Un semiconductor extrínseco es aquel en el que se han introducido pequeñas
cantidades de una impureza con el objeto de aumentar la conductividad eléctrica del material a la temperatura ambiente. A este proceso se le conoce como dopado. Así, por ejemplo, el número de portadores negativos (electrones) puede aumentar si se dopa el material con átomos de un elemento que tenga más electrones de valencia que el que compone dicho material semiconductor. El nivel de dopado no debe de ser muy alto (1 átomo por cada 10 9 átomos del material de partida) para que sea efectivo.
Los semiconductores extrínsecos contienen impurezas. Si en una red cristalina
se introducen átomos de impureza, aparecen estados de energía o bandas auxiliares en el interior de la banda prohibida. Estos nuevos niveles contribuyen a la conducción. Para obtenerlos se recurre al dopage o impurificación del semiconductor (por métodos de difusión o epitaxiales) con elementos pentavalentes o trivalentes. La presencia de estas impurezas se traduce en le aumento del número de portadores de carga.
Los semiconductores intrínsecos son puros, en los que la conducción se debe
al aumento de electrones en la banda de conducción originado por la temperatura. Los portadores de carga son los electrones y los huecos. Los semiconductores intrínsecos no presentan impurezas en su estructura, y están constituidos únicamente por el elemento tetravalente semiconductor (del grupo IV de la tabla periódica): silicio o germanio puro.