Está en la página 1de 2

JUSTICIA Y EQUILIBRIO NATURAL

Las energías equilibradoras ya están aquí y se están manifestando. Podemos


esperar estabilidad, equilibrio y resultados favorables. Nada ocurre por
casualidad, sino por causalidad, todo es producto de una cadena de causas y
efectos donde los acontecimientos de hoy son el fruto de nuestros propios
actos del pasado y mañana recogeremos los frutos que plantemos hoy. La
armonía es visible e invisible al mismo tiempo.
Con La Justicia se produce un equilibrio que no es ni bueno ni malo,
simplemente es justo. Las cosas suceden no para castigarnos sino para
aprender a ser más humano, más equilibrado, más coherentes.
Nos recuerda que todo cuanto pensamos, decimos y hacemos retorna a
nosotros con igual fuerza: pensamientos, palabras y actos positivos retornan
como hechos positivos, en el tiempo y en el espacio. La semilla que
sembramos y sus frutos, ahora, no se hacen esperar. Brotan como capullos de
mil rosas, rebelándonos nuestro verdadero amor al universo.
El desequilibrio, la inestabilidad y la falta de amor, se ponen de manifiesto,
cuando no vemos nuestros errores y solo vemos la falla de los demás. Los
errores del pasado dan sus dolorosos frutos. Algo se frustra, se pierde una
causa o se pagan deudas pendientes. Los actos erróneos del pasado se
proyectan en pérdidas y frustración. Esta es la ley inexorable del karma.
Una experiencia difícil viene a mostrarnos algo, a permitirnos un aprendizaje
desagradable, pero necesario. Debemos tener presente que nadie está contra
nosotros, que esta situación ha sido necesaria para equilibrar fuerzas, para
recuperar el orden perdido, para ponernos en nuestro lugar y poder vernos a
nosotros mismos tal y como somos.
En este ciclo doloroso. Mientras no seamos capaces de vernos sin juicios, sin
culpas, sin rencores, no captaremos el aprendizaje, y la lección implícita, se
repetirá una y otra vez, hasta que despertemos de la ignorancia de mirar la
solución a nuestra frustración fuera de nosotros, y no en nuestro interior. Sin
importar de que tipo sean las circunstancias que nos hacen sentir desdichados y
sin éxito. La solución y la responsabilidad esta en liberarnos de la negatividad y
enfrentar todo con mente, sentimientos y acciones positivas, en todo momento
y lugar. Es necesario entonces, Poner de nuestra parte para que no tengamos
que "repetir la lección".
Podemos ser una persona injusta para con los demás y también lo seremos
para con nosotros mismos. Tomemos consciencia sobre qué no repetir. Sólo así
romperemos el doloroso círculo del karma. Pero necesitamos asumir
responsabilidad sobre las condiciones de nuestra vida, sin encerrarnos en la
culpa y sin echarle la culpa a nadie.
La Justicia es la manifestación clara y transparente de cómo se organiza la vida
cuando aceptamos la responsabilidad de generar cabios en nosotros, y de
empezar a curar nuestros pensamientos y sentimientos. A contemplarnos más
de cerca y a guiarlos a una zona más positiva y neutral respecto de nosotros y
los demás. Sugiere analizar las circunstancias que estamos enfrentando, que
decidamos ver lo que nos falta, algo estamos ignorando, y eso que ignoramos
es la causa de nuestro malestar. Entonces, Podremos discernir acerca de los
hechos que hasta ahora conforman la realidad o la imaginación, y si ellos
verdaderamente nos conducen al equilibrio que esperamos. Recibimos tanto
como damos, es la ley del equilibrio eterno. Pero este dar no se ajusta a
cálculos matemáticos de suma y resta, es algo de origen divino, espiritual, que
nos devuelve nuestra esencia y armonia con nuestra naturaleza infinita.
Comprendiendo mi necesidad de generar un cambio positivo en mi ser. Tengo
plena consciencia de que aquello que pienso, hablo y hago, son la pauta de lo
que soy y recibo. Cuido mis pensamientos, palabras y actos y los dirijo -positiva
y afirmativamente- en la dirección de mi crecimiento y felicidad universal.
Bendigo cada situación que la vida me ofrece, como medio para conocerme y
mejorar y me abro a encontrar el equilibrio en mi ser y del cosmos.

También podría gustarte