Volver a caer no es caer en perdiciones sin haber otras salidas, es volver a creer que se
puede llegar más lejos por el mismo camino.
Quien me puede decir si atrás de un arco iris
Me espera una olla de oro, O si tan solo fuese una olla de comida. En una casa, con una esposa.
Si tan solo esa olla tuviese mis secretos que no conozco.
Seria más fácil una búsqueda, Una búsqueda acabada de la verdad Mientras las olas de la pereza me acuestan en un mar de mentiras
Aun así quiero una comida solo para comer,
Una mujer solo para follar. La ciudad es negra Pero mi corazón es digno No es blanco No es negro.
Quiero licor para una noche menos fría.
Quiero placer para una noche más sabia Son signos de hedonismo, pero no lo es. El fascinante mundo se vuelve mas calido Y tu lado se vuelve más que una sola caricia
Las voces me llaman, pero no las sigo
Creo que las verdades humanas no van a volver El final no se acerca más de lo que se aleja el Inicio la belleza humana. Pero en unas horas mas, podrías cambiar tus Sentidos y hacerlos mas infinitos.
Podrías volverte infinito conmigo.
Pero las luces del mundo, son solo Arco iris con ollas de deseos tras verdades humanas Avaricias y hedonismos. Quiero ser infinito, sin tener que desearte en la noche.
Poesía difusa, mentes en blanco dan
Muerte a la existencia de mi ser. Un animal posee mayor verdad que La complejidad humana, buscando los Flujos de la vida y los aplica sin objeciones, Mientras yo los dudo todos los días. Dadme una llama y prenderé fuego a tu noche Con mi alma te haré olas tiernas, y suave suavemente Llegara el final, pero esto quizás nunca acaba, Esto quizás recién comienza, y la enfermedad Es una forma de cordura, Música.
Risas alborotadas, tienden a surgir tras momentos caóticos
Pero mantente cerca, tú me haces caso, Y solo respiro. Para que otro día, sea otro día, y no el mismo camino de la perdición. Si no para llegar lejos por el mismo día, siendo día, Y morir en las noches, en noches claras, en noches bellas. Lunas, estrellas y brillos de almas oscuras dan verdad y sentido a Mi alma, no en un estado muerto. Si no que en la vida misma del deseo pulcro, En el mismo sentido del sexo, pero en libertad humana, En una distancia infinitesimal con tus ultra-sentidos, Porque de ruidos pecaminosos, se mueven nuestros cuerpos. Y solo chocamos.