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ISSN 1989-4716

REFLEPSIONES
Revista de Psicología

Nº 23 Octubre 2010
DIRECTORA
Dª. Amelia Catalán Borja Sumario Página
Psicóloga

REDACTOR JEFE
PUBLICADO EN EL BLOG REFLEPSIONES
D. Luis Aparicio Sanz
Psicólogo

COMITÉ DE REDACCIÓN Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad


Dª. Amparo Puig Ricart (TDHA)
Psicóloga

Dª. Beatriz Sarrión Soro


Amelia Catalán Borja 4
Psicóloga

D. Juan José Calvo Cases


Médico Técnicas de terapia de conducta basadas en la
información
INFORMACIÓN
Esta revista pretende recoger Luis Aparicio Sanz 7
noticias, comentarios, artículos,
etc., relacionados con la psicología,
intentando informar tanto a
profesionales, como a pacientes y Establecer normas
público en general. La mayoría del
contenido corresponde a entradas Beatriz Sarrión Soro 9
publicadas en el blog Reflepsiones.

Para cualquier tema relacionado


con esta publicación puede dirigirse
al siguiente correo electrónico: Curso de Terapia de Aceptación y Compromiso
reflepsiones@gmail.com
Luis Aparicio Sanz 11
AVISO
La información contenida en esta
revista no reemplaza a la relación ¿Qué es el estrés?
con su médico o profesional
sanitario.
Amelia Catalán Borja 12
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Niños con baja tolerancia a la frustración

Beatriz Sarrión Soro 16

ISSN 1989-4716 SOBRE LOS AUTORES 20

REFLEPSIONES Nº 23 Octubre 2010 2


PUBLICADO EN EL
BLOG REFLEPSIONES

REFLEPSIONES Nº 23 Octubre 2010 3


Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad
(TDHA)
Amelia Catalán Borja

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDHA), está caracterizado


por tres síntomas principales:

 Falta de Atención.
 Hiperactividad.
 Impulsividad.

Es uno de los trastornos más importantes dentro de la etapa infantil, constituyendo


cerca del 50% de las consultas pediátricas. También uno de los principales motivos
de consulta en los centros psicopedagógicos.

Es un trastorno crónico que puede cambiar sus manifestaciones desde la infancia


hasta la edad adulta. Persiste en los adultos en un 50-80 % de los casos.

Un tratamiento precoz, ayuda mucho, tanto a los padres, como a los niños que sufren
este problema. Entender el problema, es entender al niño.

Los síntomas deben haberse iniciado antes de los siete años, contar con al menos la
duración de al menos 6 meses y no deberse a otras causas como un trastorno afectivo
grave transitorio, un retraso mental grave y/o profundo o una esquizofrenia.

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Se les suele identificar como niños que les cuesta concentrarse o controlar su
movimiento e impulsos.

Quienes evalúen, traten, enseñen y cuiden a niños, adolescentes o adultos con TDHA
necesitan apreciar y comprender la complejidad de estos trastornos y sus
comorbilidades.

El manejo positivo y constructivo de los niños que presentan este trastorno es muy
importante. En la mayoría de los casos estos niños tienen problemas de autoestima.

Se considera imprescindible para el abordaje del TDHA la necesidad de una


cooperación estrecha entre padres, pacientes y escuela.

Estos niños son tachados de vagos y distraídos y pasan los años hasta que se detecta
esta patología. La mayoría de los casos no llegan a consulta hasta los 8 o 10 años. El
abordaje debe ser multidisciplinar.

Algunos niños sufren un retraso evolutivo durante los primeros años de vida, que
puede indicar la presencia de ciertas dificultades en el aprendizaje temprano.

Cerca del 70% de los niños en edad escolar y diagnosticados con TDHA, presentan
dificultades en el aprendizaje de lectura o las matemáticas.

Los niños con una seria incapacidad para mantener la atención llevan asociados, en la
mayoría de los casos, problemas en el aprendizaje que se traducen en dificultades
académicas, y estas frecuentemente, en problemas de conducta, ya que los niños se
sienten frustrados.

Se sitúa este trastorno en un 3-10% de la población infantil, en niños es más frecuente


que en niñas.

ETIOLOGÍA

 Su origen no se conoce del todo, se considera multicausal. Considerándose


causas biológicas que interactúan entre sí, con otras variables ambientales
(tanto de tipo biológico como psicosocial).

 Factores:

Biológicos: Destacan durante la gestación y prenatales, perinatales, consumo


tabaco, alcohol, uso de drogas de la madre durante el embarazo, mala salud
materna, edad fetal postmadura, parto prolongado, distres fetal, bajo peso al
nacer, hemorragias preparto.

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Psicosociales: Problemas de pareja, clase social baja, familia amplia,
criminalidad paterna, trastorno mental materno.

Genéticos: El riesgo de padecer el niño el trastorno si lo tiene uno de los


padres es del 57%. En estudios de neuroimagen y de neurotransmisores, en
los adultos, se aprecian daños en el lóbulo frontal del cerebro.

Alimenticios: Colorantes alimenticios afectan a la aparición y desarrollo de


este trastorno.

 El 25 % de los niños hiperactivos son hijos de padres con este problema.

 El factor genético es determinante en el trastorno.

 El 5% de los menores sufren esta patología, es más frecuente entre los


varones.

 Estudios recientes en neurociencia provistos de neuroimagen, parecen ratificar


el arraigo orgánico del síndrome. Herencia biológica.

Fotografía: http://www.flickr.com/photos/ladydragonflyherworld/4121725243/

Citar como:
Catalán, A. (2010). Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDHA). Reflepsiones
[Revista electrónica], (23), 4-6. Disponible en: http://stores.lulu.com/reflepsiones [Consulta:
FECHA DE CONSULTA].

Blog: http://medicablogs.diariomedico.com/reflepsiones/

Revista: http://stores.lulu.com/reflepsiones

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Técnicas de terapia de conducta basadas en la
información
Luis Aparicio Sanz

Todos los días, gracias a los


medios de comunicación
actuales (sobre todo Internet), se
mueve gran cantidad de
información por todo el planeta.
Pero la información también
puede utilizarse como técnica de
terapia de conducta. En este
sentido, Cobos y Gavino (2006)
indican que son tres las técnicas
de terapia de conducta
basadas en la información:

Biblioterapia: dar bibliografía sobre el tema problemático para conocerlo y


comprenderlo mejor, ayudando de esa forma a la resolución del problema. La
bibliografía debe ser sencilla de leer, completa pero breve y no excesivamente técnica.
Los pasos para su aplicación son:

 Selección adecuada del documento.

 Entrega del documento.

 Debate sobre el documento.

Información: proporcionar información sobre algún tema determinado. Se utiliza


cuando la falta de información es la causa de que no se lleven a cabo determinadas
conductas o no se actúe adecuadamente en determinadas situaciones. Los pasos
para su aplicación son:

 Determinar qué información se le ha de proporcionar al cliente.

 Informar al cliente de forma clara, concisa y sencilla.

 Pedir feedback al cliente para comprobar que entiende correctamente la


información.

 Si se considera oportuno, se le proporcionará la información por escrito.

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Orientación: proporcionar instrucciones precisas sobre cómo actuar ante
determinadas situaciones. Se utiliza cuando la persona necesita instrucciones
concretas para poder realizar una actuación que no pone en práctica debido a su falta
de información al respecto. Los pasos para su aplicación son:

 Determinar claramente cuándo habrán de ser puestas en práctica cada una de


las instrucciones.

 Operativizar las instrucciones. Han de ser claras, concisas y sencillas.

 Pedir feedback al cliente para comprobar que ha comprendido las


instrucciones, así como para valorar la disponibilidad para llevarlas a cabo.

 Proporcionar las instrucciones por escrito.

Teniendo en cuenta la facilidad con la que actualmente accedemos a una enorme


cantidad de información, en relación con la utilización de dicha información como
terapia de conducta, el terapeuta tiene una importancia esencial puesto que tendrá
que extraer de ese maremágnum de información aquello que considere que puede
ayudar al paciente a solucionar su problema. En muchas ocasiones, sin esa ayuda, el
paciente es posible que seleccione información que, en lugar de ayudarle, puede
confundirle más. Es decir, a veces el exceso de información imprecisa o poco seria
puede llegar a desinformar. Para darnos cuenta de esto, sólo tenemos que navegar un
poco por Internet para ver que, por ejemplo, en el caso de la hipnosis, a pesar de la
gran cantidad de información fiable que podemos encontrar, siguen proliferando
páginas web, foros y blogs que fomentan la desinformación a base de difundir los
mitos que siguen habiendo sobre la hipnosis.

Referencia bibliográfica:

Cobos, P. y Gavino, A. (2006). Técnicas basadas en la información. En A. Gavino


(Coord.), Guía de técnicas de terapia de conducta (pp. 13-21). Madrid: Pirámide.

Fotografía: http://www.flickr.com/photos/ajleon/3707104088/

Citar como:
Aparicio, L. (2010). Técnicas de terapia de conducta basadas en la información. Reflepsiones
[Revista electrónica], (23), 7-8. Disponible en: http://stores.lulu.com/reflepsiones [Consulta:
FECHA DE CONSULTA].

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Establecer normas
Beatriz Sarrión Soro

A veces, nos resulta difícil conseguir


que nuestros hijos respeten una
serie de normas en casa porque o
bien somos demasiado exigentes o
bien somos demasiado permisivos.
Existen algunos consejos que
podemos tener en cuenta a la
hora de establecer normas:

 Las normas deben ser pocas,


claras, bien definidas y
repetidas. En algunos casos,
puede ser necesario poner
algunas de las normas en un
lugar visible como
recordatorio.

 Simplifique las reglas de la


casa. Explíquele cada una y
anótelas en una lista. Anote
qué ocurrirá cuando las
reglas se cumplan y cuando se rompan.

 Las normas deberán ser avisadas de antemano. El niño deberá ser consciente
de las consecuencias que puede traerle su conducta.

 Elogiar si obedece las normas. Es importante reforzar positivamente el acto de


obedecer o la aproximación a lo que se le pide.

 Evitar dar varias órdenes a la vez. Para un niño es difícil recordar varias
indicaciones a la vez. Pídale que haga las cosas paso a paso, dándole las
indicaciones de una en una, a medida que vaya finalizando cada tarea.
Primero, apaga la televisión, segundo ve a tu cuarto a coger el material, etc.

 Se aplicará la norma una vez que estemos seguros de que el niño atiende y la
entiende. Hable mirando a los ojos. Dígale con voz clara y calmada lo que
desea, en oraciones sencillas y cortas. Pídale que repita en voz alta lo que
tiene que hacer, sólo así se asegurará de que le ha escuchado mientras
hablaba y que le ha entendido bien.

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 En el caso de que no obedezca, le daremos un breve período en el que tenga
la opción de corregirse. Por ejemplo, te dije que arreglaras tu habitación y no lo
has hecho, si en 15 minutos no está ordenada, no verás tu programa favorito.

 La consecuencia por no cumplir la norma debe ser aplicada, si es posible, en


un breve espacio de tiempo tras la mala conducta y sistemáticamente. Se
anunciará de forma breve, sin entrar en discusiones. Sin sermones ni voces.

 Deberá explicársele breve y calmadamente al niño el por qué de ese castigo.

 Es importante a la hora de establecer normas, tener en cuenta, que debemos


adaptarnos a las posibilidades del niño. No debemos pedirle cosas que son
imposibles, como que estén siempre quietos y atentos.

Bibliografía:

López Villalobos, J.A., Andrés de Llano, J.M. y Alberola López, S. (2008). Trastorno
por déficit de atención con hiperactividad: orientaciones psicoeducativas para los
padres. Revista Pediatría de Atención Primaria, 10(39), 513-531.

Fotografía: http://www.flickr.com/photos/yassef/190011943/

Citar como:
Sarrión, B. (2010). Establecer normas. Reflepsiones [Revista electrónica], (23), 9-10.
Disponible en: http://stores.lulu.com/reflepsiones [Consulta: FECHA DE CONSULTA].

Blog: http://medicablogs.diariomedico.com/reflepsiones/

Revista: http://stores.lulu.com/reflepsiones

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Curso de Terapia de Aceptación y Compromiso
Luis Aparicio Sanz

© Centre de Psicologia Clínica i Formativa

Los días 8 y 9 de octubre, la Dra. Carmen Luciano Soriano impartió un curso de


Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) en el Centre de Psicologia Clínica i
Formativa de Valencia (España). Puede verse un vídeo con la presentación del citado
curso en: http://www.youtube.com/watch?v=1OQ869x9_Sk

La Dra. Carmen Luciano es catedrática de Análisis y Modificación de Conducta en la


Universidad de Almería; dirige el grupo de investigación de Análisis Experimental y
Aplicado del Comportamiento y el Proyecto de Investigación en ACT en esta misma
universidad, siendo autora de varios libros y numerosos artículos en el ámbito
experimental y de la clínica psicológica, entre ellos el primer libro de casos de ACT en
lengua castellana; ha sido pionera en la introducción y formación en la Terapia de
Aceptación y Compromiso en España. También forma parte del equipo del Instituto
ACT de Madrid (España), formado por “docentes, investigadores y especialistas en
psicología clínica con una amplia experiencia en investigaciones en el análisis
funcional del lenguaje y su aplicación en diferentes ámbitos de la psicología”, siendo
“pioneros en la introducción en España del Modelo de la Terapia de Aceptación y
Compromiso y pioneros en la investigación básica y aplicada en torno a esta terapia”.

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¿Qué es el estrés?
Amelia Catalán Borja

El término estrés proviene de


la física y la arquitectura y se
refiere a la fuerza que se
aplica a un objeto, que puede
deformarlo o romperlo. En la
Psicología, estrés suele
hacer referencia a ciertos
acontecimientos en los
cuáles nos encontramos con
situaciones que implican
demandas fuertes para el
individuo, que pueden agotar
sus recursos de
afrontamiento.

La definición del término estrés ha sido muy controvertida desde el momento en que
se importó para la psicología. El estrés ha sido entendido:

 como reacción o respuesta del individuo (cambios fisiológicos, reacciones


emocionales, cambios conductuales, etc.).

 como estímulo (capaz de provocar una reacción de estrés).

 como interacción entre las características del estímulo y los recursos del
individuo.

En la actualidad, este último planteamiento, se acepta como el más completo. Así


pues, se considera que el estrés se produce como consecuencia de un desequilibrio
entre las demandas del ambiente (estresores internos o externos) y los recursos
disponibles del sujeto. De tal modo, los elementos a considerar en la interacción
potencialmente estresante son: variables situacionales (por ejemplo, del ámbito
laboral), variables individuales del sujeto que se enfrenta a la situación y
consecuencias del estrés.

El estrés puede ser definido como el proceso que se inicia ante un conjunto de
demandas ambientales que recibe el individuo, a las cuáles debe dar una respuesta
adecuada, poniendo en marcha sus recursos de afrontamiento. Cuando la demanda
del ambiente (laboral, social, etc.) es excesiva frente a los recursos de afrontamiento
que se poseen, se van a desarrollar una serie de reacciones adaptativas, de

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movilización de recursos, que implican activación fisiológica. Esta reacción de estrés
incluye una serie de reacciones emocionales negativas (desagradables), de las cuáles
las más importantes son: la ansiedad, la ira y la depresión.

Ansiedad y estrés

Muchas veces ansiedad y estrés se usan como sinónimos, entendiendo en ambos


casos un mismo tipo de reacción emocional, caracterizada por alta activación
fisiológica. Sin embargo, existen tradiciones diferentes a la hora de estudiar ambos
fenómenos. El estrés es un proceso más amplio de adaptación al medio. La ansiedad
es una reacción emocional de alerta ante una amenaza. Digamos que dentro del
proceso de cambios que implica el estrés, la ansiedad es la reacción emocional más
frecuente. Muchos estímulos o situaciones pueden provocar en el individuo la
necesidad de movilizar recursos para dar respuesta a las demanda de dicho estímulo,
o para volver al estado inicial de equilibrio en el que se encontraba inicialmente. Al
estímulo le llamamos estresor, o situación estresante.

Distintos enfoques en el estudio del estrés

Vamos a ver brevemente algunas cuestiones fundamentales que se estudian bajo el


rótulo “estrés”. Ello nos permitirá entender distintos puntos de vista a la hora de
estudiar el estrés.

El estrés como estímulo

El estrés ha sido estudiado como el estímulo o la situación que provoca un proceso de


adaptación en el individuo. En distintos momentos se han investigado distintos tipos de
estímulos estresores.

Los grandes acontecimientos:

Los acontecimientos vitales, catastróficos, incontrolables, impredecibles, como muerte


de un ser querido, separación, enfermedad o accidente, despido, ruina económica,
etc., son el tipo de situaciones estresantes que fueron más estudiadas en los años
sesenta y setenta. Como puede verse, se trata de situaciones de origen externo al
propio individuo y no se atiende a la interpretación o valoración subjetiva que pueda
hacer el sujeto de las mismas. Serían situaciones extraordinarias y traumáticas, o
sucesos vitales importantes, que en sí mismos producirían cambios fundamentales en
la vida de una persona y exigirían un reajuste. En esta línea se han llevado a cabo
investigaciones sobre las relaciones entre cantidad de estrés y salud (por ejemplo,
cuántos estresores han sufrido las personas que enferman).

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Los pequeños contratiempos:

En los años ochenta se han estudiado también los acontecimientos vitales menores o
pequeños contratiempos que pueden surgir cada día (en el trabajo, las relaciones
sociales, etc.) como estímulos estresores.

Los estímulos permanentes:

Así mismo, se han incluido los estresores menores que permanecen estables en el
medio ambiente, con una menor intensidad pero mayor duración, como el ruido,
hacinamiento, polución, etc.

El estrés como respuesta

Previa a esta concepción del estrés como estímulo, en los años cincuenta se había
investigado la respuesta fisiológica no específica de un organismo ante situaciones
estresantes, a la que se denominó Síndrome de Adaptación General y que incluía tres
fases: alarma, resistencia y agotamiento. Se consideraba que cualquier estímulo
podía convertirse en estresor siempre que provocase en el organismo la respuesta
inespecífica de reajuste o reequilibrio homeostático, pero no incluía los estímulos
psicológicos como agentes estresores. Hoy en día sabemos que los estímulos
emocionales pueden provocar reacciones de estrés muy potentes.

El estrés como interacción

En tercer y último lugar, el estrés no sólo ha sido estudiado como estímulo y como
respuesta sino que también se ha estudiado como interacción entre las
características de la situación y los recursos del individuo. Desde esta
perspectiva, se considera más importante la valoración que hace el individuo de la
situación estresora que las características objetivas de dicha situación.

Toda persona hace constantes esfuerzos cognitivos y conductuales para manejar


adecuadamente las situaciones que se le presentan, por lo tanto no todo el estrés
tiene consecuencias negativas. Sólo cuando la situación desborda la capacidad de
control del sujeto se producen consecuencias negativas. Este resultado negativo se
denomina distrés, a diferencia del estrés positivo, o estrés, que puede ser un buen
dinamizador de la actividad conductual (laboral, por ejemplo).

Estrés laboral

Desde la entrada en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en 1995, se


ha dado un impulso a los aspectos relacionados con la Salud Laboral, entre los

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factores desencadenantes de distintos problemas de salud, deterioro de las relaciones
interpersonales, absentismo y disminución de la productividad, se encuentra el estrés.

La Comisión Europea, a través de la Fundación Europea para la Mejora de las


Condiciones de Vida y Trabajo , en 1999, realizó un estudio sobre el estrés laboral en
el que concluyó que el 28% de los trabajadores europeos padece estrés y el 20%
burnout (se sienten “quemados” en su trabajo), siendo los sectores más afectados los
trabajos manuales especializados, el transporte, la restauración y la metalurgia.

Los altos costes personales y sociales generados por el estrés laboral, han dado lugar
a que organizaciones internacionales como la Unión Europea y la OMS insistan cada
vez más en la importancia que tienen la prevención y el control del estrés en el ámbito
laboral.

Fotografía: http://www.flickr.com/photos/fuzzcat/48036487/

Citar como:
Catalán, A. (2010). ¿Qué es el estrés? Reflepsiones [Revista electrónica], (23), 12-15.
Disponible en: http://stores.lulu.com/reflepsiones [Consulta: FECHA DE CONSULTA].

Blog: http://medicablogs.diariomedico.com/reflepsiones/

Revista: http://stores.lulu.com/reflepsiones

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Niños con baja tolerancia a la frustración
Beatriz Sarrión Soro

Características del niño inflexible-explosivo:

 Dificultad para controlar las emociones.

 Muy bajo umbral de frustración.

 Muy baja tolerancia a la frustración.

 Baja capacidad de flexibilidad y adaptabilidad.

 Tendencia a pensar de forma muy radical: sólo blanco o negro.

 Persistencia de la inflexibilidad y mala respuesta a la frustración a pesar de un


alto nivel de motivación.

 Episodios explosivos por motivos triviales.

El punto de vista del niño con baja tolerancia a la frustración

Es importante entender que para un niño con baja tolerancia a la frustración es difícil
responder correctamente a las demandas que le hacemos los adultos. Si él pudiera
nos explicaría cómo funciona su mente más o menos de esta forma: “Mirad, papá y
mamá, yo tengo este pequeño problema. Constantemente me estáis pidiendo que
pase de A a B y yo no soy muy bueno para esto. Cuando me pedís estos cambios,

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empiezo a sentirme frustrado. Y cuando empiezo a estar frustrado, me cuesta pensar
con claridad y entonces todavía estoy más frustrado. Entonces os volvéis locos. Yo
empiezo a hacer y decir cosas que no me gustaría hacer o decir. Vosotros os enfadáis
y me castigáis, y esto me hace explotar. Después, cuando todo ha pasado, empiezo a
pensar con claridad y os pido perdón. Sé que esto no os gusta, pero para mí tampoco
es divertido”.

Intervención

Identificar la fuente del problema:

 ¿Está el niño demasiado cansado?

 ¿Tiene el niño un horario demasiado repleto?

 ¿Es el niño perfeccionista?

 ¿Puede el niño identificar su frustración?

 ¿Estamos exigiéndole demasiado?

 ¿Tiene el niño oportunidades para el éxito?

Aprender nuevas reacciones a la frustración. Debemos enseñar a los niños formas


positivas de hacer frente a estos sentimientos, para ello, podemos utilizar distintas
estrategias:

 Enseñar técnicas de relajación. Todos hacemos frente de una forma más


positiva si estamos relajados. Debemos enseñar a los pequeños a elevar su
tolerancia a la frustración con la relajación del cuerpo.

 Enseñar a identificar el sentimiento de frustración cuando aparezca. Por


ejemplo, “Juan está rabioso porque no ha hecho bien esta resta. Inténtalo con
otra, tómate más tiempo”.

 Enseñar al niño cuándo debe pedir ayuda. A algunos niños les cuesta pedir
ayuda, mientras que otros la piden constantemente y de inmediato. Debemos
enseñar al niño a intentar encontrar la solución primero. Se le dirá: “pruébalo
otra vez”. Si el niño no sabe lo que tiene que hacer, y lo intenta, podría ya pedir
ayuda. Cuando el niño se siente frustrado en alguna tarea, debemos intentar
enseñarle a evitar la frustración: “¿qué podrías hacer en lugar de enfadarte o
abandonarlo?”.

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 Representación de papeles. Se puede jugar con el niño a interpretar una
situación frustrante. Por ejemplo, el niño tiene que hacer los deberes, pero
quiere irse al parque. Primero el niño interpretará la frustración y luego lo
opuesto. Se puede animar al niño para que hable consigo mismo de forma
positiva y que busque una manera de resolver el problema.

 Reforzar las acciones apropiadas por parte del niño. Es importante


elogiarlo cuando retarde su respuesta habitual de ira ante la frustración, y
cuando utilice una estrategia apropiada.

 Modificar la tarea. Enseñar al niño una forma alternativa de alcanzar el


objetivo. Cuando sea posible, se dividirá una tarea en pequeñas partes que
puedan llevarse a cabo una a una.

Bibliografía:

García Castro, J.L. (s.f.). Niños con baja tolerancia a la frustración. Obtenido el 22 de
octubre de 2010, de
http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/9/Usr/lujose/MODIFIC8.htm

Rigau-Ratera, E., García-Nonell, C. y Artigas-Pallarés, J. (2006). Tratamiento del


trastorno de oposición desafiante. Revista de Neurología, 42 (Supl 2), S83-S88.
Obtenido el 22 de octubre de 2010, de http://www.psicodiagnosis.es/downloads/tod.pdf

Fotografía: http://www.flickr.com/photos/pinksherbet/3372060864/

Citar como:
Sarrión, B. (2010). Niños con baja tolerancia a la frustración. Reflepsiones [Revista
electrónica], (23), 16-18. Disponible en: http://stores.lulu.com/reflepsiones [Consulta: FECHA
DE CONSULTA].

REFLEPSIONES Nº 23 Octubre 2010 18


SOBRE LOS AUTORES

REFLEPSIONES Nº 23 Octubre 2010 19


Sobre los autores
Amelia Catalán Borja
 Licenciada en Psicología.
 Máster en Psicología Clínica y Jurídica.
 Máster en Psicología Clínica y de la Salud.
 Especialista Universitario en Hipnosis Clínica.
 Experta en Técnicas Gerontológicas.
 Postgrado en Intervención Psicopedagógica en Contextos Escolares.
 Postgrado en Intervención Social con Menores (Reconocido por la Conselleria
de Benestar Social de la Generalitat Valenciana).
 Ponente del personal sanitario del Servei Valencià de Salut en la Comunidad
Valenciana.
 Directora del Centre de Psicologia Clínica i Formativa de Valencia (CPCiF).
 Tutora externa del módulo “Practicum en Personalidad, Evaluación y
Tratamiento Psicológico” de la Facultad de Psicología de la Universidad de
Valencia.
 Colaboradora activa del Centro de Psicología Especializada (C.P.E.).
 Miembro investigador en la Facultad de Psicología de la Universidad de
Valencia.

Beatriz Sarrión Soro


 Licenciada en Psicología.
 Máster en Psicología Clínica.
 Colaboradora del Centre de Psicologia Clínica i Formativa (CPCiF).

Luis Aparicio Sanz


 Licenciado en Psicología, Especialidad Clínica.
 Máster en Psicología Clínica y Jurídica.
 Especialista Universitario en Hipnosis Clínica.
 Experto Universitario en Estadística Aplicada a las Ciencias de la Salud.
 Profesor del Máster de Psicología Clínica del área de técnicas de relajación e
hipnosis (CPCiF).
 Profesor del Curso de Experto en Hipnosis Aplicada en las Terapias
Psicológicas (CPCiF).

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Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

ISSN 1989-4716

Registro del nombre y logotipo:

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Registro de este número:

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INFORMACIÓN

Esta revista pretende recoger noticias, comentarios, artículos, etc., relacionados con la
psicología, intentando informar tanto a profesionales, como a pacientes y público en
general. La mayoría del contenido de esta revista corresponde a entradas publicadas en el
blog Reflepsiones.

Parte de una propuesta realizada por el Centre de Psicologia Clínica i Formativa (Valencia-
España) a los profesionales que, de una u otra forma, colaboran con dicho centro, para que
aporten información y reflexiones sobre los temas psicológicos que consideren oportunos,
siendo todos sus autores profesionales del ámbito sanitario o de la psicología.

Los artículos y opiniones escritas en esta revista, y sus derechos, pertenecen a los autores
que las han publicado.

Para cualquier tema relacionado con esta publicación puede dirigirse al responsable
escribiendo al siguiente correo electrónico:

 Luis Aparicio Sanz (reflepsiones@gmail.com)

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