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Unidad 2 Desarrollo
Unidad 2 Desarrollo
Valor es, según se ha visto; aquella cualidad intrínseca al objeto que suscita la
admiración, estima, respeto, afecto, búsqueda y complacencia. Está claro que esta
definición intenta sintetizar el aspecto subjetivo y objetivo del valor. De acuerdo a lo
que se abarcará, el valor moral es el que se meterá en el asunto del medio ambiente.
Los valores morales tienen una importancia primordial en la vida humana. Se justifican
por sí mismos. Es decir, no son valores que sirven para otra cosa, como ocurre con
aquellas perfecciones del hombre que tienen carácter instrumental, como, por ejemplo,
la ciencia, la cultura, etc., que pueden servir para triunfar en la vida.
Esto no quiere decir que los demás valores no tengan importancia para el hombre, pues,
aunque efectivamente los valores más altos sean los religiosos, porque responden al
destino último del hombre, los valores morales sirven como de puente entre los
religiosos y los demás y aumentan el valor de ellos. Por ejemplo, ser un buen
profesional muy competente y cumplir perfectamente con el deber, es un conjunto de
valores o respuestas a valores, que perfeccionan al hombre. Si ese buen profesional
tiene además sentido ético, aumentará el valor de esas actuaciones, aunque sólo se
enjuicien en cuanto a su buena realización. Así, el médico prestigioso que se niega a
colaborar en un aborto, enriquece su profesión médica (pues los médicos están para
curar y no para matar). Y si, además, ofrece a Dios su trabajo, como reconocimiento de
la superioridad de Dios, eleva todavía más el valor de esas acciones.
El valor moral está presente en todos los demás valores, sin privarles de su autonomía y
sus peculiaridades, porque el hombre es ético (moral) por naturaleza y no puede
renunciar a tener un comportamiento bueno o malo. Así, por ejemplo, la monogamia es
un valor moral de ley natural y, por tanto, universal, pero, sin embargo, en algunas
épocas y lugares las costumbres polígamas han oscurecido este valor para los hombres
de determinadas épocas y culturas.
t) Mesura: capacidad para medir los placeres e impulsos que impiden el cumplimiento
de nuestros deberes.
Capacidad es una palabra repetitiva, pues los valores son capacidades que uno tiene que
ir adquiriendo a lo largo de su vida.
d) Fortaleza: proviene de la voluntad para superar los obstáculos a los cuales uno debe
enfrentar.
g) Cortesía: exige respeto al prójimo y detalles hacia los demás, es acción educadora,
facilita la convivencia humana.
h) Autenticidad: la hay cuando es coherente uno mismo y los demás. Si es pensamiento
significa estar convencidos entre lo que se dice y piensa.
j) Confianza: libre, franca, espontánea y cariñosa entrega de lo más sagrado nuestra vida
entera.
k) Voluntad: representa la fuerza interna que se tiene para conseguir algo deseable.
Se tiene una lista en la cual se indica más o menos las formaciones que un profesional
ya integrado debe ir aplicando de acuerdo a la edad que tiene la persona.
La formación de valores supone una relación entre la persona en tanto particular, con la
comunidad entendida como lo general, de lo interior con lo exterior, es decir, de la
interiorización de las normas con las regulaciones y valores comunitarios, de lo
individual y lo colectivo, o sea, del reconocimiento de sí mismo con el reconocimiento
de valores y normas compartidas y por tanto, legítimas.
· De los diez a los once años, la norma es convencional pero reviste autoridad.
· De los doce a los trece años, si la regla es arbitraria es entonces cambiante y si es así,
lo que yo opino es lo mejor.
· De los catorce a los dieciséis años, la norma desempeña una función social en tanto
hace que el individuo sea o no parte de un grupo.
· De los diecisiete a los dieciocho años, Las normas se legitiman por su uso, no son más
que meras costumbres no cuestionadas.
· De los dieciocho a los veinticinco años, las normas facilitan la interacción social y son
resultado del consenso.
Puede definirse una creencia como la “adhesión a una idea, esto es persuasión de que es
una idea verdadera… la creencia aparecerá… como algo opuesto al saber y, en cierta
medida, a la opinión pero al mismo tiempo como algo que puede fundamentar
inmanentemente la aserción perteneciente a la naturaleza del saber mismo”. La creencia
puede aludir a la “verdad” o falsedad de un objeto o situación, a la valoración del
mismo como bueno o malo o a juzgar una posible acción en relación al objeto o
situación como apetecible o rechazable. Sea cual fuere el contenido de una creencia, la
misma constituye “una predisposición a la acción y una actitud es un conjunto de
predisposiciones para la acción relacionadas entre sí y organizadas en torno a un objeto
o situación”.
a) en el objeto de la creencia, o
b) en otros objetos (individuos o grupos) que toman una posición positiva o negativa
con respecto al objeto de la creencia, o
Quizá sea oportuno aclarar que el término conducta se está utilizando en su más amplia
acepción, es decir, se entiende por conducta cualquier respuesta que un sujeto presenta
ante un estímulo, respuestas que pueden ser fisiológicas, motrices, mentales, o
combinaciones de ellas.
Es muy difícil establecer un límite temporal para decir que una predisposición
constituye una actitud o no llega a merecer tal denominación. Sin embargo, es necesario
dejar claro que aquellas predisposiciones que son momentáneas no son actitudes, es
necesario que presenten alguna estabilidad en el tiempo para que se las juzgue como
tales.
¿Para qué sirven las actitudes? Entre los estudiosos del tema no hay acuerdo respecto a
la respuesta a este interrogante. Quizá puede contestarse diciendo que una actitud se
puede comparar a una teoría científica en miniatura; desempeña funciones parecidas y
tiene parecidos vicios y virtudes. Una actitud, como una teoría, es un cuadro de
referencia, ahorra tiempo, organiza el conocimiento, tiene consecuencias para el mundo
real y está sujeto a los cambios que le imponen los nuevos datos. Una teoría, como una
actitud, es un juicio previo, puede ser selectiva y parcial, tal vez contribuye al
mantenimiento del status quo, posiblemente apasiona cuando es puesta en duda y puede
oponerse al cambio cuando los nuevos datos la fuerzan a ello. En una palabra, una
actitud puede, en mayor o menor grado, actuar como una buena o mala teoría y
dependiendo de la clase de teoría conforme a la cual actúa, la actitud puede servir una
función mejor que otra.
Aunque ciertos autores sostienen que existen algunas actitudes básicas innatas, por
ejemplo el miedo innato a lo extraño, es indiscutible que sea por sucesivas
diferenciaciones de esas actitudes básicas o sea por adquisición de actitudes no
dependientes de ellas, está fuera de discusión que los procesos que posibilitan el cambio
y desarrollo de actitudes son procesos de aprendizaje.
El estudio e investigación realizado, así como los métodos y técnicas y las respuestas
permite revelar los valores, sentimientos y cualidades de los adolescentes y jóvenes en
su relación con el medio ambiente siguiente:
Confieren gran importancia social a las actividades y tareas que se proponen para el
mejoramiento del medio ambiente;
Expresan que en toda profesión debe practicarse la protección del medio ambiente;
Atribuyen un motivo cívico primordial a la actitud favorable del hombre frente el medio
ambiente como un deber con la patria y el Estado;
Consideran la necesidad de asumir la conciencia de la responsabilidad civil y ciudadana,
así como del Estado por la protección del medio ambiente;
Consideran no solo el daño directo que las personas pueden ocasionar al medio
ambiente sino, además, la actitud apática e indiferente de ellos mismos y otras personas
que asumen una conducta indiferente ante las acciones de deterioro de los demás;
Destacan la base y premisa humanística que tiene la relación del hombre, la sociedad y
el medio ambiente, y a pesar de la complejidad de esta relación y unidad, expresan que
es posible el desarrollo con la protección.
Reconocen, aunque no todos, - así se observó _, que la protección del medio ambiente y
las acciones que realizan la hacen como un esfuerzo, como una labor adicional, como un
trabajo voluntario y no como un deber ciudadano y una necesidad de la época
contemporánea;
Expresan con toda seguridad la necesidad de subordinar y concebir, desde los inicios, la
producción y los procesos tecnológicos con la protección;
Los valores son más centrales y estables que las actitudes. Las actitudes reflejan los
valores más relevantes que una persona tiene sobre el mundo y sobre sí misma.
Las creencias están en la base de todo comportamiento, individual o colectivo. Debemos
identificar y desligar las creencias para poder enfrentarnos con el estigma. Es cierto que
las leyes y las políticas refuerzan el estigma, pero también las leyes y las políticas se
originan en una o más creencias. Al examinar las creencias, es muy importante tener
presente que:
(a) las creencias pueden ser conscientes o inconscientes (por ejemplo, las normas
sociales), de hecho, muchas creencias no son conscientes
(c) la tensión relativa de una situación influye en el grado en que las creencias
conscientes se hacen a un lado durante una situación específica, permitiendo que
predominen las creencias inconscientes. Al final del día, la creencia más fuerte es la que
se impondrá.
Antes de definir lo que es valor estratégico hay que definir estrategia. La estrategia es
producto de un acto creador, innovador, lógico y aplicable, que genera un grupo de
acciones coherentes de asignación de recursos y decisiones tácticas. Estas acciones van
encaminadas a lograr que la empresa alcance una posición competitiva ventajosa en el
entorno socioeconómico donde se desenvuelve y mejorar la eficacia de la gestión. El
concepto de estrategia puede definirse, a lo sumo, por dos perspectivas:
La tecnología ayuda a tener mejor producción, en algunos casos puede abaratar los
costos, pero también trae como consecuencias: contaminación, despido masivos de
obreros, costos social alto. Los administradores deberán conocer bien el tipo de
producto que se va a obtener, el proceso, los insumos, etc. para determinar que
tecnología se va a utilizar. Por lo tanto el valor tecnológico es la capacidad de aplicar
todas las herramientas al entorno que nos rodea.
Fue necesario organizar la agricultura sobre grandes áreas para proveer a los habitantes
urbanos. El transporte desde las granjas a las ciudades llegó a ser esencial, así como el
suministro a las industrias de metales y todo género de minerales, piedra, madera para la
construcción de edificios, vehículos, etc. Además, fueron requeridos gran cantidad de
animales domésticos (vacas, cerdos, ovejas, etc.). Las necesidades de las poblaciones
urbanas aumentaron más allá de la simple supervivencia. Así, el hombre urbano se
separó de la vida salvaje, pero esa ligadura ha perdurado siempre oculto en su ser, por
ello siempre que puede abandona temporalmente las grandes urbes y recurre a ese
contacto directo con la naturaleza de donde procede.
Existen áreas más amplias de captación o uso de recursos naturales tales como la
atmósfera o los océanos, en los cuales la utilización por parte del usuario no se
encuentra bajo una autoridad reconocida, esto provoca a menudo que el recurso quede
deteriorado. Aunque cada pescador genera con sus actividades un efecto muy pequeño
en los recursos del océano, el efecto de las actividades de todos los pescadores
amenazaría su existencia. De forma semejante, cada conductor de un automóvil no
poluciona por si solo la atmósfera global, pero todos los automóviles circulando por
todas partes del mundo, contribuyen a que se forme un nivel de polución muy
apreciable. Es aquí, donde se precisa una autoridad reconocida que ejercite el control.
2.3.4 Valores y control de contaminación ambiental
3. Los ciudadanos deben tomar más conciencia del problema, exigir respeto por el
medio ambiente y no contribuir a su deterioro. El aporte de los ciudadanos,
individualmente, puede ser muy grande en algunos aspectos:
· Evitar los ruidos molestos, tanto a nivel de barrio (escapes abiertos, bocinas, música
fuerte) como a nivel doméstico.