En este caso, tenemos a una paciente mujer de 36 años. Su PA, pulso y FR se
encuentran dentro de los rangos normales, sin embargo presenta fiebre. A esto se le suma que presenta disuria y polaquiuria.
Al realizarle exámenes auxiliares, encontramos que presenta piocitos en su orina
y con un estudio radiográfico se observa un cálculo en el uréter derecho y agenesia de riñón y vías urinarias izquierdas. Los piocitos nos indican a pensar que esta mujer presenta una infección de vías urinarias. Esta infección es la que compromete la elevación de la temperatura corporal, ya que se liberan citoquinas proinflamatorias como IL-1, IL-6, IL-12 y el TNF. Teniendo en cuenta que esta paciente no presenta riñón ni vías urinarias izquierdas y que presenta un cálculo en el uréter derecho (probablemente en el estrechamiento pieloureteral o ureterovesical) podemos apreciar que presenta disuria y polaquiuria.
Teniendo en cuenta que la inervación sensitivo-somático de los uréteres
proviene del plexo hipogastrico (T11-L2) y de los nervios sacros; y pensando en que el cálculo pueda ubicarse en el estrechamiento pieloureteral (aunque no lo menciona la historia, sería necesario saberlo), ya que es el de menor diámetro y el más difícil de atravesar. Consideramos que el dolor lumbar se debe a que la presencia del cálculo comprime estos nervios, por lo que el dolor se apreciará en sus dermatomas (la región lumbar e inguinal). Esta compresión de los nervios también explica la disuria.
La polaquiuria se debe probablemente que debido a la reacción infecciosa puede
haber lesionado la pared de la vejiga (la mucosa vesical), lo que provoca una disminución funcional. Además la compresión de los nervios también puede estar alterando el reflejo miccional. Especialmente los receptores sensitivos de distensión que se conducen por los nervios sacros y que vuelven por fibras parasimpáticos.