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Voy a calentarme las manos en tu piel

Para nunca más tenerlas frías,


Para que mi corazón se caliente
Y mis palpitaciones sean sólo mías.

Que no venga cualquier valiente


A soltarme zalamerías
Que se convierten en pura hiel
Cuando pasan unos días.

Y recuerdas con melancolía esa miel


Que prometían sus poesías
Y que en sus labios aun caliente
Ahora quizá no probarías.

Voy a castigar tu acto infiel


Dándote a probar porquerías
Con las que te haces el valiente
Aunque entre sábanas llorarías

En tus ojos un pañuelo de serpiente


Que con tus lágrimas empaparías
Mientras la cera ardiendo sobre tu piel
Abrasa zonas que jamás enseñarías.

Y en tu boca amargarán a hiel


Desde la garganta hasta las encías
Mientras juras ser obediente
Si termino pronto con tus agonías.

Y no era mi intención ser hiriente


Al compartir mis manías
Parece que lo que vendiste como miel
Sólo eran fantasías.

Lo siento, querido, se paciente


Se que me odiarías
Si te dejo seguir siendo infiel
Sin finalizar aquello que sugerías.

Sólo disfruta Gabriel


Podrás presumir de lo que decías
Temiendo a la serpiente
De la que tu mismo te reías.

Haz lo que diga, se obediente


Y no necesitarás cirugías;
Esto más que miel, es remiel
Ni tu la rechazarías.

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