Trianes y Cols (2006) considera que la percepción de bienestar se genera de
sentimientos positivos, de sentirse aceptado y valorado por los demás, en la convivencia diaria. La percepción de bienestar es aquella en donde los alumnos consideran que hay ayuda mutua dentro de la institución o que hay a quien acudir en situaciones de emergencia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) (1992) define a la percepción de bienestar
como la “percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas e inquietudes”.
Diener, Suh y Oishi (1997) sostiene que la percepción de bienestar inicialmente, se
asociaba el sentirse bien con la apariencia física, la inteligencia o el dinero, pero actualmente, como resultado de diversas investigaciones en el tema, se sabe que el bienestar psicológico no sólo se relaciona con éstas variables sino también con la subjetividad personal
Veenhoven (1991) define al bienestar subjetivo como el grado en que un individuo
juzga su vida “como un todo” en términos positivos, es decir, en qué medida un sujeto se encuentra a gusto con la vida que lleva. Según este autor, el individuo utiliza dos componentes para realizar esta evaluación: sus pensamientos y sus afectos.