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AzUrI

Tesis sobre religión y política

1.- Panorama y diagnostico

El fin de la fe revolucionaria en la salvación terrena he hecho que se esfumara


la posibilidad de sacralizar la historia. Pero con ello se ha dado un verdadero
eclipse de lo mesiánico que señala el fin de la pasión política y la penetración
obsesiva de lo pragmático en la política democrática neoliberal.

La política democrática pierde tensión moral entra en n estadio de miradas de


corto plazo, de mantenimiento del poder mirando a los resultados de los
barométricos de opinión publica mala noticia para la democracia.

La visión socio –cultural debe compaginarse con elementos históricos en cada


caso; pero indudablemente, la situación tras la eliminación de la bipolaridad
mundial, acentúa los aspectos socio culturales, de identidad, etc.

Desde el punto de vista religioso, su planteamiento supedita la religión el


equilibrio del sistema. Es una verdadera utilización de la religión para paliar los
traumas de la modernidad. La religiosidad fundamentalista, cuando se radica,
se torna fácilmente violenta, como vemos en los casos del evangelismo
norteamericano, del islamismo y del ultranacionalismo hinduista y judío.

La religión institucional (cristiana) en Europa y España se des-tradicionalisa


pierde el monopolio religioso y sufre los fenómenos de desdogmatizacion o
libertad de interpretación por parte de los individuos.

Es previsible un gran desplome institucional en el término de unos 10 o 15


años.

La religión institucional mantiene en conjunto una relación correcta con la


política democrática, siendo los puntos conflictivos la moral (aborto, bioética…)
y la enseñanza.

Una religiosidad neognóstica que se vuelve hacia el interior buscando


protección y consuelo, ante la constatación de la contingencia o no
disponibilidad de ente mundo.

Esta religiosidad neo- mística y neo-esotérica, aparece evasiva desde el punto


de vista político, aunque algunos puedan interpretarla como una interiorización
con funciones de resistencia al sistema.

La inmigración el relativismo y los problemas de desarraigo, identidad nacional,


subempleo y empleo precario constituyen un caldo de cultivo propicio para ser
explotado en esta dirección.

Avistamos una especie de religiosidad del consumo de sensaciones estamos


ante la religiosidad segregada por el sistema neoliberal, que paradójicamente,
diríamos que es un inmanentismo satisfecho, idolatra, en el sentido.

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