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A
Aperitivo, entrante, plato principal, guar-
nición, postre y café con dulces tradicio-
nales. Así suele estar formado un menú
navideño, y algunas personas incluso
añaden un segundo plato. La cantidad
de grasas que se ingieren en una sola
comida puede llegar a ser equiparable
a la que nos aporta un menú diario
saludable, por lo que parece inevitable
¡! Turrones, polvorones,
bombones y
mazapanes hacen que
que al inal de las iestas nuestro cuerpo
y nuestra igura se vean resentidos por
la ingesta de tantas calorías. La solu-
ción es sencilla: debemos moderar las
nuestra dieta multiplique cantidades de comida, intentar que los
sus calorías en Navidad. alimentos sean lo más ligeros posible y
compensar en la cena lo que comemos
el mediodía (o viceversa).
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