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RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN sus ojos, en los ojos muertos.

(1905-1974) No debe tener esqueleto


el enano de Sarrasani
El violín del diablo (1926) que bien parece un amuleto
de la joyería Escasany.
¡Salta la cuerda, sáltala
“Nací en Buenos Aires el 29 de de marzo de 1905. Casi ojos de rata, cara de clown!
niño, anduve por ahí aprendiendo a querer mi ciudad y salí Y el trala-trala, trálala
a otros caminos. Aquí, en Santa Fe y en Montevideo, fueron ritma en tu viejo corazón.
escritos los apresurados versos del Violín del diablo. Estampas, luces, musiquillas.
Tengo en preparación: Don Juan de las Casas Blancas y Misterios de los reservados
un viaje a Europa. Tuve algo que ver siempre con donde entrarán a hurtadillas
acreedores y malandrines. Estoy trabajando en algunos los marinos alucinados.
poemas criollistas que me dieron losa aires riojanos. A Y fiesta, fiesta casi idiota
fuerza de sufrir por esos caminos me hice optimista. esa y tragicómica y grotesca.
mujer que pasa, mi plato en El Puchero Misterioso, y ese -¡Pero otra esperanza remota
vendedor de globos y aquel vaso de vino me reconcilian a de vida miliunanochesca!...
cada rato con la vida. Ojalá se reconcilien conmigo los
lectores.” V
(En Exposición de la actual poesía argentina, de Pedro ¡Qué lindo es ir a ver
Juan Vignale y César Tiempo, Ed. Minerva, Bs. As., 1927. la mujer,
Citado en la antología de Raúl González Muñón realizada la mujer más gorda del mundo!
por David Viñas, Ed. Inst. Mov. Fondos Coop. Bs. As., Entrar con un miedo profundo
1992) pensando en la giganta de Baudelaire.
Nos engañaremos, no hay duda,
si desnuda, nunca muy desnuda,
si barbuda, nunca muy barbuda
Eche veinte centavos en la ranura será la mujer.
Pero ese momento de miedo profundo..
I ¡Qué lindo es ir a ver
A pesar de la sala sucia y oscura la mujer
de gentes y de lámparas luminosa, la mujer más gorda del mundo!
si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura. VI
Y no ponga los ojos en esa hermosa -Y no se inmute, amigo, la vida es dura,
que frunce de promesas la boca impura. con la filosofía poco se goza.
Eche veinte centavos en la ranura Eche veinte centavos en la ranura
si quiere ver la vida color de rosa. si quiere ver la vida color de rosa.
El dolor mata, amigo, la vida es dura,
y ya que usted no tiene hogar ni esposa
eche veinte centavos en la ranura
si quiere ver la vida color de rosa. Música de los puertos

II Música de los puertos siempre igual


Lamparillas de la kermese, y distinta.
títeres y titiriteros. Bandera con iguales colores
Volver a ser niño otra vez para todos los ojos
y andar entre los marineros iguales y distintos.
de Liverpool y de Suez. Proa de la esperanza. Jugo de nostalgia.
Enamorada de todos los caminos.
III Mujer. Entregadiza y sabia.
Teatrillos de utilería. Te estiras a lo largo de los muelles
Detrás de esos turbios cristales o entras en los recovecos de las almas.
hay una sala sombría: Inclinas tu cansancio en las tabernas
Paraísos artificiales. o te cuelgas de las ventanas
huérfanas de pedazos de cielo
IV en la desesperanza.
Cien lucecitas. Maravilla Música de los puertos siempre igual
de reflejos funambulescos. y distinta.
-¡Aquí hay mujer y manzanilla! Políglota. Tus velas
-¡Aquí hay olvido, aquí hay refrescos! se izaron a los vientos más extraños.
Pero sobre todo, mujeres Patio sonoro, evocador y bueno
para los hombres de los puertos, para los hombres que no saben patios.
que prenden como alfileres No tienes ni cabellos ni manos.
Eres sonido nada más. La cocaína anda en cajas de cerillas…
Entras despacio, convincente. -¡Pero el tango es falso y cobarde!
Avivas el fuego de una pipa Lo han arrancado del fogón
y desarrugas una frente. -herida roja de la noche
Música de los puertos. como el crepúsculo en la tarde-
Muchas y una. que reúne bajo la parra
Pirata que te robas los espíritus al calor de la comunión
y los llevas de un muelle hacia otro hembras y hombres; en el derroche
(muelle. de espíritu de la guitarra
Faro invisible y guiador de oídos. que le han quitado
Rompes un ademán o apagas un -tal la melena al león-.
(cuchillo, Y como al campo, lo han vestido
o transformas una blasfemia en con alambrado.
(padrenuestro. Tiene miradas de hombre huido
Ya vengas tormentosa y lúgubre el tango. Lo trajearon
o ya pierdes tu tono siniestro. de apache de lujo
y estilizando su desdibujo
le colgaron
falsas sonajas y cintillas.
Maipú Pigall Le robaron el espontáneo
calor. Es música de subterráneo…
A Ricardo Güiraldes, en el año -El sexo por el sentimiento,
de Don Segundo Sombra el revólver por la cuchilla,
la alfombra por el campo abierto-.
I Está encerrado en una caja
Los rincones el tango.
se esconden en los espejos. Está roto. Está muerto.
Amenaza en los entrecejos. El frac es una mortaja.
Estiran a lo largo de los salones,
los bandoneones V
sus ritmos cansados y viejos. El bandoneón, hebra por hebra
Y suena el gong de las pasiones. desenrosca la madeja larga.
Bailarines de figurín,
II no quieren la bebida amarga
Ensayo de gesto compadre. y suplantan a la ginebra
Hay un París falsificado. con el elegante pipermint.
Esa mujer que va a ser madre Ya no corren, el cuento, el mate,
esconde el vientre combado. la leyenda del lobisón…
Vaho de calentador Ahora un negro de chocolate
prostibulario. Un olor baila un fox-trot de salón.
a polvo de arroz barato. El tango va de mano en mano
La cocaína es puro bicarbonato. como cocotte. Su corazón
Desolador de viejo ritmador de pechos
servilismo del tango, que pasa el plato... en el humorismo del piano
es un polichinela deshecho…
III
Nostalgias de Filipinas- VI
el negro del banjo enseña Ya no es la China. Ahora es Colette.
carcajadas marfilinas Se arquea, se dobla, se da.
a la seriedad porteña. El tango es un cabaret
Nuestro tango se ha dormido, -como un arado en la ciudad…-.
y recoge en su instrumento
el del pistón, todo el ruido
de la calle en movimiento.
Candiles moribundos
IV
Vuelve otra vez el tango, en brazos I
del largo ritmo cadencioso Y tenía los ojos quietos como paisajes.
del bandoneón, que a grandes trazos Y una muerte de risas y una ausencia de
garabatea figurillas (encajes,
arqueadas pero que no veían los hombres de las
en el venenoso (costas.
vaho; en las bocas pintadas Había gentes extrañas en las salas
y en las caras como mascarillas. (angostas.
Y tenía los ojos quietos como paisajes. sonoro y unas barcas brujescas y
(livianas.
II Cien espasmos, cien vidas y cien danzas
Sugerían murciélagos los ángulos (paganas
(oscuros y la mitología soberana del mar.
y viscosas serpientes invisibles los
(muros. IV
Buitre de ojos de fuego era el viejo La aurora hirió el postigo, alevosa y
(candil. (cruel.
En los estremecidos cristales ahumados, Con ella entró una rota risa de cascabel
otras gentes extrañas, otros rostros y un fracaso de sol en los labios
(gastados, (resecos…
otros rostros gastados de viejo marfil. Los ojos de la Turca se apagaron y
Mi nostalgia bebía el olvido en un vaso. (como
¿Qué tenía mi cara de muchacho payaso un grotesco muñeco con cabeza de
y mis negros y húmedos ojos (plomo
(alucinados? salí por los pasillos, me di a los
Los suyos eran quietos, fríos y (recovecos.
(fantasmales;
los suyos eran quietos, quietos como Ahorcados en los trémulos candiles
(cristales. (moribundos
…Fuimos por los pasillos turbios, semi- han quedado mis sueños locos y
(borrados (fantasmales.
por lápices de sombra. Y las extrañas Ah, pero sin embargo se reían del
(gentes (mundo,
contraían las bocas y sonaban los los ojos de la Turca, fríos como puñales.
(dientes
y extendían los miembros temblorosos y
(fríos.
Se oía una que otra exclamación amarga
que el eco hacía larga, tímidamente Miércoles de ceniza (1928)
(larga.
Yo estaba en la trastienda de los
(escalofríos. Poema para la virgencita del teatro Cervantes
Y de pronto la sombra nos dio un golpe (de (Escrito por encargo de mi querida)
“furca”…
…¡entonces sí, brillaron los ojos de la Ruega por mí, que tengo pasta de santo (y
(Turca! de bandido.
Entramos en la alcoba. Una amarilla luz Mi corazón es tierno como un niño
temblaba sus caducas pretensiones de (dormido.
(astro Ruega por mí, que tengo alma de
y los dos nos tendimos en el sucio (evangelista,
(camastro sangre de aventurero.
con los ojos abiertos y los brazos en ¡Ruega por mí, que nunca tuve un
(cruz. (smoking!
De repente brillaron unos raros ojillos,
luego dos manos flácidas –pájaros Por mí que heredé el perro de Carlitos
(amarillos- (Chaplin
salieron lentamente de un ángulo del y amo las altas torres florecidas de
(techo (trinos
trayéndonos dos pipas con dos rojas y creo en Norte América del “espiritual
(estrellas. (negro”
Las tinieblas vinieron y nos fuimos con y en la voz de los órganos,
(ellas. y en el cinematógrafo, y en el box, y en
Murciélagos de sombra cubrieron (ti.
(nuestro lecho…
Hoy quiero ser creyente y llegar a tu
III (lado
Y después… Una larga procesión apartando la gente y apartando la rima, (y cantarte
(milagrosa… con una
Una ascensión divina… Una voz tan simple y tan alta como la de la
(maravillosa (luna.
variedad de colores mágicos. Un bazar
Ni damas ataviadas ni autos alucinantes,
ni la luz de los focos que aplastan el y me digo que es preferible el olvido,
(asfalto; y que desde mañana borracho todos los
nunca fustiga el viento tu grandeza (días
(minúscula, seguiré eludiendo las adiciones
tu lucecilla humilde que aman los y hablando mal de los funcionarios,
(elementos y borracho pasaré por tu puerta
como los piratas aman a las mascotas. con la nariz roja
y la esperanza muerta.
Eres la cruz de luz,
el retrato de mi madre de luz, Me iré a Zapala o a París –que lo mismo
un gran perdón de luz, (da-
boquete abierto en una esperanza de conozco toda mi patria y pobre como un
(cielo, (chingolo,
sin reglamentos y con pájaros pintados. travieso chiquilín de mi ciudad
que suena el saxofón reo de la flauta de
Quiero creer, dulcísimo señora, aún más (Bartolo,
(breve hago un corte de manga a la solemnidad
que el zapatito de la Cenicienta, y a la respetabilidad.
que una pequeña felicidad me espera
cuando haya traspuesto el umbral La vida para mí
(luminoso es un siempre partir y un poco quedar,
del último poniente, y para el tren que me ha de llevar
y que desprecias a los burgueses no tomaré boleto y al guarda le diré:
y a los jurados del municipio -¡Epa, epa! Así es la vida.
que por la noche pinchan los globos de
(los niños.

Me he despertado anoche reclamando a


(mi madre.
Sólo el viento respondió
con su eterno arrastrar de papeles
(inútiles,
de esos que arrojan al alba los filósofos.

En tu encrucijada convergen todas las


(perspectivas
y eres la inmensa luz de Buenos Aires (en
una lamparita
que nada tiene que ver con la CHADE.

Siento esa luz en mi alma, tal como a ti (en


el mundo.
Cuando el del Barber Shop, junto con el
(sol,
cuelga su distintivo de latón,
todavía
tu luz
brilla
en mi
corazón.

Sale a las 8 de la noche

Afuera las canillas gotean el silencio.


Pienso en mi juventud desenfrenada
-como dicen los burgueses a la espera (de
los hijos
bajo las colchas sucias del matrimonio,
por donde cuela
su luz la luna más barata del mundo-.
Me importa un pito y apago la lámpara,
que echa un terrible olor menstruando
(humo renegrido

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