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Mirad el cielo que os va a caer encima,

mirad la tierra, que la gravedad por terminada esta a anunciarse,

mirad el océano, que su brisa desatada esta por asfixiarte,

observad que los mortales por el fin, temerosos se han de anunciar.

Entonces, si el mundo a su inicio se asemejara

Si el cielo, ni una lágrima pudiese dejar derramar

Si͙ con solo vuestra mirada no fuese suficiente para el viejo azul reanimar

¿Decidme donde? ¿A dónde mi bella golondrina, ha de viajar?

¿Me escucháis?... ¡Ponedme atención!

Que la soledad acecha los mares y la vida amenaza una huida,

que esta por anunciarse la nota final de vuestra canción,

y ya el viento sede y ahora͙ solo camina.

Escuchar ya no podéis, ¿cambiar?...

en otros tiempos quizá;

Pero decidme, ya sabéis que será de voz

pero mi pequeña golondrina,

¿Sabrá lo que esto significa?

¿Y ahora qué será de ti, mi pequeña golondrina?

Bajo el cielo no podrás alzar vuelo;


Kefrescarte de las aguas͙ tal vez se pueda;

pero la asfixia os espera.

Ninguna culpa ella tiene,

¿Pero vosotros entendéis la carga?

Sufrir ella ya no quiere. ¡Vedla!

Escapar ella quiere;

pero volar ya no puede.

¿Entonces, qué dices mi gloriosa golondrina?

¿Me has de acompañar a la nueva vida?

¿O a sufrir as de acompañar a este mundo desolado?

Que ni en luz, ni en vida a reconocido su legado.

Ven, tomad mi mano

Que hoy el cielo os deleita cantando,

Mientras que la tierra, paciente se encuentra esperando͙

Y el océano os marca el camino

a aquello que ni en vida denominaste ͞conocido͟.

Laura Alejandra Lujano Pérez 3° B

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