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máxima libertad de movimientos, con una elevada rigidez y con una mínima masa a
desplazar. Es decir, conseguir unas altas características dinámicas de máquina. La mejora de
dichos aspectos debe llevar, como resultado final, a una mayor velocidad de mecanizado y a
una mejor precisión y acabado, conduciendo a un aumento de la productividad, tanto por el
menor tiempo de mecanizado como por la disminución de procesos de acabado.
Frente a esa facilidad en el control, las máquinas con una configuración en serie
presentan la desventaja de que cada eje deba soportar carga en todas las direcciones, además
de soportar y mover los ejes que van montados sobre él. Esta característica conduce a una alta
masa a mover y por lo tanto a unas bajas características dinámicas de máquina. Esto se hace
especialmente patente en grandes máquinas.
Hoy en día dicho costo ha sufrido una espectacular reducción y están apareciendo
otras aplicaciones, especialmente en el mundo de la máquina herramienta. Las primeras de
estas aplicaciones introdujeron el concepto de “Hexápodo”, derivado del tipo de arquitectura
paralela utilizada; la base de la máquina se encuentra ligada al cabezal mediante seis brazos,
los cuales mediante la variación de su longitud consiguen la orientación exigida en la
herramienta.
* Menor inercia
* Menor costo
de control no lineal
Entonces el sistema está formado por dos partes, el blanco o pieza y el electrodo, que
son sumergidos en un líquido aislante dieléctrico. Tanto la pieza como el electrodo son
conectados a la fuente de corriente. A medida que ambas piezas se acercan la tensión
comienza a ser mayor (efecto capacitivo) hasta vencer el aislamiento produciendo una ruptura
del dieléctrico y como consecuencia una chispa de temperatura controlada. Donde este
chispazo pega el metal es calentado a altísima temperatura muy rápidamente causando la
evaporación del mismo. Se sucederán innumerables chispas que gradualmente producirán la
forma deseada en la pieza de metal copiando la forma del electrodo (el cual tendrá que ser
resistente a la evaporación a la temperatura de ruptura, deberá tener un desgaste mucho menor
que el material que se pretende erosionar).
El grafito es el material más comúnmente usado para fabricar los electrodos. Son
fácilmente mecanizables y conducen la electricidad, mientras que no tienen un desgaste muy
violento (no se evaporizan). Otros materiales para el electrodo pueden ser: Cobre, Aleación de
Cobre-Tungsteno, Latón, Carburo de Tungsteno y Tungsteno puro.
Además, este proceso crea una serie de residuos que son barridos por el dieléctrico (de
ahí la necesidad del filtrado).
El mecanizado por láser aporta una cantidad de energía mucho mayor por superficie, y
volatiliza el material de la pieza a mecanizar.
* El haz del rayo láser tiene un diámetro muy pequeño, por tanto se pueden realizar
figuras con este radio y a cualquier profundidad.