A MANERA DE INTRODUCCION
Todo inquirir fracasa en el vacio,
cual jracasan los bélidos nocturnos
en el fondo del mar; toda pregunia
vuelve a nosotros trémula y fallida,
como del choque en el cantil fragoso
la flecha por el arco despedida,
Hermano mio, en el impulso errante,
nunca sabremos nada...
Y sin embargo...
PORFIRIO BARBAJACOB
El estudio y la reflexién sobre la Historia de la Quimica, ademas
de revelar el poder del espfritu del hombre, nos producen el placer
de la conquista, conquista del pasado y del presente, conquista del
futuro. El placer del encuentro pleno con una cultura cientifica in-
crustada profundamente en Ja praxis del hombre contempordneo.
Muchas discusiones hemos sostenido en busca de la parte tras-
cendente de Ja Quimica (como !lamé Humphry Davy a las conjeturas
interesantes). Esta busqueda nos llevé primero a orientar nuestro
catalejo hacia el pasado lejano, a recorrer los origenes de las ciencias
alla en el utero magico de culturas orientales, al nacimiento de la
Ciencia de Egipto, Babilonia y Mesopotamia y luego a los mds mo-
dernos materialistas jénicos, que abrieron el camino del atomismo
hasta Dalton y la Quimica del siglo XIX.
Con sorpresa y placer fuimos encontrando vacios, a veces gran-
des vacios conceptuales e interpretativos en épocas fundamentales para
el desarrollo de la Quimica. Fuimos ampliando nuestra ignorancia,
llenando de incégnitas nuestros cuadernos y descubriendo que la Qui-
mica es una cultura mds rica que lo que hab{amos aprendido en los
libros, en los salones, en los laboratorios, en los grupos de investiga-
cién. Fuimos entreviendo una Quimica cientifica, humanista, filos:
fica, tecnolégica, practica, mas alld del esquema pragmatico de la “Qui-
mica Industrial” o del esquema cientificista de ta “Quimica Pura”,2 Hacia una historia de la Quimica
Nuestras discusiones cotidianas se han ido plasmando en mate-
xiales escritos que recogen hipdtesis y reflexiones lanzadas en distin-
tos espacios culturales donde nos hemos hecho presentes, que refle-
jan las preocupaciones individuales por temas que nos han Ienado
el suefio y la vigilia,
Aqui recogemos algunos con el animo de reunir las preocupacio-
nes, a primera vista dispares, de ampliar el espacio cultural en donde
odamos continuar la reflexién, de buscar tal vez algun otro inter-
locutor.
“Las Ciencias como Culturas Cientificas” y “Ciencias y Humanis-
mo” abren la recopilacién porque en cierta forma proveen el marco
conceptual de los demas trabajos al concebir la Quimica y las Cien-
cias como fendémenos sociales y culturales complejos inmersos en la
experiencia multifacética del hombre.
Los siguientes tres articulos: “De los Cursos Teéricos y de Ios
Cursos Practicos y de su Papel en Ja Ensefianza de la Quimica”, “Del
Conocimiento Previo a los Conceptos Modernos” y “Ensefianza Fo!
malista e Historia Social de las Ciencias” corresponden a la reflexion
epistemoldgica sobre el trabajo pedagdégico y el papel de la Historia
como fuente de comprensién de la Quimica actual.
“Alquimia: Filosofia y Praxis” y “Del Sustancialismo al Atomismo
en la Quimica” avanzan hipdtesis de trabajo sobre las cuales se podria
construir una Epistemologia de la Quimica.
Finalmente, los dltimos cuatro articulos: “gEs Dalton el Padre
de la Teoria Atémica?”; “Berzelius, Quimico Tedrico y Practico”; “El
Enlace Quimico en el Siglo XIX” y “Bohr y la Quimica”, representa
un trabajo a través de los conceptos basicos de Ia Quimica, buscando
la apropiacién de nuestra cultura quimica mediante su reconstruccién.
histérica y epistemoldgica.
|
|
i