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Documento de Prensa

Proceso de Consulta a Pueblos Indígenas

En las últimas semanas han venido sucediendo varios procesos que involucran a los
pueblos indígenas del Perú. Entre ellos podemos mencionar: el Proyecto de
Reglamento de Consulta a los Pueblos Indígenas para las actividades minero
energéticas del Ministerio de Energía y Minas, el “Proceso de consulta” para la
aprobación del Proyecto de Ley Forestal y Fauna Silvestre y la reciente Resolución de
Aclaración de Tribunal Constitucional.

Como respuesta a esta situación, diversas organizaciones de la Sociedad Civil


expresamos algunos elementos que deben tomarse en cuenta para que el Estado
peruano respete los derechos de los pueblos indígenas de conformidad con la
Constitución Política del Perú y los tratados internacionales sobre derechos humanos
que se ha comprometido a respetar, como el Convenio 169 sobre Pueblos Indígenas y
Tribales en países independientes (Convenio 169 de la OIT).

I. En relación al Proyecto de Reglamento de Consulta a los Pueblos Indígenas para


las actividades minero energéticas del Ministerio de Energía y Minas

El Ministerio de Energía y Minas ha publicado el proyecto de Reglamento de Consulta a


los Pueblos Indígenas para las actividades minero energéticas, el pasado 25 de octubre
de 2010, el cual no recoge adecuadamente los principios mínimos señalados en el
Convenio 169 de la OIT ni se ajusta al Dictamen de la “Ley del Derecho a la Consulta
Previa a los Pueblos Indígenas u Originarios reconocido en el Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo” aprobado por el pleno del Congreso de la
República el 19 de mayo de 2010.

La aprobación de un proyecto de reglamentación de procesos de consulta a nivel


sectorial sin que se cuente con una Ley de Consulta que establezca los principios
generales y las entidades que participarán supone el riesgo de proliferación de
reglamentos sin un marco general. De ahí que el Dictamen de Ley de Consulta
pretenda convertirse en el marco legal para la elaboración de reglamentos sectoriales
que garantice el respeto de la institucionalidad indígena, reduciendo el riesgo de
generar regulaciones dispersas y contradictorias. En ese sentido, de aprobarse el
Proyecto de Reglamento aludido antes de aprobarse la Ley de Consulta, aquel podría
contravenir dicha ley, así como también el Convenio 169 de la OIT facilitando la
vulneración de los derechos de los pueblos indígenas.
El Proyecto de Reglamento citado no señala competencia alguna al órgano estatal
especializado de materias indígenas, como sí lo hacía el Dictamen de Ley de Consulta.
Es importante que toda norma referida a la consulta asegure que tales procesos
serán supervisados por la entidad con competencias indígenas y no la autoridad
encargada de la promoción y realización de las actividades extractivas, como lo ha
considerado el Proyecto de Reglamento. Así, dicha autoridad tendrá que señalar si el
proceso de consulta fue adecuado y conforme al Convenio 169 de la OIT.

Asimismo, el Proyecto de Reglamento excluye de la consulta las autorizaciones para la


realización de las actividades de exploración y explotación en el sector de
hidrocarburos (sísmicas, perforación de pozos, entre otros). De igual modo ocurre con
el proceso previo al otorgamiento de la concesión en el sector minero, así como la
aprobación de medidas administrativas como los EIA detallados, EIA Semi detallados,
Declaración de Impacto Ambiental, planes de cierre, proyectos de prefactibilidad y
factibilidad, entre otros, que son susceptibles de afectar los derechos de los pueblos
indígenas u originarios.

Además, los principios de Transparencia y Flexibilidad que incorpora el Proyecto de


Reglamento no son conformes al Convenio 169 de la OIT. El principio de Transparencia
del Proyecto de reglamento señala que sólo los pueblos indígenas deben actuar de
buena fe excluyendo su aplicación a las autoridades estatales. Asimismo, el
establecimiento de 10 días como plazo máximo para la realización de la consulta
contradice el Principio de Flexibilidad pues no toma en cuenta la realidad social,
cultural y económica en la que viven los pueblos indígenas en el país.

Finalmente, consideramos importante que se incorporen los principios señalados en el


Dictamen de Ley de Consulta, como los de buena fe y oportunidad, debiendo
resaltarse que de no realizarse la consulta de forma previa a la medida, ésta devendría
en nula.

II. En relación a la convocatoria de la Comisión Agraria del Congreso de la República


al Proceso de “Consulta” del Proyecto de Ley Forestal y de Fauna Silvestre

El Poder Ejecutivo remitió al Congreso de la República el Proyecto de Ley Nº 4141-


2009/PE Ley Forestal y de Fauna Silvestre que fue derivado a la Comisión Agraria.

El pasado 7 de noviembre de 2010, el Presidente de la Comisión Agraria convocó,


mediante comunicados en los diarios El Peruano y La República, a la población
indígena individualmente u organizada en comunidades, gremios, federaciones, o sus
representantes, a participar de “la consulta previa, libre e informada” del Proyecto de
la Ley Forestal y de Fauna Silvestre. Dicho comunicado señala que ésta se realizaría
durante el presente mes y se haría conforme lo establezca la Comisión Agraria y las
organizaciones indígenas.

Consideramos preocupante que el Congreso de la República, a través de la Comisión


Agraria, pretenda realizar “un proceso de consulta” para discutir el proyecto de Ley
Forestal y de Fauna Silvestre sin haber aprobado antes el Dictamen de Ley de Consulta
que permitiría establecer las pautas generales para realizar un proceso de consulta
apropiado. En ese sentido, de continuar el Congreso de la República con este proceso
sin aprobar el Dictamen de Ley de Consulta, se podría estar creando las condiciones
para una vulneración del derecho a la consulta conforme con el Convenio 169 de la
OIT.

Al respecto, el pasado 9 de noviembre de 2010, la Asociación Interétnica de Desarrollo


de la Selva Peruana (AIDESEP) envió una Carta a la Comisión Agraria del Congreso de la
República expresando su inconformidad con el proceso de consulta que se pretende
iniciar por cuanto no se asegura las condiciones mínimas para realizar el proceso de
consulta al interior de la Comisión. Asimismo, señaló que el tipo de consulta que
respalda AIDESEP es el que se encuentra en el Dictamen aprobado por el pleno del
Congreso de la República el 19 de mayo de 2010.

Como se observa, toda vez que existen varios proyectos de ley que podrían afectar a
los pueblos indígenas y que es necesario proteger sus derechos, urge aprobar la Ley
Marco de Consulta. El no hacerlo no sólo contraviene el Principio de Buena Fe que
debe orientar y regular la actuación del Estado, sino que vulnera el derecho a la
consulta de los pueblos indígenas y al respeto de su institucionalidad.

III. En relación con la reciente Resolución de Aclaración del Tribunal Constitucional


sobre el Derecho a la Consulta

Recientemente el Tribunal Constitucional (TC) publicó la resolución recaída en el


expediente Nº 06316-2008-AA Aclaración en la que se establece de forma grave y
escandalosa que el derecho a la consulta sólo será exigible a partir de junio del 2010.,
es decir a partir de la sentencia Nº 00022-2009-PI/TC.

En la referida aclaración, el TC fundamenta la vigencia del derecho a la consulta en la


seguridad jurídica y en que ha habido dificultades para hacer un desarrollo
legislativo de la ley de consulta. Esto resulta una contradicción escandalosa por
cuanto antes el TC había señalado que la falta de norma de desarrollo legislativo no
suspende ni limita la fuerza normativa de la Constitución.

El TC a través del recurso de aclaración no puede cambiar la fecha de la entrada en


vigencia de los tratados internacionales de derechos humanos establecida en la
Constitución. El hacerlo, contraviene lo dispuesto en los artículos 56 y 57 de la
Constitución que señalan que los tratados internacionales de derechos humanos
entran en vigencia desde su ratificación. Asimismo, viola el artículo 38 del Convenio
169 de la OIT y los artículos 26 y 27 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados.

En definitiva, el TC ha asumido funciones que no le corresponden. El TC olvida lo


señalado en el artículo 46 de la Constitución: “Nadie debe obediencia […] a quienes
asumen funciones públicas en violación de la Constitución y de las leyes. […] Son nulos
los actos de quienes usurpan funciones públicas”. Los jueces deberán meditar mucho
sobre esta resolución, pudiendo en base a las consideraciones antes señaladas
inaplicarla.
Lima, 16 de noviembre de 2010.

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