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Educacionismo,

Educacionista

Cristovam Buarque

1
Para los educacionistas

2
Índice

Las bases del Educacionismo


Educacionismo, Historia y Evolución
Educacionismo y lucha de clases
a) La concepción educacionista de clase
b) La formación de clase mediante la apropiación del
conocimiento
c) La inclusión de los “sin-clase”
d) El ascenso de clases
e) El control social del conocimento
f) El despojo de las generaciones futuras debido al mal uso del
conocimiento por las generaciones actuales
Educacionismo, Trabajo, Empleo y Salario
a) Formación y Empleo
b) Salario y formación
Educacionismo, Alienación y Emancipación
Educacionismo e Imperialismo
Educacionismo, Igualdad y Libertad
Educacionismo y Revolución Industrial
Educacionismo y Valor
Educacionismo y Revolución
Educacionismo y Medio Ambiente

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Educacionismo y Apartación
Educacionismo, Utopía y Riqueza
Educacionismo y Nación
Educacionismo y Minorías
Educacionismo y Educación
Educacionismo, Escuela Pública, Federalización y
Mundialización
Educacionismo, Profesor, Familia y Medios de Comunicación
La Base Material y el Pacto del Educacionismo
Pequeño Diccionario del Educacionismo
Pequeña Bibliografía para el Educacionista

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Manifiesto Educacionista

En 2006 realicé la campaña presidencial con un programa de


gobierno centrado en una nota sola: la necesidad y la posibilidad de
la revolución educativa como el único camino para reorientar un
proyecto de desarrollo en Brasil. Y aunque no obtuviera más del
2,5% del total de los votos, fue positivo difundir la idea de que la
educación es la prioridad para el desarrollo brasileño. Mucho más
que de la reflexión teórica, este texto es resultado de la práctica
política. Surge como necesidad de acción: hacia dónde ir y cómo
aglutinar. Hacia dónde conducir a la humanidad en estos tiempos
carentes de propuestas y de propósitos para la transformación, y
cómo aglutinar a aquellos que no se conforman con el rumbo de la
historia, la civilización en vísperas del desastre ecológico —debido
al calentamiento global— y de la catástrofe ética —debido a la
creciente desigualdad entre los seres humanos— y sienten orfandad
en la falta de una propuesta utópica que sustituya a la desilusión ante
las viejas promesas incumplidas y negadas.

Cristovam Buarque
Brasilia, abril, 2008

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Introducción

Cuando Marx murió, en 1883, no había autos en las calles, ni


luz eléctrica en las casas, ni motosierras en las selvas. Algunas
décadas después las fábricas ya tenían robots, la agricultura utilizaba
transgénicos, la medicina hacía milagros y el avance técnico había
creado una insaciable sociedad global con potencial para calentar el
Planeta.
A pesar de eso, a lo largo de todo siglo XX, la utopía del
socialismo persistió, basada en la transferencia de la propiedad de
los medios de producción, de los capitalistas a los trabajadores. Esta
visión tuvo, durante siete décadas, una aceptación casi unánime
entre los descontentos con el capitalismo y los defensores del
socialismo. Sin embargo, en la práctica las sociedades socialistas
resultaron en economías ineficaces, crearon una nueva clase
burocrática con privilegios aristocráticos, empobrecieron más a los
trabajadores que el moderno proletariado de los países capitalistas
desarrollados, implantaron sistemas políticos autocráticos,
degradaron el medio ambiente e impusieron tanto la inexistencia de
la alternancia del poder como de la libertad individual.
Estimulada por el fracaso del socialismo, la globalización

neoliberal presentó la idea optimista del fin de la historia , el


Pequeño Diccionario del Educacionismo.

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desarrollo-cínico : puesto que la civilización habría alcanzado su
estadio superior, las ideologías serían ya innecesarias. Por otro lado,
el pesimismo —social, ecológico y existencial— llevó a la pérdida
de la esperanza, provocando el sentimento de la inevitabilidad de la

marcha en dirección a la catástrofe, el desarrollo-escéptico : el fin

del progreso , la globalización neoliberal.
Los optimistas asumen, sin necesidad de formulaciones
ideológicas, que el progreso de por sí ya es ideal y aunque sea
insatisfactorio. Los pesimistas asumen, sin esperanzas en una
civilización alternativa, que el progreso es la causa del desastre
social y ecológico.
Pero el humanismo, todavía vivo en la imaginación de los
hombres, no acepta el actual estadio de desarrollo como al máximo
alcance posible del proyecto humano. Rechaza la perspectiva de que
el desenlace inevitable del progreso sea el colapso de la civilización
y anhela una reorientación de la utopía con la reconstrucción de
aquello que en las ideologías haga posible el desarrollo ético.
El educacionismo considera que la civilización industrial
marcha hacia una catástrofe porque instala la desigualdad entre los
individuos y degrada el Medio Ambiente, y que interrumpir esa
marcha exige sustituir la utopía de la igualdad en la economía por la
de la igualdad en la educación: el hijo del trabajador en la misma
escuela que el hijo del patrón. Rehusando acatar la marcha hacia el


Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

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colapso ético, social y ecológico, e insistiendo en la búsqueda de un
mayor equilibrio social, defiende la reorientación del proyecto

civilizatorio en pro de asegurar la misma oportunidad : entre clases,
mediante la igualdad en la educación, y entre generaciones,

mediante un desarrollo sustentado . Su propuesta tiene a la
educación como motor y propósito de una nueva utopía.

Las bases del Educacionismo

El sufijo “ismo” indica doctrinas, ya sean religiosas o políticas.


El cristianismo, el judaísmo, el budismo o el islamismo son
doctrinas religiosas: definen un conjunto de comportamientos
individuales para alcanzar un estado de gracia sobrenatural. El
capitalismo, el socialismo, el comunismo o el desarrollismo son
doctrinas socioeconómicas: definen un conjunto de
comportamientos sociales para alcanzar una utopía en la Tierra. Las
primeras son doctrinas religiosas; las segundas, ideologías políticas.

A lo largo del siglo XX el crecimiento de las ideologías


políticas relegó a las religiones a un segundo plano. En vez de la
gracia en el Cielo, el hombre optó por la utopía en la Tierra. Los
movimientos sociales parecían más fuertes que las religiones,



Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

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ofreciendo la posibilidad de la riqueza máxima en la Tierra y su
distribución entre todos.

El fin de siglo mostró el fracaso de las ideologías.

El capitalismo en los países ricos reveló su perversidad en la


destrucción de la naturaleza, el desempleo, la alienación, las guerras,
la inflación, la recesión, la desigualdad a escala global y al interior
de cada país. En los países periféricos el desarrollo trajo todas las
desventajas del capitalismo central, manteniendo la desigualdad, la
exclusión social, la degradación de las ciudades, la violencia urbana
y la depredación ambiental. El socialismo, que confundió igualdad
con control social de la individualidad y en nombre de lo social
eliminó la libertad individual, se reveló igualmente depredador de la
naturaleza e ineficaz en la promoción de la riqueza, además de
mantener burbujas de privilegio.

Las ideologías de la civilización industrial —capitalismo,


socialismo o desarrollismo— quedaron presas de la producción y de
la distribución de los ingresos, depredando el medio ambiente y
haciendo accesible, sin la menor precaución, el consumo para las
masas. El fracaso de la utopía de la civilización industrial —ya sea
mediante el capitalismo, el socialismo o el desarrollismo— trajo
aparejada la idea de la muerte del sentido mismo de la utopía: o la
sumisión al presente como si ya fuera la máxima realización del

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proyecto civilizatorio, o el pesimismo del futuro catastrófico de tipo

malthusiano .

La idea de la muerte de las ideologías nace con el siglo XXI


pero la realidad del entorno mantiene vivo el deseo de una nueva
utopía empezando por la lucha para interrumpir el desastre de la

barbarie ético-ecológica . La realidad del presente y las previsiones
para el futuro exigen, más que nunca, los sueños utópicos, la vuelta
a la fe en el futuro: exigen ideologías.

Es necesario para ello algún “ismo” diferente que pueda


enfrentar la inestable fragilidad de la economía global, la tragedia
social de una desigualdad que comienza a transformarse en

desemejanza , la crisis ecológica camino al calentamiento global y la
consiguiente amenaza a la vida en el Planeta, los riesgos de los
nuevos y brutales medios de guerra que se sofistican rápidamente en
manos de estados imperialistas y de grupos terroristas; y que pueda,
también, enfrentar la perplejidad que suscitan los nuevos desafíos
generados por el progreso y por el vacío de alternativas.

La civilización está carenciada y el espíritu humano se debe a


sí mismo una nueva definición del sueño utópico. No sólo para la
construcción de una realidad utópica previamente diseñada —como
en los últimos 200 años, desde el optimismo de la revolución

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.


Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

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industrial— sino también para diseñar una nueva utopía que
permita:

primero, incorporar el objetivo del equilibrio ecológico, sin el cual


ningún tipo de utopía será factible;

segundo, recuperar el valor de la libertad individual perdido por el


socialismo —que en nombre de la colectividad abandonó al
individuo— y deformado por el absolutismo del liberalismo
capitalista —que endiosó al individuo—;

tercero, definir límites al liberalismo de manera que no tolere ya la


exclusión social ni la destrucción ecológica —la libertad individual
dentro de un espacio donde el límite inferior sería asegurar un
consumo que no excluya socialmente y el límite superior sería
impedir un consumo que amenace el equilibrio ecológico; las
desigualdades de ingresos, consumo y propiedad serían toleradas
mientras no provoquen exclusión social ni destrucción ecológica;


cuarto, quebrar el apartheid social, la apartación , que hoy se
expande debido al avance técnico-científico en las áreas de la
genética y de la biotecnología al servicio de una minoría,
amenazando con quebrar el sentimiento de semejanza entre los seres
humanos;


Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

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quinto, construir una sociedad global donde todos los seres humanos
sean capaces de integrarse sin destruirse, y en libertad.

La ideología alternativa capaz de llevar a esta utopía es el


educacionismo: la doctrina por la cual el futuro utópico puede ser
construido mediante una revolución educacionista que le asegure a
cada ser humano los instrumentos necesarios para su liberación
intelectual y material, mediantse la educación.

Mucho más que un programa educativo, el educacionismo es


una ideología que centra el progreso y la utopía en una revolución
por la educación. Para la visión tradicional, la educación es un
servicio; para el educacionismo, es el instrumento de construcción y
transformación social: es el vector civilizatorio. En la visión
economicista, desigualdad o igualdad son corregidas o creadas por la
economía; en el educacionismo, la igualdad o la desigualdad se
originan ahí donde se da inicio la sociedad: en la escuela.

A diferencia de las ideologías materialistas —basadas en la


economía— que fracasaron-, y de las religiones —que prometen una
utopía pos-vida—, el educacionismo propone la emancipación de
cada ser humano y del conjunto de la humanidad mediante la
educación de todos, desde la primera infancia, afirmando la igualdad
de oportunidades así como el conocimiento necesario para la
construcción de un futuro civilizatorio equilibrado y justo. Al
garantizar conocimiento para todos, para cada País y para el mundo,

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la revolución educacionista está proponiendo la formación de
personas capaces de:

indignarse éticamente, ante las amenazas al futuro;

deslumbrarse estéticamente, ante las bellezas del mundo;

entender la lógica de cómo funciona la realidad, tanto física como


social;

comprometerse políticamente para mejorar el mundo;

e incluirse profesionalmente en el mercado de trabajo.

Si bien sus efectos más directos estén en la dinámica


económica y social en dirección al crecimiento y a la reducción de la
desigualdad, los objetivos del educacionismo toman distancia de las
metas materiales de la economía y se apartan de las propuestas de
igualdad ganancial. Su utopía sería la igualdad de oportunidades, la
garantía de la misma oportunidad para cualquier ser humano,
mediante la educación y el desarrollo sustentado. Su revolución: la
garantía de igualdad plena en el acceso de cada niño a la educación,
independientemente de las ganancias de la familia, de la raza de los
padres, del lugar donde reside; y de la implantación de un modelo de
desarrollo ecológicamente equilibrado. El educacionismo construirá
así la igualdad de oportunidades entre clases (mediante la educación

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igualitaria) y entre generaciones (mediante el desarrollo
ecológicamente sustentable).

Educacionismo, Historia y Evolución

La idea de la evolución histórica es anterior a la idea de la


evolución de las especies. Vicco y Hegel se anticiparon a Darwin.
Pero éste trajo la idea de que el motor estaba en la capacidad de los
más fuertes. Durante el siglo XX la idea de la supervivencia de los
más fuertes fue sustituida por la idea de los más hábiles o los más
adaptables. A diferencia de lo que prevaleció a todo lo largo del
pasado y persistió en Oriente durante mucho tiempo, la historia dejó
de ser percibida como mera repetición circular de los hechos,
adquirió un destino. La humanidad avanzaba con un rumbo: los
seres humanos se apoderaban de la naturaleza y dominaban de tal
forma a todas las demás especies que llegaron al punto actual de la
evolución con el poder de extinguir centenares de ellas anualmente y
de amenazar así el equilibrio ecológico.

Marx aportó la visión de que el avance técnico y la lucha de


clases explicaban los avances del pasado y orientaban el avance
futuro, inevitable y continuo, que llevaría la historia al comunismo
libertario, dinámico e igualitario. No era la capacidad del más fuerte,
como Darwin decía que acontece en la naturaleza, y sí de la clase

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mejor adaptada para permitir que el avance técnico continúe. El
capitalismo no acabaría mediante la fuerza del proletariado sino
porque, al dejar de ser un sistema dinámico, trabaría la continuidad
del avance técnico. Las clases y los partidos sólo aceleraban el
agotamiento del sistema.

Por detrás de esta visión evolutiva había un sentimiento de


determinismo histórico, popular entre los historiadores modernos.
La historia tendría un sentido lógico, ocurriría para cumplir
designios: la humanidad como el producto de una evolución de la
naturaleza, la civilización como el resultado de la evolución social.

Nada evita sin embargo el determinismo de esas dos


evoluciones: el pasado habiendo ocurrido según fuerzas de una
lógica tal que permitiría definir el futuro. El pasado inevitable, el
futuro previsible. Más probable es la visión no determinista de que
todo podría haber sucedido en forma diferente, o no haber sucedido
todavía, o no suceder nunca. Y que el futuro puede seguir
alternativas diferentes.

Para llegar hasta aquí, hasta la civilización global tecnificada,


la humanidad tuvo que dar seis virajes diferentes, que podrían no
haber sucedido. El primero fue la evolución biológica del homo
sapiens, probablemente en África. Podría no haber sucedido todavía,
como no sucedió para ninguna otra especie. El segundo fue la
revolución de la agricultura, del sedentarismo y de las ciudades,

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ocurrida probablemente en Medio Oriente y que todavía no ha
sucedido para ciertos grupos humanos, que continúan viviendo
como nómades, como lo hacían nuestros más remotos antepasados.
Asimismo, tampoco podría haber sucedido todavía el cambio que
dio lugar a la racionalidad lógica, creada en la antigua Grecia.
Todavía una parte considerable de los seres humanos continúa
oponiéndose a la racionalidad. El cuarto viraje fue cuando la
Inglaterra de los siglos XVIII y XIX dispuso de la racionalidad para
inducir la revolución industrial, canalizando el potencial de
inteligencia de los seres humanos para crear herramientas que
aumentaran la eficiencia en la producción de los bienes necesarios
para la supervivencia material y cultural. Fue la Revolución
Industrial-I de la productividad, creando la modernidad. A
comienzos del siglo XX esta revolución industrial adquirió una
nueva forma, dio un quinto giro: la Revolución Industrial-II del
consumismo, especialmente en los Estados Unidos, al orientar la
inmensa capacidad científica y tecnológica de los seres humanos
para inventar nuevos productos y crear demanda, en lugar de sólo
aumentar la eficacia en la fabricación de los mismos productos que
antes necesitaba, como sucediera durante la Revolución Industrial-I.
Fue después de la muerte de Marx que la civilización dio el quinto
viraje: de la Revolución Industrial-I de la productividad a
Revolución Industrial-II del consumismo; el avance técnico pasó a
estar más ocupado en la invención de nuevos productos que en la

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invención de métodos más eficaces para fabricar los mismos
productos. El viraje en la dedicación de la inventividad humana en la
preocupación por aumentar la productividad de los mismos
productos a la preocupación por crear nuevos productos, hizo que el
avance técnico dejase de ser un instrumento de reducción de
necesidades para devenir un instrumento de inducción de nuevas
necesidades. Este viraje fue posible porque, junto al avance técnico
creador de nuevos productos, la civilización inventó las formas de
manipulación social para la creación de nuevas demandas mediante
las diversas formas de publicidad.

En el pasaje del siglo XX al XXI, más de un cambio fue


atravesado en términos de experiencia global: la Revolución
Industrial-III del aumento radical del poder de la ciencia y de la

tecnología al servicio del mundo actual de la supermodernidad .


Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

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.

Mutación
biológica

Revolución
agrícola,
sedentarismo,
urbanización

Racionalidad

Revolución industrial I
de la productividad

Revolución industrial II
del consumismo

Revolución industrial III


de la supermodernidad

Viraje actual

Viraje del educacionismo


en dirección a la modernidad-ética

Viraje del calentamiento global


y de la mutación biológica inducida

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por la modernidad-técnica

Cualquiera de estos virajes podría no haber ocurrido. Pero


ocurrieron, crearon la actual realidad y permiten vislumbrar, no un
futuro predeterminado, sino dos opciones por delante, en un sexto
viraje a ser dado: por un lado, la prosecución de la marcha hacia la
∗ ∗
hipermodernidad (inducida por la modernidad-técnica con la
ruptura del sentimiento de semejanza entre los seres humanos y la
degradación ambiental) y por el otro, el redireccionamiento hacia la

modernidad-ética construida por el educacionismo.

Ninguno de los virajes ocurridos hasta hoy había podido ser


anticipado; ahora, por primera vez en la historia, somos capaces de
anticipar nuestras opciones. También es la primera vez que además
del poder de anticipar poseemos los recursos y la capacidad técnica
para escoger el camino a seguir. Tal vez nos falte la capacidad
política de aglutinar las fuerzas necesarias para escoger el camino
correcto.


Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

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Marx siguió en detalle cada uno de los grandes saltos técnicos
que ocurrieron durante su vida y debido a ello fue optimista respecto
al proceso histórico. En su libro Marx, p. 184, Jacques Attali cuenta
que el 14 de abril de 1856, durante un discurso dijo: “El vapor, la
electricidad y los diferentes inventos tienen un carácter
revolucionario mucho más peligroso (para el sistema burgués) que
los burgueses Barbes, Raspail y Blanqui.” Hoy, cuando el avance
técnico da otro salto, la percepción de Marx respecto al poder
revolucionario de la técnica podría seguir pareciendo válida, aunque
si observamos la historia posterior en base a la tendencia de las
últimas décadas, ese optimismo deja de ser válido.

En el siglo XIX el avance técnico generaba profundos


problemas de desplazamiento y expropriación de tierras del
campesinado, desempleo, inflación, pero no desemejaba a los seres
humanos ni destruía la base natural de la vida; aun cuando generaba

desempleo, no generaba a los sin-empleo , personas descartables: el
trabajador desempleado un día, otro día podía tener empleo, a costa
de otro trabajador que quedaba desempleado. Eran semejantes,
sustituibles los unos por los otros y compartían sus conocimientos,
poseyendo el estadio de conocimiento necesario para manipular las
máquinas por entonces utilizadas. Si bien desiguales, eran
semejantes incluso ante el patrón: lo que ocurría gracias al avance
proporcionado por el capitalismo en comparación con la esclavitud,

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

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el feudalismo y los sistemas aristocráticos y teocráticos anteriores.
La esperanza de vida era casi la misma para ricos y pobres. Las
reinas morían de parto en la misma proporción que las campesinas.

A excepción de los tiempos de hambruna, cuando la comida se


reservaba sólo para los poderosos, los príncipes corrían los mismos
riesgos de muerte durante la infancia que los hijos de los obreros.
Las diferencias en la higiene no impactaban sustancialmente la
esperanza de vida diferenciándola entre clases: tomaban la misma
agua, los mismos remedios, disponían de los mismos conocimientos
médicos. El confort no establecía mayores diferencias: si la casa del
trabajador pobre era más reducida que la casa del patrón rico, ésta,
como aquélla, no disponía de bañadera ni aire acondicionado o
calefacción, ni luz eléctrica ni agua caliente ni cualquiera de los
modernos utensilios domésticos. Hoy, el avance técnico descarta a
las personas para el trabajo, impone desigualdad en la salud y en las
expectativas de vida y se encamina a desemejar biológicamente a los
seres humanos: algunos más humanos que otros, debido al
mejoramiento biológico, aunque menos humanos, debido al
empeoramiento en los valores éticos.

La continuación de esta tendencia fortalecerá la dedicación de


la inteligencia a la irracional voracidad de transformar la naturaleza
en bienes de consumo aunque ello implique destruir la base misma

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de la supervivencia de los seres humanos, dividiéndolos además en
bloques diferenciados.

Según la interpretación de Arthur Koestler, esta marcha es


inevitable porque el hombre amenaza su propio futuro, por tratarse
de una especie con “un defecto de fabricación” en su evolución
biológica: una especie suicida por tener un cerebro dividido entre
una parte racional, capaz de hacer la bomba atómica, y otra
irracional, capaz de usarla; la racionalidad de construir el sistema
industrial con una fuerza capaz de cambiar el clima del Planeta, y
otra parte irracional, incapaz de frenar su deseo de consumidor
voraz. Con el poder de transformar la naturaleza, pero incapaz de
controlar sus instintos. De ahí en más la evolución no sería favorecer
a los más fuertes sino a los más ricos, no aquellos capaces de
adaptarse sino aquellos que estén dotados de los medios suficientes
como para comprar la química o la ingeniería inductora de la
mutación biológica. Y el conjunto portando el virus de la locura
colectiva de caminar hacia el desastre incluso previéndolo. Este
destino repetiría a nivel global, civilizatorio, lo que Bárbara
Tuchmann presenta como la marcha de la locura de las naciones por
separado. Y Koestler lo previó aun antes de la percepción científica
de los impactos ecológicos y de los descubrimientos genéticos en el
mundo global.

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Durante casi los dos últimos siglos, el avance técnico fue
entendido como el objetivo que determinaría la base social y
cultural. Marx decía que la infraestructura, es decir la técnica,
definiría a la superestructura, es decir a todas las características
sociales. Este camino está llevando a la civilización hacia el
desenlace catastrófico.

En lugar de que el avance técnico defina las reglas de la


racionalidad económica, sometiendo los objetivos sociales y
ecológicos y conduciendo ciegamente a la humanidad hacia la
desigualdad y el calentamiento global, ahora serían los valores éticos
de la igualdad de oportunidades, entre clases y entre generaciones,
los que definirían los objetivos sociales a partir de los cuales
construir una racionalidad económica capaz de determinar con qué
criterios la técnica habrá de transformar las piedras, las plantas y los
animales en beneficio de los hombres.

Valores éticos

Objetivos sociales

Racionalidad económica

Elección técnica

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La solución política para esta reorientación no provendrá de la
revolución de una clase sobre otra, ni será obtenida mediante la
economía por evolución en la producción —como sostienen los
capitalistas— o por revolución en la propiedad —como sostienen los
socialistas—, sino mediante la revolución educacionista.

Educacionismo y lucha de clases

a) La concepción educacionista de clase

Para los defensores del capitalismo, la lucha de clases estaba


resuelta gracias al uso democrático de la organización sindical como
canal de las reivindicaciones de los trabajadores, con la libertad de
mercado para canalizar los intereses de los más emprendedores. El
mercado favorecía la competencia por los ingresos entre las
empresas; la organización sindical favorecía a los trabajadores en la
disputa por los ingresos con la empresa.

Para los socialistas la lucha de clases se resolvería con el


triunfo del proletariado y la abolición de la burguesía, cuando
desapareciese la propiedad privada de los medios de producción,
gracias a la revolución liderada por las clases trabajadoras que
asumirían el control del capital y distribuirían el ingreso nacional en
forma equitativa entre los trabajadores. La realidad de las últimas

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décadas muestra tres cambios que ponen en duda el supuesto de la
lucha de clases económicas como el instrumento del progreso social.

Primero, el concepto de clases nítidas en recíproca oposición


—el proletariado y la burguesía— que fuera discutido teóricamente
ya en tiempos del propio Marx, se debilitó todavía más en el mundo
de hoy, con gran cantidad de clases sociales y con intercambios tan
complejos entre ellas que se hace difícil establecer sus límites, sus
alianzas o sus antagonismos. Lo que antes ocurría en momentos de
graves crisis del capitalismo tradicional, cuando el desempleo era
general, se hizo regla en el capitalismo global y neoliberal. Con la
dificultad para obtener empleo, muchos trabajadores pasaron de ver
al patrón como explotador a verlo como un protector. Al disputarse
los empleos, algunos trabajadores de hoy ven a sus mayores
opositores en los otros trabajadores, con los cuales se disputan lo
que el patrón les ofrece como empleo. Además ese empleo les ofrece
no sólo un salario, con el consiguiente acceso al consumo, sino
también diversos beneficios adicionales. En función de esto, los
actuales enfrentamientos de los trabajadores suelen ser más con los
gobiernos que con los capitalistas; entre los sindicatos y las
patronales parece haber más diálogo que conflicto.

Si bien en forma silenciosa, existe una clara disputa entre los


trabajadores del sector moderno de la economía y los excluidos
pobres. Si todo el ingreso nacional anual de Inglaterra en tiempos de

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Marx hubiese sido dividido entre toda la población, el ingreso de
todos los desposeídos de capital —incluyendo a los trabajadores
empleados— se hubiese elevado. Hoy en día, si el ingreso fuese
dividido entre toda la población, la proporción de ingreso de los
trabajadores del sector formal con educación de base y calificación
profesional disminuiría y el ingreso de los que no tienen trabajo se
incrementaría apenas. Este estadio de la lucha de clases hace que
ciertos empleados del sector privado y ciertos servidores públicos
con sueldos más elevados consigan aumentos en sus salarios y otros
beneficios a costa de la falta de inversiones sociales para los pobres
en educación, salud, vivienda, agua y redes cloacales.

Segundo, el capitalismo global cooptó a los trabajadores


calificados, incorporándolos entre los beneficiados por el sistema,
excluyendo a una inmensa parte de la población que ni siquiera
logra ser trabajadora y que, carente de salario y de la posibilidad de
sindicalizarse, se ha vuelto descartable. Haciendo que, a pesar de la
desigualdad en el patrimonio, esos trabajadores calificados puedan
tener, gracias a sus sueldos y beneficios, un buen estándar de vida,
cercano a veces al de los patrones. Dependiendo de la calificación
del trabajador, patrimonios muy desiguales o estándares de consumo
sin grandes diferencias.

Puede tenerse una visión clara de esta situación en las


relaciones entre patrones, empleados con calificación superior y

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peones de la construcción civil. El salario de un trabajador bien
calificado le permite poseer una vivienda con los mismos servicios
básicos de la casa de los patrones; esto ocurre en función de la
diferencia entre los salarios de los trabajadores calificados y los
salarios de los peones de la construcción, pobres y sin calificación.
Gracias a este diferencial salarial, las viviendas de las clases medias
brasileñas llegan a ser mejores y más confortables que las viviendas
de los trabajadores igualmente calificados de los países ricos. Porque
en los países ricos la diferencia entre el salario del operario
calificado y el salario del trabajador de la construcción —él también
un operador, aunque menos calificado— es mucho menor que en

Brasil. Hay una plusvalía triangular : el Capital se apropia de una
parte del valor producido por todos los trabajadores, pero el Capital
y el Trabajo Calificado se apropian del valor producido por el
Trabajo sin Calificación. Prueba de esto es cuánto gasta el Estado en
la formación universitaria de los cuadros superiores de la sociedad y
en la calificación técnica de los operadores de la economía, dejando
de lado la educación de base de las grandes masas. Aunque se haga
en nombre del progreso nacional, se trata de recursos drenados
desde los más pobres hacia los más ricos.

Tercero, la lucha de clases se tornó triangular: por un lado los


patrones y sus trabajadores del sector moderno; por el otro, las
masas excluidas. En el primer grupo, la lucha de clases fue

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

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suavizada mediante acuerdos firmados casi siempre antes de los
conflictos: salarios más altos, distribución de beneficios, seguro de
salud, financiamentos para la compra de bienes y servicios, hacen
que las amenazas revolucionarias pierdan sentido para el trabajador
moderno. Y entre los dos grandes grupos, modernos (trabajadores o
capitalistas) y excluidos (desempleados o trabajadores sin
calificación), la lucha de clases se da sin el menor poder de
negociación para los últimos, incapaces de organizarse, en condición
de mano de obra descalificada, en un tiempo en que son cada vez
más altas las exigencias de calificación para los operarios.

Por estas razones, el educacionismo no ignora que hay un


choque de intereses entre las clases, pero a diferencia de la visión
economicista, que concentra esta lucha entre el Capital y el Trabajo,
el educacionismo sitúa la lucha de clases entre los propietarios y los
desposeídos del capital-conocimiento.

b) La formación de clase por la apropiación del conocimiento

La educación en Brasil es un instrumento de exclusión social.


En 2005, 6,7 millones de niños tenían entre 5 y 6 años, pero sólo 4,8
millones estaban matriculados para cursar el primer grado de la
enseñanza fundamental; y de 2,1 millones matriculados para el
tercer grado de la enseñanza media, sólo 1,8 millón concluyó este

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nivel de enseñanza. No obstante estos datos muestren la foto del año
2005 y no reflejen la evolución posterior de esos alumnos, están
indicando que alrededor de 3 millones son dejados de lado después
de ingresar a la escuela; 4,9 millones, si consideramos también a
aquellos que ni siquiera llegaron a matricularse. De cada tres niños
matriculados para el primer grado de la enseñanza fundamental,
poco más de uno concluirá la enseñanza media.

La exclusión es todavía más fuerte cuando se analiza la calidad


y se percibe que: la totalidad de los hijos de la clase media y rica
concluyen la enseñanza media, la evasión escolar se concentra en las
clases pobres; pero incluso esos niños de los sectores sociales más
pobres que logran concluir la enseñanza media, raras veces tienen la
oportunidad de recibir una educación que pueda considerarse de
calidad satisfactoria.

Los pobres salen todavía más perjudicados, debido a que ni los


niños ni sus familias pueden acceder a los complementos educativos
y las actividades extracurriculares, debido a que no disponen de la
suficiente preparación cultural.

Así como en el pasado los privilegios se consolidaron debido a


la apropiación de los medios de producción —entre los privilegiados
feudales mediante la apropiación de la tierra por los nobles y la
explotación de los campesinos, en el capitalismo mediante la
apropiación del capital y la explotación de los trabajadores

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asalariados—, hoy los privilegios se mantienen debido a la
apropiación de los medios de formación educativa.

Esta es la verdadera lucha de clases de hoy. No más entre


capital y trabajo, sino entre quien tiene y quien no tiene acceso a la
educación de calidad.

c) La inclusión de los “sin-clase”

A pesar de toda la endeblez científica de sus explicaciones —


cuáles clases, cómo se vinculan y se oponen y cómo se equilibran—,
la teoría de la lucha de clases ha sido enarbolada sistemáticamente
como instrumento de análisis de la evolución social y sus
revoluciones.

En Brasil, la lucha de clases ha sido un método todavía más


endeble a la hora de explicar la íntegra dimensión de la realidad
social, porque las elites brasileñas han condenado a una parte de la
población a la exclusión como los sin-clase, no-clase o fuera-de-

clase . Primero, mientras mantuvo el sistema esclavócrata, durante
casi 400 años; segundo, a partir de la Abolición, negándoles a los
pobres propiedad, derechos y una educación que les permitiese
participar del proceso social.


Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

30
Mientras el conjunto de la población carecía de educación y
ésta no era necesaria, porque tampoco lo era que el trabajador
participase del proceso social, incluso económico, abandonar la
educación no implicaba grandes impedimentos a la posibilidad de
empleo, al bienestar social y al crecimiento de la economía. Incluso
bajo la esclavitud hubo progreso económico en Brasil, pero no
social. La necesidad de esclavizar africanos, traerlos, comprarlos,
mantenerlos alimentados y saludables, explotados y encadenados era
prueba de que ante la escasez de mano de obra no había necesidad
de calificación. Los esclavos llegaban a Brasil sin haber visto nunca
una azada pero sabían inmediatamente cómo utilizarla, sin necesidad
de la menor calificación; y se los obligaba al trabajo forzado, porque
no había desempleo. Hoy sucede exactamente lo contrario: no hay
empleo y hay necesidad de calificación.

Con la abolición de la esclavitud, los principales productos


continuaron siendo agrícolas, los trabajadores continuaron sin
necesidad de calificación, habitando en las zonas rurales, con
salarios bajísimos, en un sistema semi feudal. Con la
industrialización comenzó la migración hacia la ciudad, el proceso
social y económico pasó a exigir una calificación profesional como
condición para el empleo, pero los sin educación continuaron siendo
tratados como sin-clase. Este es el trato que recibe hasta hoy una
parte considerable de los trabajadores brasileños: pagados en negro,
eventuales, subcontratados de bajos salarios.

31
En proporción muy similar a la que había durante la esclavitud
entre trabajadores libres y esclavos, hoy la población brasileña se
divide entre incluidos, con-clase, y excluidos, sin-clase o fuera de
clase, tal como se llama en la India a las castas más bajas de los

intocables. En Brasil no se trata de intocables en el sentido religioso
del hinduísmo, pero sí de invisibles* desde el punto de vista social y
de su marginación de la dinámica del progreso.

Para las ideologías tradicionales, dentro del mundo teórico del


industrialismo, el paso desde la no-clase o sin-clase hacia la clase
proletaria, se iba a dar mediante inversiones que generarían empleo.
Se trataba de una visión falsa, pues engañó a las masas pobres, que
nunca incorporadas, y todavía menos en el presente, al no dejar en
claro que no habrá buenos empleos ni salarios ni acceso a los
derechos de la formalización laboral para aquellos que carezcan de
un buen nivel de educación.

Para el educacionismo, antes de considerar la lucha de clases,


es necesario incluir a aquellos “sin-clase” en el mundo de las clases
de los incluidos: el camino para lograrlo es la educación. Por eso el
educacionismo considera que la revolución en la educación es una
condición preliminar a todo proceso de avance social, pleno,
inclusivo, donde todos participen. Esta idea ya es percibida en la
práctica por las clases medias bajas al verse obligadas a realizar
prodigiosos esfuerzos para que sus hijos dispongan de un diploma

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

32
universitario. Quieren ver a sus hijos fuera de la exclusión, con una
posición de clase.

d) El ascenso de clases

La evolución tecnológica, al mismo tiempo que reduce el


número de empleos, exige educación y calificación por parte del
trabajador para las pocas vacantes disponibles. El dinámico mundo
de la evolución tecnológica no ofrece empleo a los que carecen de
calificación, ni estabilidad para aquellos con poca calificación. La
disponibilidad de empleo ya no depende del crecimiento de la oferta
de vacantes, sino sobre todo de la oferta de mano de obra calificada.
El trabajador integrado al sistema ya no debe su posición a la
migración del campo hacia la ciudad y a una somera preparación,
sino a sus estudios. El ascenso de los sin-clase ya no puede ocurrir
gracias a cualquier empleo, porque éste escasea y exige calificación.

Sólo queda una esperanza de ascenso social a través del acceso


a la propiedad del capital-conocimento. Por eso, para formar
operarios ya no basta con un simple curso técnico; las nuevas
máquinas inteligentes exigen operadores cuya formación requiere
buena educación de base. Incluso los hijos de las clases medias y de
los trabajadores del sector moderno se quedarían sin futuro si no
tuviesen acceso a la educación de calidad: tanto para quienes

33
trabajan en la línea de producción como para quienes asumen
posiciones ejecutivas.

Actualmente pocos entre los grandes empresarios entregan sus


empresas en forma automática a sus hijos. Las transfieren a
ejecutivos bien entrenados, sean hijos suyos o de otros, incluyendo
hijos de pobres que tuvieron la oportunidad de acceder a buenos
estudios y que gracias al diploma calificado pudieron saltar la

cortina de oro . El hijo del patrón hereda el poder en la empresa sólo
si el dinero del padre es invertido en su educación y se prepara para
adquirir la formación necesaria. Los ingresos familiares le permiten
comprar el derecho a una buena escuela pero la educación en sí no
puede ser comprada, el hijo sólo puede adquirirla estudiando. Para
transformar ese ingreso a los estudios en una posición destacada en
el mercado de trabajo, las familias con poder adquisitivo tendrán que
pagar buenas escuelas para sus hijos, pero éstos deberán aprovechar
la oportunidad para desarrollar su propio potencial, no apenas
comprar un diploma. La familia podrá ser un apoyo, pero ya no el
elemento determinante de la promoción social. Ésta sólo vendrá con
el esfuerzo directo, personal, del propio hijo que estudia. Y esto
porque, de aquí en adelante, el diploma en sí mismo no tendrá valor.
Por eso, sea en el sector privado en el cual la familia es propietaria,
sea en el aparato del Estado en el cual es influyente, ya no se puede
comprar directamente la posición social.

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

34
La lucha de clases en la economía pasó a la manifestación de la
lucha de clases entre quien tiene conocimiento y quien no lo tiene.
Esta sí es la lucha de clases concreta. Y su victoria pasó a ser
alcanzada, más que por la acción de los sindicatos, gracias a la
escuela. No más por la transferencia del capital al Estado al servicio
de un partido revolucionario, sino por la transferencia de los hijos de
los pobres a las buenas escuelas de los hijos de los ricos.

El educacionismo, más que el socialismo, es el camino para


llevar a cabo la lucha de clases en beneficio de los pobres. Pero esto
no se hará mediante salarios controlados por la máquina del Estado,
conquistados y fijados según la voluntad o la contienda política, sino
en la medida en que los pobres tengan acceso al conocimiento que
los convierta en operadores, usufructuando la escuela de calidad que
les ofrece el Estado, siendo promovidos de acuerdo a su talento y su
dedicación.

El educacionismo, en este sentido, rompe con el paternalismo,


porque las familias ricas pueden pagar la escuela pero quien estudia
es el hijo. En el educacionismo se reúnen el Estado y el Individuo, la
Democracia y el Mérito.

e) El control social del conocimiento

35
Esta realidad hará aflorar una nueva lucha de clases, no ya por
el control del capital, como proponía el socialismo, sino por el
control del acceso a las buenas escuelas. Las clases medias y altas
percibirán que el futuro de sus hijos dependerá de la educación que
reciban, y que si todos tuviesen la misma educación, la elite
dirigente del Estado y de las empresas sería mayoritariamente
dominada por profesionales provenientes de las camadas más
pobres, por el simple hecho de que son la mayoría. Eso no
amenazará las estructuras básicas del sistema social y económico,
porque los nuevos dirigentes servirán a las reglas que hoy
prevalecen, pero significará un ascenso social para los que estudien
y, en consecuencia, una caída social relativa de aquellos individuos
de las actuales clases medias y altas que no adquieran el pasaporte
educativo.

El fútbol y otros deportes masivos prueban que con una


revolución educativa prevalecerá el talento por sobre la clase de
origen. Como la pelota es redonda para todos y los pobres forman la
mayor parte de la población, son ellos quienes llegan al tope de la
carrera futbolística. Pero para entrar en una universidad, la regla de
oro del éxito es la escuela de base donde se estudió. Y las escuelas
no son redondas para todos. Para los pobres son cuadradas:
degradadas, abandonadas, desequipadas, con pocas horas de clases y
profesores mal remunerados. Para los ricos son redondas: equipadas,
con profesores bien formados y dedicados, y con complementación

36
extraescolar en horario integral. En estas condiciones la mayoría
queda excluida, sólo una minoría tiene acceso al juego del
conocimiento.

Así como la pelota es redonda para todos, el educacionismo


quiere hacer que las escuelas sean igualmente buenas para todos, y
sostiene que es el único camino para la construcción de una sociedad
justa y eficiente. Pero la defensa de la escuela del pobre igual a la
escuela del rico puede provocar una disputa política debido al
natural rechazo de este último a perder la protección patrimonialista
de sus hijos. Ya no se trataría de heredar un patrimonio sino de
seguir disponiendo de una escuela comparativamente mejor que la
escuela de los hijos de los pobres.

La defensa del educacionismo implicará a su vez dos disputas:


una ideológica, debido al vicio secular de ver en el proceso social el
resultado de la economía y no de la educación; y otra, por el miedo
de las clases ricas a que se produzca un ascenso de las camadas
pobres que les hiciera perder privilegios e hiciera descender en la
escala social a aquellos hijos de los ricos que no estuviesen
preparados, mediante el estudio, para obtener la propiedad del
capital-conocimiento. Con la exclusión de los pobres de la
escolaridad de calidad, ante la falta de competencia, los hijos de las
clases altas no necesitan estudiar mucho. La exclusión protege a los
que están dentro de las escuelas, aunque no se apliquen con especial

37
dedicación a estudiar. Tal vez esto explique por qué en Brasil y ante
el descuido en que se encuentra la escuela pública, las escuelas
privadas no tienen un alto nivel de exigencia para con sus alumnos.
Los hijos de los ricos están protegidos de la competencia educativa,
gracias a sus escuelas relativamente mejores. Aun con una población
de cuarenta millones de ricos o casi ricos, con los ingresos per
capita de un país emergente, Brasil es un país intelectual, científica
y tecnológicamente atrasado, porque las dos terceras partes de la
población excluida de la educación constituyen un potencial perdido
y un tercio recibe una educación sin exigencias de calidad porque lo
ampara la mala educación de los excluidos. Al ignorar la lucha por
una escuela pública de calidad para todos, la defensa de los cupos
para negros en el ingreso a la universidad arrastra ese sesgo
proteccionista: los pocos jóvenes negros de las clases medias y altas
que egresan de las escuelas privadas se ven beneficiados ante la falta
de competencia de esos otros jóvenes negros, hijos de los pobres,
que tuvieron que abandonar las clases antes de concluir la enseñanza
media.

Mientras engañan a los pobres con la idea de que la revolución


está en la economía, los ricos mantienen los lugares de privilegio
incluso para aquellos de sus hijos que estudian poco, en escuelas
donde se estudia poco, pero que aun no siendo excelentes son de
todos modos mejores que las de los hijos de los pobres.

38
Los líderes de la izquierda afirman defender a los trabajadores
con la estatización del capital, pero a la vez sienten que sus hijos se
verían amenazados si la escuela de los trabajadores fuese realmente
tan buena como la de sus hijos. Por ignorancia o mala fe se dicen
progresistas al defender la estatización del capital de los capitalistas,
pero mantienen sus propios privilegios de dueños del capital-
conocimiento para sí y para sus hijos estudiando en escuelas
privadas, financiadas en parte con recursos públicos.

La defensa intransigente del diploma universitario para el


ejercicio de cualquier profesión es el medio utilizado para excluir a
los que no tienen posibilidades de ingresar en la enseñanza superior.

El educacionismo enfrenta esta lucha de clases y de ideologías


proponiendo una escuela igual en calidad para todos,
independientemente del ingreso de los padres y de la localidad
donde reside el alumno. Propone universalización e igualación de
máxima calidad de la escuela pública. Esta es una posición política
radical en cualquier parte del mundo, porque son raros los países que
se hayan siquiera aproximado a este nivel. Los actuales países
llamados desarrollados presentan una situación mucho mejor que la
brasileña, pero todavía no alcanzaron la igualdad de calidad desde
los primeros años de la escolaridad hasta el final de la enseñanza
media. A pesar de haberse iniciado esta revolución durante el siglo
XIX, todavía persisten desigualdades en el acceso a la escolaridad

39
de calidad, establecidas según la clase social. La revolución
educacionista completa llegó a muy raros países o, más bien, todavía
a ninguno.

f) El despojo de las generaciones futuras debido al mal uso del


conocimiento por parte de las generaciones actuales

La generación presente siempre fue el sostén de las


generaciones futuras, alimentándolas y educándolas. Gracias a esto,
cada generación resultaba más beneficiada que su antecesora. Pero a
partir del viraje del consumismo, el conocimiento humano, técnico y
científico, pasó a ser factor de destrucción ecológica. Sin reglas
éticas, el poder técnico avanza sin respetar objetivos sociales; con la
fuerza de las herramientas de la supermodernidad las generaciones
actuales se apropian del conocimiento y lo utilizan para aumentar su
consumo al costo de la destrucción rápida e insensata de la
Naturaleza, sacrificando el bienestar de la humanidad futura. El
saber que antes creaba y construía un mundo mejor para cada
generación siguiente, pasó a ser también un demoledor del futuro. Y
surgió en consecuencia una lucha de clases entre generaciones: la
actual generación de seres humanos apropiándose de la Naturaleza
en detrimento de las futuras generaciones: una plusvalía

generacional .

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

40
Sólo con una reorientación del papel del conocimiento,
mediante una revolución en la educación, será posible una nueva
mentalidad que salga del inmediatismo con que la actual generación
trata a la naturaleza que la rodea.

Educacionismo, Trabajo, Empleo y Salario

a) Formación y Empleo

Brasil comenzó con el trabajador esclavo, usufructuando la


fuerza de sus brazos. Bastaba con que descendiera de un barco y
recibiera una azada para que el africano tuviera el conocimiento
necesario para desempeñar su trabajo. El avance técnico y la
sustitución del esclavismo por el capitalismo forzaron al trabajador a
usar las manos habilitadas, de ahí la expresión mano de obra. El
trabajador iba del Nordeste hacia el Sudeste en un camión,
comenzaba con un trabajo puramente manual y aprendiendo a
utilizar las herramientas pronto pasaba al trabajo especializado: se
transformaba de esclavo en operario. Hoy, el trabajador no obtendrá
un empleo moderno y bien remunerado sin una formación

especializada que lo transforme de operario en operador : en lugar
de usar las manos, usar los dedos para mover las máquinas a través

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

41
de los medios digitales. Usar los dedos sin necesidad de la fuerza y
de la habilidad de las manos exige mejor educación para usar el
potencial del cerebro.

El centro de las actividades productivas que pasó de la fuerza


de los brazos de los esclavos a la habilidad de las manos de los
operarios, ahora pasa por el conocimento de los cerebros de los
operadores. No más la fuerza ni la habilidad, es necesario conocer.

Antes, con la alfabetización y un mínimo de talento, cualquiera


era capaz de adquirir la calificación exigida para la mayor parte de
las actividades productivas. Hoy el operador, a diferencia del
operario, necesita de una educación media completa sin la cual no
estará en condiciones de aprender las nuevas técnicas que exigen un
mínimo de familiaridad con equipos de computación y con palabras
extranjeras.

En tiempos de Marx y hasta hace algunas décadas, las


empresas contrataban operarios entre los primeros desempleados de
la fila que se formaba, por la mañana temprano, frente a su puerta.
Hoy lo que vale no es el orden de llegada, sino la calificación con
que pueda contar cada desempleado. Cada día, las agencias de
empleo de todo Brasil quedan sin cubrir millares de vacantes por
falta de calificación suficiente. Entre las vacantes y los
desempleados hay un abismo que sólo se puede evitar a través de las

42
escuelas, para que funcionen como puertas o puentes entre los
desempleados y los puestos de trabajo.

El educacionismo es el camino para realizar la transición del


operario al operador, sin que los ex-operarios queden desempleados
o condenados a las actividades subalternas que todavía no exigen
formación. Incluso estos últimos tenderán a ser sustituidos en un
futuro no muy distante. Hasta una actividad como barrer el piso de
la fábrica, que hoy es desempeñada por un trabajador con poca
calificación que percibe un bajo salario, usando apenas una escoba,
dentro de poco será efectuada por máquinas movidas a distancia por
un operador calificado.

La realidad es que no habrá más empleo de calidad sin una


formación de calidad. Formación y empleo serán sinónimos una vez
que la formación tenga en cuenta la necesidad de profesionales en el
mercado. La existencia de mano de obra universitaria y hasta
postgraduada desempleada no es el resultado de la formación: es la
confluencia mercadológica de la formación en áreas que están
sobrando, obsoletas ante la innovación tecnológica, la dificultad
personal para que los formados reciclen sus calificaciones en las
áreas con necesidad de personal y la incapacidad o indecisión de los
estados para planificar anticipándose a las necesidades del futuro.
No siempre la formación requerida necesita ser de nivel superior, en
sentido universitario; muchas veces lo que se necesita es una

43
formación de nivel medio pero competente y adaptada a las
demandas de la economía y de la sociedad en el presente y en el
futuro.

Por eso el educacionismo defiende para cada trabajador una


formación que lo califique y le permita operar las máquinas
inteligentes, con reciclaje permanente para que sea capaz de
adaptarse a las innovaciones. Y también para que reciba una
formación de altísima calificación acorde a la de quienes van a
diseñar y construir esas máquinas e inventar los nuevos productos.

Podría decirse que un día todas las profesiones estarán


sobrando, y esto es posible, pero en ese caso la sociedad habrá
llegado a su estadio superior de sustitución del trabajo por el ocio

remunerado, el ocio creativo . Las masas educadas efectuarán la
reorganización social necesaria para transformar el desempleo en
ocio. En cierta forma, esto empieza a suceder en países donde
muchos trabajadores-operadores eligen el período del año en que
trabajan, usufructuando en el otro período del ocio financiado por el
ahorro producido con los salarios o mediante los incentivos
existentes. Con la globalización, muchos de estos operadores de
tiempo parcial pueden incluso escoger el país donde trabajan durante
los períodos de labor entre los períodos de ocio.


Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

44
Cabe recordar que la sustitución del operario por el operador,
de la habilidad manual por el conocimiento digital, va a permitir la
simple sustitución entre trabajadores de una función a otra, de un
sector a otro, sin descartar la posible reducción de la jornada laboral.

Sólo la educación de calidad va a permitir que el empleo y la


vida combinen labor y ocio.

b) Salario y formación

El sesgo todavía presente de la lucha de clases entre proletarios


y capitalistas se concentra en la idea de salario como un hecho
separado de la formación de la mano de obra, donde los salarios
estarían definidos sobre todo por la organización y la fuerza sindical
del proletariado.

A partir de ahora la fuerza sindical tendrá cada vez menos


incidencia en la definición de los salarios; será la formación del
trabajador lo que defina su remuneración. El ascenso salarial será
cada vez menos el resultado de la organización política sindical y
cada vez más el resultado del talento individual. Incluso el sector
público, sujeto a las presiones políticas y con menor cobranza de la
productividad, exigirá la enseñanza media en los concursos para los
puestos de trabajo en cualquier actividad, dejando los trabajos

45
todavía puramente manuales para los llamados servicios
subcontratados.

Lo que diferencia en este aspecto al educacionista del


neoliberal es que éste trata a la educación como un recurso
económico producido para el mercado mediante la compra de la
formación en la escuela privada, sin preocuparse por alcanzar la
igualdad de oportunidades y sin considerar que la salida para
garantizarla está en la escuela pública de igual calidad para todos,
mantenida por el Estado. El neoliberal ve a las pocas escuelas
existentes como fábricas de operadores y quiere educación para los
pocos que el mercado necesita, ofrecida privadamente por los que
usan y pueden comprar educación como si se tratara de cualquier
otro servicio; el educacionista ve a la educación como el oxígeno de
la sociedad, la garantía de la oportunidad igualitaria para todos, a
través de la escuela pública y gratuita de calidad.

Además del compromiso revolucionario con una escuela igual


para todos, el educacionismo asume la conciencia y el compromiso
de la formación continuada, llevada adelante a todo lo largo de la
vida. La velocidad con que avanza el conocimiento, en todas las
áreas, obliga al profesional a tener que renovarse constantemente e
incluso a cambiar de profesión una o más veces durante su vida útil.
La incapacidad de reciclaje, de autotransformación profesional, es la
principal causa de desempleo entre los profesionales calificados,

46
pero inadaptados, superados por el avance técnico. Por eso la
calificación podrá entenderse como la capacitación para que el
profesional ajuste su conocimiento según las necesidades del
mercado y el Estado tendrá que anticiparse a los movimientos que el
conocimiento y la economía realizan, como un verdadero terremoto
donde las capas tectónicas están hechas de ciencia y tecnología.

Como si la educación fuese un constante surfear las olas de la


renovación del conocimiento necesario en cada momento. La
formación ya no se define por un diploma. Sin esta renovación
permanente, el diploma que alguna vez sirvió como demostración
del acervo de conocimiento de un profesional, ahora no pasaría de
una escritura de latifundio inmaterial improductivo. Los salarios
serán decididos según la capacidad del profesional, el cual deberá
ser no sólo competente sino competente en el ramo específico que la
sociedad esté necesitando en ese preciso momento.

El neoliberalismo elimina el papel del Estado y del sindicato


en la formación del salario, el educacionismo reconoce el papel del
sindicato pero concentra la formación del salario en la escuela
pública y en los programas de calificación igualitariamente
disponibles. Los socialistas tradicionales concentran en el Estado y
en el sindicato la lucha por el salario, los educacionistas concentran
esta lucha en la construcción de la igualdad de acceso a la
educación. El socialismo tradicional, formado con las ideas del siglo

47
XIX, sostiene que la escuela del trabajador sólo será buena después
de que la revolución social y económica transfiera al trabajador el
capital del patrón; el educacionismo considera que sólo habrá
oportunidad de salarios equivalentes cuando la escuela del hijo del
trabajador sea igual a la escuela del hijo del patrón.

El educacionismo no propone una revolución que, después de


hecha, ofrezca descanso a los victoriosos. En verdad apenas ofrece
las mismas oportunidades para que cada persona pueda disputar su
espacio, en condiciones equitativas, para desarrollarse en base a su
talento, persistencia y vocación. La revolución educacionista no es
darle al trabajador el capital del patrón sino ofrecerle a aquél y a sus
hijos la posibilidad de estudiar en escuelas iguales a las del hijo del
patrón.

48
Educacionismo, Alienación y Emancipación

La filosofía ha colocado a la alienación del hombre como el


principal impedimento a la utopía. Para Marx, la alienación proviene
del trabajo del operario tratado como máquina, no como gente. La
esclavitud continuaba bajo una forma diferente, dejando al
trabajador el derecho a ser explotado o morirse de hambre. Esta
alienación sólo sería quebrada con la apropiación del capital por el
proletariado y la implantación del socialismo y del comunismo.
Sería, según él, el mundo de la libertad, donde el trabajo sería parte
de la acción y del placer de existir, no más ligado a la supervivencia
sino a la realización personal. En este sentido, el socialismo sería la
consagración del avance técnico y al mismo tiempo una “vuelta”
sociocultural a las sociedades primitivas donde trabajar, vivir,
divertirse, eran prácticamente la misma cosa, distribuida sin
alienación entre todos los integrantes de la tribu.

Desde la óptica del socialismo, la alienación es vista como la


retirada de un bien: el tiempo del trabajador robado por el patrón, al
pagarle éste un salario menor al valor del bien que aquél produce en
su tiempo de trabajo. Es una visión material: recurre al tiempo
robado como metáfora del bajo salario pagado. La salida era la
socialización: los individuos perdieron sus intereses personales, se
percibieron como parte de una clase, se aglutinaron en el conjunto

49
social y, con las masas en el poder representado por el aparato
estatal, hicieron la revolución socialista.

Para el educacionismo, la alienación proviene del impedimento


del trabajador/pobre/excluido para desarrollar el potencial intelectual
con que la naturaleza lo dotó al nacer. Lo más grave no es el tiempo
robado ni la expropiación del trabajo durante la jornada laboral, lo
más grave es la expropiación del potencial intelectual abortado
desde el mismo día de su nacimiento, condenando al trabajador a la
alienación de su trabajo y también a la terrible transmisión de su
esclavitud a sus hijos: la alienación vitalicia por el analfabetismo,
por la falta de un aprendizaje de calidad, por la imposibilidad de
luchar por su desalienación.

El gran robo del capitalismo no se hace con cuentagotas


mediante la plusvalía resultante de la explotación del trabajador,
sino con el saqueo brutal de su potencial patrimonio intelectual, ya
desde sus primeros años de vida, impidiéndole su pleno desarrollo.
Para los socialistas, la emancipación era un proceso de clases en el
que el proletariado se liberaría de ataduras y dependencias en
relación al capital; para los educacionistas, la emancipación es
individual y depende de la elevación intelectual, moral y espiritual.
Es responsabilidad de la sociedad, de la política, del Estado,
asegurar que cada individuo tenga el derecho a desarrollarse, gracias
a la oferta educativa y el acceso a una educación con la misma

50
calidad. La emancipación y la libertad provendrán de una educación
radical en cuanto a calidad y radicalmente igual para todos los seres
humanos, sin excepción, con libertad.

El socialismo reacciona contra la absurda transmisión de


propiedad entre generaciones, de los padres ricos que acumularon a
los hijos que reciben; el educacionismo reacciona contra la
transmisión de la falta de conocimiento que pasa de los padres
pobres a sus hijos imposibilitados de estudiar por falta de una
escuela pública de calidad. El desafío para el educacionismo no es
quebrar la transmisión de la propiedad, sino quebrar la transmisión
de la exclusión educativa.

Está claro hoy —no apenas por las experiencias del socialismo
real, sino también por el análisis de la condición humana y de la
convivencia y cooperación económica— que la alienación no
desaparecerá como mero resultado de la organización social, sino,
sobre todo, por la revolución íntima en cada ser humano mediante
una educación de calidad: la única forma de reducir la alienación del
ser humano en la sociedad moderna, tanto entre los semejantes como
en relación a la Naturaleza.

Para el educacionismo, la superación de la alienación se


alcanzará tanto mediante la posibilidad de reconciliar el trabajo con
las actividades lúdicas como de la posibilidad de desarrollar una
educación solidaria entre los seres humanos y entre éstos y la

51
Naturaleza; y mediante la posibilidad de integrar a los seres
humanos entre sí, tanto localmente como a través una inmensa red
universal. Es obvio que para un individuo, la educación es el camino
necesario, pero eso no es suficiente: sólo cuando sea para toda la
sociedad, la educación será suficiente, porque sólo ella aportará todo
lo necesario.

A diferencia del fin de la alienación por la socialización e


integración de todos en una clase social, el educacionismo no teme
al individualismo intrínseco a cualquier ser vivo, ni tampoco a la
continuidad de clases diferenciadas según los ingresos o la
propiedad, una vez que todos reciban igual educación, permitiendo
movilidad social, diálogo universal y un entendimiento compartido
capaz de valorar a la Naturaleza y de construir el sentimiento de que,
sin dejar de ser única, cada persona es parte de un todo: la
Humanidad. En lugar de la socialización, la salida está en la
educación, tal como propone André Gorz en Miserias del Presente y
Riqueza de lo Posible.

El educacionismo es una utopía para las próximas décadas, la


utopía final, basada en esta ideología que implicaría integrar a los
seres humanos en una inmensa red conectada por todos. Todos
integrados.

52
Educacionismo, Igualdad y Libertad

En 1848, Aléxis de Toqueville denunció en un discurso en la


Asamblea Nacional de Francia, durante los días que siguieron a la
revolución que proclamara la Segunda República, que el programa
socialista de Louis Blanc, intentando asegurar la igualdad, podría
conducir hacia una nueva forma de servidumbre. Decía que la
democracia y el socialismo defendían la igualdad, pero que mientras
la primera quería la igualdad en la libertad, el segundo la quería en
la restricción de la libertad.

Ciento cincuenta años después, se percibe que el capitalismo


aumentó la desigualdad y el socialismo redujo la libertad: igualdad
no es sinónimo de justicia, ni libertad es sinónimo de democracia.
La utopía reside en la búsqueda de la combinación de los objetivos
de igualdad, libertad, justicia y democracia con la conquista de la
eficiencia técnica: el camino hacia todo ello es la revolución
educacionista.

La igualdad con libertad sólo puede ser construida mediante la


igualdad en la educación, de la misma forma que la libertad no
puede ser construida sin la igualdad en el acceso a la educación. La
libertad con desigualdad en el acceso a la educación es una falsa

53
libertad, la igualdad sin respeto al talento y a la dedicación de cada
uno es una falsa igualdad, una igualdad injusta. La combinación de
libertad, igualdad y justicia sólo se podrá lograr mediante una
revolución que, dentro de la democracia, asegure el acceso
igualitario a la educación.

Marx decía que en el comunismo el trabajador tendría libertad


para hacer una cosa hoy y otra mañana, cazador por la mañana,
pescador a la tarde, pastor al caer la noche, sin jamás volverse del
todo cazador, pescador o pastor. En la realidad moderna, el
trabajador nunca estuvo tan sometido al trabajo definido por el
Estado ni obligado a trabajar tanto como bajo los regímenes del

socialismo real . Es muy probable que Marx no hubiese reconocido
en aquellos regímenes la realización del sueño acerca del cual
escribió. De cualquier forma la propia base teórica que formuló no
permitiría un régimen con la libertad que soñaba. Se equivocó por lo
menos en cinco cuestiones que llevaron a reemplazar el sueño de

aquel socialismo por la realidad del capitalismo-de-estado , a la que

se denominó socialismo-real .

Primero, porque consideraba a cada trabajador como parte de


una masa llamada proletariado. El trabajador no tenía interés
individual porque la individualidad se definía por la clase, no por el
ser individual. El trabajador era el producto del proletariado pero el

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

54
proletariado no era la suma de los operarios. Segundo, porque en su
tiempo aún no existía la sociedad de consumo con sus tentaciones
sobre cada persona. Bastaba ganar lo preciso para sobrevivir. Para el
socialismo, mediante el progreso técnico y gracias al aumento de la
productividad, los trabajadores, devenidos dueños del capital, sin
afán de lucro, reducirían la jornada laboral. Marx no podía prever
que en la sociedad de consumo el trabajador preferiría hacer horas
extras para aumentar su poder de compra y con éste el acceso a los
nuevos bienes que colman hoy las estanterías del comercio. Tercero,
porque en su tiempo el trabajador era mano de obra, operario sin
necesidad de formación. Cada cual capaz de ejercer un oficio con
sus manos. Hoy el operario está siendo sustituido por el operador
con necesidad de formación educativa. Sin ésta, el trabajador
quedará excluido, incluso en un régimen donde el capital fuese
estatal. Cuarto, porque la eficiencia de la industria capitalista al
inventar nuevas necesidades y al producir cantidades crecientes fue
capaz de atender muchas de las aspiraciones y sueños de consumo
de sus empleados, allanando gran parte del conflicto de clase con los
patrones y creando una clase especial de trabajadores en connivencia
con la desigualdad social y con la destrucción ecológica. Quinto,
Marx no previó que el crecimiento de la producción encontraría sus
límites en la conmoción ecológica.

No fueron los sistemas socialistas los que se apartaron de las


teorías, sueños y promesas de Marx, fue la realidad del progreso de

55
la propia civilización la que se apartó de las teorías, los sueños y las
promesas, haciendo que aquellas perfectas bases teóricas que Marx
había postulado resultaran incompatibles con la realidad actual.

A pesar de esto, nada puede ser más correcto desde el punto de


vista civilizatorio que el sueño de una sociedad utópica donde haya
trabajo para todos y cada individuo pueda autorrealizarse
plenamente. Lo que cambia, en relación a Marx, es que la base de
este sueño no reside en la estatización del capital sino en la
distribución del conocimiento. Si todos dispusieran de conocimento
de calidad, el capital, incluso privado, tendría que adaptarse a la
nueva organización del trabajo, tal como ya sucede para muchos
trabajadores en los países capitalistas.

Este aparente conservadorismo combina, al mismo tiempo, la



igualdad de acceso a la plataforma educativa que permite el
desarrollo individual con la libertad de cada uno para desarrollar su
potencial con su talento y dedicación. A diferencia de la visión
economicista, donde la plataforma del progreso, social e individual
era el crecimiento económico, en el educacionismo la plataforma es
la educación. Sólo ella permite el crecimiento, tanto de cada
individuo como del conjunto de la sociedad.

El educacionismo respeta el derecho a la desigualdad en los


ingresos y en el consumo, limitando esta desigualdad encima de la

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

56
exclusión social y debajo de la degradación ecológica. La
generosidad organizada por el Estado debe abastecer las necesidades
básicas de aquellos que se sitúan por debajo de la línea de pobreza
porque el talento o las opciones no les permitieron disponer de lo
esencial para la vida; y, para no permitir la destrucción del Medio
Ambiente, debe disponer de reglas que impidan el consumo por
encima de la línea ecológica, cualquiera sea el potencial económico
de la riqueza.


Mediante una renta mínima ciudadana combinada con el
abastecimiento de los servicios públicos básicos, la sociedad estaría
en condiciones de revertir la exclusión social; y mediante reglas de
protección al Medio Ambiente podría no permitir que el consumo
superfluo de cualquier persona amenace ya el equilibrio ecológico.
La desigualdad sería tolerada sólo entre dos líneas: en el nivel
inferior, la línea de la exclusión social; en el nivel superior, la línea
del equilibrio ecológico. El límite inferior de la necesidad social y el
superior de la posibilidad ecológica representan los márgenes de la

desigualdad tolerable .

La actual realidad social y política presenta los primeros


embriones de estos márgenes; en el límite inferior: la canasta
familiar y el sistema público de salud; en el límite superior: la

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

57
prohibición de la caza y la pesca depredadoras y la regulación del
uso de los automóviles en los centros de las ciudades.

Espacio del consumo superfluo


a ser impedido mediante reglas
de protección al medio ambiente

Espacio de la desigualdad tolerada,


definida por el resultado,
el talento y la perseverancia

Espacio de la exclusión social


a ser evitado por las políticas sociales

Educacionismo y Revolución Industrial

Las ideas de Marx para explicar y proponer cambios en el


mundo social tienen relación directa con las invenciones del mundo
de la ciencia y la tecnología de su tiempo. Las formulaciones del
Manifiesto Comunista (1848) y de El Capital (1867) reflejan la
nueva realidad de la energía a vapor (James Watts, 1764), de la
automatización en la industria textil (Joseph Marie Jacquard, 1801)
y de la velocidad de las ferrovías (Richard Trevithick, 1825). La
máquina a vapor, el telar mecánico y el tren constituyen el trípode
en que se basa el pensamiento social de la civilización industrial,

58
tanto en el capitalismo como en el socialismo. Fue la capacidad de
esos inventores lo que permitió el salto productivo del capitalismo y
los consiguientes sueños utópicos socialistas.

Al tomar conocimento de las invenciones de su tiempo como el


telégrafo, Marx percibía el nacimiento de un nuevo mundo, lo
analizaba, consideraba sus impactos, no sólo físicos sino en la propia
estructura social, y a partir de ahí pronosticaba cambios sociales
para el futuro. Todos obviamente positivos, porque reducirían las
necesidades.

No pasó mucho tiempo para que las invenciones que


aumentaban el poder energético y la automatización dentro de las
fábricas se orientasen hacia la invención de nuevos productos como
el teléfono (1872), el gramófono (1877) y la luz eléctrica (1878),
gracias a Graham Bell y Thomas Alva Edison, entre otros, quienes
crearon los productos iniciales de la sociedad de consumo a
comienzos del siglo XX.

Pero los marxistas no fueron capaces de hacer en todo el siglo


XX lo que Marx hizo en el siglo XIX. Mantuvieron para la nueva
sociedad de consumo las mismas lógicas y premisas que para la
sociedad industrial de la producción. No percibieron que estaba
ocurriendo una revolución mayor que una simple evolución, el
avance técnico ya no aparecía como reductor de la necesidad sino
como creador de nuevas necesidades. Los economistas capitalistas,

59
entre otros Keynes y Galbraith, más que los teóricos socialistas,
fueron capaces de entender la nueva realidad del consumismo en los
países ricos e incluso colaboraron para que una generación entera de
economistas se dedicara a crear la teoría del desarrollismo para los
países pobres.

Cien años después, las invenciones dieron un nuevo salto con


la revolución industrial de la informática, la robótica, la
computación, el conocimiento ecológico, la biotecnología, etc.

El sentimiento de inquietud respecto a las nuevas invenciones


de comienzos del siglo XXI debe estimular a los pensadores del
mundo de hoy. Con la diferencia de que hasta hace muy poco las
proyecciones inducían al optimismo: el avance técnico reduciría el
tiempo de trabajo necesario para atender a las necesidades humanas,
los recursos naturales eran tan abundantes que su agotamiento era
simplemente impensable, la desigualdad tendería a disminuir casi
naturalmente debido a la abundancia generada a su vez por el
crecimiento económico. En cambio el mundo de hoy debe enfrentar
necesidades que crecen más rápido que la factibilidad de saciarlas,
con la amenaza concreta del agotamiento de los recursos naturales e
incluso de la destrucción del Medio Ambiente, con el crecimiento de
la desigualdad y sin perspectivas de que el Planeta pueda resistir por
mucho tiempo más la marcha insensata de la civilización industrial.

60
Si Marx es hijo de Watts y si Keynes y Galbraith son hijos de
Edison y Bell, el conocimiento social no ha logrado interpretar
todavía al conjunto completo de los inventores de fines del siglo XX
y comienzos del XXI, simbolizados por Bill Gates y Steve Jobs. El
educacionismo podrá devenir la nueva propuesta.

El educacionismo se propone ser la ideología de la actual


revolución científica y tecnológica. Frente a los limitaciones del
progreso, los éxitos técnico-científicos y la tragedia ecológica,
formular un concepto de utopía que diseñe una sociedad humana
acorde a sus necesidades con proyección al futuro y en conjunción
con las herencias políticas y existenciales de la tradición humanista.

Educacionismo, Utopía y Riqueza

Los sueños utópicos nacieron cuando el ser humano no estaba



todavía en condiciones de realizarlos. Los utopistas antiguos como
Platón (IV, a.c.), Morus (1516), Patrizi (1553), Campanella (1602),
Francis Bacon (1627), Ellis (1820) y Carbet (1840) escribieron
libros de literatura, ficciones, no prospectivas. Eran sueños, no
promesas.


Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

61
Las utopías modernas como promesas y como prospectivas
nacieron junto a la propuesta de abastecer plenamente las
necesidades materiales, en una época en que se producía
básicamente para atender la demanda de lo esencial, donde lo
superfluo era una rara excepción de aristócratas. Un ejemplo de tales
utopías es el libro de Edward Bellamy De aquí a cien años -
Reviendo el futuro, publicado a fines del siglo XIX, que intentaba
imaginar hacia dónde tendería la humanidad del año 2000. El centro
de la vida utópica era la abundancia que iba a permitir la plena
saciedad de los deseos materiales y, consecuencia inevitable, la
igualdad: una visión socialista. Porque el socialismo defendió la
igualdad en el acceso a la renta y a la riqueza pero sin modificar el
concepto capitalista de riqueza basado en el producto y en la renta.

Cuando la sociedad de consumo aún no existía, el socialismo


sostenía la idea de la socialización de los medios de producción que
permitiesen el acceso de todos al empleo, al salario y a la
consiguiente igualdad. La supermodernidad, al demostrar que esta
propuesta es técnicamente imposible, hizo patente el hecho de que
además es moralmente innecesaria. No es posible, porque los
recursos de la Tierra no permiten la igualdad por el tope; ni
moralmente necesaria, porque la igualdad por la base niega la
libertad, restringe los sueños y deseos. Además: no existe razón
moral alguna para un compromiso de acceso universal a lo
superfluo.

62
Pero la humanidad que fue capaz de realizar las proezas
técnicas de las últimas décadas —desde el viaje a la Luna al
mapeamiento de los genomas, pasando por la informática y las
comunicaciones—, algún día ciertamente va a poder construir un
mundo diferente, donde no haya sufrimento para los trabajadores ni
preocupaciones para los patrones; donde tal vez no haya más
trabajador o patrón; donde la economía no dependa del azar ni de la
competencia; donde los objetivos sociales prevalezcan sobre el afán
de lucro, lo permanente sobre lo efímero, el largo plazo sobre el
inmediato. Sin embargo todavía estamos lejos de esa posibilidad.

Salvo una catástrofe de dimensiones planetarias, que alejaría


aun más a la humanidad de la utopía, nada indica que en las
próximas dos o tres décadas vayan a surgir formulaciones teóricas,
condiciones políticas y creencias éticas que permitan hacer una
revolución en la estructura de la economía global capitalista.

En esta encrucijada de la civilización, la utopía consiste en el


cambio de rumbo de la modernidad-técnica a la modernidad-ética.
Desde esta perspectiva, el objetivo utópico del educacionismo
substituye la igualdad de ingresos y consumo para todos por la
igualdad de la misma oportunidad para todos. Esta misma
oportunidad equivale a la igualdad en el acceso a la educación (la
misma oportunidad entre clases sociales) y a la garantía de un
desarrollo ecológicamente equilibrado (la misma oportunidad entre

63
generaciones). Educación y Ecología son los dos pilares de esta
utopía que tiene por objetivo garantizar la misma oportunidad para
todos. Por eso, como el equilibrio ecológico es un producto de la
educación, el nombre de educacionismo para la base ideológica de
∗ ∗
esta nueva utopía, en vez de educologismo o econología .

Una nueva utopía requiere un nuevo concepto de riqueza. El


uso del PBI para medir la riqueza prevalece desde el siglo XVIII,
considerando a la educación sólo como un factor para el crecimento
económico, un medio, no un objetivo en sí. Bastando para ello una
educación técnica para pocos y con baja calificación. En el siglo
XXI el avance técnico y su consiguiente impacto sobre la economía,
requieren mucho más que un simple entrenamiento técnico para
pocos, exige una revolución educativa para todos. De aquí en
adelante, el capital será conocimiento y el conocimiento será capital.
Sin éste no habrá crecimiento pleno y el crecimiento posible no será
pleno si no sirve para ampliar el patrimonio cultural. Los países que
antes eran periféricos porque no tenían acceso al capital financiero
para invertir en máquinas industriales, de aquí en más serán
periféricos si no son capaces de agregar valor mediante la invención
de soluciones científicas y tecnológicas.

El educacionismo aporta un nuevo concepto básico de riqueza:


la cantidad de saber que la humanidad adquiere en su conjunto y en

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

64
cada país. Primero, porque este saber es el capital necesario para
promover el bienestar en el estilo de vida de una humanidad
integrada a la naturaleza; segundo, porque el saber pasa a ser en sí
un indicativo de riqueza. En este nuevo concepto, la riqueza
nacional considera el PBI y su consumo en tanto parte de un
conjunto donde el patrimonio cultural y el patrimonio natural son
objetivos fundamentales en la ampliación de la riqueza. Los bienes
materiales como parte de la cultura, no la cultura como la sobra de
los bienes materiales.

En la visión del progreso mediante la economía, la modernidad


y la riqueza se miden por la calidad de las rutas, las centrales
hidroeléctricas, los aeropuertos, los shoppings y las tiendas y lo que
éstas producen y cuánto producen, aunque semejante resultado no
sólo no mejore la calidad de vida, sino que tampoco promueva los
recursos humanos y destruya los recursos naturales. Un ejemplo es
el automóvil que, de instrumento facilitador de la locomoción, se ha
transformado en dificultador del transporte y en desarticulador del
equilibrio ecológico; aun cuando empobrece la calidad de vida en las
ciudades, continúa siendo un símbolo de riqueza y progreso. Porque
es símbolo de la modernidad-técnica (el uso de productos de última
generación) y no de la modernidad-ética (el acuerdo en cuanto a los
logros del bienestar entendido por ejemplo como tiempo ganado en
el transporte).

65
El educacionismo defiende la modernidad-etica a través de la
calidad de las escuelas, lo que éstas enseñan y el mundo que son
capaces de crear, no apenas producir: considera fundamental la
dinámica de la economía, aumentando la producción, la
disponibilidad de infraestructura con la creación de centrales
hidroeléctricas y otras fuentes energéticas, aeropuertos y demás
medios de transporte, shoppings y nuevos sistemas comerciales,
pero todo esto en tanto medios y no como el objetivo del progreso.
El nuevo concepto de riqueza tiende un puente entre la
supermodernidad económica, técnica y científica del siglo XXI y el
sentimiento ético de la Grecia de hace 2.500 años. Cuando la riqueza
de una persona se definía por su cultura, no por la cantidad de bienes
para el consumo, que en aquel tiempo no iba más allá de lo esencial
para la vida.

Para el industrialismo, desde el punto de vista de la economía,


crear y producir eran sinónimos. En el educacionismo, ambas
palabras se unen, conviven sin sustituirse. El producto de los seres
humanos aparece tanto como producción gracias a la creatividad, así
como pura y simple creatividad, incluso sin producción material.

Si el educacionismo es una utopía para las próximas décadas,


es también la base para la utopía final, que consiste en formar una
inmensa red conectada por todos los seres humanos. Todos
integrados. Todos los seres humanos con acceso a los modernos

66
sistemas de conexión y todos ellos capaces de hablar con todos los
demás, gracias a la capacidad intelectual para participar del debate,
debido a la formación, a la información y a la disponibilidad de los
equipamientos necesarios. No se trata de ser iguales en el consumo
ni en los ingresos, sino en el derecho y uso del acceso a la conexión
y la integración. Mientras que por el lado de lo material el
comunismo defendía el acceso de cada trabajador a los bienes de
consumo según sus necesidades, formando una sociedad universal
igualitaria con una economía sin propiedad privada de los medios de
producción y sin patrón, por el lado de lo inmaterial el
educacionismo defiende una sociedad universal culturalmente
integrada por personas con la misma base educativa.

Si para Hegel (ver Hughes-Warrington, p. 133) “la historia del


mundo no es otra cosa que el progreso de la conciencia de la
libertad”, para el educacionismo, la historia del mundo podrá
devenir el progreso de la libertad de la conciencia integrada,
universalmente participativa.

67
La humanidad con un alma, la de todos los seres humanos
ligados, conectados, solidarios, diversos y enriqueciéndose con la
diversidad. Esta utopía, además de aportar una dimensión ética y
espiritual muy superior a la de la igualdad en los ingresos y el
consumo, es la única capaz de atender, en equilibrio con la
Naturaleza, toda la demanda material e inmaterial de la humanidad.

Educacionismo y Valor


Desde los clásicos , el valor de las cosas se definía según la
cantidad de trabajo humano invertido en ellas. Éste no es sólo un
principio de la ideología socialista, sino un sentimiento de todo el
humanismo. La visión metafísica del valor intrínseco a las cosas,
formulado por el pensamiento escolástico de Santo Tomás de
Aquino, no había considerado el valor como resultado del trabajo
del ser humano, elemento central del proceso en que las piedras,
plantas y animales se transforman en los seres humanos y sus
productos. Por eso no pudo establecer una definición humanista de
la formación del valor. Prevalecía la visión metafísica de que cada
cosa tiene un valor en sí, independente de las relaciones sociales que
la producen.


Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

68
Una idea que no valoriza lo humano como el elemento
generador de todo valor es un pensamiento sin humanismo. Pero el
valor de mercado de los economistas modernos, formado
subjetivamente por el comprador y el vendedor en el momento del
cambio de propietario, tampoco define el valor adquirido por las
cosas al estar hechas mediante un proceso de transformación de la
naturaleza. Como máximo constata su precio en el mercado. La
definición clásica de la teoría del valor en base a la cantidad de
trabajo necesario para la producción es producto del humanismo, es
decir de la valoración del hombre: surgió gracias al genio de Adam
Smith, fue reelaborado por David Ricardo, llegó a la perfección con
Marx, pero luego permaneció como una definición insuficiente hasta
los tiempos actuales. Porque en una economía donde el trabajo del
hombre es cada vez menos necesario durante el proceso directo de la
producción efectuada por máquinas inteligentes, la teoría basada en
la cantidad de horas de trabajo no llega a explicar cómo es que se
forma el valor de las cosas. Y en este momento histórico en que el
Medio Ambiente está amenazado, es insensato no incorporar el valor
de la Naturaleza en la formación del valor de los productos.

En el mundo de hoy, el valor de un producto tiene poco que


ver con la cantidad de materia prima directamente utilizada y del
trabajo manual directo utilizado. La eficiencia y la miniaturización
redujeron la cantidad de trabajo y de materia prima en la producción
de cada bien individualmente. Pero el valor tiene mucho que ver con

69
la Naturaleza en su conjunto y con la cantidad de ciencia y
tecnología por detrás del trabajo intelectual empleado.

El costo en materia prima que conforma el valor debe surgir de


la totalidad de la producción, de la cantidad de la naturaleza
depredada durante el proceso de producción: tanto por la escasez
creciente de los recursos naturales como por la degradación del
Medio Ambiente debido a la manipulación de la materia prima al ser
transformada y del producto al ser consumido. El petróleo es un
buen ejemplo: el valor de un producto que usa petróleo en su
producción (como materia prima o como fuente energética) tiene
que considerar en su valor la perspectiva de agotamiento de las
reservas a mediano o largo plazo, y también los efectos de la quema
del petróleo sobre el Medio Ambiente durante la producción y el
consumo del producto. El precio de la materia prima no refleja su
costo ecológico, por la escasez y por la degradación ambiental;
porque está formado con la miopía del corto plazo, no refleja el
valor pleno y de largo plazo.

Por otro lado, los modernos productos de la sociedad de


consumo son fabricados por robots, sin necesidad de gran cantidad
de trabajo material directo. Marcio Pochmann (Folha de São Paulo,
21.03.08) cita que en 1950, por cada R$10 de riqueza generada en el
mundo, R$ 4 provenían del trabajo inmaterial basado en la actividad
intelectual que proviene de la educación; en 2006, de cada R$ 10 de

70
la riqueza generada, apenas R$ 1 proviene del trabajo manual y R$ 9
del llamado trabajo inmaterial. Idéntico fenómeno ocurre en cuanto
a la ocupación de los puestos de trabajo: en 1950, de cada cuatro
trabajadores ocupados, tres realizaban actividades manuales; en
2006, el promedio mundial es de uno a uno, un trabajador manual
por cada trabajador en actividades inmateriales, y en las economías
avanzadas, de cada tres trabajadores ocupados sólo uno ejerce
alguna actividad manual y dos ejercen actividades denominadas
inmateriales, que exigen formación y calificación. Los operarios
fueron sustituidos por los operadores. La riqueza que provenía de las
manos está siendo ahora producida por los dedos, la mano de obra

está siendo sustituida por la población digital , exigiendo mayor
calidad y cantidad de energía intelectual disponible en la sociedad.

En la economía de la supermodernidad actual, el valor del


producto proviene, sobre todo, de la cantidad y de la calidad de
trabajo implicado en la concepción y desarrollo de su proyecto, ya
sea en su invención o la de la máquina que lo realiza. Los precios no
traducen la pequeña cantidad de trabajo material ligado directamente
a la producción.

El valor de una computadora no depende de la cantidad de


plástico utilizado ni de la mano de obra para montarla, sino del valor
de la ciencia y de la tecnología que lo crearon, un trabajo abstracto,
fruto de una educación de calidad. El costo de un libro no depende

71
de la cantidad de la mano de obra, por otra parte cada vez menos
necesaria en las artes gráficas modernas, sino del impacto de su
producción sobre las selvas del mundo, así como del valor del
trabajo científico y tecnológico en su producción, incluso en el
diseño de los equipamientos gráficos. Con la lectura digital, el
impacto sobre las selvas disminuirá y aumentará todavía más la
importancia del trabajo intelectual mediante el desarrollo de los

llamados E-books .

Esto se ve aun más claro si consideramos el software utilizado.


Casi no requiere de materia prima y su producción final es realizada
mediante una simple grabación automática, prácticamente sin costo
adicional.

El principal producto de exportación brasileño, desde el punto


de vista de la sintonía con el progreso son los aviones de Embraer.
Productos, sobre todo, de una escuela: el ITA-Instituto Tecnológico
de la Aeronáutica. Creado hace cincuenta años, el ITA impulsó
mucho más a la industria que todo el capital financiero invertido en
su implementación.

A diferencia del pasado, la transformación de las piedras,


plantas y animales en los seres humanos, sus productos y su
civilización, depende ahora, sobre todo, del flujo de ideas que crean
esos productos, que organizan y hacen posible su producción.

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

72
El educacionismo propone una nueva visión de la Teoría del
Valor. El valor de un producto proviene de la cantidad de
conocimiento implicado en su desarrollo. El valor de las cosas
equivale a la suma de las horas, meses y años invertidos en el
proceso educativo, incluyendo el desarrollo científico y tecnológico
necesario para su concepción y fabricación, su diseño, el proyecto de
sus partes, su montaje y la calificación de los operadores que las
fabricarán.

Hasta el valor del agua embotellada que caracteriza a la


supermodernidad, tiene menos relación con el trabajo manual de
retirarla de la fuente, transportarla, embotellarla, que con el
contenido intelectual aplicado en la ingeniería de los equipamientos
y procesos, en la logística del transporte, en el design de su envase,
en la publicidad para promocionar su marca, todo ello producto
directo de la educación. Además del valor proveniente del trabajo
inmaterial directamente aplicado en la producción, otra parte del
valor proviene de la creación intelectual de la marca, de la forma,
del diseño y de la publicidad. El producto en sí tiene cada vez menos
valor propio y cada vez más valor simbólico, creado
“artificialmente” por el trabajo inmaterial de los publicistas y los
vendedores. Por eso, para el educacionismo, la educación es la
fuente del valor de las cosas.

73
Para un primer momento de invención de lo nuevo, esta
educación no es necesariamente formal. Tanto Bill Gates y Steve
Jobs como Edison y Bell no necesitaron de estudios superiores. Pero
para sus logros sí necesitaron de una buena educación de base. Se
educaron para lo nuevo que aún no existía. A partir, por lo tanto, del
salto de creación de un nuevo paradigma, el desarrollo de sus
productos cada vez más va a ser generado por profesionales con
experiencia y formación adquiridas en los estudios de enseñanza

superior en universidades o en post-universidades .

Esto es una posición que invierte la teoría clásica del valor,


incluso Marx, y al hacerlo yergue una nueva teoría del valor.

Educacionismo y Revolución

Para las ideologías de la civilización industrial, la revolución


se hacía mediante el avance técnico y la propiedad de los medios de
producción; para el educacionismo, la revolución consiste en la
distribución radical del acceso al conocimiento. La garantía de que
las escuelas sean accesibles para todos sin excepción, y sean de la


Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

74
máxima calidad en todas por igual. Para el educacionista el lema
revolucionario consiste en garantizar una escuela igual para todos
los niños, sin diferencias definidas por los ingresos familiares o por
la localidad donde residan. En lugar del slogan socialista de
estatizar el capital del patrón para servir a los trabajadores
mediante el Estado, el slogan es garantizarle al hijo del trabajador
el acceso a la misma educación del hijo del patrón mediante la
Escuela Pública. La revolución no pasa por la estatización del
capital representado por los medios de producción, sino por la
distribución del conocimiento, este nuevo capital, garantizándose el
acceso igualitario a los medios de enseñanza. En la esencia del
educacionismo está el razonamiento de que la escuela del hijo del
trabajador pobre debe ser igual a la escuela del hijo del patrón rico.

La revolución educacionista consiste en tomar las medidas


necesarias para que todo niño concurra, desde los cuatro hasta los
dieciocho años, a una escuela con horario integral, con profesores
muy bien remunerados, preparados y dedicados, en ámbitos
confortables y provistos con los más modernos equipamientos
pedagógicos disponibles, utilizando métodos y contenidos
libertarios. Además de haber recibido en la primera infancia, durante
la etapa preescolar, el apoyo necesario para su pleno desarrollo
físico e intelectual.

75
La revolución educacionista no sólo es la única posible en el
mundo de la supermodernidad, también es más radical que los
cambios en la economía. Además de inviable dentro de la realidad
global de hoy y de sus tantas equivocaciones en el pasado, la
estatización de los medios de producción no beneficiaría a la
población en general. Primero, porque no sería posible el pleno
empleo de calidad para los desempleados sin calificación, por lo
tanto no beneficiaría a los excluidos; segundo, porque los
trabajadores ya empleados no van a aceptar reducir sus beneficios
actuales para distribuirlos entre las masas excluidas. Además, la
demanda por los bienes de la supermodernidad exige concentración
de los ingresos para permitir la compra de los bienes caros y de lujo.
Una distribución sustancial y decente del ingreso tendría un impacto
negativo sobre la venta de los productos caros que sirven de motor a
la economía y provocaría desempleo entre los trabajadores incluidos
en el sector moderno para producir esos bienes caros.

Aun si se la intentarla, la estatización crearía una nueva casta


de privilegiados, como sucedió en Brasil y en los países socialistas,
donde esas castas terminaron educando mejor a sus hijos en escuelas
especiales que los hijos del pueblo en sus escuelas públicas. En
Brasil, ni los trabajadores calificados con buenos salarios ni menos
aun los políticos electos ponen a sus hijos en las escuelas donde
estudian los hijos del pueblo.

76
Sólo la radicalidad revolucionaria de una escuela igual para
todos es capaz de llevar adelante la igualdad de oportunidades,
quebrando los privilegios de clase y sustituyéndolos por derechos
conquistados mediante el talento y el esfuerzo.

Educacionismo e Imperialismo

El clásico libro de Eduardo Galeano Las Venas Abiertas de


América Latina es un ejemplo de desvío economicista, porque centra
la explotación del imperialismo en el robo de los recursos
económicos del Continente en lugar de ver que lo que el
imperialismo le sustrae a las masas latinoamericanas es el desarrollo
intelectual. En verdad el principal problema generado por el
colonialismo no fue abrirle las venas al continente, sino tapar el
cerebro de su población.

El imperialismo más visible se caracterizó, a lo largo de cinco


siglos, por el saqueo de los recursos naturales a instancias de los
bajos precios de las materias primas, por las pérdidas financieras a lo
largo de décadas de deuda externa, por la degradación ambiental
impuesta a los países pobres, por la remesa de lucros conseguidos a
costa de los bajos salarios de la mano de obra en los países
periféricos. Pero por detrás de esta forma de imperialismo material

77
existía desde un comienzo el imperialismo invisible, inmaterial, de
la negativa al avance educativo, en consecuencia científico y
tecnológico, de los países pobres.

Brasil es un ejemplo de este imperialismo intelectual. Hasta


1808, con la llegada de la Corte Portuguesa, la metrópolis
dificultaba cualquier curso de estudios en la Colonia, prohibía la
enseñanza superior y la publicación de libros. Incluso después de la
Apertura de los Puertos y de la modernización inducida por la
presencia de la Corte Portuguesa, raros cursos superiores aislados
fueron creados y la educación básica continuó relegada. Después de
la Independencia el imperialismo continuó, promovido por la propia
elite nacional, al mantener a las masas excluidas de la educación. A
todo lo largo de nuestra historia, permanecimos al margen del
progreso científico y tecnológico.

La primera universidad consistió en reunir esos pocos cursos


superiores existentes y recién fue creada en 1922 (si se exceptúa la
experiencia de una universidad en el estado de Paraná) para poder
ofrecer el título de Doctor Honoris Causa al Rey Alberto I de
Bélgica durante su visita al Brasil.

A partir de los años 1960, el florecimiento de las universidades


dependió en gran medida de los países ricos, que financiaron
determinados estudios, especialmente en el área de las humanidades,
que permitieran reproducir entre nosotros el pensamiento social de

78
los países desarrollados. Y sin la menor intención de reforma radical
que ofreciese educación de base con calidad para toda la población.
Hasta hoy, llegado el siglo XXI, Brasil continúa padeciendo el
colonialismo cultural y educativo de una alianza imperialista entre la
elite local y la internacional.

Solía explicarse el proceso social conforme a las teorías


formuladas para los países desarrollados, y no se invertía en el
desarrollo científico y tecnológico, pues los diseños, plantas,
fórmulas, patentes, proyectos, eran importados directamente de las
matrices. El imperialismo consistió en priorizar las ciencias
humanas como método para reproducir entre nosotros lo que estaba
siendo desarrollado en el exterior y continuar comprándolo
directamente y calcando así el conocimiento científico y
tecnológico.

Si esta dependencia se dio en la formación de la conciencia


pasiva imitando el pensamiento de los países capitalistas, se dio
todavía más en la conciencia crítica de la izquierda que se dedicó a
imitar el pensamiento marxista. La dependencia al imperialismo
intelectual fue todavía más sumisa entre los intelectuales de
izquierda. A excepción de algunos bolsones alternativos como la
CEPAL, incluyendo el pensamiento de Celso Furtado, que tuvieron
cierto grado de autonomía, aunque siempre sujetos a la primacía de
la economía sobre la educación.

79
Al relegar la educación de las masas, el sistema educativo de
base excluye a la inmensa mayoría de la población de las actividades
intelectuales, como si deliberadamente tapara ahí por donde pudiera
pasar la inteligencia, en ausencia de una revolución educativa. Los
propios progresistas e izquierdistas, enfocados en las venas abiertas,
que les afectan, ignoran a los cerebros tapados que excluyen a las
masas pobres y empobrecen el conocimiento, así como el desarrollo
de la ciencia y de la tecnología en Brasil.

En los tiempos actuales esta brecha educativa se hace todavía


más determinante del proceso de explotación imperialista. Desde el
momento en que el principal vector del progreso es el capital-
conocimiento, los países son colonizados sobre todo mediante el
atraso educativo. A pesar de las inversiones y del salto en relación al
desarrollo económico del pasado reciente, Brasil seguirá siendo un
país atrasado porque su avance en la formación del capital-
conocimiento es más lento que en el resto del mundo, debido a la
escasa tradición intelectual, a los esfuerzos menores en los campos
científicos y, sobre todo, al desprecio histórico hacia la educación de
base de las masas, impidiendo el desarrollo del potencial intelectual
de la población excluida, y dejando de incentivar a quienes reciben
educación al no estimular la competencia.

El educacionismo se pronuncia antimperialista, teniendo en


cuenta al imperialismo ejercido, sobre todo, por las elites locales

80
sobre las masas y que está directamente provocado por la brecha
educativa, con la negativa a una escuela de calidad para toda la
población. El imperialismo está en la desigualdad con que se ofrece
la educación: según los ingresos familiares. Esta desigualdad es
señal de imperialismo para la visión educacionista: no las razones
económicas, sino la desigualdad en la educación. La independencia
provendrá de la revolución en la educación.

Un ejemplo del acierto de este pensamiento es la forma en que


países como Australia e incluso EEUU lograron liberarse del
imperio británico, gracias al esfuerzo educativo que hicieron desde
el comienzo de sus dependencias coloniales y sobre todo después de
sus declaraciones de independencia.

Educacionismo y Medio Ambiente

De continuar por el actual rumbo, no tardará muchas décadas


para que el proyecto civilizatorio sufra la más grave de todas las
catástrofes hasta ahora enfrentadas. Hasta aquí, las crisis
civilizatorias eran locales y de corto plazo, afectaban países o grupos
de países, casi siempre por razones económicas y sociales. Incluso
las crisis ecológicas se limitaban a determinadas áreas, como la
América Central Maya, la Isla de Pascua o Ucrania alrededor de

81
Chernobyl. Por primera vez se enfrenta una crisis global, de toda la
civilización, en todo el Planeta y por un largo plazo histórico, tal vez
incluso un plazo geológico. Sólo los efectos del meteorito que cayó
en el Golfo de México millones de años antes de la mutación que
formó al homo sapiens, podrían compararse a las consecuencias del
riesgo del calentamiento global.


Durante décadas, desde 1972, cuando el Club de Roma
divulgó su informe alertando acerca de los límites al crecimiento, la
visión industrialista subestimó los riesgos ecológicos. Los
capitalistas dijeron que mediante cambios en los precios relativos de
los productos y los recursos, el mercado cuidaría el mantenimiento
del equilibrio ecológico. Los socialistas eran aun más optimistas: un
conocido marxista brasileño llegó a afirmar, en 1982, en un artículo
enviado a la revista CEBRAP, que la idea de límites al crecimiento
era una invención del imperialismo para impedir el crecimiento del
Tercer Mundo.

Cuando se ha llegado al punto en que es imposible esconderse


de la realidad del desastre ecológico, el industrialismo se concentra
en los biocombustibles: cómo enfrentar el calentamiento global sin
desatender la demanda global. Se olvida que ya no hay espacio en
las calles para todos los automóviles en circulación, sin hablar del
impacto ecológico de la destrucción de las selvas ni del arribo a la
opción entre producir biocombustibles o comida. La propuesta

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

82
industrialista para la crisis ecológica lleva a un desastre, aun cuando
tenga en cuenta la necesidad de una producción orientada hacia los
productos ecológicamente limpios: porque el problema del medio
ambiente no está sólo en la producción en vista a soluciones
ecológicamente concientes, sino sobre todo en el consumo superfluo
que domina a la economía. No tiene sentido cambiar la forma de
producir, si se mantiene la misma ansia esquizofrénica de consumir.
El biocombustible es semi renovable porque si bien la caña, el maíz
y otras fuentes agrícolas se renuevan cada año, la tierra que va
siendo ocupada para su producción no se renueva. La zafra de la
caña es anualmente renovable, pero el área utilizada para la
producción del biocombustible es un recurso no renovable. Lo que
se percibe como la ocupación de tierras cultivables hasta ahora
improductivas, es decir cada hectárea que se utiliza para la
producción del alcohol, es una hectárea menos de selva o una
hectárea menos para la producción de alimentos.

Mover con biocombustible todo el actual parque automotor, un


billón de vehículos circulando el el mundo, libremente por el
mercado, será imposible sin comprometer áreas tan extensas de
tierra que se sacrificarían selvas enteras y afectarían la producción
de alimentos, dando por resultado grandes calamidades sociales y
ecológicas. Sólo interviniendo sobre el mercado, definiendo dónde
preservar la selva y en qué tierras producir biocombustible, se estará

83
en condiciones de mantener el equilibrio entre los estómagos
humanos y los tanques de los automóviles.

El problema del Medio Ambiente no está apenas en el uso del


combustible fósil, no renovable y contaminante, sino en la cantidad
de autos. Además del problema ecológico relacionado con la energía
necesaria para moverlos, está el problema de la geometría urbana:
un día no lejano los autos ocuparán toda el área disponible en las
calles de muchas ciudades y quedarán paralizados por simple falta
de espacio.

Esto vale para todos los demás productos cuya demanda


presiona sobre el Medio Ambiente. Aun así, los desarrollistas de
hoy, como el marxista del CEBRAP de 25 años atrás, se niegan a
aceptar la advertencia: para ellos, la reciente campaña de alerta sobre
los riesgos del uso extensivo de biodiesel y etanol sin reducción de
la flota de vehículos, es una conspiración de los países ricos y de las
empresas petrolíferas para impedir el desarrollo de Brasil. Y
compatibilizar mercado y reglas, libertad y controles, ética y técnica,
sólo es posible mediante la educación.

El verde del desarrollo sustentable requiere de dos pilares: en


cuanto a la producción y en cuanto al consumo. El verde sólo en
relación a los insumos —energía limpia, reciclaje de residuos,
sustitución de materiales— es un verde incompleto. Es necesario

84
reconsiderar “cómo” y “con qué” se produce, pero sobre todo
reconsiderar “qué” y “cuánto” se produce.

La única salida posible es mediante el educacionismo,


actuando en dos direcciones: a) la reorientación del proyecto
civilizatorio del consumo ilimitado e ineficaz de bienes materiales
hacia una sociedad menos enviciada en el consumo de bienes
superfluos, con mayor austeridad y eficacia, orientada hacia los
bienes materiales esenciales y los bienes culturales inmateriales; b)
el desarrollo de técnicas capaces de revertir algunos de los efectos
ecológicos ya perceptibles y promover el desarrollo sustentable tanto
en las fuentes de energía como en la renovación de los recursos
utilizados en la producción de la economía y en el reciclaje de los
materiales y productos usados.

Estos dos vectores pasan por la revolución educativa. Sólo con


una educación universal de calidad será posible promover al mismo
tiempo nuevos patrones de consumo y una revaloración del respeto a
la Naturaleza, como también tener la mayor cantidad posible de
personas educadas, entre las cuales aquellas que van a desarrollar
nuevos proyectos sociales y técnicos para mantener la base natural
que sustenta la vida y la civilización.

85
Educacionismo y Apartación

Según la visión tradicional de la civilización industrial, la


desigualdad social se resolvería mediante la economía: por la vía
capitalista, el avance técnico y sus productos se volverían accesibles
para todos gracias al mercado; por la vía socialista, la máquina del
Estado colocaría la economía, la ciencia y la tecnología al servicio
de las demandas de la población, imponiendo la igualdad social en el
acceso a los bienes y servicios. Dos proposiciones que no resisten al
análisis de la realidad construida durante el siglo XX.

La economía no dispone de recursos naturales y financieros


para atender a todos, la Tierra no soporta 6 billones de personas
viviendo y consumiendo hasta los 80 años de edad, con acceso a los
bienes y servicios de la parte rica de la población. Por eso, y no sólo
por razones políticas, la velocidad con que se amplía la brecha de la
desigualdad es mayor que la velocidad con que se distribuye la suma
de los beneficios de la técnica. Los límites ecológicos por sí solos
van a forzar el aumento de la desigualdad, impondrán exclusión

social. Como si existiese una aritmética civilizatoria : una suma de
recursos que van disminuyendo conforme aumenta el proceso
productivo, eliminando a una parte de la población como una forma

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

86
de mantener el equilibrio. El espacio terrestre es pequeño para
atender la demanda de todos los seres humanos, la migración al
espacio sideral en lo inmediato es imposible: el camino que está
siendo seguido lleva a la pura y simple exclusión facilitada por la
diferenciación biológica que el avance técnico ya está imponiendo.

Durante las últimas décadas, el sistema económico evolucionó


en el sentido de transformar la desigualdad en apartación —el
apartheid social. Los ricos están protegidos en sus condominios y
shoppings, mientras que los excluidos viven en estado de abandono
en las poblaciones pobres, sin agua, sin luz, sin empleo. Aunque no
vivan entre rejas, presos de la miseria. Porque no responden a los
requisitos y no caben en los patrones de consumo del neoliberalismo
y de la supermodernidad.

Tanto como la creencia en la raza aria despreciaba a los no


arios durante el régimen nazi, y el régimen blanco de Sudáfrica
despreciaba a los negros durante el apartheid, el economicismo
desprecia a los pobres sin formación técnica y sin utilidad
productiva, es decir, sin poder adquisitivo. Así como el stalinismo

encerraba a quienes no le servían en el archipiélago gulag
esparcido por Siberia, el neoliberalismo confina a los pobres en un

verdadero gulag liberal esparcido por el Globo. Aunque no vivan
entre rejas, presos de la miseria.


Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

87
La diferencia es que antes no se disponía de la biotecnología y
de la ingeniería genética para quebrar biológicamente (física e
intelectual) la semejanza entre los seres humanos. Por medio del
avance técnico, a pasos agigantados la humanidad está a punto de
transformar la apartación en una fractura del sentimiento de
semejanza entre los seres humanos, tanto por el aumento de la
brecha social y cultural, como por una posible mutación biológica
inducida a favor de aquellos que puedan adquirir los servicios del
avance de la biotecnología, la genética y la medicina. Sería el mayor
de todos los retrocesos éticos, entre los ya acontecidos en la historia
de la humanidad. Mucho peor que el nazismo y el apartheid, porque
no sería perceptible y por lo tanto sería aceptado, como ya ha
comenzado a ser al tolerarse, sin la menor conmoción, las imágenes
surgidas de los campos de concentración de la supermodernidad, del
gulag liberal adonde vive una inmensa parte de la población
humana. Por cierto que los regímenes nazi y soviético no habrían
sobrevivido durante tanto tiempo si en aquella época la barbarie
hubiese sido presentada al mundo por cadena internacional de
televisión. Como el apartheid no resistió a la presión de los medios
internacionales. Hoy las escenas de la barbarie de la miseria son
transmitidas en vivo ante la total indiferencia de la parte moderna de
la sociedad global, porque en parte ya se siente desemejante de los
pobres excluidos.

88
La cortina de oro que hoy divide a la sociedad humana en
incluidos y excluidos, ricos y pobres, lleva hacia una mayor
separación generando seres desemejantes: una parte humana, otra

no. En la hipermodernidad los excluidos dejarán de ser
considerados seres humanos. En el caso de los nazis y del régimen
sudafricano, se trató de una posición racista, disfrazada de
nacionalismo e interés económico; en el caso del stalinismo se trató
de una posición totalitaria disfrazada de nacionalismo y
preocupación social; ahora se trata de la desemejanza.

Salvo por una dictadura que provocase la reducción autoritaria


de los patrones de consumo de las clases medias del mundo,
matando la libertad, sólo la educación abrirá una puerta por donde
todos podrán pasar y formar nuevos valores éticos, modificar el
concepto de riqueza y reorientar los sueños del consumo,
reconociendo la existencia de la desigualdad económica pero
creando una igualdad radical en el acceso a la educación y a los
bienes culturales. El poder para evitar aquella tendencia no
sobrevendrá debido al crecimiento económico —excluyente entre
clases y entre generaciones—, la esperanza está en la
universalización y en la calidad igualitaria de la educación. El
educacionismo es la alternativa para preservar el sentimiento de



Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

89
semejanza de la especie e impedir la marcha de la barbarie ética, la
barbarie social de la apartación.

Educacionismo y Nación

Cuando los feudos y principados de Europa se aglutinaron en


las modernas naciones que hoy constituyen aquel continente, las
armas militares y las artimañas políticas definieron las fronteras
geográficas nacionales, eligieron sus banderas y sus himnos
nacionales, con idiomas y costumbres separados. Pero fue la escuela
la que transformó las fronteras, las banderas, los himnos y los
acuerdos políticos en naciones. Porque fue en las escuelas que las
nuevas generaciones adquirieron un idioma común, aprendieron la
historia común, constituyeron objetivos comunes, formaron un
pueblo. Si no hubiese sido por la universalización de la educación a
nivel nacional y siguiendo patrones nacionales, Francia, Italia,
Alemania, no se hubiesen formado como naciones, pueblos
aglutinados gracias a la escuela adonde estudian sus hijos.

Los ejércitos pueden imponer unidad pero no forman una


nación. En Italia, el ejército cumplió un rol fundamental en la
fundación de la república, pero su mayor contribución en la
construcción del espíritu nacional fue haber ayudado a difundir la

90
lengua italiana en tanto idioma integrador entre los jóvenes. La
economía sola es incapaz de formar una nación, porque sólo
distribuye los ingresos y los bienes materiales —y en forma desigual
—, no aglutina un espíritu nacional. Incluso grupos sociales que no
están ligados por el territorio pueden constituir una nación, como
sucedió con el pueblo judío después de la diáspora, gracias al valor
que le otorgó a la educación.

Brasil todavía no es una nación, porque todavía no la hemos


construido en la escuela. Sin una escuela igual para todos, Brasil no
tiene futuro como nación. En un país tan dividido, mantener la
educación municipalizada es hacer al revés que los países europeos.
Si no se hubiesen inventado la radio y la televisión y sus cadenas
nacionales, el idioma portugués ya no sería el mismo para todos los
brasileños, porque los educados hablan un portugués diferente de
aquellos sin educación: en la gramática, en la sintaxis y en el
vocabulario.

91
Educacionismo y Minorías

La sujeción obtusa al economicismo y a la lucha de clases


hicieron que los socialistas dejasen de ver los problemas específicos
de las minorías. Para la “ciencia” marxista, toda dinámica social
debería darse mediante una revolución de clases en el ámbito de la
economía. Esta revolución resolvería todos los demás problemas.

La histórica opresión de las mujeres era vista como la


consecuencia de su exclusión del mercado de trabajo; abriéndoseles
el mercado, desaparecería el machismo. Los preconceptos y disputas
entre religiones eran vistos como el resultado del oscurantismo de la
espiritualidad; con el avance revolucionario en la economía, el
materialismo dominaría el imaginario humano, tornando obsoletas a
todas las religiones. Los prejuicios contra la homosexualidad fueron
comunes a todos los estados socialistas, incluso sin explicación,
salvo como desvío del promedio comportamental de la masa.

Con una arrogancia igual a la del capitalismo, el socialismo


consideró que la diversidad cultural y las especificidades étnicas
debían ser superadas naturalmente porque, según la visión socialista,
Europa representaba un estadio objetivamente superior de
desarrollo, en dirección al cual todas las demás sociedades se
encaminaban. Para Marx y para todos los marxistas, los modos de

92
producción asiáticos o cualquier otro debían ser superados, sin
concesión al mantenimiento del status quo cultural.

El mundo evolucionó en la valoración de la diversidad. Se


defiende la necesidad de la lucha específica de las mujeres, porque
el socialismo, aun tratándolas mejor que el capitalismo, no logró
resquebrajar la predominancia del machismo; se defiende la opción
sexual como un derecho a ser alcanzado a través de medios
diferentes a la lucha de clases y la revolución económica, incluso
porque esas revoluciones terminaron siendo más prejuiciosas que el
capitalismo; se defiende la necesidad del respeto a la diversidad
cultural y étnica dentro de un mundo global; y también se reconoce
el derecho y hasta la necesidad de la espiritualidad, inclusive
religiosa.

La única forma de construir el progreso respecto a los derechos


de cada minoría es una revolución educativa capaz de asegurar el
conocimiento necesario para tener opción a los derechos igualitarios
y para defenderlos: una educación libertaria para todos, respetando y
promoviendo la diversidad como indicador de riqueza civilizatoria.

93
Educacionismo y Educación

Educador es el profesional que dentro del aula usa sus


habilidades pedagógicas e interactúa con los alumnos en la tarea de
transmitir y crear nuevos conocimientos. De acuerdo al diccionario
Houaiss, la palabra educador recién fue incorporada al portugués en
1813, hace apenas 185 años. Las palabras educacionismo y
educacionista todavía no tienen entradas en los diccionarios.

El educacionista puede ser definido como “el que es partidario


del educacionismo”, el cual puede a su vez ser definido como “la
doctrina que pone a la educación de calidad para todos como vector
de la construcción de la utopía civilizatoria, indicador de la riqueza
de un pueblo y camino para construir la igualdad de oportunidades”.

El educador crea la educación de calidad dentro del aula, el


educacionista lucha para que la educación de calidad llegue a todos.
Educacionista es el militante que lucha políticamente para que los
educadores dispongan de los recursos necesarios para que todos
tengan acceso a una educación de la máxima calidad.

94
El educacionista ve la universalización de la educación en
todas sus fases, desde la matrícula, pero también la asistencia, la
frecuencia, la permanencia, la culminación, el aprovechamiento, el
aprendizaje y la continuidad. El objetivo es la universalización de
calidad equivalente para todos, todo el tiempo y siempre
aprendiendo.

Para eso la educación tendrá que estar sintonizada con los


valores del futuro, haciendo avanzar el conocimiento que permite
desarrollar en cada persona: i) la capacidad para deslumbrarse ante
las bellezas y las verdades que el mundo ofrece a través de las artes,
literatura, filosofía, aventura, turismo y otras formas de ocio
creativo; ii) la capacidad de indignarse ante el mundo actual lleno de
contradicciones, injusticia e ineficacia, especialmente ante la
desigualdad social y la depredación ambiental; iii) la capacidad para
entender la lógica con que funciona la realidad física y social del
mundo, la lógica de las cosas en el mundo físico y la lógica del
mundo social, y cómo las piedras, las plantas y los animales se
transforman en los seres humanos y sus productos; iv) la capacidad
de organizarse para encaminar la indignación como forma de
rebelarse y luchar para cambiar la realidad; v) la capacidad para,
gracias a su formación, integrarse al proceso productivo como
agente transformador mediante el trabajo, y obtener el
reconocimiento público gracias a su producción; vi) la capacidad
para reciclarse permanentemente, sin prejuicios y sobre todo

95
sabiendo cómo adecuar su conocimiento a las nuevas ofertas y a las
nuevas necesidades de trabajo y luchas del mundo; vii) la capacidad
para construir, divulgar y consolidar una nueva ética de respeto a la
naturaleza y solidaridad entre todos los seres humanos; viii) la
capacidad de percibir el valor y sentir compromiso con la
preservación de los patrimonios heredados, naturales o artificiales,
materiales o inmateriales, y con la ampliación de tales patrimonios
en vista a las futuras generaciones; ix) la capacidad de intentar
ejercer la propia libertad y luchar para que todos tengan derecho al
ejercicio de la libertad; x) la capacidad para integrarse no sólo con
quienes viven a su alrededor, sino también con todos los ciudadanos
del mundo, en un proceso de globalización que vaya más allá de la
economía e integre a los seres humanos en una inmensa conexión
universal, para la cual será fundamental sobre todo conocer idiomas
y técnicas de informática pero también los productos de la cultura
universal.
Así como para el desarrollo económico el economista, el
ingeniero y el operario son los principales agentes, para el
educacionismo el centro es toda la población viviendo un proceso de
formación permanente, de la cual el profesor y el alumno son los
principales agentes. Claro que tal dinámica no podrá funcionar sin
las demás profesiones que construyen las bases materiales e
intelectuales del proceso educativo.

96
Educacionismo, Escuela Pública,

Federalización y Mundialización

Preso de la lógica de la economía y de la propiedad, el


socialismo considera a la escuela pública como sinónimo de escuela
estatal. La característica pública provendría de la propiedad estatal
de los equipamientos y del tratamiento de los profesores y de los
servidores en tanto funcionarios públicos; mientras que la escuela
privada se definiria por estar equipada por dueños particulares que
serían también los patrones de los profesores y los servidores.

El educacionismo antepone el concepto de escuela pública en


relación a la calidad de la enseñanza y a quién sirve la formación. La
escuela es pública cuando ofrece una enseñanza de calidad accesible
para todos, independientemente de los ingresos familiares y del
lugar donde resida el alumno. Cuando los profesores no están
preparados ni dedicados y los alumnos no aprenden, la escuela no es
pública, aunque sea estatal y gratuita. Por eso salvo algunas
excepciones entre las escuelas federales, no hay escuela pública en
Brasil: existen escuelas pertenecientes a los estados y municipios,

97
pero sin la calidad necesaria para ser consideradas públicas. Muchas
funcionan como comedores populares: los niños sólo las frecuentan
hasta la hora de la merienda.

Obviamente una escuela de calidad pero donde los alumnos


son directa o indirectamente seleccionados, según los ingresos
familiares, tampoco es pública. Pero una escuela mantenida por un
particular, persona o empresa, donde la enseñanza es de calidad y
los alumnos son escogidos entre la población, independientemente
de los ingresos de los padres, liberados de pagar mensualidades, es
una escuela pública. Además de públicas, por ser gratuitas para
alumnos escogidos públicamente, las escuelas mantenidas por la
Fundación Bradesco son federales, porque ofrecen el mismo patrón
de calidad, equipamientos, formación, dedicación y remuneración de
los profesores y los servidores, en todas sus unidades en cualquier
parte del territorio brasileño.

También se pueden considerar escuelas públicas aquellas


financiadas con recursos del Estado que aseguran una educación
gratuita y son administradas por padres, profesores o entidades
paraestatales, como en el caso del Colegio del SESC en Jacarepaguá,
Rio de Janeiro. Si bien administrada privadamente por las reglas del
SESC con recursos de origen estatal, esta escuela es pública porque
ofrece una calidad comparable a la de las mejores escuelas de los
países más avanzados del mundo.

98
En el caso de Brasil, la búsqueda de la educación de calidad
para todos exige tratar al sistema educativo como un compromiso
nacional. La ejecución de la revolución mediante la educación jamás
será realizada si se la deja bajo la responsabilidad de municipios y
estados pobres y por cierto desiguales entre sí. Por eso el
educacionismo defiende la federalización de la educación básica
como la única forma de construir una calidad homogénea, pautada a
nivel nacional: la carrera del profesor, su salario, su formación, su
selección, la calidad de los equipamientos pedagógicos y el
contenido mínimo básico en cada nivel de la enseñanza. Definiendo
al mismo tiempo una Ley de Metas Educativas a ser cumplidas
anualmente por cada ente federativo y una Ley de Responsabilidad
Educativa a ser cumplida por cada dirigente público. Esto no puede
significar, sin embargo, centralización gerencial ni una dictadura de
métodos pedagógicos. El Sistema Nacional de Educación Básica
debe ser una responsabilidad federal con descentralización gerencial
y libertad pedagógica. Las clases medias y altas entendieron esto y
lograron crear redes de escuelas con un mismo patrón, repartidas por

todo el territorio brasileño: son escuelas privadas federales de
elevado costo, al servicio de las minorías privilegiadas.

Si en un país con la desigualdad interna de Brasil la educación


debe ser una responsabilidad federal, en el mundo global debe ser
una responsabilidad mundial. A partir de la Segunda Guerra, el

Ver Pequeño Diccionario del Educacionismo.

99
desarrollo económico fue inducido en todo el mundo por los muchos
organismos internacionales volcados hacia la economía como OMC,
FMI, BIRD, OIT, UNCTAD, los diversos bancos regionales de
desarrollo como el BID y las Comisiones Regionales como la
CEPAL. El resultado fue un éxito en las tasas nacionales de
crecimiento en casi todos los países, pero raramente una reducción
en la brecha de la desigualdad social, un fracaso social y ecológico.

Para tratar a la humanidad como una familia de seres


semejantes, luego del fracaso de la civilización industrial, el mundo
del siglo XXI deberá asumir la responsabilidad global de la
ejecución de un inmenso programa mundial de educación. En este
escenario, la UNESCO puede ser la agencia internacional del futuro
educacionista.

Educacionismo, Profesor, Familia y Medios de Comunicación

Cada época tiene sus profesiones más respetadas. En el


Antiguo Egipto eran los sacerdotes, los guerreros y los constructores
de templos y pirámides; en la Edad Media eran los príncipes, los
guerreros y los padres; en la sociedad moderna, los ingenieros, los
economistas, los empresarios; en el educacionismo la principal
profesión será la de los profesores y todos aquellos implicados en el

100
proceso de la formación educativa. Está claro que no hay educación
sin médicos, ingenieros, empresarios y todas las demás profesiones
pero, a diferencia de la modernidad económica, para la que tales
profesiones eran centrales y el profesor sólo un medio, en el
educacionismo es el profesor quien representa la principal actividad
vinculada al progreso.

La revolución industrial, colocando al profesor en el lugar de


un simple auxiliar secundario del proceso civilizatorio, abandonó a
los profesores y los llevó a la pérdida de su autoestima. El profesor
se corporativizó, muchos antepusieron la defensa de su
supervivencia por encima de la educación: son educadores, pero no
educacionistas. Como aquellos médicos que atendían a los esclavos,
cuidándolos, pero sin luchar por la Abolición.

La revolución educacionista, al colocar al profesor como el


vector central del progreso, va a garantizar las condiciones que el
profesor merece y necesita, y en compensación va a exigirle
formación, dedicación y garantía de resultados. Si la educación es
importante, la sociedad y el gobierno no pueden ser tolerantes con
los profesores sin preparación o que no cumplan con sus funciones.
Si la educación tiene valor, ella y todos sus participantes, incluso los
alumnos, las familias, los medios de comunicación y los gobiernos
tienen que ser evaluados.

101
Pero para construir la utopía educacionista, el profesor debe
cambiar de característica. A diferencia del profesor artesanal —él y
el pizarrón—, de aquí en adelante, el magisterio deberá ser un
trabajo colectivo: efectuado por el profesor de la disciplina estudiada
navegando en el conocimiento disponible en las redes mundiales,
por un especialista en programación visual y computación gráfica
que asesore al profesor de dicha disciplina para utilizar todos los
recursos pedagógicos audiovisuales a su alcance que faciliten la
enseñanza y el aprendizaje, y por un profesional capaz de utilizar los
sistemas de teleinformática para llevar la enseñanza más allá del
aula. En el educacionismo, el conocimiento del profesor será todo el
conocimiento disponible mundialmente en las redes y sus alumnos
serán todos aquellos con acceso a estas redes, el aula será todo el
País e incluso el Planeta entero.

La educación será ejercida por un conjunto: escuela, familia y


medios de comunicación. Los medios son parte del proceso
educativo porque el alumno moderno se relaciona más con ellos que
con la escuela y a veces hasta más que con su propia familia. Y la
familia es el elemento de orientación para los alumnos, para regular
la economía interna de la escuela e incluso para aprender a utilizar
los medios.

102
La Base Material y el Pacto del Educacionismo

La ideología del educacionismo es hija del fracaso de la


civilización industrial pero también del éxito del progreso científico,
tecnológico y económico. Si no existiesen la base material y el
conocimiento disponible, sería imposible siquiera soñar con una
utopía educacionista. Por eso, al mismo tiempo que se propone
reorientar el proyecto civilizatorio, el educacionista debe luchar para
consolidar la base de cinco pilares sobre los cuales se afirman la
revolución educativa y la revolución de la sustentabilidad ecológica.

Crecimiento económico: Es forzoso que la sustentabilidad


ecológica sea alcanzada sin marasmo económico, porque sin
crecimiento faltarán recursos necesarios para viabilizar la revolución
educativa.

Estabilidad Monetaria: Sin estabilidad monetaria, el País no tendrá


la tranquilidad suficiente para definir el rumbo de mediano y largo
plazo, sin lo cual la revolución educacionista jamás será realizada.

Estabilidad Social: No obstante la revolución provenga de la


educación, ésta no dará el salto necesario sin vivienda, salud,
transporte público, agua y saneamiento. Difícil educar a quien no
tiene residencia fija, una casa de calidad y con higiene, con luz,
disponiendo de transporte urbano adecuado y sobre todo de salud.

103
Estabilidad Política: La ejecución de un proyecto educacionista
exige un pacto de mediano y largo plazo, una continuidad en las
reglas, sin la cual la incerteza y la discontinuidad de las políticas
interrumpirían la realización del proyecto.

Estabilidad Jurídica: Así como es necesario alcanzar la estabilidad


de las reglas políticas, también es necesario que las reglas jurídicas
aseguren la continuidad de las decisiones tomadas.

Mientras este proceso se desarrolle a lo largo de años y hasta


décadas, es necesario que los educacionistas desarrollen programas
de emergencia capaces de enfrentar, de inmediato, tres graves pares
de problemas de la sociedad: la pobreza y el desempleo, la
corrupción y la impunidad, la violencia y la inseguridad.

Finalmente, la revolución educacionista requiere de una clase


social que la sustente y un partido de vanguardia que la conduzca. A
diferencia de la vanguardia comunista y socialista, basada en la clase
social —el proletariado, que se vería beneficiado por la revolución y
liberaría el avance técnico y las fuerzas productivas—, la clase
beneficiada por la revolución educacionista es una categoría etaria,
la infancia, entendida desde una conciencia adulta, y la base política
no estará representada por un partido sino por los militantes de una
Causa. Como en la lucha abolicionista, la revolución educacionista
va a exigir un pacto entre personas de diferentes siglas partidarias,

104
uniendo a aquellos que luchen por la causa de la Educación, la causa
Educacionista, a lo largo de décadas.

Esto es el Educacionismo. Usted, Educacionista.

Pequeño Diccionario del Educacionismo

Apartación: Término que indica las características de la exclusión


social que ocurre en Brasil, bajo el modelo del apartheid, palabra
del afrikaner que indica la exclusión racial. La apartación es un paso
hacia una mayor desigualdad, afirmando su carácter excluyente no
sólo por la carencia de un intercambio continuo sino por el
verdadero corte que separa ricos y pobres, incluidos y excluidos.

Aritmética Civilizatoria: Hasta hace poco, el proyecto civilizatorio


veía a la Tierra como la despensa de los recursos y el basurero para
los residuos de la producción. No había límites al crecimiento
económico. Más allá del todavía reducido poder de la técnica para
depredar a la naturaleza, había una velocidad por la cual las nuevas
técnicas subsanaban la escasez de recursos. La Tierra era percibida
como un espacio abierto. No había necesidad de cuantificar la
pérdida causada por la depredación de la Naturaleza. Hoy se sabe
que cada año el conjunto de los recursos naturales y del hábitat

105
natural se va reduciendo. Urge analizar el proceso productivo
teniendo en cuenta esa aritmética según la cual la suma de la
depredación disminuye el total del patrimonio. La sustitución de
combustible fósil por biocombustible impone practicar esta
aritmética. Aunque renovable cada año, desde el punto de vista de la
materia prima, tanto el etanol como el biodiesel exigen áreas de
tierra que no son renovables. Sin una revolución agrícola que
permita utilizar la tierra no cultivable, como el desierto, cada
hectárea utilizada para producir biocombustible exigirá talar selvas o
incluso reemplazar a la producción de alimentos. La aritmética
civilizatoria puede ser confirmada también en las pérdidas sociales
resultantes del proceso de producción: la manutención del creciente
parque automotor para el transporte privado lleva a sacrificar horas
enteras de vida, a angustias en los embotellamientos y a perjuicios
económicos. La aritmética civilizatoria demuestra el volumen de
estas pérdidas.

Archipiélago Gulag: Gulag era el acrónimo, en ruso, del sistema de


administración de la red de campos de concentración y trabajo
forzado en la antigua URSS. La expresión “Archipiélago Gulag” fue
usada por el escritor Alexander Solzhenitsyn como título de su libro
de 1978 donde describe el terror de esta red.

Barbarie-ético-ecológica: Una manera de caracterizar la pérdida del


humanismo intrínseca al momento actual de la supermodernidad y

106
de la perspectiva de la hipermodernidad: una civilización que
destruye la naturaleza y agrava la desigualdad entre los seres
humanos mediante una apartación a escala global que separa a cada
país detrás de una cortina de oro.
Capitalismo de Estado: Expresión usada para indicar aquellos
sistemas económicos que eliminan el mercado pero no logran
implantar el socialismo con sus objetivos utópicos previstos.
Clásicos: Expresión usada para definir a los economistas del
período inicial de la historia del pensamiento económico con
pretensión científica, desde Adam Smith en el siglo XVIII hasta
fines del siglo XIX.
Club de Roma: Entidad creada en los años 1960, con sede en esa
ciudad, con el propósito de hacer un estudio prospectivo del futuro
de la humanidad. En 1972 el Club de Roma divulgó un informe,
elaborado a pedido del MIT donde, por primera vez con base
científica, se manifestó la necesidad de limitar el crecimiento de la
economía. El libro Los Límites al Crecimiento dio inicio a la visión
neomalthusiana: el pesimismo moderno con base científica acerca
del futuro de la humanidad.

Cortina de Oro: El 5 de marzo de 1946, en un discurso proferido en


el Westminster College, en la ciudad de Fulton, Estados Unidos,
Winston Churchill afirmó que “una cortina de hierro cayó sobre
Europa”. Esta expresión pasó a ser empleada para indicar la
separación entre lo que era el régimen autoritario comunista y el

107
sistema liberal capitalista. Algunos años después, el muro de Berlín
se transformó en el símbolo de la separación entre el socialismo y el
capitalismo, como si fuese la manifestación física de la metáfora de
la cortina de hierro. Con la caída del muro y la vuelta del
capitalismo a la ex Unión Soviética, el concepto de cortina de hierro
fue superado. Con la apartación, sin embargo, se instala otra
separación: entre los incluidos y los excluidos. Una cortina de oro
cayó sobre el mundo entero, separando a los que ingresaron a la
modernidad y sus ventajas de los que quedan fuera de ella. No se
trata de una cortina separando países —la cortina de oro atraviesa
cada país, separando a los grupos sociales dentro del mismo espacio
nacional, uniendo a los ricos en un primer mundo internacional de
los ricos y separando a los pobres, que forman un archipiélago
gulag social.

Desarrollo Escéptico: La pérdida de fe en el desarrollo.

Desarrollo Cínico: La creencia de que el desarrollo está en su


apogeo y por lo tanto ningún cambio de rumbo es necesario.

Desarrollo ético: El desarrollo que busca casar el progreso y el


equilibrio ecológico con la libertad individual y la atención de las
necesidades esenciales, aboliendo la exclusión.

Desarrollo Sustentable: Una forma de definir el nuevo modelo de


desarrollo que tendría en cuenta al Medio Ambiente. Para algunos,
el desarrollo sustentable definiría al desarrollo capaz de ofrecer
108
también: sustento social, eliminando la apartación; sustento cultural,
respetando las diversidades y especificidades étnicas; sustento
político, garantizando las libertades individuales y el funcionamento
democrático de la sociedad.

Desemejanza: El estadio de desigualdad social en que los seres


humanos no sólo se sentirían desiguales sino que perderían además
el sentimiento de semejanza que los caracteriza, desde las creencias
cristianas, fortalecido primero por el Iluminismo y luego por las
ideas socialistas. En cierta forma, sería un retorno a la visión
escravócrata, cuando los dueños no se sentían semejantes a los
esclavos, ahora sin siquiera la necesidad del trabajo; o al apartheid
sudafricano, o al fanatismo ario de los nazis donde las razones
sociales y económicas producían el prejuicio y la fractura de la
semejanza interracial. La desigualdad en sí provoca un sentimiento
de indiferencia ante el sufrimiento de los excluidos pobres, que sería
inaceptable si el sentimiento de semejanza estuviese todavía
realmente vigente. En el actual momento del desarrollo científico y
tecnológico es posible percibir una tendencia para que la
desemejanza se transforme, en pocas décadas, en una diferenciación
biológica, no apenas racial, provocada por una mutación inducida a
favor de los que pudieran disponer de los servicios de la ingeniería
genética y otras formas de biotecnología, dejando atrás a los que no
pudieran acceder a estos servicios. Si ello aconteciera, la condición

109
humana sería considerada un privilegio limitado apenas a una parte
de los descendientes de aquellos que hoy componen la humanidad.

E-book: El sistema de lectura que sustituye a los libros impresos tal


como se han venido haciendo desde Gutemberg, por libros digitales,
leídos en las computadoras.
Econología: Neologismo creado a partir de las palabras Ética,
Economía y Ecología para indicar el trípode que serviría de base
teórica para la nueva utopía de la modernidad ética.
Educologismo: Combinación de educación y ecología para indicar
la base ideológica para afirmar la misma oportunidad para todos:
entre clases sociales, gracias a la educación igualitaria; entre las
generaciones, mediante el desarrollo sustentable. Como el equilibrio
ecológico es una consecuencia de la educación, se considera que la
expresión educacionista es suficiente.
Escuela Privada Federal: Las escuelas que mantienen el mismo
patrón de calidad en todo el país, aun siendo privadas.
Fin de la Historia: Concepto sugerido por el norteamericano
Francis Fukuyama en su libro The End of History, para afirmar que
habría acabado el tiempo de las ideologías discordantes que
intentaron orientar el futuro de la humanidad. Para Fukuyama, el
colapso del socialismo real habría provocado el fin de toda ideología
socialista y habría dejado al capitalismo liberal como la única
alternativa para construir el futuro de acuerdo a su evolución natural.

110
Fin del Progreso: Es una manera de caracterizar el sentimiento
prevaleciente en muchos pensadores y militantes —en especial
aquellos que quedaron huérfanos del socialismo y los críticos al
capitalismo— según el cual el progreso terminó, frenado por los
límites naturales al crecimiento y por la pérdida de la ética en su
actual desarrollo. Décadas atrás, el movimento hippie y las diversas
formas de la contracultura encarnaban este sentimiento, pero los
límites al crecimiento no eran visibles y el socialismo estaba en
plena expansión política en los países en fase de descolonización.
Con la percepción clara del calentamiento global y del colapso del
socialismo, la idea del fin del progreso se consolida a través de
grandes bloques de pensadores, especialmente entre los
posmodernos.
Fuera de Clase: Expresión utilizada en el hinduismo para significar
a todos aquellos de las castas inferiores. En Brasil se los puede
llamar “los sin clase”.
Gulag Liberal: El archipiélago de pobreza que el neoliberalismo
disemina por el mundo entero, provocando condiciones de vida
equivalentes a aquellas del gulag soviético.
Gulag Social: Poco antes del colapso de la Unión Soviética, en el
período de la “perestroika”, los campos de concentración y trabajo
forzado conocidos como el Archipiélago Gulag fueron extinguidos,
pero en su lugar el mundo vio surgir una red planetaria de grupos
humanos en condicones sociales tan precarias como aquélla: es el

111
archipiélago gulag social, producido por el neoliberalismo global. El
archipiélago de las islas de pobreza repartidas por el Planeta de la
Globalización.
Hipermodernidad: La supermodernidad es la modernidad de hoy,
llamada equivocadamente posmodernidad. Pero de continuar por
este rumbo es posible imaginar un nuevo salto, la hipermodernidad:
la ultracivilización de una humanidad evolucionada biológicamente
debido a una mutación inducida por la ciencia y la tecnología en
beneficio de apenas una pequeña parcela de los seres humanos
actuales. Al dejar atrás a una inmensa parte de la humanidad, al
crear el extrañamiento y la desemejanza, esa pequeña parcela
evolucionada, concentrando para sí los beneficios, sintiéndose libre
de eliminar en masa a los dejados atrás, como no-gente, podrá
retomar el equilibrio ecológico en un Planeta Tierra sólo para pocos.
Tal sería la hipermodernidad.
Intocables: Término aplicado dentro de la religión hindú a aquellos
de las castas más bajas. Reciben este nombre porque con tocar a uno
de ellos, incluso al recibir apenas la sombra de uno de ellos, los
hindúes de las castas superiores deben ser purificados.
Invisibles: Término que indica la situación de los brasileños más
pobres, porque parecen invisibles a los ojos de los ricos. Cuando se
desplazan dentro de sus autos con aire acondicionado, escuchando
música en sus sistemas de sonido, los ricos no ven a los pobres que
en la esquina intentan recibir algunos centavos, pidiendo limosna o

112
limpiando los parabrisas. La invisibilidad es uno de los trucos
psicológicos sociales usados por los ricos para mantener su salud
mental tolerando el sistema económico del cual se benefician.
Gracias a la invisibilidad de los pobres, sin hacerse cargo de la
desemejanza, logran mantenerse indiferentes ante la tragedia social.
La invisibilidad sólo desaparece cuando la reemplaza por el miedo a
la violencia, creando las condiciones que aumentan el extrañamiento
que, al sustituir la indiferencia por el miedo, incentiva, más que la
desemejanza, la búsqueda del aislamiento y de la apartación
explícita.
Plusvalía-triangular: Es la plusvalía que ocurre en las sociedades
con apartheid o apartación. En Sudáfrica había una plusvalía de los
capitalistas blancos sobre los trabajadores blancos, pero había otra
de los blancos, trabajadores o capitalistas, sobre los negros. Lo
mismo ocurre en el apartamiento brasileño, entre los que están
dentro de la modernidad, trabajadores o capitalistas, y los excluidos.
Esta es la plusvalía-triangular.
Plusvalía-generacional: Las actuales generaciones están
depredando la naturaleza, robándoles a las generaciones futuras un
patrimonio que les pertenece y provocando un desequilibrio
económico mayor para el futuro mediante un aumento en el costo de
producción y en la calidad de vida, ejerciendo por lo tanto una
plusvalía de la actual generación sobre las generaciones futuras.

113
Malthusiano: Manera de definir a los pensadores que siguen las
ideas de Thomas Robert Malthus quien, en 1798, publicó el libro
Ensayo sobre el Principio de la Población, donde afirmaba que
la población humana crece más rápido que la disponibilidad de
medios de producción. Esta visión pesimista del futuro estuvo
relegada hasta el momento en que surgieron las actuales
constataciones de los “límites al crecimiento”.
Margen de Desigualdad Tolerable: El socialismo defendía con
vigor la idea de la igualdad plena, inclusive de ingresos, aunque para
ello fuese necesario renunciar a la libertad individual. El
educacionismo propone que la libertad debe prevalecer, tolerando la
desigualdad que se sitúe dentro de dos márgenes: inferior, con la
garantía del mínimo esencial para la vida de cada familia, y superior,
con la restricción de consumo más allá de lo compatible con el
equilibrio ecológico.
Misma Oportunidad: Objetivo utópico del educacionismo en
reemplazo del objetivo utópico del socialismo: la igualdad plena.
Modernidad-ética: La modernidad definida en base a objetivos
sociales y no en base a los productos utilizados. En la modernidad-
ética, el transporte es moderno en tanto mejora la locomoción,
independentemente del tipo de transporte.
Modernidad-técnica: La modernidad definida por el producto
utilizado. En la modernidad-técnica, la televisión se volvió moderna
cuando fue a color, aunque se la sometiera a la censura; el transporte

114
moderno es el auto de última generación, aunque en la práctica tarde
más tiempo para realizar la locomoción.
Ocio Creativo: Expresión usada por el italiano Domenico De Masi,
para indicar el mundo donde el trabajo confluye con la vida lúdica o
donde la vida laboral puede estar combinada con períodos de ocio.
Operador: La mano de obra de los tiempos actuales, que en lugar
de usar las manos-con-habilidad, usa los dedos-con-conocimiento
para mover las máquinas inteligentes digitalizadas.
País con mayoría de población con altos ingresos: Los países
siempre fueron clasificados como pertenecientes: al Primer Mundo,
aquellos considerados desarrollados, ricos y capitalistas; al Segundo
Mundo, los pobres y socialistas; y al Tercer Mundo, compuesto por
los países subdesarrollados y pobres. El Segundo Mundo
desapareció como concepto político. En los países del Primer
Mundo surgieron bolsones de pobreza y la crisis ecológica mostró la
fragilidad de la mayor parte de ellos. En el Tercer Mundo, algunos
países efectuaron saltos económicos, generando grandes riquezas
para algunos de sus habitantes. En este cuadro, la caracterización
tradicional pierde sentido. Lo que hoy en día diferencia
económicamente a los países es si tienen una mayoría de población
con altos ingresos o una mayoría de población con bajos ingresos.
Los países del Primer Mundo ya no son de todos ricos, son apenas
países con una mayoría de población con altos ingresos, PMP-AR;

115
los del Tercer Mundo ya no son pobres, son países con una mayoría
de población con bajos ingresos, PMP-BR.

País con una mayoría de población con bajos ingresos: Los


países antes denominados de Tercer Mundo, aun cuando dispongan
de riqueza y realicen saltos de crecimiento, continúan teniendo una
inmensa mayoría pobre, por eso es preferible calificarlos como
países con una mayoría de población con bajos ingresos, PMP-BR.

Plataforma Educativa: La teoría del desarrollo económico recurrió


a la expresión “take off”, decolagem, para indicar el ascenso de los
países atrasados al mundo desarrollado. En la realidad actual, el
avance debe advenir mediante una revolución educativa: en lugar
del decolagem, el país debe dar un salto, y la plataforma para esto es
la educación de calidad de su población. La plataforma educativa se
aplica tanto al país como para cada individuo.

Población Digital: Expresión para sustituir el concepto de mano de


obra en un mundo donde el trabajo es sobre todo inmaterial con
calificación profesional. Población digital significa la totalidad del
acervo de trabajadores en condiciones de ocupar puestos de trabajo
en el mundo moderno.
Posuniversidad: Cuando la racionalidad griega clásica llegó a
Europa, en el pasaje del primer milenio al segundo, los conventos
católicos no fueron capaces de captar toda la dimensión de la
revolución intelectual que entonces ocurría; surgieron así los nuevos

116
centros de conocimiento denominados Universidades. Mil años
después, la universidad ha sido lenta para captar y catapultar el
conocimiento acorde a la velocidad actual del avance de la ciencia,
de la tecnología y de los desafíos de la ética. En tales condiciones, si
la universidad no fuera capaz de adaptarse, surgirían nuevas
instituciones del saber: la posuniversidad.
Renta mínima ciudadana: Antiguo concepto por el cual cada
ciudadano tiene derecho a percibir un ingreso mínimo, estipulado
en base al producto interno bruto del país. En Brasil esta idea fue
difundida gracias al empeño y vigor de Eduardo Suplicy, a quien
se debe la expresión.
Sin empleo: En el mundo de hoy, junto a los desempleados
provisoriamente, surge una categoría de trabajadores
inempleables por falta de calificación profesional.
Socialismo Real: Para diferenciar a los sistemas socialistas en los
países que realizaron esta experiencia del sistema socialista teórico
tal como fue propuesto, se creó la expresión socialismo real. Con sus
características de prioridad en lo social, pero con privilegios para las
clases dirigentes, ataduras burocráticas impidiendo el aumento de la
eficacia productiva, la falta de libertad individual y de democracia
política.
Supermodernidad: El final el siglo XX trajo aparejada la idea de la
posmodernidad para indicar la ruptura ocurrida en la evolución
histórica a partir de las últimas décadas del siglo XX. La

117
modernidad, iniciada en el siglo XIX y continuada como una
evolución a lo largo del siglo XX, sufrió discontinuidad, con un
salto en los patrones estéticos, en el conocimiento científico, en el
poder de las tecnologías, en la percepción de la crisis ambiental y de
los límites al crecimiento, en las costumbres sexuales, en los
conflictos éticos, en la posibilidad de la clonación, en la
globalización instantánea de los hechos, de la información, de los
gustos y patrones de comportamiento. La modernidad no alcanza
para indicar esta nueva realidad que no se identificaba ya con los
hechos de las décadas anteriores: surgió la necesidad de un concepto
que fuese más allá de la modernidad. Pero la posmodernidad es en sí
un concepto contradictorio: ser moderno quiere decir ser de hoy, del
latín hodiernus. No es posible que haya modernidad posterior a la
modernidad; el concepto de futurismo tampoco retrata una realidad
con características determinadas por el presente. La solución
lingüística para mostrar el cambio en las características sociales
sufrido por la modernidad, sin corromper el concepto temporal del
término, es caracterizar al mundo de hoy como una
supermodernidad.
Utopistas Antiguos: La República, Platón, IV a.c.; Sparta, Plutarco,
en el livro La Vida de Licurgo, I d.c.; Utopía, Tomas Morus, 1516;
El Mundo, Antonio Francesco Doni, 1552; La Ciudad Feliz,
Francesco Patrizi, 1553; La Ciudad Del Sol, Tommaso Campanella,
1602; Antangil, I.D.M., 1616; Cristianópolis, Johann Valentim

118
Andréa, 1619; La Nueva Atlántida, Francis Bacon, 1627; Common-
Wealth of Oceanian, James Harrington, 1656; Terre Australe
Connue, Gabriel de Foigny, 1676; Télémaque, François Fénelon,
1699; New Britain, G. A. Ellis, 1820; Voyage in Ícare, Étienne
Carbet, 1840.

Bibliografía
Este texto se origina en otros libros del autor, tales como: El
Desorden del Progreso, 1990; El Colapso de la Modernidad
Brasileña y una Propuesta Alternativa, 1991; La Revolución en la
Izquierda y la Invención de Brasil, 1992; La Revolución en las
Prioridades, de la modernidad-técnica a la modernidad-ética, 1994;
Qué es el Apartamiento - El apartheid social brasileño, 1994; La
Cortina de Oro, 1998; La Segunda Abolición, 1999; Admirable
Mundo Actual, 2002.
Otros libros que le sirvieron de base al autor:
Alan Weisman, Después de Nosotros.

119
Amartya Sen, Desarrollo y Libertad.
André Gorz, El Fin del Proletariado; Miserias Del Presente,
Riqueza de lo Posible; Lo Inmaterial.
Barbara Tuchmann, La Marcha de la Insensatez.
Club de Roma, Límites al Crecimiento.
Domenico De Masi, El Ocio Creativo.
Francis Fukuyama, El Fin de la Historia y El Último Hombre.
Jacques Attali, Marx.
Jared Diamond, Colapso.
Joaquim Nabuco, El Abolicionismo.
Karl Marx, La Ideología Alemana.
Karl Marx y Friedrich Engels, El Manifiesto Comunista.
Marnie Hughes-Warrington, 50 Grandes Pensadores de la Historia.
Paulo Freire, Pedagogía del Oprimido.
Thomas Robert Malthus, Ensayo sobre el Principio de la Población.
Tomas Morus, Utopía.

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