más allá y actuar propositivamente frente a la
institucionalidad y sociedad, es momento de dejar la indiferencia letal y luchar
también por la agricultura campesina y familiar, una ganadería sostenible en
territorio con tejido social donde la economía reparta los beneficios entre su pueblo
protegiendo lo rural, un país basado en lo local regido por estructura de unidad,
que se deje a un lado minería, agricultura y ganadería industrial insostenible
concentrada en el poder de unos pocos que aminoran la diversidad biológica,
destruyen bosques, provocan la extinción de especies, producen esclavitud,
hambre, megalópolis, contaminación.

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